Cap.1 : Deseo de cumpleaños.
P.V.Sanji:
Era un día cualquiera, o no, no lo era, era mi cumpleaños, pero...¿Qué más me daba si él no me iba a decir nada? Y si me lo decía sería solo por no quedar mal. Me puse a cocinar un banquete para la hora de comer siendo ayudado por mis damas, que aunque me hubieran dicho que no hiciera nada, yo no cocinaba por obligación, sinó por gusto. Quería olvidarme de mi pequeño problema amoroso mientras cocinaba, pero al parecer el destino no quería que lo hiciera. Zoro entró en la cocina sin camiseta haciendo que me embobara levemente al instante, pero me di cuenta de lo que estaba haciendo y volví a mi faena, no podía dejar que los demás se dieran cuenta de mis sentimientos, pero en cuanto el Marimo cogió la botella de sake y salió de mi preciada cocina, mis chicas me hicieron notar sutilmente que ya se habían dado cuenta.
-¿Has oído alguna vez que si pides un deseo antes de soplar las velas, se hace realidad?-Me preguntó Robin.
-Eso es una tontería.-Le contesté.-Además, yo no creo en ese tipo de cosas.
-Pero por probar no pasa nada.-Argumentó mi pelirroja.-Total, si no se cumple te quedarás igual, y siempre te quedará decírselo.
Me ruboricé.-¡No! Si se lo digo me cortará, o peor, me despreciará...
-No creo que Zoro haga eso, es idiota y tiene mal carácter...-Empezó a deci Nami.
-Pero no es una mala persona.- Acabó la frase mi arqueóloga.
-Ya lo sé...pero no soy capaz de decírselo, no aún.
Las chicas sonrieron comprensivas y después seguimos cocinando hasta la hora de comer.
-¡Ya está la comida!-Avisé.
Al segundo ya estaba Luffy en la cocina seguido por Usopp y Chopper, después aparecieron Franki y Brook hablando y riendo, y detrás de ellos apareció Zoro con su normal tranquilidad. Hoy no tenía ganas de meterme con él, estaba demasiado triste como para que además se enfadara conmigo, quería tener el día en paz, y al parecer él también. Mientras comíamos oía como casi todos me halagaban, sí, casi todos, en toda la comida el Marimo no me dirigió la palabra y no sé que era peor, si peleábamos o si nos ignorábamos mutuamente. Me sentía muy mal siendo ignorado por él, pero me lo recompensó inconscientemente un poco.
-Gracias por la comida, estaba muy buena.-Simplemente dijo eso y se dirigió hacia la puerta. Nos sorprendimos un poco, pero supusimos por que lo dijo, por que era mi cumpleaños.
-Espera Zoro, aún falta la tarta.-Dijo alegre el capitán.
-Lo siento, pero no me gustan demasiado las cosas dulces.-Después de decir eso, salió de la cocina y se tumbó en el césped.
Al poco rato de que Zoro saliera de la cocina, sacaron la tarta con dos velas encendidas encima. La primera era un dos, y la segunda un uno. Me acercaron el pastel para que soplara las velas, y yo cogí aire mientras cerraba los ojos para pedir un deseo antes de apagar el fuego de esos números de cera.
-"Deseo que Roronoa Zoro me felicite sin sentirse obligado."-Soplé las velas, apagando el fuego de ambas y en seguida todos los que estaban allí empezaron a aplaudir y a felicitarme por milésima vez.
P.V.Zoro:
Hoy era su cumpleaños y lo último que quería era estorbarle. Entré en la cocina el último y me senté en mi sitio. Oía como los demás le halagaban por su excelente comida, pero yo no dije nada, tenía que seguir actuando como siempre. No nos dirigimos la palabra en toda la comida, ni siquiera para pelear, y eso me dolía. Me sentía ignorado por la persona que más amaba y al parecer, él tampoco estaba muy alegre. Aunque sonreía y se divertía con los demás, podía ver la tristeza en sus ojos. No entendía el por qué, había pasado todo el día con sus damas, tendría que estar feliz por ello, así que decidí salir al acabar de comer dándole un pequeño halago.
-Gracias por la comida, estaba muy buena.-Le miré a los ojos antes de dirigirme hacia la salida y vi como de su mirada desaparecía la tristeza.
Luffy intentó detenerme, pero dije lo primero que se me ocurrió para salir de allí, aunque en realidad es cierto que no me gusta demasiado lo dulce. Al cabo de un rato, mi capitán me obligó a ir a la fiesta que habían montado. No pude decir que no, pues también me lo pidió mi rubio, aunque parecía estar ebrio. Yo también me puse a beber sin perder de vista al cocinero en nigún momento mientras hablaba y reía junto a mi capitán, ese loco de Franki y Brook, que en ningún momento había dejado de animar la fiesta con su música. Vi como con sus gráciles movimientos, aún estando un poco borracho, atendía a las damas. Hubo un momento en el que nuestras miradas se cruzaron y me sonrió, por inercia sonreí también a la vez que notaba como mi corazón empezaba a latir con fuerza, tanta que creí que el corazón se me saldría del pecho. En ese momento decidí que esa misma noche le diría todo lo que sentía por él, aunque lo más seguro era que me despreciara.
La tarde pasó, y uno a uno fueron abandonando la fiesta para dirigirse a sus respectivos camarotes hasta que en cubierta solo quedamos el cocinero, que le tocaba guardia, y yo.
-Oi, Sanji.-Le llamé.
Se giró hacia mi prestándome atención. Yo me acerqué hacia él poco a poco mientras él seguía en silencio. Veía como se tensaba a medida que me iba acercando, al parecer le resultaba incómoda mi cercanía.
-Yo solo quería...-No podía decírselo, me estaba poniendo muy nervioso al igual que él.
Dejé de acercarme a él cuando solo unos centímetros separaban nuetros cuerpos.
-Feliz cumpleaños.-Después de decir eso le besé tímidamente en los labios ya que no sabía como iba a reaccionar, y la verdad, reaccionó de una formma que no me esperaba, correspondiéndome al beso.
-Te amo.-Esas palabras me sorprendieron gratamente haciendo que le volviera a besar.
-Yo también...te amo, te amo tanto...-No podía separarme de él, ahora que sabía que sentía lo mismo que yo, no quería alejarme.
-Gracias...-Eso me dejó sorprendido, no sabía a que venía y después de un beso que me dio él a mi acabó la frase.-Gracias por este cumpleaños.-Después de eso se volvieron a fundir en un tierno beso en el cual posaron todos sus sentimientos.