Se conocían desde muy pequeños, aquella tarde de otoño ambos se vieron por primera vez en el parque que se encontraba a una cuadra de su casa, en un rincón del parque un niño de unos seis años se encontraba llorando acurrucado al pie de un árbol con la cara escondida entre sus rodillas. En ese momento un niño de piel clara con ojos y cabellos del mismo tono un hermoso color castaño se acababa de mudar a la colonia se encontraba recorriendo el lugar para conocerlo un poco, paso por detrás de un árbol y de pronto escucho un sollozo viniendo de este, por pura curiosidad quiso ver de dónde provenía, cuando le dio la vuelta al árbol encontró a un niño que aparentaba su misma edad llorando, tenía la piel de un tono moreno claro y un cabello más negro que la noche.
-¿Qué tienes?- pregunto el castaño en forma inocente
-nada que te importe- respondió el peli-negro un poco sorprendido, el castaño con un poco de enfado y haciendo puchero respondió
-pero si me importa
El peli-negro lo miro a los ojos, y se sonrojo un poco, desvió la mirada y luego lo volvió a mirar-¿c-cuál es tu nombre?- pregunto un poco nervioso
El castaño ante esa mirada se puso nervioso- me llamo Luis- dijo con una hermosa sonrisa-y… ¿Cuál es el tuyo?- por alguna razón el oji-café no dejaba de ver al niño que tenía en frente el color de sus ojos lo había hipnotizado, ese color tan profundo como el mar. Una voz lo saco de su trance
-Carlos, mi nombre es Carlos mucho gusto Luis- el oji-azul miro al peli-castaño esbozando una sonrisa
Desde aquel día los dos se volvieron muy buenos amigos, pasaron diez años siempre habían estado juntos en las buenas y en las malas pero algo empezó a cambiar dentro de Carlos ya no veía a Luis con los mismos ojos, no sabía en qué momento había dejado de verle como a un amigo.
DE CAMINO A LA ESCUELA
-haz estado muy callado- decía Luis con un tono despreocupado- ¿te pasa algo?
-No nada, ¿Por qué preguntas?- dijo Carlos un poco alterado “pensé que se había dado cuenta que lo observaba” soltó un pequeño suspiro
-Es que… haz estado un poco raro últimamente- dijo un poco triste bajando la cabeza
-¿No estás imaginando cosas?- el azabache poso su mano en la cabeza de su amigo y la acaricio suavemente, ante tal acción el pequeño castaño se sonrojo acto seguido se soltó del agarre y miro su reloj
-Ahh… ¡corre o llegaremos tarde!- grito el castaño
Los dos corrieron a más no poder hasta llegar a la escuela. El día paso tranquilo a la hora de la salida Luis esperaba a Carlos en la entrada de la escuela, tal vez iban en distintas clases pero siempre volvían juntos a casa.
Estaba mirando el suelo, cuando escucho nombrar a su amigo, alzo su mirada a lo lejos pudo divisar a su amigo el cual se encontraba hablando con una chica, esta le entrego algo que parecía una carta… si una carta para luego salir corriendo con la cara sonrojada.
-“eh… ¿pero qué?” el castaño no sabía porque pero su pecho le dolía, sentía que su corazón iba a explotar- “duele mi pecho duele”
Una voz lo saco de sus pensamientos- oye Luis ¿qué te pasa te ves un poco pálido?- el oji-azul miraba a su amigo un poco preocupado
-dime, ¿Qué te dijo esa chica?- pregunto tratando de ocultar su tristeza
-se me declaro y me dio esta carta- contesto a su vez mostrándole la carta
-ah… ya veo deberías salir con ella es muy linda- dijo Luis con la voz un poco temblorosa y tratando de no llorar
-¿! QUE ¡? “que tú me digas eso duele, ¿Por qué dices palabras tan crueles? Si tan solo supieras que te amo”
-bueno me voy, espero que seas feliz- luego de decir eso el oji-café salió corriendo, mientras el peli-negro se quedo paralizado viendo a su amigo alejarse rápidamente “estaba llorando…”
Después de unos cuantos minutos salió corriendo a buscar a su amigo, luego de una hora de búsqueda al fin encontró a su amigo estaba sentado en el mismo lugar donde se había conocido, este estaba llorando el moreno se acerco sin hacer ruido y se arrodillo frente a el
-dime, ¿Por qué saliste corriendo?- le pregunto de forma suave mientras pasaba su mano por la mejilla del pequeño castaño, cuando sintió el toque del otro alzo la vista sorprendido y separo la mano del otro de forma brusca
-¡No me toques!, ¡No quiero volver a verte!- le grito el castaño, el moreno le sujeto sus manos mientras este trataba de zafarse- he dicho que no me toques te odi…- no pudo terminar de hablar pues el moreno lo callo con un beso, el otro no podía creer lo que estaba pasando pero ese toque cálido de sus labios con los del otro se sentía tan bien, dejo de luchar y empezó a corresponder el beso, ambos se separaron por falta de aire
-Te amo mi pequeño Luis- pronuncio Carlos con una tierna sonrisa
-No sabias cuanto ansiaba escuchar esa palabras- dijo aliviado mientras miraba a su amigo con una cara sonrojada, mientras este lo abrazaba el otro no dudo en corresponder el abrazo se fueron separando poco a poco y volvieron a besarse, cuando se separaron del beso se miraron una cara llena de amor
-te amo- pronuncio el castaño con las mejillas sonrojadas
- yo te amo más de lo que imaginas- el peli-negro estaba realmente feliz- por favor nunca te separes de mi y si lo haces no me olvides porque yo nunca lo hare aunque la muerte se ponga en mi camino- tan cálidas palabras salían de su boca mientras entrelazaba su mano con la de su amado
- no podría olvidarte porque te guardo en el corazón como mi tesoro más preciado- con esas palabras los dos se sujetaron con más fuerza sabiendo que ni siquiera Dios podría separarlos