Todo comenzó cuando una niñita de tres años, con el pelo negro y hasta la cintura, la piel blanquecina, y unos ojos cafés conoció a un chico de cinco años recién cumplidos, con el pelo café rebelde y ojos verdes en una placita.
La pequeña niña estaba llorando porque se había caído y el chico se acerco a ella
-No llores más
-Pero me duele
El Niño se agachó y miro la rodilla de la chica y vaya que debía doler tenía un gran rasmillón en la rodilla
-Mmmm… no podemos dejar así la rodilla, ven vamos a mi casa, tengo que curarte esa herida
-Mamá dice que no debo ir con extraños
Al chico le corrió una gotita por la nuca, pero era verdad, el era un extraño para esa niña
-Ven, vamos a pedirle permiso a tu mamá
El chico tomo a la niña de la mano y esta lo llevó donde su mamá, la mamá de la niña accedió, pero les dio diez minutos para volver
-Como te llamas
-Minami y tú
-Takumi
Cuando llegaron a la casa de Takumi este sentó a Minami en un sillón y fue por el botiquín de emergencias.
Después de que la rodilla de Minami estuviera curada volvieron a la placita y se pusieron a jugar en la arena, después de un largo rato los chicos estaban tirados en el pasto
-Takumi-san ¿te gustaría ser mi fiel caballero?-Pergunto Minami con una sonrisa
-Claro mi reina
Después de eso, se volvieron muy amigos, los mejores, pasaron momentos inolvidables, para bien y para mal, pero un día cuan ambos ya estaban más grandes, Minami de seis y Takumi de siete y medio ya que su diferencia de edad es un año y medio, se juntaron en la placita donde se conocieron
-Sabes Takumi me gustas mucho- dijo sonriente Minami- pero va a ser algo así como un amor imposible
Takumi miro extrañado a Minami por la express confesión que le había hecho y además por lo segundo que dijo sin una sonrisa como era de esperarse de Minami
-¿Qué pasa Minami-chan, digo mi reina?
-Dejemos eso Takumi-kun, me voy de la ciudad a no se donde, por lo cual seguramente ya no nos veamos más
El mundo se le había caído en sima a Takumi, su mejor chibi amiga se iba a ir para siempre y el no podía hacer nada
-Pero como dicen por ahí si dos personas están destinadas a permanecer juntas ya sea como amigos o algo más van a encontrarse sin importar cuantas veces se separen
Takumi abrazó tan fuerte como le dieron los brazos a su querida amiga y esta correspondio el abrazó y luego le dio un beso en la mejilla.
-Ya se, antes de que te vallas hagamos una pijamada
El día de la pijamada se quedaron hasta muy tarde y a la mañana siguiente Takumi cometió el grave error de despertar a Minami mujajaja
-Ta-ku-mi
La adorable chica que Takumi conocía no existía, ahora tenía que correr por su vida porque un monstruo había poseído el cuerpo de su amiga y ahora lo perseguía
Después de una paliza considerable para Takumi Minami volvió a la normalidad.
Luego vino el tan odiado adiós, pero no podían hacer nada más que pedirle al destino que los juntara más adelante. Esa fue la última vez que se vieron.
NUEVE AÑOS DESPUES
Takumi ya era un hombre, tenía diecisiete años empezando el último año de escuela, en estos momentos estaba en un torneo de taekwondo cuando de repente se cruso con una chica de pelo negro que lo traía recogido en una cola baja, pero no le dio mayor importancia
UN MES DESPUÉS
Takumi se encontraba mirando al chico que le gustaba, había descubierto que le gustaba hace dos años atrás, pero no se atrevía a decírselo, se levanto de donde estaba ya que tenía que asistir a las practicas de taekwondo y tuvo que desistir de la idea de saltarse las practicas para quedarse mirando al chico de sus sueños. La profesora de Taekwondo tenía un carácter de los mil demonios cuando se enteraba que faltaban sin tener una buena explicación. En esos momentos deseaba tener a su amiga cerca ya que aunque no hubiera tenido contacto con ella hace años la seguía apreciando
Ya en la clase de taekwndo la profesora detuvo la clase para anunciarles algo a los chicos de la clase, eran puros hombres ya que era una escuela masculina
-Chicos, hoy entra una nueva integrante al grupo, como ustedes deben saber esta renuncie a mi trabajo pasado, pero esta chica era especial y tenía que seguir con ella a como de lugar así que, aunque esta escuela es de puros chicos la traje aquí para practicar, entra
Entró una chica de pelo negro que lo traía recojido en dos coletas altas entro al gimnasio, su piel estaba bronceada, era alta, delgada, buen trasero y buenos senos o eso era lo que le decían siempre, sus ojos eran cafés y estaba sonriendo
-Mi nombre es Minami, estoy en el tercer gup y eso quiere decir que me faltan tres grados para ser negro, no soy una chica facil, cualquiera que se meta conmigo debería estar listo para perder, nunca doy mi braso a torcer y creo que con eso basta
A Takumi se le calló la mandibula al ver a la chica del frente era nada más y nada menos que su amiga de la infancia, esta por su parte no se había dado cuenta de la presencia de Takumi pero este estaba embobado mirando a Chris el cual por casualidad estaba practicando enfrente del gimnasio
Cuando la clase termino Takumi no pasó por alto la presensia de su amiga que ahora se estaba llendo, este tomo sus cosas rapidamente, jaló a Minami bruscamente y se la llevó mientras esta se movía y Takumi tuvo que frenar en secó cuando Minami le dio una patada en las costillas
-Mal…
-¿Quién diablos te crees que eres para arrastrarme de esa forma?
Takumi estaba sorprendido por el tono de voz de la chica muy frio para la dulce chica que había conocido
-Mi reina no me haga daño, simplemente soy su fiel caballero
-¡Takumi, cuanto lo siento!
Los amigos se reencontraron hablaron de trivialidades, quedaron de juntarse el Sábado y ambos se fueron a casa
-No… Me duele
Takumi se encontraba completamente desnudo sobre una cama, estaba agitado y sudado, sentía el peso de una persona sobre de el, de un hombre ya que sentía una voz muy masculina y sentía una intrusión en su ano…
Takumi despertó muy sudado y con su amigito despierto
-Maldición, otra vez me pasa esto
Desde hace un tiempo Takumi había empesado a tener sueños humedos y todos iban de lo mismo, el completamente sumiso siendo penetrado por un hombre al cual nunca le había visto la cara por lo cual no podía saber con quien diablos estaba soñando