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Anónimo I por Lau-san

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Notas del fanfic:

Naruto y sus personajes son propiedad de Kishimoto. 

Notas del capitulo:

Mi primera historia con esta cuenta ^^. 


Editado abril 23 del 2012:
 
Siento muchísimo la tardanza. Pero debido a algunos problemas personales, me veo obligada a dejar esta historia temporalmente suspendida. Les aseguro que la próxima actualización será doble o, sino, con un día de diferencia >.< Ojalá esto pueda ser lo más pronto posible T-T 

Siento cualquier molestia :( y GRACIAS a todos los que leyeron y comentaron. 

Hasta una próxima ocasión. Los quiere,

Lau-san. 

 

 

Get out alive

 

 

 

Prólogo

 

 

 

… Un leve jadeo escapó de sus labios, suficiente como para excitar a un más que embelesado Naruto. A su parecer, Sasuke tenía una manera encantadora de gemir. El moreno colocó sus manos en el pecho del más alto, dispuesto a separarlo de su cuerpo, pero se vio impedido por un fuerte agarre en sus muñecas.

 

<<No puedo dejarlo. No… no… no…>>

 

Naruto lo miraba detenidamente, detallando cada rasgo de su bello rostro. Era tan hermoso, tan dolorosamente perfecto. Desde la primera vez que lo vio, hace algunos años atrás, no había podido dejar de mirarlo, de seguirlo, de cuidarlo ni de esforzarse diariamente en busca de su cariño. Desde siempre había procurado hacerlo parte de su vida, sentía que el azabache le pertenecía a él y solamente a él. Quería que fuese así. Deseaba y añoraba que cada pequeña cosa del Uchiha, por muy sencilla que fuera, le perteneciera: aquel pálido y bien formado cuerpo, aquella mente inteligente y astuta, aquellos hermosos y profundos ojos tan oscuros como la noche, y aquella personalidad tan cortante y frívola, pero cautivante al fin y al cabo. No podía evitarlo, sus manos temblaban y sus labios cosquilleaban por besarlo.

 

Sin querer (ni poder) controlarlo, se acercó lentamente hacia los huidizos labios de éste. El pálido joven trató de evadirlo, pero se vio imposibilitado cuando una de las manos del trigueño lo agarró de la barbilla. La impresión, al ser arrinconado contra la fría madera de la puerta, sumada a la fuerza ejercida en el agarre lo hicieron gemir, dejando que Naruto le invadiera de nueva cuenta con el beso. La suave, húmeda y fría sensación de la lengua del Namikaze dentro de su boca le hizo estremecerse. No era algo que le disgustara, no, era una sensación que hacía que su cuerpo se removiera de una manera placentera. Era como si fuese llamado por aquel cuerpo con toda su fuerza.

 

Naruto no pudo aguantarlo más, bajó las manos a la cintura del moreno, pegándolo a su cuerpo, marcando el ritmo del beso a la vez que cerraba los ojos para disfrutar de las sensaciones, mordiendo el labio inferior de Sasuke, encantado de escuchar los sonidos que éste realizaba.

 

Se besaron muy lentamente; el rubio a veces se asustaba, en algunas ocasiones Sasuke parecía más su novio que su mejor amigo. 

 

El de ojos azules fue consciente del enorme deseo que el otro joven provocaba en él, deseo que no estaba muy seguro de poder controlar en aquellos momentos; por lo que bajó las manos hasta el trasero del chico apretándolo, sorprendiéndose por el escalofrío que lo recorrió de pies a cabeza, sintiendo de pronto que el Uchiha estaba demasiado cubierto por las ropas, y preguntándose si el moreno le permitiría hacerlo suyo aquella tarde, en lugar de continuar con los deberes de la escuela que se suponía que deberían estar haciendo.

 

Estampó al azabache contra la pared, sacándole un débil gemido entre adolorido y placentero, y le miró fijamente, sus ojos brillando de pura lujuria. Tomó su temblorosa barbilla con una mano y juntó sus frentes. Sus labios a escasos centímetros los unos de los otros.  Ambos cuerpos, el uno muy cerca del otro, encajándose perfectamente, con los rostros tan cerca que sus narices se rozaban ligeramente y sus alientos se entremezclaban entre sí.

 

El rubio volvió a inclinarse para capturar su boca, acariciándola suave y tranquilamente. Sasuke se aferró a él y se mantuvieron unidos, respirando por la nariz, con sus labios frotándose deliciosamente. La lengua ajena penetró su boca, haciéndolo soltar un pequeño gemido. Finalmente, el moreno se dejó llevar completamente por sus sentidos abrazándolo y sosteniéndose contra el amplio pecho del más alto. El sentimiento de tranquilidad que le transmitía Naruto lo llenaba de una manera que Sasuke no podía comprender.

 

Pero sabía perfectamente que Naruto nunca podría ser sólo de él.

 

El Namikaze rió suavemente, su frente apoyada contra el pecho del pálido joven, sin poderse creer aún cómo han cambiado las cosas en su vida. Siente una calma que lo invade lentamente, por el simple hecho de estar así, abrazado al pelinegro, compartiendo el calor de sus cuerpos en medio de un poco común silencio; respirando el aroma delicioso y embriagante que desprendía su cuerpo.

 

Jamás podría comparar a Hinata con Sasuke. Aunque no es como si le importara mucho la existencia de aquella hermosa joven en esos momentos, aquella joven a la cual hacía llamar su novia; no, ahora sólo importaban ellos dos. 

 

Él sabía perfectamente que no podría alejarse del Uchiha por mucho que lo quisiera.

 

Acarició la textura de aquella camisa blanca tan similar a la que él mismo portaba, que los identificaba como estudiantes del instituto Konoha, y que marcaba la excelente figura del pelinegro frente a él. Dibujaba esas curvas y líneas allí donde maravillosamente debían ir… en esa cintura estrecha, esas caderas perfectas, la curva de ese apretado culo cubierto por el pantalón de un color tan negro como sus cabellos y de esos hermosos ojos. Aquella camisa que dejaba ver ese precioso cuello pálido y esbelto, y parte de esa marcada clavícula… que Naruto se dedicaba cuidadosamente a marcar.

 

Luego de despojarlo de dicha prenda, se dedicó a besar su formado pecho y parte de su abdomen, acariciando cada centímetro de aquella piel que tanto le gustaba. 

 

Comenzaron a restregarse lentamente, ahora Sasuke atacaba con su boca el cuello de Naruto (pero nunca  llegando a marcarlo) mientras éste boqueaba por aire, al mismo tiempo que éste último se las arreglaba para por abrir el cierre del pantalón del moreno.

 

No. No lo dejes. 

 

<<Contrólate>> 

 

—N-no más, Naruto— Susurró el azabache con voz ronca y entre dientes, al mismo tiempo que apartaba las manos trigueñas del borde de su pantalón —Ya no es lo mismo— Se obligó a decir, a sabiendas de que esto era una gran mentira.

 

Pero el Namikaze sabía perfectamente a qué se refería, por lo que simplemente lo dejó alejarse; pero mantuvo su mirada fija en él mientras se abrochaba nuevamente el pantalón y abotonaba su camisa. Recogió sus cosas que yacían regadas por la habitación, luego de unos momentos suspiró, y, sin dedicarle una ultima mirada, se retiró del lugar cerrando la puerta lentamente a sus espaldas.

 

 

 

Mierda.

 

 

 

Mierda.

 

 

 

Mierda.

 

 

 

  

Notas finales:

No sé qué decir, me siento increíblemente cohibida con todo este asunto >.<

Ehm, acerca del "capítulo": No me malinterpreten, ésta no es una historia donde predomine el lemon (todo lo contrario); pero era necesario, ya que significa una especie de progreso en la "relación" de estos dos. 

¿Y bien? 

Me encantaría saber qué piensas. Acepto cualquier comentario, duda o crítica :D. 

 


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