Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Quién hizo lo correcto? por Chris Yagami

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Advertencia: Vocabulario altisonante

¿Quién hizo lo correcto?

¿Quién es Takeshi? Ese es mi padre, cruel, con una visión de la vida como lo era en el siglo pasado, demasiado cerrado ante muchas cosas, duro, inflexible. Mi relación con él no ha sido buena estos últimos años, de hecho terminamos riñendo cada día por cualquier tontería. Aunque últimamente es por mi hermano.

¿Quién es Yoko? Esa es mi madre, de carácter difícil, pero tiene sus momentos de ternura. Con ella tampoco tengo una relación buena, aunque trato de llevar las cosas en paz. Es buena a veces, pero mi padre dice que está lunática, lo cual yo apoyo pues sus cambios de humor son extremos en cinco segundos. Siempre he dicho que necesita ir con un psicólogo o psiquiatra, pero nuestros recursos no nos permiten ese lujo y creo que ella no aceptaría eso.

Aun así, no tengo nada que recriminarles a ninguno de los dos, no lo tenía de hecho hasta hoy. Siempre intentaron ser buenos padres lo cual lograron conmigo y con mi hermano. Nos daban lo que podían, comida, ropa, educación. Siempre hemos vivido apretados pero nunca nos ha faltado nada. En ocasiones ellos mismo sacrificaban sus placeres por darnos ciertos lujos. No les reclamo nada de eso, solo lo que han hecho con mi hermano.

¿Quién es mi hermano? Ese es Shun, mi pequeño hermano Shun. Es muy tierno y hermoso. Su carácter es difícil y trata de aparentar madurez, cosa que no se le da muy bien pues es infantil e inmaduro a pesar de casi cumplir con la mayoría de edad. A veces riño también con él, pero eso no quita que es mi querido hermano y lo quiero mas que a nada, aunque no se lo demuestro mucho, soy capaz de hacer cualquier cosa por protegerlo… al menos eso creía.

Su relación con mis padres es normal, no mejor que la mía, pues siempre han tenido algo en su contra, la verdad no logro entender qué. Es mi padre quien le reclama por cualquier cosa, llegadas tardes, formas de vestir, amistades. No voy a negar que Shun es en extremo libertino, quiere hacer lo que quiere todo el tiempo, seguir a sus estúpidos amigos con los que tampoco estoy de acuerdo, aparentar que es alguien mas a pesar de no serlo. No es nuevo para mí ni para nadie que quisiera tener más de lo que mis padres le dan. Es tierno y su corazón es noble, pero también es superficial a montones.

A pesar de ser yo el hermano mayor siempre me he sentido a su sombra, pues lo he envidiado demasiado. Es bello, astuto, sociable y animado, mientras que yo soy duro, amargado, solitario y aunque soy muy inteligente eso no quita que me gustaría tener más amigos. Dicen que apreciar es envidiar, yo envidio a Shun, no tener lo que él es suficiente para que también lo admire.

¿Quién soy yo? yo soy Ikki, su sobreprotector hermano mayor.

Ante mi familia, de parte de mi padre y de mi madre, yo soy el futuro de los míos, quien tiene posibilidades de tener una carrera, de poseer algo más que una casucha y deudas económicas, el único que ha podido cursar el nivel universitario. Pero siempre me he preguntado ¿Dónde queda Shun en todo eso? Desde que somos niños mis padres lo han comparado conmigo, se han quejado de que no puede ser como yo, pues cuando joven yo era educado, atento, respetuoso y trataba de seguir las reglas de la casa. Me sentía bien cuando todos admiraban mi inteligencia, mis trofeos de concursos no solo de conocimiento sino también en deportes, pues también soy muy atlético. Era, como mi padre solía decir “El ejemplo de hijo”

Pero yo me sentía apenado por Shun que me odiaba cuando éramos niños y aun hoy no se exactamente que es lo que siente cuando mi padre termina diciendo “¿Por qué no eres mas como tu hermano?” me revienta que hagan eso, tal vez sea cierto, yo también quisiera que Shun cambiara un poco su comportamiento, pero compararlo conmigo es un golpe bajo, yo no hacia esto por verme mejor ante nadie, lo hacia porque era lo que quería.

Eso fue lo que me cansó, me volví irresponsable, dejado, vago, no salgo de casa, eso nunca me ha gustado, pero me encierro en mi cuarto frente a la computadora, escuchando música o dibujando, otro de mis talentos. Me dicen que tengo posibilidades de mucho mas, pero no me importa, dejó de importarme al ver lo mucho que afectaba eso a mi hermano, como me veía desde abajo con lagrimas en los ojos… nunca he querido que se sintiera mi sombra y mi padre nunca dejaba de echárselo en cara… bien, ¡pues a la mierda! No iba a dejar que siguiera haciéndolo, así tuviera que ser el peor hijo de los dos.

Pero a pesar de todo eso, de hacer muchas cosas por él sin tener que dejar de ser lo que me gusta, pues he continuado con mi carrera, aunque no con el mismo esmero de antes, a mi hermano no parece importarle y ahora siento que me convertí en el mal ejemplo. Me ha salido el tiro por la culata.

Las cosas iban bien, yo cumpliría mis veinte años muy pronto, mientras que Shun cumpliría su mayoría de edad poco tiempo después. La vida seguía igual, peleas, no solo entre mis padres y yo, sino entre ellos y Shun y ¿por qué no? También entre mis padres mismos.

He tratado de ayudar a Shun, lo cubrí mucho a pesar de no estar de acuerdo, encaré a mi padre cuando quería echarlo de casa por dejar la preparatoria para buscar un empleo y tener un poco mas de dinero. Eso me pareció egoísta, estúpido, inmaduro, pero lo apoyé y le dije a mi padre que debía respetar su decisión. Como siempre, mi madre no dijo nada.

Pero una tarde, mientras navegaba por internet y revisaba mi red social, pues tengo una a pesar de que soy entre mi familia el más amargado y apartado de todos sus integrantes, que no son pocos, se creen conejos o algo así pues son muchos tíos y todavía más primos. Esa tarde revisaba mis mensajes y demás comentarios cuando tuve una idea, no se si por ocioso o por simple entrometido, pero revise la red social de mi hermano, sabia de su contraseña, por desconfianza tal vez, pero miré una vez que la tecleaba junto a mi… tal vez sea el significado de esa contraseña lo que hizo que comenzara a preocuparme.

Revisando sus mensajes, con uno de sus muchos amigos, un niñato inmaduro igual que él, leí algo que me llamo la atención.

Shun dice: Hola Sei, cuéntamelo todo ¿Lo hiciste?
Seiya dice: Si, fue increíble, no pensé que fuera así.
Shun dice: ¿Te gustó mucho?
Seiya: claro, Milo me hizo ver las estrellas ¿Cuándo te animarás tú?
Shun dice: Nunca, tengo miedo, ¿Te dolió?
Seiya: Obvio que si, pero después todo fue mejor.
Shun dice: ¿La tiene grande?
Seiya dice: Si, hahahahaha, la tiene muy grande.

El resto fueron comentarios parecidos sobre otros hombres y las experiencias de sus amigos. Tonterías si cabe mencionar. Lo que me preocupó fue que estaban hablando de hombres, ¡Hombres! ¿Acaso mi hermano era homosexual? Aun mas preocupado seguí adelante encontrándome con la conversación de otro de sus amigos.

Sorrento dice: ¿Qué hay, Shun? ¿Aun no te animas?
Shun dice: Es que me da miedo ¿Y si me duele?
Sorrento: ¡Obvio que te va a doler! Pero también te va a gustar y mucho.
Shun dice: No se, ¿Con quien sería?
Sorrento dice: Pues tienes para escoger, están Milo, Saga, Kanon y Aioria
Shun: ¿Con quien lo hiciste tu?
Sorrento: ¡Eso es privado! Pero te diré, lo hice con Kanon y es muy bueno, incluso más que Saga.
Shun dice: ¿Lo hiciste con los dos?
Sorrento dice: Si, es como una regla entre ellos, una especie de desafío: con quien se acueste uno también lo hace el otro y terminan preguntado quién es mejor en la cama.
Shun dice: ¿Y quien es mejor?
Sorrento dice: Hay dudas en eso, a Mime le gustó mas Saga, pero a mi me gustó Kanon, así que ya sabes, si quieres con uno, quieres con los dos.
Shun dice: Entonces no creo que con ellos. Seiya me dijo que Milo era muy bueno.
Sorrento dice: ¿Lo harás entonces? de Milo no sabría decirte.
Shun dice: Todavía no se, me da vergüenza, nunca lo he hecho.
Sorrento dice: Esa es la idea, dejar de ser virgen, que no te de vergüenza, yo también pasé por lo mismo y es algo natural.
Shun dice: Voy a pensarlo.

Busqué en otros mensajes, pero no encontré nada más. Comencé a entrar en pánico, Shun planeaba revolcarse y con un hombre, no sabia eso, jamás me pareció que era de esos gustos. Solo hasta ese momento me di cuenta de que soy casi como mi padre, antes decía que no me importaban los homosexuales, decía que eran muy sus decisiones y teníamos que respetarlos, pero ahora, nació en mi un odio y un asco ante la idea que me mi hermano lo fuera y que estuviera relacionado con tantos ¿De donde fregados los había conocido? ¿Tantos gay hay en la ciudad?

Los siguientes días miraba con desconfianza su rostro, intentaba ver mas allá de sus movimientos, expresiones y demás, ver que pasaba por su cabeza, pero no lograba descubrir nada de importancia. Ahora era de todos los días que revisaba sus mensajes, tomaba su celular cuando dormía y revisaba llamadas y mensajes, pero de estos últimos no encontré nada importante, pero si vi que recibía muchas llamadas de ese tal Milo.

Una noche estaba mas extraño de lo normal. Yo me encontraba frente al computador, pero él llegó de pronto pidiéndome que lo dejara revisar su red social, siendo que nunca me pedía eso, pues sabe que cuando estoy allí es porque tengo tarea y respeta ese tiempo. Aun así accedí aprovechando ese tiempo para poder cenar y lavar mi uniforme.

Después de casi una hora en la cual me desespere pues en verdad tenia mucho trabajo le pedí que me cediera el aparato, a lo cual accedió. Me senté muy cerca para hacerle presión, pero estaba nervioso.

-¿Me permites, Ikki? Esto es algo privado- dijo como a tono de broma, pero pude ver que estaba metido en algo más. No le dije nada, pero el corazón me latía a mil por hora, presentía algo malo.

Después de que me dijera que estaba listo, casi media hora después, me senté dispuesto a terminar con mis deberes pero no podía dejar de pensar en ese misterio así que en lugar de ello decidí revisar sus mensajes nuevamente, no había muchos, solo de una persona y la conversación fue corta, pero suficiente.

Afrodita dice: ¿Entonces vendrás mañana?
Shun dice: ¿Estará el allí?
Afrodita dice: Los tres.
Shun dice: Está bien, pero todavía no estoy seguro.
Afrodita dice: Tú vente, si te animas lo haces, si no será para la próxima, pero cuando conozcas a Milo estoy seguro de que no tendrás dudas.
Shun dice: Está bien, pero dile que no sea malo, de verdad estoy muy asustado.
Afrodita dice: De todos ellos, el más tierno es Milo, es muy intenso, pero considerado, para tu primera vez él es la mejor opción.
Shun dice: Pero ¿Dónde será? ¿En tu casa?
Afrodita dice: Claro, no te preocupes, les presto mi habitación un rato, perviértanla tanto como quieran jajaja.
Shun dice: Aun estoy asustado ¿Debe ser mañana?
Afrodita dice: Eres el único que sigue siendo virgen, si tardas mas se te van las opciones.
Shun dice: De acuerdo, pero ya debo irme, mi hermano ocupa la pc
Afrodita dice: Entonces te espero mañana.
Shun: Nos vemos.

Me puse nervioso, el estomago lo sentía con brincos y tenia enormes ganas de vomitar, pero ¿qué debería hacer? Si me equivocaba y le echaba en cara todo esto no volvería a confiar en mi y eso entorpecería aun mas nuestra relación, dificultando que después pudiera ayudarle. Además no era de mi incumbencia todo eso, eran sus decisiones… pero me sentía con la necesidad de orientarlo, aunque en ese aspecto no podía hacer nada, pues yo no tenía experiencias de ese tipo.

Deje que todo eso pasara, no dije nada y así el salió al día siguiente como había planeado. Cuando regrese de la universidad me di cuenta de que la casa estaba sola, simplemente respiré profundo y me dispuse a comer para después hacer mis deberes. Aun así todo ese día lo pasé pensando, deseando salir y llegar de improviso a casa de ese dichoso amigo, pero no sabia ni como era mucho menos donde vivía. No entendía porque mi padre le había dado el permiso, como quisiera que en ese momento le hubiera prohibido salir, pero también era mi culpa, yo había peleado con mi padre un día para que le diera mas libertad, después de una noche en la que resultó asaltado por precipitarse y salir de una fiesta a media noche e intentar caminar para volver a casa al ver que ninguno de sus amigos había aceptado llevarlo a casa tan temprano, después de eso, de una noche de tensión al recibir una llamada de él diciendo que dos sujetos lo seguían, le dije a mi padre que él no estuviera hospitalizado si no se hubiera precipitado en volver y evitar una reprimenda. Estas eran las consecuencias, le dije a mi padre que debía confiar más en él y defraudaba esa confianza de esa manera.

Dejé de pensar, lo esperé pacientemente hasta que llegó por la noche, cuando nos encontrábamos sentados a la mesa. No dijo nada que me hiciera sospechar que lo había hecho, se comportaba de la misma manera, miraba igual, no se si una experiencia de ese tipo te hacia cambiar el carácter, pero él era el mismo.

Los días pasaron, por poco olvidaba esa conversación que leí en su página social, pero otra noche, una semana después de esa salida, me pidió la computadora, no me negué pues era viernes por la noche y podía posponer mis deberes un poco. Para mi no era sacrificio no salir un fin de semana con los amigos para hacer los encargos estudiantiles, pues no soy muy divertido, soy mas bien, amargado. Esa noche lo dejé. Pero cuando terminó, cerca de dos horas después, por curiosidad revisé sus mensajes. Había otra conversación, y lo que significaba me dejó con ascos.

Seiya dice: ¿Te dolió mucho?
Shun dice: Si, Aioria fue un poco cruel.
Seiya dice: Te dijimos que la mejor opción era Milo, el parece muy intenso, pero en la cama es muy tierno.
Shun dice: Pero cuando lo intenté con él me asusté, me besaba muy fuerte.
Seiya dice: Te lo dije, es intenso, pero es solo al principio.
Shun dice: ¿Lo has hecho con alguien más?
Seiya dice: No ¿Por quien me tomas? Solo lo hice esa vez y nunca más.
Shun: ¿Por qué no?
Seiya dice: Por que no, fue muy bueno, pero lo hice para tener experiencia, no quiero tener la fama de Afrodita, cuando tenga novio seré solo de él.
Shun dice: Que romántico resultaste.
Seiya dice: ¿Y tu, Shun? ¿Lo harás con alguien más?
Shun dice: Milo me ha insistido, pero no creo, me dolió mucho y no lo quiero repetir.
Seiya dice: Es mejor así, no quiero que mi mejor amigo sea la puta del área como lo es Afrodita de la suya, dicen que a todos les dice que si, por eso le dicen Afrodita.
Shun dice: Si, pero él dice que no le importa.

Lo demás fueron conversaciones de salidas normales, chistes estúpidos o recuerdos de esos amigos en las épocas de la escuela. Me sentí mal, mi hermano había tenido su primera vez y no solo era eso, sino que fue con un hombre. Si llegaba a conocer a este tal Aioria, juré que lo molería a golpes.

El tiempo siguió pasando, él se comportaba normal aun, pero de vez en cuando recibía llamadas que tomaba saliendo de casa para hablar con mayor privacidad y nunca había hecho eso. Seguí espiando mensajes, conversaciones, incluso sus pertenencias. Una vez encontré condones entre su ropa interior, señal de que seguía haciéndolo y la verdad al menos quería que fuera con uno de ellos, no me importaba ya que fuera con un hombre, pero no lo quería saber un prostituto.

Shun dice: ¿Ya no vas a hablarme?

Era un mensaje que se repetía muchas veces dirigido a Seiya, pero nunca le contestaba. También veía que se mostraba preocupado por algo, muchas veces lo veía con el teléfono en el oído pero después, tal vez al no recibir respuesta, maldecía colgando. Una noche de nuevo revisaba sus conversaciones cuando llegó un mensaje nuevo de Seiya.

Seiya dice: Mira, Shun, te lo voy a decir una vez: deja de buscarme, de llamarme, de estos mensajes acosadores, no quiero ya saber nada de ti, me avergüenzas y me das asco, has llegado al limite y lo que me hiciste es muy bajo, ni siquiera Afrodita lo había hecho porque se lo pedí de favor, pero a ti ni siquiera te importó. Si a ti te gusta tanto que te cojan y chupársela a todos, bien por ti, pero no me pidas que te perdone el haberte revolcado con Shiryu cuando te dije que él me importaba. Tú ya no eres amigo, y por respeto a nuestra antigua amistad, no quiero encontrarte más, porque si lo hago no respondo de mis actos.

Ese mensaje me dejó helado, lo que temía se había vuelto realidad. Mi hermano se había convertido en la diversión de todos. A pesar de que eso me afligía, no sabía como preguntárselo, como enfrentarlo pues tenia miedo de su reacción, de la de mi padre. Lo que menos quería era meterlo en más problemas y por ello callé.

El tiempo siguió corriendo, no dije nada pero ahora veía a mi hermano muy diferente, no a él, sino que mi visión de él había cambiado, desconfiaba de todas sus acciones, ya no intervenía cuando mi padre no dejaba que saliera cuando siempre lo hacia y él poco a poco lo fue notando.

Un día nos llegó el aviso de que un familiar había muerto, detesto los funerales, sobre todo cuando al difunto no lo conozco, y ese fue el caso, el tío-abuelo de mi madre o algo así. Pero por respeto a ella asistí junto con mi padre. Mi hermano dijo que no iría, alegando que tenía inventario en el trabajo y no podía pedir permiso, así nos fuimos sin él. Grave error.

Cuando regresamos la familia sufrió la peor decepción de todas. Tal vez no tengo una buena relación con ellos, pero no me hubiera atrevido nunca a hacerles lo que Shun hizo.

Al entrar escuchamos ruidos, típicos ruidos de sexo y contrariados corrimos a la habitación que pertenecía a Shun, pero yo me detuve al comprenderlo y saber que no quería verlo así. Pero mis padres continuaron y yo cerré los ojos conteniendo el aliento para después escuchar un escándalo y la reacción de sorpresa de los que se encontraban en la habitación, el sonido de los golpes no se hizo esperar, mi padre golpeó a ambos, a Shun y al sujeto al que mi hermano llamó Milo. Al fin conocía a ese infeliz.

Fue poco el tiempo que mi padre necesito para sacar a ese estúpido del cuarto de Shun para arrojarlo a la calle aun estando desnudo. Mi madre lloraba en su habitación, se había retirado en cuanto la lucha comenzó. También Shun lloraba y sin contenerme mas, entré para verlo sentado vistiendo solo sus pantalones.

-No creí que fueras a caer mas bajo aún- le dije frio, sin dejarme llevar por los sentimientos que me invadía, pues deseaba consolarlo.

-¿De que hablas?- me preguntó dejando de llorar, mirándome a los ojos con el rostro ensangrentado por la paliza recién recibida.

-Te convertiste en la diversión de los de tu zona, le quitaste el novio a Seiya y ahora te revuelcas en la casa de nuestros padres.

-¿Cómo sabes todo eso?

En ese momento escuché como mi padre volvía después de largar a aquel sujeto. Venia con la firme intención de golpear a Shun y aunque sabia que se lo merecía no lo iba a permitir. En cuanto lo vi en el pasillo lo detuve, colocándome en el camino entre ellos dos.

-¡Quítate, Ikki! Ese puto marica no merece que lo protejas- gritaba intentando apartarme.

-¡Yo voy a arreglar esto!- dije firme, pero el seguía con la idea de matarlo- si te atreves a ponerle otro dedo enzima te juro que no me voy a contener ¡No vas a golpearlo!

-¡No me importa!- decía rojo de la rabia mientras veía por el rabillo del ojo como Shun retrocedía en su cama palideciendo- ¡Ya no lo quiero en esta casa! ¡No voy a tener a un hijo maricón viviendo bajo mi mismo techo!

-¡Entonces se irá, pero no continuarás lastimándolo! ¡Fuera de aquí, ve con mi madre o a beber, pero déjame solo con Shun, yo me haré cargo!

Me hizo caso, después de resoplar vi como salió y escuché el azote de la puerta. Todo quedó en silencio en ese momento, ni siquiera mi madre lloraba.

-Ikki…

-Es en serio- interrumpí conteniendo las lagrimas- te vas a ir, esta vez no voy a abogar a tu favor.

-Pero…

-¡Pero nada, inmaduro estúpido!- grité molesto, no se si con él o conmigo por no haber hablado de esto hacia mucho- ¡Lárgate con esos putos que llamas amigos, no vas a hacer lo que te viene en gana en esta casa, es hora de que comprendas que tus actos tienen consecuencias!

-Sabia que ninguno lo comprendería, por eso no les dije nada- ahora quería hacerse la victima, no lo iba a permitir, me acerqué y lo tomé del cabello para después darle una bofetada que lo hizo caer al colchón.

-¿No lo entiendes? ¡No me importa que seas homosexual!- revelé conteniendo mis ganas de darle un buen puñetazo- Pero no eres solo eso, eres un maldito prostituto, nos decepcionaste a todos y tal vez no te importe nada de eso, no te interesa nada mas que tu mismo, pero aun así me has decepcionado y vale para mi. Lárgate ahora mismo, toma tus cosas y no vuelvas jamás a esta casa.

-Ikki, por favor- rogó comenzando a llorar, de verdad me dolía hacer esto, pero no lo podía perdonar

-No llores, esta vez no vas a convencerme con lágrimas de cocodrilo, lárgate de una vez, pues si mi padre vuelve y te encuentra aquí intentara darte otra paliza y esta vez no lo voy a detener.

Salí de la habitación sin decir nada mas, camine a mi cuarto donde me encerré completamente furioso, pero no hice nada mas, permanecí en silencio escuchando el llanto de mi madre y de Shun, hasta que escuche la puerta, lo que indicaba que se había ido. En ese momento salí y me paré junto a mi madre que miraba destrozada la puerta de entrada. Ni siquiera se había despedido de ella.

-¿Tú sabias de esto, Ikki?- me preguntó enojada.

-Si, espié las conversaciones con sus amigos.

-¿Por qué no nos dijiste nada?

-¿Qué debería decirles? No sabia como iban a reaccionar, admite que ninguno de los dos sabe llevar las cosas de manera diplomática, todo lo quieren llevar con golpes y gritos.

-Aun así…

-Aun así nada- interrumpí cansado por esa noche- son buenos padres en otros aspectos, pero jamás fueron un apoyo emocional para ninguno de los dos, si no le decimos nada es completamente su culpa.

Me retiré para intentar dormir, al día siguiente tenia clases y no debía pensar en esto más de lo necesario.

El tiempo siguió pasando, aunque la relación que llevaba con mis padres fue aun mas tensa lo demás fue igual. No sabíamos que había sido de Shun, lo habían despedido de su trabajo y nadie sabia decirnos nada, mi padre no lo volvió a mencionar, mi madre lo hacia preguntándome por él, pero yo no lograba encontrarlo.

Después de unos meses lo vi una noche cuando demoré demasiado en un proyecto escolar. Estaba parado en una zona que todos conocían, ese era el lugar donde se paraban los hombres para venderse. Allí estaba él, no vestía como chica como otros lo hacían, pero estaba parado hablando con ellos. Me acerqué para hablar con él y cuando me vio ni siquiera sonrió, fue como si no me conociera.

-Shun, ¿Podemos hablar?- pedí en voz baja y después de una larga mirada de sus ojos verdes asintió para caminar detrás de mi y alejarnos.

-¿Qué quieres?

-¿Qué haces en este lugar?- sonrió enojado para recostarse contra una pared dándole una calada al cigarrillo que había entre sus dedos.

-Es donde hay mas clientes- contestó como si fuera lo mas natural del mundo.

-¿Por qué estás en esto?

-¿Qué mas quieres que haga?- rio burlón- después de esa noche quise hacer las cosas bien, pero mi jefe se molestó cuando ya no quise acostarme con él, los demás empleados comenzaron a quejarse por cosas sin importancia y me despidieron, todo se reducía a eso, que yo no quería acostarme mas con nadie ¿De que me valió tener moral? Ya no pude encontrar otro trabajo rápido que pagara la habitación donde estoy viviendo ahora, ninguno de mis amigos me ha ayudado ¿Vaya amigos no?

-Shun, si está en problemas yo puedo…

-No voy a aceptar tu ayuda, no volveré a casa ni quiero tu dinero- dijo cortante mirándome a los ojos- dijiste que los había decepcionado, no voy a regresar ahora.

-Por favor- ahora era mi turno de rogar, no era mi deseo que se degradara de esa manera.

-Llámalo orgullo o como quieras, pero tus palabras tienen razón, soy un inmaduro estúpido- el sonido de un claxon lo distrajo, se giró y el conductor saludó- debo irme, ese cliente es mio.

Se fue, y yo me quedé mirando como subía a ese auto que después se alejó. Desde entonces no lo he vuelto a ver, no volvió a ese punto según me dijeron los otros prostitutos de la zona.

Aun hoy me pregunto ¿Quién hizo lo correcto?

Notas finales:

¿Quién hizo lo correcto?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).