f37;a34; k8; ╰a34;╮ k8; a34;f38; Una tarde de lluvia f37;a34; k8; ╰a34;╮ k8; a34;f38;
Bueno, era normal que lloviera, pero…es que hace unas horas hacia tan buen día.
Cuando salió de su hogar y vio tan radiante sol, nunca creyó que después se soltaría una tormenta, entonces, no llevo paraguas.
Poco le había importado, después de todo, ese día en particular su hermano había prometido ir por él.
Entonces no había problema.
Pero después recibió un mensaje que le decía lo mucho que su hermano lamentaba no poder ir por él, por que la junta se extendió y su padre quería que estuviera presente en una comida con unos socios, maldijo aquello, pero aun hacia buen día, entonces molesto susurro un simple “Ya ni modo”
¡Ah! Pero como es el destino y el maldito clima inclemente ante las banales necesidades de los seres humanos, Es estaba en su contra.
A casi dos horas de salir de la escuela, miro como el cielo se tornaba gris con esas monumentales nubes grises casi negras, como rugían con ferocidad y como los truenos se escuchaban a algo de distancia, pero fuertes aun así.
Ese día no podía estar peor.
Oh, si lo estuvo
Saliendo por fin de clases fue a los pequeños casilleros a ponerse sus zapatos, un suéter que de casualidad había dejado y buscar de milagro una sombrilla. Pero nada. Ahora recordaba, su sombrilla había sido utilizado la última vez que llovió y que después su madre muy amablemente se la pidió—mas bien ella la agarro sin consultarlo, pero no podía decirle nada, era su madre después de todo—y ahora estaba ahí, buscando la manera de irse sin mojarse demasiado.
Vio algunos atrevidos corres cubriéndose con sus carteras, otras chicas compartiendo paraguas, bien era oficial, odiaba la lluvia.
En algún momento por su mente cruzo la idea de esperar a que se calamara la lluvia, quizá así podría mojarse menos de lo que era la entrada del instituto a la parada de autobús. ¿Por qué no tenia auto? O, si, su madre decía que aun no podía conducir libremente sin un adulto molestando.
Extendió su visa aburrida a todos lados, mirando con desdén como de a poco se iba quedando solo en la entrada que lo resguardaba de la fría lluvia, el sonido del agua cayendo a cantaros, el olor de la tierra mojada, la hierba húmeda, los fuertes truenos. Esa lluvia iba para largo.,
-Dicen que los paraguas sirven para algo más que cubrirse—
-¿Para que mas podrían servir?
-Para compartir un momento especial con alguien—
Esa fue la conversación que había tenido con Sakura, su prima, ella insistía que ese tipo de situaciones no hacia mas que aumentar la intimidad con alguien, que hacia que compartieran un lujoso y pleno detalle.
Para él solo eran patrañas que ella se inventaba por ser tan cursi.
Los pocos alumnos que quedaban fueron yéndose al ver que aquel líquido no paraba de caer, cubiertos como pudieron, otros más cómodos por las sombrillas, pero al final, prácticamente lo dejaron solo.
Cuando su frustración quería llegar un poco mas lejos de ser posible, escucho un sonidito raro, la fricción que hacia aquella tela—que mas bien parecía plástico—y el material característico impermeable, vacilante se dio al vuelta encontrándose con una cabellera rubia, la piel con un perfecto y nada exagerado bronceado, el cuerpo perfectamente esculpido, en ese momento entallado por una sudadera y una chamarra recubierta por lo que parecía lona*. Y un paraguas grande transparente.
Ambos se quedaron viendo por unos instantes
-Uchiha, yo ya te hacia en tu casa’ttebayo—sonrió de esa manera tan única, tan especial, tan jodidamente encantadora.
-¿Y tú que haces aquí? ¿De nuevo en detención?—su manera apagada y casi pausada de hablar, decía por si misma los poco ánimos que tenia por entablar una conversación.
-Yo no sé por que no me pasa como a ti, soy un buen alumno, mas sin en cambio si hago algo mal si me llaman la atención y no como a ti’ttebayo eso es muy injusto—berreo con disgusto, torciendo el gesto, suspiro audiblemente cuando vio la lluvia caer tan estrepitosamente— ¿Te gusta la lluvia, teme?
-No—fue su respuesta, al ver el gesto confundido del rubio, aspiro lentamente y le miro—No me gusta, hace charcos, es fría, hace mucho viento cuando cae…y me desespera—
-Además moja ¿No?—sonrió divertido cuando el azabache capto lo sarcástico de su tono—Vamos no es tan mala, rehidrata a las plantas, nutre los suelos, aumenta las corrientes de ríos, es divertida cuando juegas con ella’ttebayo—
-¿Cuántos años crees que tengo? ¿Cinco? No creo que a tu edad sigas jugando así—volvió mirar al frente observando los escasos autos pasar levantando cantidades grandes de agua acumulada.
-¿Por qué no?—abrió la sombrilla y se resguardo bajo ella aun antes de salir a mojarse completamente—¿Acaso piensas quedarte todo el día ahí? No creo que pare ¿Te das cuenta?—
-No traigo nada par a protegerme de la lluvia, además, no es como si fuera a durar toda la vida—contesto simplemente, restándole importancia al asunto, su mirada aburrida seguía paseando por los alrededores
-Era la única persona que conozco que sería capaz de quedarse hasta mañana con tal de no mojarse, teme, solo es agua—salto bruscamente levantando el agua al haber caído en un charco, chapoteo un momento mas dando apenas unos cuantos brincos—No te pasara nada’ttebayo—
-Tu traes eso, yo no traigo nada, piénsalo, para ti es fácil—el blondo pareció pensárselo un momento antes de regresar ante el y sujetarle la mano y de un solo movimiento lo trajo hasta él resguardándolo junto con su cuerpo y la protección del plástico que los cubría
-Vivimos cerca ¿No?—susurro apenas teniendo frente a su rostro al cara de Sasuke—Quizá yo viva un poco mas lejos que tú, pero que mejor, así compartimos sombrilla, camino y no te mojas’ttebayo—
-sirven para algo más que cubrirse…para compartir un momento especial e íntimo—
Como si eso fuera a pasar con él y con Naruto.
Aceptaba que se sentía atraído por el desde hace mucho tiempo, pero ignoraba el interés que tenia el rubio hacia a él, de alguna manera siempre veía que lo miraba como un amigo, uno en su enorme lista, llegaba a ver como salía con todos, cuando se lo pedían, así casi no lo conociesen tanto, ese rubio eran tan testarudo, también miraba como se llevaba de lo mas lindo con Karin, incluso había escuchado rumores de que ellos eran pareja desde hace ya algunas semanas, y es que verlos abrazarse, juntarse, hacerse bromas, no era algo que no levantara sospechas.
Pero ahí estaba con él, si la molesta chica de por medio, con toda la disposición de incordiarle unos momento y saber si tenia una oportunidad de que el chico rubio cayera ante él.
Y ahora caminaban tranquilamente por la desiertas calles de la cuidad, esperando de milagro que un autobús pasara pronto.
Un pequeño roce fue suficiente para hacer que Naruto se sonrojara de una tenue manera, y con ello el moreno sonrió con satisfacción.
-¿Por qué tiemblas dobe?—cuestiono acercándose peligrosamente a su cara, viendo como el vaho salía de su boca y acariciaba la suave piel del rubio
-¿Temblando? Rayos, pero si hace frío Sasuke teme, es normal que tiemble un poco—la distorsionando voz del rubio no hacia mas que divertirlo. Era tan fácil hacerlo cambiar de humor.
Un momento más de silencio y tuvieron que pasar a través de un parque para acortar camino, y fue ahí cuando una ráfaga de viento casi les vuela la sombrilla de no ser por que Naruto le tenía bien sujeta, casi por instinto pegaron sus cuerpos en busca de un refugio mutuo, cuando aquello paso, sus miradas chocaron de una manera bastante comprometedora, se mantenían abrazados aun cubiertos por la sombrilla, respiraban algo agitados sin que ninguno de los dos supiera por qué. Pero ahí estaban, en un solitario parque, cubiertos por la lluvia, teniendo como cómplice la pequeña bruma que se formaba por el frio, que al parecer hacia que se juntaran más sus cuerpos.
Pero así como llego el momento se fue cuando escucharon el rechinar de unas llantas.
Algo azorados comenzaron de nuevo la marcha a sus respectivos hogares, en silencio, no era incomodo, pero tampoco era precisamente lo que ambos querían. Aun veían varios locales abiertos y las cafeterías abarrotadas de gene que buscaba un lugar cálido y de paso comparar algún café.
El moreno miro una de esas cafeterías y pudo ver a Karin muy bien acompañada de un joven con cabellos platinados y una sonrisa extraña, y antes de poder decir algo miro como se besaban con inusitada ternura, la fue perdiendo de vista a la par que caminaba sin ser consiente de ellos, eso lo había descolocado bastante y pensar que aquella pelirroja le pintaba los cuernos a Naruto no era agradable, por que como quiera que fuese, era su amigo.
No abría la boca, porque Naruto seguramente se sentiría traicionado y seria capaz de irse en medio de lluvia con tal de encarar a la pelirroja, podría suceder un accidente ¿Verdad?
Entonces miro al frente y su amigo seguía con esa sonrisa leve, una curvatura perfecta en sus labios y de a poco la lluvia iba perdiendo fuerza.
Momentos cálidos que lo serian aun más si no fuera por que no deseaba decirle que lo quería.
Pero como siempre la inseguridad hace su buena participación en su cotidiana vida, y no dejaba de sentir remordimiento por aquello que apenas vio, pero no era como si él fuese el culpable.
Ya casi divisaban su barrio unas cuantas calles más y Naruto lo dejaría frente a su casa para seguir su camino, aquel momento era tan propicio para que cualquier cosa pasara, desde un simple murmullo hasta un pecaminoso beso. Solo faltaba el valor.
-Naruto… ¿Desde cuando andas con Karin?—lo mejor era aclarar algo antes de irse por lo otro; mientras que el rubio se sorprendió de que le llamara por su nombre y no su acostumbrado apodo, con cierta ternura plasmada en sus ojos sonrió divertido y no contesto.
Si será gilipollas, el muy patán no le iba a contestar, pudo ver la sonrisa disimulada que aun posaba en los labios de su acompañante, bien, no le podía obligar, pero tampoco era como si quisiera quedarse con la duda. ¿Cuánto llevaría con Karin? ¿Y si ya habían terminado? ¿Y si no? ¿Y si arruinaba su relación? ¿O era peor dejarlo en un mundo de sueño cuando la realidad era otra?
Llegaron frente a su casa y el rubio volteo mirándolo nuevamente con aquella extraña expresión; abrió su puerta y antes de ingresar sintió como el rubio aprisionaba una de sus blancas manos entre las de él
-Yo no ando con Karin, Sasuke, por que hay alguien mas que me gusta mucho’ttebayo—ahora si dejo que se resguardara bajo el calor de su hogar y siguió caminando lentamente.
Dejando a un sorprendido Sasuke.
Entro a su casa, se quito el calzado y miro lo vacía que estaba, su hermano seguramente aun no regresaba y su madre posiblemente estaba con alguna de sus amigas.
-¿Alguien que le gusta?—susurro al tiempo que subía a su habitación, comenzó a analizar a cada persona que se relaciona con el rubio, todos sin excepción eran tratados igual, bueno, quizá algunos con mas seriedad que otros, pero nadie era una opción viable, ninguno tenia tanta atención del rubio, como seguramente lo haría en el caso de estar enamorado.
-Ustedes parecen novios—aseguro una rubia de ojos celestes—Se la pasan juntos, de seguir así se quedaran solteros—
Naruto sonrió de manera picara y Sasuke le resto importancia si es que alguna vez la tuvo, Ino bufo fastidiada y se marcho a su lugar aun ante la atenta mirada de sus otras compañeras
-Ne, teme, es mejor que les digamos la verdad, que estamos juntos, así ya nadie se meterá contigo’ttebayo—recibió un codazo de parte de Hinata, divertida, pero aun así dando una reprimenda por su despreocupado comentario
-Tienes razón—y para sorpresa de todos esa vez Sasuke seguía el juego—Que sepan que eres mio—una mueca prepotente y una de fastidio del rubio fueron suficientes para saber que quizá estaban bromeando ¿O no?
-Sera cuestión de tiempo—simplifico Sakura al tiempo que se ponía de pie para irse a su lugar, el maestro había llegado
-Esperemos Sakura-chan dattebayo—fue lo ultimo que dijo el rubio antes de poner su atención en la pizarra.
Abrió los ojos sorprendido, bajo rápidamente las escaleras y poco le importo si lluvia a un o no, salió tan precipitadamente de su casa que por un momento creyó que resbalaría, pero bien pudo mantener el equilibrio, no se había adelantado mucho, quizá unas dos o tres cuadras; las gotas insistentes que caían obre su cara hacían que su vista se nublara, ¡¡Por eso odiaba la lluvia!! Y cuando diviso una silueta varonil y los cabellos rubios supo que le había alcanzado.
-Hey Usuratonkachi—su agitada voz apenas podía salir sin tiritar, estaba empapado y sentía un gran frio
El menor se dio media vuelta mirando al moreno en aquellas condiciones y se precipito a su lado
-¿Estas loco teme? Puedes pescar un resfriado—se apresuró a protegerlo bajo el paraguas pese a que fuera inútil, con simpleza el azabache tomo la nuca del otro y le planto un beso, suave, sencillo y sin ninguna otra intención as que rozar los labios contrarios.
El cálido aliento de Naruto calentaba sus fríos labios, y acompasados fueron moviendo sus labios para poder sentirse aun mas en aquel intimo contacto, pronto las lenguas salieron a la batalla y sentían como aquel espeso liquido se mezclaba en sus cavidades.
-Sirven para algo más que cubrirse…para compartir un momento especial e íntimo, sirven para estar junto a esa persona, para protegerse mutuamente brindándose calor o una refrescante compañía, sirve para decir las cosas mas dulces que puedas decir por que es como si estuvieran en un pequeño cuarto donde nadie existe mas que tú y es apersona, sirve para protegerse de la lluvia y proteger el corazón con la candidez de la compañía. Sirve para pedir disculpas o para declarar sentimientos, en una hermosa tarde lluviosa o un acalorado amanecer.
Sasuke pasó el resto del día en casa de Naruto y sus padres, habían dormido horas abrazados y cuando menso vieron, la lluvia había terminado.
(¯`·._.·[Una tarde de lluvia ]·._.·´¯)
Se golpeo con una mano la frente y es que no había llevado su paraguas, mientras que todos los demás comenzaban a irse a sus respectivos hogares.
Miro a todos lados en busca de algo que lo pudiera cubrir, hasta que vio la silueta más que conocida por sus ojos.
Los cabellos azabaches peinado en punta, ese porte elegante y arrogante que se cargaba, ese bendito cuerpo, y la superioridad de su mirada hizo que bufara al instante.
Un casto beso en sus labios lo hiso sonreír y sonrió aun mas al reconocer el artilugio que el moreno llevaba entre sus manos.
Si, quizás a ambos ya les había empezado a gustar las tardes lluviosas. Si eran así ¿Por qué no?