Capitulo 6.- La esperanza debida.
-¿Dónde está el médico? ¿Por qué no nos dicen nada?-Desesperado camino de un lado a otro en el pasillo. Parezco un tigre enjaulado pero no puedo tranquilizarme, sencillamente me es imposible sabiendo lo que esta pasando adentro del quirófano. Aun no sé que fue lo que ocasionó aquello, todo estaba bien hasta esta tarde. Apenas ayer hacíamos planes para ir a nuestra casa en la costa para esperar el nacimiento de nuestro hijo. Estaba preparando todo para tomar un mes de vacaciones, revisaba todo para poder dejar instrucciones precisas en caso de algún inconveniente pero todo se estaba perdiendo. Mi tío ya me había aceptado el permiso en la empresa que le pertenece, todo estaba listo prácticamente.
Hacia poco habían salido solo para darme malas noticias, decirme que Shun necesitaba cirugía para salvarlo a él y al bebé no había sido una buena idea, solo lograron inquietarme mas. “Ha perdido mucha sangre” me dijeron “Es necesario intervenir si queremos salvarlos a ambos” No dudé ni un segundo en dar la autorización que necesitaban para proceder y fue cuando inició la eterna espera. Sus últimas palabras, ese doctor de porquería solo quería asustarme, quiero creer que así. “Si tuviera que elegir entre ellos, ¿a quien salvaría?” No respondí a eso, es una osadía el simple hecho de sugerirlo, no voy a elegir entre mi hijo y mi esposo.
Afortunadamente todos están aquí para darme el apoyo moral que necesito aunque ahora mismo soy una molestia para ellos. Al menos los demás están sentados tranquilos o lo mas cercano a ello, pero yo no puedo, si me quedo quieto voy a enloquecer de eso estoy mas que seguro. Resoplo seguido, lo único que puedo escuchar es el latido de mi propio corazón. Deseo estar al lado de mi esposo y sujetar su mano como habíamos planeado que sería.
Tanto Seiya como Shiryu se abrazan mirándome marchar, tal vez comienzo a marearlos. Sus pequeños gemelos, Musu y Suke se encuentran en casa al cuidado de mi tío al que considero un padre y la esposa de mi cuñado junto a Andrómeda, aquella pequeña niña tan idéntica a mi esposo. He visto como Ikki la sobreprotege de igual manera, su cuidado solo compite con el de Shun. Esa niña y Esmeralda son la familia que él se merece pues es un gran padre, un esposo modelo, el mejor de los amigos y un excelente hermano.
-¡Rayos, Shaka!- exclama mi cuñado tomándome del saco para jalarme y provocar que cayera sentado sobre uno de los asientos- Me pones mas nervioso.
-Lo siento- susurro mirando las puertas con desesperación, rogando por que se abrieran de un momento a otro para que alguien me dijera que él está bien, que nuestro pequeño está saludable.
-Shun siempre ha sido delicado de salud- dice de pronto Seiya, sonriéndome mientras su esposo lo abraza acariciando su brazo. Ellos también están tan preocupados como yo- en el orfanato pasaba mucho tiempo en enfermería ¿Verdad, Ikki?
-Si, desde que fuera un bebé nos ha dado unos sustos terribles- suspira mirando también a las puertas. Es su hermano, también él se siente turbado ahora mismo y con esas palabras intentan darse ánimos a ellos mismos.
-Pero siempre salió de todo eso- continuó Milo sentado del otro lado de Seiya, acompañado con el hermoso joven de cabellos rubios que ahora era su prometido. No había conversado mucho con él hasta que me casé con Shun y de inmediato me pareció un buen sujeto, un gran amigo que se preocupa por él. No sé que es lo que ese pequeño tiene, pero en todos nace ese único sentimiento de protección, cada uno se esmera en arrancarle una sonrisa y procuramos su bienestar. Es increíble que Hyoga le hiciera todo aquello.
-Tal vez es delicado de salud, pero es fuerte también y estoy seguro de que ahora mismo está luchando con todas sus fuerzas, por él, por nosotros y sobre todo por su hijo- dice Shiryu tratando de tranquilizarnos a todos.
-Si algo le pasa no sé que haría- comento pesimista temiendo lo peor. Casi me parece escucharlo aun quejarse a través del teléfono.
-Ni siquiera lo sugieras- me amenaza muy molesto Ikki a lo que yo sonrío un poco cansado, sé que lo ha hecho porque he despertado o alimentado ese miedo en él. No se cuanto tiempo mas soportaré esta presión.
-¿Qué fue lo que pasó?- me pregunta Afrodita acercándose un poco para darme un vaso de agua el cual acepto de inmediato.
-No lo sé, me llamo de pronto al celular y…- no puedo contener mas las lagrimas, mi mundo se va a acabar si pierdo a alguno de los dos- todo fue tan rápido.
-Tranquilo, ahora debes ser fuerte por ambos- Ikki pone una mano en mi hombro para darme soporte, pero no puedo hacerlo. No soy tan fuerte como lo es él, no se como diablos puede mantenerse tan sereno cuando mi mundo y su única familia esta adentro luchando contra la muerte para traer a la vida a alguien mas.
Esmeralda llega en ese instante con la bebé entre sus brazos, lloriquea bajito pero eso me hace olvidar por unos segundos mi angustia. Así como a mi amado esposo, esa niña me tranquiliza pues me gusta verla, un pequeño ángel casi replica de mi Shun.
-¿Qué haces aquí?- se levanta Ikki tomando a la balbuceante criatura para mecerla y calmarla
-¿Donde estas Musu y Suke?- se levanta preocupado Seiya acercándose a ella.
-Tranquilo, estaban dormidos cuando me vine, los dejé con el señor Bumhika- Seiya suspiró pero aun así no se alivió por completo.
-Esmeralda- llama Ikki con el ceño fruncido- este no es lugar para Andrómeda- regaña pero su esposa solo sonríe con ternura y lo besa.
-Creí que te haría bien estar con ella- susurra, Ikki sonríe, la verdad era que si se le nota estar mas tranquilo con ellas dos cerca.
Yo miro como mece a esa criatura que no deja de balbucear y de vez en cuando miro al quirófano. Estoy ansioso, deseoso. Sé que el hecho de que este impaciente y me ponga a llorar no hará que todo este mejor allá adentro, todo depende del medico que lo atiende y sé que es el mejor, me he encargado de ello desde que supe que mi marido estaba encinta.
-¿Quieres cargarla?- llama mi atención mi mejor amigo y cuñado extendiendo al bultito rosa hacia mi.
Me levanto aceptándolo de inmediato. La niña se acurruca en mi pecho y por el enorme parecido con Shun por un momento imagino como es llevar en brazos a mi hijo o hija. Shun no quiso que el medico nos lo dijera, quería que fuera una sorpresa y eso resultó un problema al momento de decorar la habitación del bebé, pero fue divertido ingeniárselas. Por primera vez desde que llegara aquí sonreí tranquilo, esa niña logró serenarme un poco.
-Deja de preocuparte tanto- me dice Milo y siento una mezcla de agradecimiento y furia por esas palabras, pero por el gesto que hizo Afrodita acariciando su hombro, sé que lo ha dicho mas para si mismo que para mí.
El tiempo parecía transcurrir con mayor lentitud. Ya eran pasadas las 3:00 am y aun no recibíamos noticias de Shun, todo se estaba complicando demasiado, nada parecía querer salirme bien. Los demás ya estaban también un poco más tranquilos al menos en apariencia. Sentados en las butacas las parejas se consolaban una a otros mientras yo lo hacia mirando el rostro sereno de mi sobrina que chupaba su puñito ajena a todo esto que hay alrededor.
-Señor Madoka- Casi una eterna hora después en la que conseguí tranquilizar a la pequeña, el médico finalmente sale de la sala de cirugía y todos nos ponemos de pie para recibirlo. Se ve cansado, sudoroso pero tranquilo- me complace decirle que ya es usted el orgulloso padre de un hermoso varón- Sonrío cuando una tremenda felicidad me embarga, finalmente todo está saliendo bien, mis amigos comienzan a palmearme la espalda por el júbilo, todos estamos felices por esa noticia- Su hijo es delicado de salud por ser prematuro pero le aseguró que esta bien, ahora será llevado a la incubadora donde permanecerá un tiempo- Eso me hace recuperar un poco el aliento, al menos por un instante pues no me ha dicho nada de Shun… necesito preguntarlo.
-¿Y cómo está mi esposo?- me adelanto a todos aun con la bebita en mis brazos que comienza a inquietarse tras mis bruscos movimientos. Todos guardan silencio esperando la respuesta y justo ahora se le ocurre al medico hacer una pausa dramática, o tal vez solo la imaginé.
-No le voy a mentir, el esfuerzo fue mucho y perdió gran cantidad de sangre- mientras mas hablaba mas hundido me sentía, solo quería llorar comienzo a temblar de miedo, me aferro a esta niña aun sosteniendo el ultimo racimo de esperanzas- pero fuera de todo pronostico él está increíblemente bien, un poco delicado y débil pero se recuperará- dice sonriente, el alma me viene al cuerpo de inmediato y sonrió como un estúpido, la fuerza me viene de golpe, hubiera gritado de emoción de no ser porque no puedo ni moverme.
-Puedo verlos- pedí ansioso, era mi mas grande deseo en esos momentos.
-Ahora están siendo trasladados, pero mas tarde puede hacerlo- dice antes de irse.
Inmediatamente camino de regreso a la silla donde me siento aun sonriendo como un idiota, pero el idiota más feliz que pudo haber existido en la historia de la humanidad.
-Soy padre- susurro tranquilo pero eufórico-Dioses… ¡Soy padre!- la niña llora en mis brazos por mis gritos, Esmeralda la toma y de inmediato comienza una serie de abrazos que recibo y ofrezco. Soy tan feliz que no se como describirlo. Mi corazón late desenfrenado, deseo gritar al mundo que soy padre, que estoy casado con el mejor hombre del mundo y que lo amo más que a nada.
-¿Cómo lo llamarán?- me cuestiona Seiya y yo solo niego aun sonriendo.
-Cielos, no lo se- admito incrédulo- hemos discutido muchos nombres pero nunca llegamos a un acuerdo- y no es eso realmente lo que importa, lo importante es que la familia crece, solo es el primero de muchos más.
-La familia de Shun Madoka- llama una enfermera y me levanto de inmediato a lo que ella asiente- puede pasar a verlo, pero sea breve, está muy agotado.
-Gracias.
La sigo por un largo pasillo blanco flanqueado por muchas puertas. Llegamos casi al final donde ella me abre paso. Necesito verlo, besarlo y estrecharlo entre mis brazos, agradecerle infinitamente por esto. Al entrar lo miro recostado en las mullidas almohadas con los ojos cerrados. Se ve pálido, cansado y desaliñado por el esfuerzo pero aun así es hermoso, es el hermoso padre de mi bebé.
-Shun- lo llamo bajito y el abre los ojos de inmediato.
-¿Cómo está? ¿Lo viste?- se preocupa intentando moverse, pero el dolor de la cirugía lo hace desistir. Me acercó para sentarme en una butaca cercana desde donde puedo tocarlo, lo tranquilizo acariciando sus mejillas.
-Aun no lo he visto, tienen que revisarlo primero pero el medico me ha dicho que esta sano, lo llevaron a la incubadora por ser prematuro- aseguro acariciando sus manos y regalándole una sonrisa- es un varón, Shun, somos padres de un hermoso niño.
-Bésame- me pide comenzando a llorar, pero veo en sus ojos que no es de pena sino de la misma alegría que yo siento en esos momentos. Lo obedezco y uno mis labios a los de él. Lo amo demasiado. El mundo puede ser testigo de eso- Te amo- me dice y como respuesta vuelvo a besarlo.
-Eres mi vida- le digo, me ha dado un hijo, ha desbordado mi felicidad. Este joven es lo mejor que me pudo haber pasado, casi puedo tocar el cielo con la punta de mis dedos gracias a él.
-¿Dónde está mi hermano? ¿Seiya, Shiryu y Milo están afuera? ¿Están bien?
-Si, solo esperan ansiosos para que les diga como te encuentras pero dejando eso de lado también están felices por ti- sé que él es el mas emocionado con esto, al fin puede ver realizado ese sueño de traer al mundo a su hijo, quiero pensar que con esto puede dejar atrás aquella culpa por lo que le pasara a su primer bebé y ser completamente feliz a mi lado.
-No lo hemos nombrado- me dice de pronto con una sonrisa y limpiándose el rostro, se ve tan cansado- su nombre tiene que ser especial.
-Dame lo que tengas- bromeo, pues por sus palabras sé que ya lo ha decidido y no hay nada que pueda decir o hacer para hacerlo cambiar de opinión, es muy noble y complaciente, pero testarudo a pesar de todo.
-Me gustaría que se llamara Budha- me dice. Ese es el nombre de mi padre, aquel que murió de amor pero que siempre intentó darme lo mejor de si. Siempre lo recuerdo con cariño y él lo sabe, es una gran sorpresa que eligiera ese nombre y me ha hecho más feliz aun.
-Gracias- sonrió volviendo a besarlo- No sabes lo completo que me siento contigo a mi lado- digo uniendo mi frente a la suya cerrando los ojos dejando que mis lagrimas rozaran sus mejillas pálidas. Nose cuanto tiempo permanecimos así, simplemente sintiendo nuestra presencia. Es cuando lo escucho bostezar que me aparto un poco- Ahora debes descansar, todo esto es agotador- la enfermera me dijo que fuera breve y yo lo acepto aunque quiera estar con él toda la noche, pero primero esta su bienestar.
-¿Vendrás después? Me dirás a quien se parece ¿Verdad?- sonríe débilmente cerrando los ojos dispuesto a obedecer pues de verdad lo necesita.
-Claro- aseguro acariciando su rostro hasta que se queda dormido. Entonces beso su frente con cariño y sonrío viéndolo descansar después de despertar de esta pesadilla- Descansa, Shun.
Salgo de la habitación después de un último vistazo para caminar a la incubadora donde debe estar mi retoño siendo atendido. Debo conocerlo, ver a este pequeño ser que tanto esperamos ambos.
Con cuidado me acercó después de que el enfermero me dice donde está. Contengo el aliento a cada paso que doy acercándome a la incubadora hasta que puedo verlo. Nuestro hijito duerme tranquilo con las manitas redondas en puño y sus piernas flexionadas. Mi mano entra a la caja de cristal para tocarlo, parece tan frágil, como si tan solo un suspiro pudiera romperlo. Es pequeño y no puedo ver aun a quien se parece, pero su pequeña marañita de pelo es clara como la mía, tiene mi cabello.
-Hola Budha- saludo acariciando su cabecita mientras se remueve inquieto- tranquilo bebé, soy tu papá, yo voy a cuidarte y junto a tu papi vamos a encargarnos de que seas el ser mas feliz sobre la tierra, aun mas de lo que lo somos nosotros por tu llegada.
Mis lágrimas se derraman, no puedo evitar esta ola de emociones demasiado fuertes. Es solo un bebé pero me doblego ante su fragilidad, no solo es mi hijo, también lo es de la persona que amo y eso es lo mejor de todo. Me ama y este niño es la muestra de ello, el inicio de un futuro brillante a su lado. Nuestra familia apenas inicia.