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Al Mal Tiempo, Buena Cara por Nessa Yaoi Uno

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Al Mal Tiempo, Buena Cara

 

Capítulo  I -  Tres En Uno.

 

     El bosque de Konoha, tranquilo y acogedor, y en ocasiones lugar de entrenamiento para los ninjas más jóvenes que tratan de subir de nivel para percibir mejores misiones y salario. Pues bien, en el día de hoy en particular se lleva a cabo uno de esos entrenamientos donde Nara Shikamaru es el capitán y responsable de los chicos en dicho ejercicio.

     Los ninjas repartidos aquí y allá por todo el bosque intentarían llegar al centro evitando los obstáculos que eran representados, a saber, por Kakashi-sensei, Maito Gai e Iruka-sensei, supuestamente ellos evitarían a los chicos llegar hasta Shikamaru, con todos los sensei más las trampas colocadas alrededor del lugar se dio inicio el ejercicio de entrenamiento.

 - Donde se metió… allí está – murmuro Sasuke al ver la espalda del ojiazul, del cual no quería despegarse ni perderlo de vista - ¡Maldición! Es un clon… estoy empezando a desesperarme, Naruto – agudizando su percepción y siguiendo con su búsqueda entre los árboles.

- “Aun no llega y empezamos con esto ya hace bastante rato…  claro que no sería tan tonto como para dejarse ver, aunque que él nunca se sabe, estoy demasiado ansioso y desesperado por probarlo… hoy es el día, tengo que buscarlo y llevarlo hasta mi trampa” – pensaba el peligris mientras abandonaba su puesto para ir en busca del rubio.

- Rayos… ¿Ese era Kakashi-sensei? Eso está mal, debo encontrar otra ruta para llegar hasta Shikamaru. 

     Murmuro el rubio rodeando una gran formación rocosa de donde fluía una cascada que daba a un arroyo bastante profundo, y tras la cortina de agua se situaba una cueva bastante amplia y acogedora, después de intentar avanzar en varias direcciones siempre se topaba con el peligris, quien estuvo a punto de atraparlo varias veces, o eso creía el rubio, en realidad las intenciones de Kakashi era acorralarlo y obligarlo a entrar en la cueva donde le esperaba una sorpresa.

- “No puede ser, no encuentro por donde pasar sin caer en las manos de Kakashi-sensei… ¿Y si espero a que se canse de buscar?  - vaya que es ingenuo – Lo único que me queda es la cueva de la cascada, tal vez él no recuerde que existe… o quizás sí,  en todo caso es lo único que puedo hacer por ahora” – adentrándose en la cueva por una de las esquinas de la cascada.

     Nada más traspasar la entrada su cuerpo comenzó a experimentar sensaciones extrañas, desde el techo se descolgaron unas ramas parecidas a una espacie  de lianas que envolvieron sus brazos y piernas dejándolo inmovilizado, por más que pateo y se revolvió no consiguió soltarse ni un centímetro, cansado de tanto moverse para nada decidió que lo único que podía hacer era esperar que alguien lo encontrara y le echara una mano, iban a ser más de una quien le prestaran ayuda.

     La presa ya estaba donde la quería y el peligris se apresuro a prestar sus servicios, totalmente excitado con el pensamiento del ojiazul entre sus manos, Kakashi se tocaba su entrepierna dura como una roca bajo la tela de su pantalón a punto de reventar mientras hacía acopio de toda su concentración para no correrse en la ropa, lo que no le sirvió de mucho puesto que momentos antes de llegar a la cueva tuvo que sacar su pene de su encierro y darle gusto, un par de caricias y ya estaba listo para emplearse a fondo con el rubio ojiazul.

- ¿Q-Quien está ahí? – al oír un ruido procedente de la entrada.

- ¿Quién te gustaría que fuera? – llegando hasta él.

- Eres tú Kakashi-sensei…  cielos creí que era algún animal salvaje – suspirando aliviado por el recién llegado… gran error.

- Y tienes toda la razón – susurro.

- ¿Ah? – mirando con ojos inocentones al mayor.

- Y Dime… ¿Puedes soltarte? – caminando alrededor del rubio.

- ¡¿Seguiría aquí de haber podido?!

- Eso ya no importa puesto que perdiste, y por lo tanto tienes que ser castigado… me encargare de dártelo ahora mismo – pasando su mano por la bragueta del menor.

- Ah… ¿E-En donde estas tocando…? ¿K-Kakashi-sensei? Es-Espera… no… eso no es… - comenzando a respirar agitadamente.

- Pues por la forma en la que reaccionas parece que te gusta lo que estoy haciendo – acentuando sus caricias en la entrepierna del rubio.

    El peligris se coloco a espaldas del rubio y metió una de sus manos bajo la camisa de malla luego de haber abierto la chaqueta naranja, mientras su otra mano se colaba dentro del pantalón y ropa interior que luego de unos momentos estaban en los tobillos del ojiazul, Kakashi masturbaba suavemente el abultado pene hasta que decidió que ya era hora de algo más directo.

    Con su lengua Kakashi lamio la punta del rosado retoño que se mostraba entre las piernas del atónito y jadeante  rubio, luego de lamer desde la base hasta la punta llego el momento de introducirlo  entero en su boca y comenzar a chupar, el cuerpo del ojiazul se tenso al sentir la oleada de placer que lo invadía desde la raíz del cabello hasta la punta de sus pies.

- Y-Ya basta… K-Kakashi-sensei… ¿P-Porque me haces… esto? – casi imposibilitado para hablar.

- Quiero tu agujero – pasando su boca del pene a la boca del rubio para un profundo beso con su lengua buscando a su igual.

- ¿M-Mi qué? – casi sin respiración.

- ¿Por qué comenzaste sin mi? Teníamos un acuerdo, ¿Lo olvidaste? – se escucho a la entrada de la cueva.

- Yo no, pero este si – contesto el peligris agarrándose su propio pene – De todas formas será mío primero, y lo sabes bien, Sasuke-kun – advirtiendo su posición de honor en todo ese asunto – Te deje participar porque me dijiste que eras serio con respecto a tus sentimientos por Naruto… al igual que yo – besando el cuello del aun más confundido ojiazul.

- Sasuke… ¿Qué haces aquí? ¿Viniste ayudarme? – con ojos de suplica.

- Claro que si,  hare que te sientas mejor – besándolo profundamente.

- Es-Espera… ¿Tú también… quieres mi agujero? – observando como los otros dos se desnudaban – Esto no puede ser bueno… para mí, cualquier cosa que estén pensando…  ¡Déjenme ir, maldición!  - agitándose queriendo soltarse.

- He esperado mucho para esto, quería que tu cuerpo maduraras un poco más,  pero te has convertido en algo irresistible para mi,  ¿Acaso sabes lo que he sufrido aguantando las ganas de tocarte? Hasta aquí llego mi resistencia, ¿Lo ves? Así me tienes – dijo Kakashi señalando su hinchado pene.

- ¡Pero soy un chico! ¿Dónde se supone que pondrás…? “Quiero tu agujero” – el recuerdo de las palabras del peligris golpearon el cerebro del rubio – Imposible…  van a matarme – susurro el ojiazul observando ambos penes ya que el azabache también estaba muy bien dotado para su edad.

- No tengas miedo, me encargare de que solo sientas placer, voy a soltarte, no intentes escapar, ¿De acuerdo? – pregunto Kakashi.

- No van a dejar pasar esto… ¿Verdad? – mirando de uno al otro de sus captores.

- Sobra la pregunta – dijo el Uchiha pasando la mano por el rostro del rubio.

- Bien, en vista de la unanimidad me veré obligado a…  - Kakashi y Sasuke lo observaban cuidadosamente por si las dudas -  Rendirme… sean amables conmigo, ¿Quieren? – dejándose desnudar por los otros dos.

    Mientras sacaban las piezas del vestuario del ojiazul iban repartiendo besos en la piel expuesta, luego de quedar como vino al mundo, el peligris se puso a espaldas del rubio y mientras que el azabache se ocupaba de masturbarlo con su boca Kakashi le pellizcaba los pezones y mordisqueaba su cuello, el ojiazul comenzó a jadear y gemir, lo que provoco que los otros dos se calentaran sobremanera.

     El peligris rozaba su pene entre las nalgas de Naruto mientras que Sasuke lo hacía venirse dentro de su boca, el ojiazul luego de pasado su estremecimiento se arrodillo entre ambos y comenzó a chupar alternadamente a uno y a otro, ellos acariciaban el cabello rubio mientras suspiraban al sentir la lengua de su amor lamer sus miembros calientes y deseosos.

      Luego de correrse ambos en la boca del rubio, sus penes seguían duros como roca, el peligris busco varias mantas que tenía reservadas para dicha ocasión y las coloco sobre una roca lisa y que llegaba más o menos a la altura de su miembro, como mandada hacer, ¿No lo creen? Hicieron que el rubio se acostara boca arriba mientras ellos chupaban por todos lados su piel y provocaban que  éste comenzara a suspirar y ponerse duro de nuevo,  era tiempo de llegar a la gloria pensó el peligris que luego busco entre sus cosas un frasco de aceite aromático para darse a la tarea de preparar al rubio para su penetración.

     Kakashi se arrodillo delante de las piernas del rubio y tomándolo por las caderas coloco su trasero al filo de la roca, vertió un poco de aceite en sus dedos y en la entrada del ojiazul, primero masajeo hábilmente la aureola y luego dejo colar uno de sus dedos  comenzando a moverlo en círculos,  pero las ansias de lamerlo eran tantas que cambio el dedo por su lengua, la metía y sacaba con una destreza alocada, casi frenética que obligo al rubio a correrse de nuevo, ya estaba casi exhausto y apenas habían empezado.

     Uno tras otro y sin darse cuenta, los cuatro dedos del peligris estaban dentro del trasero del rubio, ya era el momento, Kakashi agarro las piernas del ojiazul por los tobillos y las abrió, luego con un gesto le indico al Uchiha que las sostuviera mientras que el se preparaba para introducir su pene untado con el aceite aromático dentro del rubio, primero metió la punta y la movió adentro y afuera varias veces, el rubio gimió de placer lo que le dio pie al peligris para seguir con su intrusión e ir más a fondo, Sasuke viendo la expresión de estaxis del peligris, decidió meter su pene en la boca del rubio y lo embestía delicadamente mientras aun sostenía sus tobillos.

     Kakashi poco a poco había introducido todo su pene en el agujero del ojiazul, el asombro del peligris por haber podido meterse por completo era mayúsculo, a pesar de que Naruto era virgen tenía una gran capacidad  de adaptabilidad y aguante, el ninja copia comenzó a moverse despacio hasta encontrar un ritmo satisfactorio para ambos, el azabache se deleitaba contemplando el rostro de mejillas encendidas y el brillo de la piel, debido al sudor, del rubio mientras seguía masturbándose en la boca de éste, no pensaba correrse hasta que Kakashi lo hiciera, ya que luego sería su turno para entrar en el túnel del ojiazul.

- Ah, Ah, Ah… es deliciosa la forma como me aprietas… Mmm… justo como pensé que seria – empezando a imprimir velocidad y fuerza a sus embestidas – Si, Si… eso es… - observando al rubio que se deleitaba chupando el pene del azabache.

     El peligris apretaba las nalgas del rubio para atraerlo y clavarse hasta tocar fondo, el cuerpo del rubio se levantaba y tensaba debido al desbordante placer que recibía, Kakashi le agarro el pene y comenzó a masturbarlo mientras daba sus últimas estocadas,  los tres se derramaron a la vez, Kakashi dentro del túnel y Sasuke en la boca del rubio, aun así tanto el peligris como el Uchiha seguían duros y en pie de guerra.

- Es mi turno de enloquecer – dijo Sasuke masajeándose el pene, ya no necesitaba el aceite puesto que el agujero estaba lleno con el semen de Kakashi.

    El azabache levanto al ojiazul y luego de besarlo fogosamente lo acomodo boca abajo sobre las mantas con las piernas colgando a los lados de la roca, acaricio y beso su espalda, luego separo las nalgas y se metió de lleno dentro del rubio, Sasuke apretó los ojos por el placer de estar siendo parte del cuerpo del que consideraba era lo más valioso para él, su amor, su meta en la vida, su todo, pero… ¿Dejaría Kakashi que él formara parte de sus vidas? El trato había sido para solo una vez, ¿Qué haría luego? ¿Cómo podría seguir viviendo sin poder tomar al ojiazul de nuevo? Pensaba el Uchiha mientras entraba y salía de las entrañas de Naruto.

   El ojiazul recibía las estocadas del azabache  mientras enzarzaba su lengua con la de Kakashi quien lo besaba, lamia y mordía sus labios hasta dejarlos rojos, Naruto borracho de placer solo deseaba más y más sensaciones que golpearan su cuerpo sin tregua y no podía pensar en nada más que en los dos amantes que se desvivían para hacerle estallar en éxtasis y locura.

- No acabes todavía, Sasuke – haciendo que el azabache se detuviera, lo que origino la protesta por parte del ojiazul – Quiero probar algo, y si funciona… tal vez te deje ser nuestro compañero permanentemente, ¿Qué dices?

- Ni siquiera tienes que preguntar, hare lo que sea para estar  a su lado eternamente -  sintiendo que la felicidad le volvía de nuevo al cuerpo.

   Kakashi levanto al rubio y le indico a Sasuke que se acostara sobre la roca, luego hiso que Naruto se sentara, dándole la cara, sobre el pene todavía erecto del azabache,  ambos cuerpos se estremecieron al sentir la profunda penetración, después el peligris acostó al rubio de espaldas sobre el pecho del Uchiha, acomodo las piernas del rubio sobre las rodillas flexionadas del azabache sobre la roca, el panorama era suculento a la vista, el pene de Sasuke palpitaba deseoso de moverse y comenzar todo de nuevo, pero Kakashi tenía otros planes.

   El peligris masajeo su pedazo de carne, luego le aplico un poco de aceite y procedió con lo que tenía en mente, que no era otra cosa si no meter su pene estando el del azabache dentro todavía, dos penes en el  mismo agujero a la vez.

- Espera, le puedes hacer da… Ohhh… Mmm… eso es… grandioso – balbuceo el Uchiha al sentir el roce del pene del peligris en un sitio que se había vuelto estrecho y más caliente que antes.

- S-Se siente de locura… siiiii… - decía Kakashi al comenzar a moverse dentro del rubio con el pene del Uchiha por compañía.

   Naruto no decía palabra, solo gemía y gritaba de placer hasta el punto del desmayo,  luego de un rato cambiaron de posición, el peligris abajo, Sasuke embistiendo y el rubio empalado por ambos penes gritaba sus nombres como loco, fue el orgasmo más espectacular para los tres, después de recuperar sus respiraciones y calmar sus latidos, Kakashi le ofreció una bebida energética al Uchiha, había ido bien preparado después de todo, descansaron un poco sobre las mantas puestas en el suelo con el rubio en el centro del trío.

- No se duerman, aun quiero más – agarrando los miembros con cada mano – Ustedes me recordaran por largo tiempo – masturbando a sus dos compañeros de sexo.

- ¿Qué quieres decir? ¿Crees que vas a librarte de que te tengamos otra vez aparte de hoy? Tú ya eres nuestro, será mejor que te acostumbres amorcito – decía Kakashi al tiempo que giraba el cuerpo del rubio de cara al azabache e introducía su pene en su entrada.

- Por kami…  tu cuerpo es tan delicioso, no te entregaremos a nadie más, ¿Comprendes? – decía el Uchiha juntando su pene con el del ojiazul y masturbando ambos a la vez.

- De-Detente… Sasuke – apartando la mano del azabache – Quiero metértelo…  ahora,  es mi condición para seguir con ustedes – mirando también a Kakashi.

- No me opongo, pero solo por esta vez, ¿Quedo claro? Espero que si – dijo el peligris saliendo del ojiazul - ¿Sasuke?

- Creo que ya lo dije antes, hare lo que sea para estar contigo, mi amor, solo dime como quieres que me ponga – besando los labios del rubio.

- Te quiero aquí boca abajo – señalando la roca en la que él había sido tomado.

- Como tú mandes – colocándose según las instrucciones del rubio.

- Kakashi pásame el frasco – pidió el Naruto refiriéndose al aceite.

   El ojiazul coloco el embase directamente en la entrada del Uchiha y lo apretó echando un buen chorro dentro del túnel, luego aplico un poco en su propio pene y de una sola vez lo metió hasta su base, el azabache apretó los dientes y espero las estocadas de su lindo amorcito vinieran como vinieran, el rubio empezó rudo y sin vacilación, a lo que el peligris se unió poco después penetrando al rubio, ahora el baile era de dos cuerpos al unísono, el Uzumaki penetrando al ojinegro y Kakashi al Uzumaki.

   El azabache, después del dolor inicial, comenzó a sentir el placer de ser penetrado, pero nada comparado al estar dentro de las entrañas de su adorado rubio, fue una petición y solo lo haría por esa vez,  Naruto era de la misma opinión al comprobar que le gustaba más su rol como  uke, lo de ser seme no se le daba bien, pero tenía que darles un escarmiento por el susto que le habían hecho pasar al principio de todo ese asunto.

    El rubio detuvo sus movimientos y salió de dentro de Sasuke, no quería correrse sin antes penetrar a Kakashi, ya que no tenía el mismo aguante de los otros dos, le indico al peligris que tomara su lugar boca arriba sobre la roca, quería ver su rostro mientras lo estaba embistiendo, y al igual que con el Uchiha, después del aceite se introdujo duro y con ganas, y haciendo que el peligris, el azabache tomo el lugar de Kakashi dentro del trasero del rubio y así comenzó de nuevo la misma danza pero con distintos instrumentos.

- Córrete dentro de mí… como regalo por haber nacido, estuve esperándote toda mi vida – dijo el ninja copia atrayéndolo para besarlo antes de que dieran sus últimas estocadas y experimentar un orgasmo tridimensional… por decirlo de alguna manera.

   Luego de un rato decidieron meterse en el rio para limpiar sus cuerpos y relajarse un poco del cansancio, el peligris había sido muy previsivo trayendo mantas, toallas, algunos embases de rámen instantáneo y golosinas para su rubio adorado, desde un principio Kakashi y Sasuke habían planeado pasar la noche haciendo el amor con Naruto en la cueva de la cascada, les había informado a los otros sensei sobre sus intenciones ya que ellos también tenían sus planes con respecto a los otros jóvenes ninjas involucrados en dicho entrenamiento, la realidad era que todo había sido planeado por los mayores y varios de los chicos para poder pasar gran parte del día y toda la noche teniendo sexo con sus amores luego de declarárseles, y si todo salía bien, formar sus parejas y algunos tríos para vivir juntos, pero volvamos al agua donde las cosas se tornan de nuevo muy interesantes.

- Siento mi cuerpo muy pesado…  estoy un poco cansado – decía el rubio colgándose del cuello del peligris.

- Solo déjate llevar,  aquí no tienes que hacer ningún esfuerzo – haciéndolo flotar boca arriba en la superficie del agua, luego lo tomo  por las axilas al tiempo que Sasuke agarraba sus piernas y las colocaba alrededor de su cintura e introducía su pene en su entrada del ojiazul.

- ¿Qué tenía esa bebida? Podría continuar así toda la noche – penetrando con suaves movimientos al ojiazul.

- De eso se trata,  querías estar así, ¿O no? Yo pienso poseerlo toda la noche así este dormido, tengo que aplacar los deseos de todo el tiempo que no pude tocarlo sexualmente – asevero el peligris inclinándose para besarlo.

- ¿Tú quieres que paremos, mi amor? – pregunto el ojinegro al rubio.

- Solo quiero estar seguro de algo… ¿Ustedes me aman o únicamente desean mi cuerpo? – sintiendo que estaba a punto de otro orgasmo.

- Es amor… al menos de mi parte – dijo el ninja copia pasando sus dedos por los labios del rubio.

- Nosotros te amamos más que a nuestra propia vida, Naruto, nunca lo olvides…  Ahhh… - dando sus últimas estocadas y derramándose dentro dele Uzumaki – Ven aquí – abrazándolo a su cuerpo y sujetando sus piernas alrededor de su cintura para que el peligris pudiera penetrarlo por atrás.

- Ha-Hazlo rápido, Kakashi – suplicaba el ojiazul levantando un poco su trasero.

- No te desesperes, van a ser muchas las veces que te llene esta noche – introduciéndose en la entrada – Te ves tan lujurioso pidiéndome que te posea, eso me excita aun más, mi amor – mordiéndole el cuello y los hombros mientras lo embestía furiosamente.

- ¡Más, más… más fuerte, Kakashi! – gritaba el rubio enajenado por el placer.

- En el agua es muy difícil hacerlo así, vamos a la orilla – soltando las piernas del rubio de la cintura del azabache y poniéndolas alrededor de la suya propia mientras el ojiazul se sujetaba del cuello del peligris ya que no quería que éste sacara el pene de su trasero.

   El peligris lo acostó boca abajo sobre la arenilla que había en la ribera del rio para así utilizar al máximo sus fuerzas y poder embestirlo fuertemente, los sonoros gemidos del rubio contrastaban con el sonido del agua de la cascada cayendo en la superficie del están, el azabache respiraba agitadamente y sus músculos se tensaban cada vez que el rubio recibía una estocada por parte del peligris, deseaba estar haciendo lo mismo que Kakashi en ese momento.

- ¡Ka-Kage Bushin! Hazme lo que quieras… S-Sasuke – balbuceo con sus mejillas encendidas y sus dedos enterrados en la arena.

    Otro Naruto totalmente desnudo apareció frente al Uchiha, el azabache rápidamente lo tomo en sus brazos y comenzó a besarlo y lamerlo por todos lados, sin poder esperar más lo acomodo a modo de perrito y encajo su deseoso miembro en el túnel ante sus ojos, la escena era digna de admirarse, cuatro cuerpos agitándose, gimiendo, sudando, dos de ellos pidiendo más y otros dos esforzándose por corresponder a las demandantes suplicas del ojiazul.

     Muchas diferentes posiciones, orgasmos por doquier, ese sería un día que nunca olvidarían, llevaban cerca de cuatro horas haciendo el amor y apenas había anochecido cuando regresaron a la cueva, encendieron fuego y comieron rámen instantáneo, tomaron más bebidas energéticas, y algunas que otras golosinas, sobre todo el ojiazul, luego decidieron dormir un rato y seguir desnudos por el resto del tiempo que permanecerían juntos en la cueva.

- Tengo frio – dijo el rubio sentado sobre las mantas.

- Enseguida estamos contigo – dijeron ambos y se acomodaron a los lados del rubio.

- Que calidez, desearía que esto no acabara nunca… estar siempre así – dijo el rubio abrazándose al azabache y atrayendo a su espalda al peligris.

- ¿Quién dijo que esto acaba aquí? ¿Acaso no escuchaste nada de lo que dijimos antes? Jamás vamos a soltarte -  dijo Kakashi besándolo en el  cuello mientras lo apretaba a su pecho.

- Así es, de ahora en adelante estaremos juntos sin importar que – asevero a su vez el Uchiha besándole tiernamente los labios.

- ¿No estarán pidiendo… demasiado? Yo los… - cayendo rendido del cansancio.

- ¿Qué crees que quería decir? Oh dios, se ve tan hermoso cuando duerme – susurro el azabache observándole el rostro.

- Lo es de cualquier manera, y sólo nosotros dos podremos verlo a nuestras anchas – murmuro el peligris cerrando también sus ojos.

    Tras varias horas de profundo sueño, o eso creían, sus mentes se sentían increíblemente saturadas de imágenes de todo lo que habían vivido con el ojiazul, todos los momentos de amor desenfrenado y pasión desbordante hacían que sus cuerpos se estremecieran con el deseo de volver a revivir cada uno de esos instantes segundo a segundo.

     Entre todo ese advenimiento de sensaciones dadas a recordar, una voz parecida a un susurro lejano penetró sus cerebros a través de sus oídos, al principio se escuchaba lánguida, pero a poco se hacía más clara y envolvente,  la curiosidad de descubrir la anomalía que interrumpía sus ensoñaciones decidieron abrir sus ojos.

- Al fin están de regreso.

      La visión fue tan impactante que les hiso abrir sus mentes a la, aun más infeliz, realidad. Sentado frente a ellos sobre una roca se encontraba uno de los más vergonzosos pecados de Konoha, Uchiha Itachi, criminal por mandato y fugitivo por un amor insatisfecho, pero eso último era algo que pensaba arreglar de inmediato.

- Itachi… no es posible – decía el peligris mientras lo observaba detenidamente - ¿Dónde está Naruto? -  intentando dar un paso adelante.

- Deberías preocuparte por ti antes que de los demás, Kakashi-sensei – caminando unos pasos hacia el ninja copia - ¿Qué no ves la situación en la que estás? – señalándole las cadenas, que colgaban del techo de la cueva, de las que era preso al igual que el azabache.

- Quiere decir que todo lo que vimos y sentimos…  nos pusiste bajo tu jutsu, pero…  ¿En qué momento? ¿Por qué… con Naruto? – pregunto el peligris serrando sus puños con fuerzas.

- El momento… cuando esperabas que se acercara aquí – rodeándolos mientras hablaba.

- Pero no hubo contacto visual entre nosotros… ¿Entonces como…? – balbuceaba Kakashi sin poderse explicar cómo había caído en semejante trampa.

- ¿Crees que eso me hace falta? Solo tengo que verlos para atraparlos en mi ilusión,  ¿Por qué Naruto, preguntas? He visto como lo miras, tus ojos desbordan deseo, sensei…  ni siquiera puedes negarlo, ¿Cierto? Lo sabia – agarrando fuertemente la barbilla del peligris – En cuanto a ti… sufres del mismo mal, ¿No es así, hermanito? Al parecer no tienes nada que decir – casi pegando su rostro al del azabache.

- ¿Por qué haces todo esto? Si quieres matarnos, adelante… no voy a suplicarte – reto el azabache encendiendo sus ojos junto con su rabia.

- Habla por ti… aun no puedo morir sin haber tenido a Naruto – dijo con una media sonrisa el peligris.

- Precisamente, me esmere mucho en darles esas fantasías con lujo de detalles para que vean lo que nunca tendrán en el mundo real, pero no se preocupen, yo hare realidad todos sus esfuerzos cuanto tome a ese zorrito rubio en su lugar.

- ¿Lo tienes? ¿Verdaderamente lo tienes? Itachi – pregunto el azabache con desesperación en su voz.

- ¿Crees que si fuera así estaría aquí perdiendo el tiempo con nosotros? Yo no lo haría… seguramente miente – asevero el ninja copia mirando desafiantemente al menor de ojos negros y mal talante.

- Solo espero, hay algunos mosquitos molestos merodeando por ahí – refiriéndose a todos aquellos que participaban en el entrenamiento, contando también al ojiazul - No quisiera llamar la atención de nadie, además… sé dónde encontrar a mi cofre de tesoros cuando quiera, no debe andar muy lejos de aquí de todas formas – con una sonrisa irónica en su cara.

- ¡Hey, Kakashi! No es momento para jugar a las escondidas, demonios – gritaba Gay- sensei no muy lejos del lugar.

- Vaya, ya están aquí, arruinaron mi diversión – decía Itachi acercándose a la entrada de la cueva – Mi objetivo principal era dejarles algo muy claro… Naruto-kun es mío, a ustedes dos solo les queda soñar… estaré vigilándolos – saliendo rápidamente antes de que las voces cada vez más cercanas lo encontrasen.

- ¡Oe, Sasuke baka! ¿Dónde te metiste? Siempre aprovechando el hacerse notar, maldición – rumiaba el ojiazul haciendo una mueca de fastidio.

- ¡Aquí, dentro de la cueva! Creo que voy a recordar este día para siempre – murmuro el peligris después de gritar su posición.

- Kakashi, ¿Pero qué es esto? ¿Qué fue lo que paso? Luces extraño colgado de esa manera – comento Gay aguantando una carcajada, lo que no fue igual para el ojiazul.

- ¡Jajajaja…! Te ves igual que un cerdo listo para el matadero – le decía al azabache, mientras se paraba delante con las manos en la cintura y mirada burlona - ¿Quién en este mundo se atrevería a colgar como animal en exhibición al ninja más talentoso de la aldea de Konoha? ¿Deberíamos castigarle o darle un premio? Difícil decisión – cruzando sus brazos y observando con ironía al azabache.

- Bájame de aquí y te mostrare… tu gran premio – afilando su mirada en el cuerpo del rubio.

- Sasuke… - intervino el peligris pidiéndole cautela.

- ¿Vas a decirme como terminaron colgados igual que adornos navideños? Habla – pidió Gay-sensei al ninja copia.

- Itachi – dijo Kakashi masajeándose las muñecas – Sin darnos cuenta caímos en su trampa – enojado más consigo mismo que con el Uchiha mayor.

- Itachi – murmuro el ojiazul poniéndose serio – Hubiera querido verlo – recordando el día que casi fue raptado por el Uchiha.

- ¿Y como para qué? Dobe – pregunto enfadado el azabache – Y ya suéltame los amarres, ¿Quieres?  -  con ganas de apretar al rubio y darle su merecido.

- Lo estoy pensando – haciéndose el desentendido.

- ¡Naruto! Ya verás… - grito desesperado el ojinegro.

- Ya, ya, que mal carácter – desamarrando al azabache.

- ¡¿Crees que es gracioso?! – grito el ojinegro echándosele encima.

- Mucho, que alguien como tú se deje sorprender así…  eres un Uchiha – recordándole lo que siempre se ocupaba en recalcarle - ¿Podemos irnos ya? Tengo mucha hambre – apartando al azabache a un lado.

- Tenemos que informarle a la Hokage sobre Itachi, Kakashi – aseveraba el cejas grandes.

- Claro… la pondremos al tanto de todo – cruzando miradas con el azabache como diciendo “o de casi todo”

- Otra vez vino por Naruto, ¿Cierto? – pregunto Gay en voz baja al peligris.

- ¿Tú qué crees?

- Que debemos mantenerlo más vigilado que hasta ahora, no podemos permitir que se lo lleve sin más ni más – sugería el cejas grandes.

- Nos ocuparemos personalmente de eso, no nos despegaremos de él, seremos sus sombras – caminando tras los chicos.

- ¿Nos? – pregunto intrigado Gay-sensei.

- Me refiero a Sasuke y a mí – tratando de alejar cualquier posibilidad del cuidado en masa, no era conveniente para ellos el que más gente estuviera rondando al ojiazul.

- ¿Y crees que eso será suficiente? Nada más mira lo fácil que cayeron en manos del Uchiha y…

- Gay, dije que nosotros nos ocuparemos – mirando muy seriamente al otro.

- Como quieras, pero no dudes en pedir mi ayuda en caso de que…

- Sabes que lo hare – llegando al centro del bosque donde Shikamaru aun esperaba.

- Que ellos dos estén aquí está bien – dijo el Nara señalando a Sasuke y Naruto – Pero ustedes… - refiriéndose a los sensei.

- Hubo un contratiempo, hora de terminar el ejercicio, regresemos a la aldea – ordeno el peligris.

- De acuerdo – dijo el Nara sin preguntar, ya se enteraría después - ¿Y los otros?

- De seguro nos los encontraremos de camino a Konoha – dijo Kakashi por toda respuesta.

     Si algo había aprendido el Nara, era a no querer saber lo que no se le decía de antemano, así su vida sería menos complicada y problemática, pero las caras serias de los sensei le hacía suponer que  cualquier cosa que hubiera ocurrido no era nada grato y mucho menos simple.

     Entre las divagaciones del Nara, la seriedad de Gai-sensei y Kakashi, y por último el silencio de Naruto y el Uchiha, llegaron a la aldea. Afuera de las grandes puertas se encontraron lo que faltaba del grupo en su totalidad,  luego de que Kakashi y Gai-sensei intercambiaran miradas con Iruka despidieron a los muchachos a excepción del ojiazul y el Uchiha, después se dirigieron directamente al despacho de la Hokage.

- ¿Qué voy hacer contigo? No sé que es peor, mantenerte encerrado o lidiar con Itachi – dijo la rubia con un suspiro y cara de paciencia.

- ¿Encerrarme? ¿La vejes te ha vuelto loca? Nadie va meterme en ninguna parte,  ¿Entiendes? – con los ojos que echaban chispas.

- Cálmate, Naruto, nadie ha dicho nada de eso – dijo el peligris agarrándolo por los hombros.

- Pero tampoco puedes andar por ahí a tus anchas – opino el azabache – Con lo torpe que eres, de seguro le facilitaras las cosas a mi hermano, dobe – adoptando un gesto de reto en su mirada.

- ¡Habla por ti, baka! No era yo el que colgaba como pescado seco   allá en la cueva, torpe – mostrándole sus puños al azabache.

- ¿Kakashi? Veo por tu mirada que tienes algo en mente, habla – ordeno la rubia.

- Opino que sigamos haciendo las misiones como siempre… - comenzó diciendo el peligris -  Y de noche Sasuke y yo seremos sus guardianes, lo que quiere decir que seremos sus sombras permanentes – apretando un poco sus manos en los hombros del ojiazul.

- Pero eso significaría que tendrían que convivir los tres en un mismo lugar – dijo Gai.

- Mi casa es muy pequeña – dijo Kakashi.

- También la mía – secundo el azabache.

- ¡Oigan! ¿Qué mi opinión no cuenta? – se quejaba el ojiazul.

- Pues sí que es un problema – opino, hasta el momento en silencio, Iruka.

- ¿Qué les parece la casa Uchiha? ¿No te importa, Sasuke? – pregunto la Hokage al Uchiha menor.

- ¿Por qué no se me ocurrió? Es buena idea, es bastante amplia y tranquila – dijo el azabache de acuerdo con la sugerencia de la rubia.

- Pues tu casa será – dijo Kakashi conforme con la idea.

- Oye, ¿A dónde vas? – pregunto el azabache al ver al rubio dirigirse a la puerta del despacho.

- A por mí cepillo de dientes y mi pijama – dijo con ironía y salió del lugar.

- Sasuke, tú encárgate de conseguir los futones que yo buscare lo demás… nos vemos allá, ¿De acuerdo?  Aquí vamos – saliendo tras el ojiazul.

     Para cuando el azabache y Kakashi llegaron a la calle, ya el ojiazul había desaparecido del alcance de sus vistas, ambos se miraron y sin decir palabra salieron en direcciones opuestas en busca del terco rubio, en estos momentos los dos desesperados ninjas deseaban tener el poder de la mirada del Hyuuga para facilitarles la tarea de búsqueda del ojiazul, pero cada quien a su manera hacia lo que  podía y más, solo era cuestión de tiempo el que lo encontraran, pero ese corto lapso de tiempo podría complicar mucho las cosas a nuestros dos enamorados…  incluyendo a un tercero.

- La casa Uchiha… solo de pensarlo se me pone la piel de gallina – murmuraba el ojiazul para sí mismo mientras caminaba por el bosque lejos de la vista de sus dos guardianes – Definitivamente no iré a ese lugar… ¿Y si hay fantasmas? Además… no puedo pelear con cosas a las que no puedo golpear, es mala idea, ¿Votos a favor? Es unánime, así que…

- También estoy de acuerdo, ese sitio tiene mala briba – dijo Itachi saliéndole al paso al rubio – Aguarda, no voy hacerte daño – al ver la reacción sobresaltada del menor.

- ¿Y tengo que creer lo que tú digas? – asumiendo una postura de pelea.

- Vamos a ver, dime honestamente, ¿Tú crees que podrías ganarme en una pelea? Sé que no eres persona de decir mentiras, entonces dime qué crees en este momento -  cruzando sus brazos y descansando su espalda en un árbol, una pose inofensiva para dar confianza al ojiazul.

- ¡Claro que sí… tal vez! Creo que no… no – disminuyendo sus respuestas cada vez que el moreno sonreía con indulgencia, el rubio tomo asiento sobre una de las gruesas raíces del mismo árbol donde el mayor se apoyaba – Bien, descansare un rato ya que de nada me serviría echar a correr, ¿Cierto? Otra cosa, en verdad quería encontrarme contigo – alzando su mirada hacia el moreno.

- ¿En serio? Me agrada escuchar eso – palabras ciertas.

- Quiero saber el por qué de tu empeño en capturarme, ¿Qué quieres conmigo? No soy nadie importante, y mucho menos valioso para nadie, así que no entiendo cual es el motivo de que me persigan tú y tus amigos – suspirando hondo al terminar de hablar.

- No son mis amigos, solo compañeros de trabajo, y si eres importante…  al menos para mí – revolviendo el cabello rubio – Todo lo que tienes que hacer es seguirme, no te preocupes… no pienso entregarte a nadie – al ver el rostro desconfiado del menor.

- ¿Y por qué haría eso? Se supone que tú eres el malo y por eso tengo que huir de ti… o eso creo – no muy convencido al observar el semblante amable y sincero del Uchiha mayor.

- Se que solo sabes lo que te han dicho de mí, o has escuchado por toda la aldea, pero no tienes nada que temer… yo te protegeré de todo lo que pueda hacerte daño, daría mi vida por eso sin pensarlo siquiera -  guiñándole un ojo y sonriéndole.

- ¿Pero por qué? No somos amigos, no nos conocemos de nada, esta es la segunda vez que nos vemos… ¿Y dices que me quieres contigo? ¿Qué darías tu vida por mi? No entiendo nada de nada – agarrándose la cabeza con desesperación.

- El motivo es simple y al mismo tiempo muy complicado para ti, si vienes conmigo todo se te aclarara, Naruto – agachándose frente al ojiazul.

- ¿Quieres decir que no me llevaras a la fuerza? ¿Qué puedo regresar si quiero?

- Así es, pero dime… ¿No sientes curiosidad por descubrir mis verdaderas intenciones? Piénsalo, se que eres curioso – pasando sus dedos por una de las mejillas del rubio.

- Yo no sé qué… - pensándolo - ¿Podrías decirme de que se trata? Aunque sea un poco – mirando directamente a los ojos negros.

- Te daré una pista – acercando sus labios a los del rubio.

     Los labios de Itachi presionaron los del ojiazul hasta hacerlo abrir su boca, luego coló su lengua invitando a  jugar a la del rubio, Naruto ofreció cierta resistencia al principio, pero poco a poco su cuerpo se fue relajando al sentir las manos del Uchiha acariciar dulcemente su espalda, los sentidos del ojiazul fueron robados por el placer del beso y los brazos que se ajustaban a su cuerpo.

     No supo cuanto tiempo duro el contacto entre ambos, pero el ojiazul resintió el momento en el que sus labios se separaron, cosa que no dijo por supuesto. A duras penas, ya que quería hacer aun más, el moreno termino su abrazo para ver la reacción del menor, pero al parecer parecía estar en otro planeta, buen signo pensó el Uchiha, ya luego se ocuparía de buscar un lugar más adecuado para finalizar lo que había empezado, pero antes tenía que salir de Konoha llevándose al rubio con él, no sería tarea fácil ya que seguramente estarían buscándolo por todos lados y a gran escala.

- ¿Cuál es tu respuesta? – tendiendo su mano.

- ¿Eh… qué…? Yo… – aun en su nebulosa - ¿Pu-Puedo confiar en ti? Itachi… - queriendo volver a sentir aquel remolino de sensaciones, algo que no sintió en el accidentado beso con el Uchiha menor.

- Siempre – tomando la mano del ojiazul y emprendiendo la huida.

     Saltaron arboles, escalaron rocas, pasaron el rio, corrieron como locos y no pararon hasta estar lejos de la frontera de Konoha,  ¿Y ahora qué? se preguntaba el rubio observando la espalda del moreno mientras avanzaban, el pensamiento del Uchiha era solo uno, apropiarse del cuerpo y corazón del ojiazul los cuales no tenía intención de compartir con nadie, y para eso debía llevarlo lejos de cualquiera que lo hiciera dudar de su decisión presente.

- ¿Estás cansado? Podemos detenernos por un rato si quieres – al ver la agitación del menor.

- Un poco, pero enseguida se me pasa, ¿Hasta donde tenemos que ir? – sentándose al pie de un árbol.

- Lo más lejos que podamos – apoyándose en el mismo árbol.

- Eso no me dice nada, podríamos correr hasta el fin del mundo y aun así no nos alejaríamos de los problemas, no quiero que crean que estoy traicionando a Konoha… como tú lo hiciste antes – desviando la mirada del otro.

- Tuve mis razones.

- Con razón o sin ella, matar a alguien es…

- ¿No crees que es algo contradictorio lo que dices? Eres un ninja, por lo tanto tienes que estar dispuesto a matar sin contemplaciones.

- Lo sé, pero existen otras formas de… no voy a negar que me gusta pelear, pero siempre procuro hacerme entender con mis puños, y no siempre es fácil, créeme – poniendo sus dos brazos tras su nuca – con un tono amargo en su voz.

- Es hora de que sigamos adelante – tocando el hombro del rubio como señal de que debían partir.

- Claro…

     El ojiazul se levanto estirando sus brazos y comenzó la marcha, pero al dar sus primeros pasos su vista se nublo, la figura del Uchiha se veía distante y borrosa, imágenes pasaban por su mente a una velocidad de rayo, dichas visiones estaban conformadas fragmentos de su vida y relaciones con los demás, Kakashi, el azabache e Itachi eran el centro del remolino, y el ojiazul se sentía tragado por la voluntad de esos tres individuos que llenaban su particular mundo, el rubio sacudió la cabeza como si quisiera despejar todas esas inquietudes y aclarar su visión de lo que lo rodeaba, en cambio todo se oscureció haciéndolo caer en un hoyo negro donde ninguna imagen o sonido podían llegar.

- ¿Hasta cuándo va continuar de esa manera? Ya han pasado cinco días… - preguntaba  desesperado Kakashi observando el cuerpo inerte del ojiazul.

- Solo es cuestión de tiempo para que despierte – le contesto la Hokage.

- Maldito Itachi… y maldito yo por no llegar a tiempo – se recriminaba el ninja copia.

 

Continuara…   

Notas finales:

¿Como les ha ido? espero que muy bien, como les estaba diciendo esta historia la tenia guardada en un archivo que crei perdido, pero bueno, me dio pena desecharlo, así que diganme si vale la pena seguirlo o no, espero sus comentarios, nos vemos pronto.

besossss y chaito.

                                                                          Nessa Yaoi.


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