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Circus por Chris Yagami

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Notas del capitulo:

Uno más :D... muajajaja...

Capítulo 4.- Tercer acto: lagarto.

“Pequeños niños que ríen, que señalan mi deformidad…”

Ambos caminaban juntos. Andrómeda parecía tenso, como si esperara que pasara algo muy pronto y eso Hyoga lo notaba, lo que aumentaba su nerviosismo, pensaba que no debió pedirle que lo acompañara en la misión, verlo tan nervioso, lo estaba alterando, y si en verdad era tan peligroso, lo prefería seguro en el santuario.

-Debemos seguir adelante- le dijo de pronto, preocupándolo.

Lo había estado pensando, pedirle que ambos tomaran el camino de regreso,  exponiéndole la causa de esa decisión tan repentina siendo que era él quien había querido estar allí. Estaba a punto de decírselo cuando le pidió…no, le ordenó que se quedaran en la aldea. A veces parecía que su mente era algo que él podía escuchar.

-Shun ¿Qué es lo que presientes?- se atrevió finalmente después de unos segundos.

Se detuvo en seco al observar que Shun hacia lo mismo. Su corazón latió con fuerza, no comprendió por qué. Nunca había sentido miedo, tal vez ansiedad y mucha preocupación, pero jamás permitió que el miedo calara por sus huesos, pero esa vez toda era distinto, comenzando con Shun.

-Solo no te apartes- habló claro y firme- lo que encontraremos aquí es muy peligroso.

-Si es así debemos regresar- lo intentó esperanzado comenzando a desear no haber venido.

-No lo sé- se sinceró dándose la vuelta- pero no quiero que salgas lastimado, así que debes hacer lo que te pida ¿de acuerdo?

-No te comprendo- ¿Qué hiciera lo que le pidiera? ¿A que se refería?

-Hyoga, yo se de este lugar, las personas aquí cambian… son aterradores y poderosos.

-¿Cómo sabias de este lugar?- pero Shun ya no contestó a su pregunta, simplemente suspiró.

-¿Vas a estar conmigo?- pidió dándose la vuelta aferrándose a su pecho- Vas a hacer lo que te pida ¿Verdad?- Hyoga lo rodeó con sus brazos acariciando sus cabellos esmeraldinos

-Si- de nuevo confiaba demasiado, pero no podía evitarlo, lo amaba mas que a nada, haría lo que le pidiera pues sabia que eso siempre seria para el bien de ambos y de la tierra.

%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%

Después de caer detrás de la barrera mágica no supo más, quedó aturdido unos instantes pero cuando quiso ir en ayuda de quien fuera su amante y quien había conseguido ganarse su corazón se dio cuenta de que por más que lo intentara no lograría atravesar el campo de energía que la criatura había formado. Pero alcanzaba a ver todo: la lucha, la victoria momentánea y…

-¡Afrodita!- gritó golpeando la pared invisible cuando observó como la criatura envolvía su cuerpo, abría sus mandíbulas frente al rostro del caballero y devoraba parte de su cuello y hombro de un bocado logrando que la victima escupiera sangre y dejara de luchar- ¡No!

“… la falta de expresión, ellos no pueden ver mi sufrir…”

El cuerpo del caballero dorado de piscis cayó pesadamente al suelo de donde no se levantó más.

El monstruo se retiró, corrió dejando el cuerpo tendido a la vez que la barrera desaparecía, logrando con esto que Shura se  acercara a la coraza vacía que era antes el amor de su vida. No lo pudo evitar, sintió el ardor en los ojos, pero haciendo honor a lo que fuese Afrodita, no se permitió nada más que una leve caricia al rostro perfecto y cubierto de una capa granate para después levantarse.

Miró en la dirección que la bestia había tomado, dispuesto a vengar a su compañero caído. Sin embargo al dar un paso se dio cuenta de que algo lo aprisionó. Dirigió su vista al suelo para encontrarse con la mano pálida de quien creía muerto.

-¡Afrodita!- exclamó agachándose para auxiliarlo. Pero algo estaba mal, no debería seguir con vida y mucho menos respirando con tanta tranquilidad, siendo que su hombro derecho y más de la mitad de su cuello había terminado entre los afilados dientes del monstruo.

Se levantó precavido, algo estaba mal en todo eso pero la mano firme de Afrodita lo sostuvo, sin permitirle alejarse.

-No te vayas, Shura- pidió con una escalofriante sonrisa- No es tan malo.

-¿Quién eres tú?- se soltó del agarre con brusquedad, subiendo su guardia.

-Soy, yo ¿Quién mas si no?- se levantó en el acto, aun sonriente y con los ojos abiertos sin dejar de observarlo atentamente. Su cuello no pudo sostener el peso de su cabeza aunque lo intentó quedando esta ladeada sobre ese hombro desaparecido. Consiguió, de alguna forma, ponerse de pie pero se tambaleaba.

-Quien quiera que seas, sal del cuerpo de Afrodita, ¡Ahora!- advirtió colocando su brazo derecho en la típica posición dispuesto a usar la legendaria excalibur en contra de ese cuerpo. No le importaría acabarlo, si sabía que el verdadero ocupante había abandonado ya ese plano existencial.

Escuchó una nueva risita detrás de él, por lo que giró el rostro levemente, sin querer descuidar del todo al cadáver que se había erguido frente a él. Lo que se encontró fue a una pequeña niña, diferente a la que había estado a punto de atacarlo antes de la intervención de Afrodita instantes atrás, pero no era normal una niña en ese lugar y menos si sonreía de esa manera.

“…se burlan mientras sus dedos me recuerdan la apariencia, la cubierta escamosa, ojos vidriosos…”

La niña caminó hasta llegar a su lado, pero pasó de largo, llegó hasta Afrodita el cual la saludó con una sonrisa sombría. La niña se giró enfrentando al caballero que quedó helado al ver sus ojos color sangre.

-¿Quién eres tú?- gritó al ver como tomaba un poco de la sangre de Afrodita y se la llevaba a la boca relamiéndose los labios.

-Soy Samara- su voz era hermosa, dulce y cálida. Casi podría decir que la niña era un ángel por su vestido blanco, su cabello del mismo color claro y sus facciones inocentes, pero sus ojos rojos eran el factor que la delataba.

-¿Tu eres la causante de todo esto?

-No- contestó inocentemente, como un niño asustado atrapado en una travesura- yo no hago esto- sus ojos comenzaron a derramar lagrimas oscuras, como aquellas que derramara aquella niña de cabellos negros justo antes de transformarse en esa bestia que mató a Afrodita-  pero la inmortalidad tiene su precio y morir es muy feo ¿Quieres una uva?- ofreció sonriendo de nuevo, extendiendo un racimo hacia él.

-No- se preparó, aunque parecía una niña era obvio que no era solo eso, ella era el enemigo, debía combatirla con todo lo que tenía.

-Come la fruta, Shura- ofreció el cadáver de Afrodita comenzando derramar lagrimas de sangre- morir es horrible.

Shura contestó lanzándose al ataque, pero por más que lo intentaba no lograba acertar a ninguno de sus golpes mientras que los rosas sangrientas de su contrincante llegaban a impactarse contra él. No lo intentaba, era verdad que como caballeros eran de poderes similares, pero aun así no debía ser tan difícil acertar un golpe siendo que a Afrodita le costaba mantenerse en pie.

-No hagas esto- lloró su contrincante, atacándolo a la vez.

Su cuerpo se sentía extraño, cada vez se sentía más frio a pesar de que su cosmos continuaban en su cuerpo, aun así el calor abandonaba su fisionomía con cada ataque. Finalmente logro acertar a uno de ellos lanzando atravesando a Afrodita por la cintura. Cerró los ojos pues no quiso ver como este caía al suelo muerto al fin. Le dio la espalda para avanzar a la niña que seguía alli. Pero un ruido lo hizo girar de nuevo

“… monstruo. La sangre fría no significa que no exista un corazón, aun soy humano…”

-¿Qué demonios eres?- preguntó perplejo al ver que seguía allí de pie, después de recibir su ataque más poderoso, sin ningún rasguño. Un golpe que debió haberlo dejado fuera de combate.

-Soy yo, soy Afrodita… acepta Shura- suplicó con los ojos llorosos- la inmortalidad no es tan mala. Come la fruta.

-¡Jamás!- jadeó cayendo de rodillas, sus energías había llegado a su límite, y el frio había invadido todo su cuerpo. Fue cuando se percató del aura negra que rodeaba a Samara, mientras tarareaba una canción.

-Do re mi, do re fa, no sé cuando vendrá- bailaba rítmicamente con los ojos cerrados.

-La fruta podrida te da energía- sonrió la otra niña apareciendo de la nada a su lado con una sonrisa siniestra.

“¿o ya no lo soy?”

Notas finales:

mmm... ya mas o menos saben que está pasando? sino es asi... genial xD

Espero les siga pareciendo interesante.


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