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Corre por Chris Yagami

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Capítulo 2.- Infiel

Los días siguieron pasando, tres días en los que no quise salir de casa por miedo a encontrarlo. Quiero que quede como un espectro en mi recuerdo, y quiero que el tiempo pase. Pero hoy me siento mal, tengo que ir a ver al medico para la consulta semanal, no puedo permitir que mi miedo perjudique a mi bebé así que camino a la calle. Por unas cuadras todo fue tranquilo, de repente lo veo llegar en dirección contraria con una gran sonrisa, si está siguiéndome voy a llamar a la policía.

-Te encuentro de nuevo- saluda, quiere darme un abrazo pero me niego dando un paso atrás- ¿Qué sucede?

-Sabes que sucede- no lo miro, estoy mirando sus pies, no puedo enfrentar su mirada.

-Aun te amo- el corazón me brincó, sentí que me atragantaba  y comencé a hiperventilar. ¿Cómo puede decirme eso ahora? No tenia por que saberlo, ¡Eso era algo que no tenia porque decirme!-¿Shun?

Ya viví esta escena
Y con mucha pena te digo no, conmigo no.

Me siento frio, estoy sudando pero también tiemblo. La cara la siento hervir y mi vientre en un escozor insoportable. Me sujeto de sus hombros, no me siento nada bien. Hay algo que resbala entre mis piernas, cálido caía lentamente en vertical hasta que llega a mis tobillos. Me miro ¡Hay una mancha de sangre entre mis piernas!… ¡Mi bebé! No, no, no. ¡No puede pasarme de nuevo!

No pude evitarlo, caí en la inconciencia en sus brazos… no me importa mi vida, solo quiero que mi bebé este bien. ¿Por qué me tiene que pasar esto? ¿Qué le hice a la vida para que no me deje ser feliz?

El pitido a mi alrededor trae de nuevo a la conciencia, lentamente y con una tranquilidad única. Hay demasiada blancura en esa habitación. De nuevo un hospital, de nuevo por una razón parecida. Asustado llevo mis manos a mi vientre plano, tengo que saber de mi bebé antes de que enloquezca, no podré soportar que algo le haya pasado a este bebé también. Frente a mi hay un par de zafiros azules, solo un nombre me viene a la cabeza.

-¡Shaka!- llamó pero inmediatamente me doy cuenta de que no es él, sus ojos no son tan tranquilos y puedo ver algo que me atemoriza en ellos.

-No, soy yo- susurra y su voz provoca un escalofrío en mi espina dorsal.

Di lo que podía,
pero a media puerta se quedó, mi corazón

-¿Dónde esta mi esposo?- pregunto un tanto temeroso, pero el solo cerró sus ojos y apretó sus puños.

-No lo sé- se acercó, yo intenté retroceder protegiendo mi vientre, aun recuerdo aquella ocasión en la que me arrebató a nuestro hijo, cuando no se tocó el corazón por nada.

-Quiero ver a Shaka- pido a pesar de que temo por mi, pero estoy en un hospital, no creo que intente algo.

-No sabe que estás aquí- me quedo callado, no sé qué es lo que pretende, solo lo dejo acercarse hasta que toca mi rostro y me regala una caricia, me estremezco… me gusta.

Mis ojos casi se salen de sus cuencas cuando siento la presión en mis labios. ¡Está besándome! ¿Cómo se atreve? Intento apartar el rostro pero me sujeta del mentón y me obliga a permanecer así, de nuevo a la fuerza como siempre lo hacia. Su lengua se cuela entre mis labios y toca la mía. Sin proponérmelo, sin pensarlo me dejé llevar, jugué con él y correspondí ese beso…

Tu... libreto de siempre tan repetido
Ya no, no te queda bien

-¡No, basta!- lo empujo, no puedo permitírmelo, soy un hombre casado y no es justo lo que le hago a mi marido- ¡Vete! Ya no quiero verte ¡Lárgate! ¡Largo, largo!- grito una y otra vez, si alguien me viera diría que he perdido la razón, pero estoy cuerdo,  por eso quiero que se vaya, no voy a permitirle convertirme en esto.

Una enfermera entra de pronto al escuchar mis gritos, inmediatamente él sale de mi habitación y la mujer se acerca a mí para tranquilizarme y de verdad lo intento pero el siempre logro hacer esto en mi, puede doblegarme, puede hacerme lo que quiere y voy a caer.

-¿Cómo está mi bebé?- tomó el brazo de la mujer, estoy asustado, no me han dicho nada.

-Tranquilícese, su bebé está bien- contesta tomándome de los hombros para recostarme. El alma me volvió al cuerpo con su simple respuesta pero hay algo que me preocupa aun.

-Quiero ver a mi esposo, por favor, deben decirle que estoy aquí- la enfermera me mira y después mira la puerta, la verdad no dudaría que aquel le dijera que es mi marido.

-¿Él no es su esposo?

-No, llámelo, su nombre es Shaka Madoka, localícelo por favor.

Asiente, se retira y yo me quedo solo nuevamente, no sin antes pedir que no lo dejaran pasar, él no tiene que estar aquí, aunque agradezco que me haya traído al hospital antes de que algo mas le pasara a mi bebé, estaré eternamente agradecido, pero eso no le da derecho a hacerme esto.

Poco tiempo después Shaka esta a mi lado, también mi hermano Ikki. Seiya y Shiryu llegan un poco después. Los miro a todos, siempre conmigo, preocupados por mi bienestar y yo lo único que se hacer es dar problemas. Soy un maldito idiota despreocupado que solo logra herirlos, hacer que teman por mi. Parece que no puedo cuidarme yo solo, siempre termino de victima y ellos como mis héroes.

Así que corre, corre, corre, corazón
De los dos tu siempre fuiste el más veloz.

-¿Estás bien?- pregunta mi esposo acariciando mis mejillas, simplemente sonrío y tomé una de sus manos para besarla- ¿Estás enfermo? ¿Es grave?

-Descuida, es normal- contesto tranquilo, después poso su mano en mi vientre y acaricio su rostro, me mira, esta sorprendido- Saluda a nuestro hijo- la sonrisa de Shaka no puede ser mas brillante, está feliz eso se puede tocar. Sus dedos acarician por encima de la bata que llevo encima y se acerca a mi, afortunadamente besa solo mi frente.

-Es maravilloso, Shun- dice emocionado mi hermano golpeando el hombro de Shaka para felicitarlo. Nunca creí que estuviera tan de acuerdo con mi matrimonio, se mostró renuente con Shiryu, mi primera pareja y aun más con Hyoga, pero con Shaka es diferente-Muchas felicidades.

-Me haces tan feliz- Shaka sonríe regalándome otra caricia, sus ojos se han humedecido al igual que los míos, vuelve a acercarse, quiere besarme pero yo no puedo, desvió el rostro mirando a Seiya y a Shiryu que se sorprenden por mi acción, pero Shaka no me dice nada.

Toma todo lo que quieras pero vete ya
que mis lágrimas jamás te voy a dar

No puedo besarlo, no después de haberlo traicionado de esta manera… no se si lo que siento es la vergüenza de haber faltado a nuestro compromiso solo el falto de respeto, o el dolor por haber besado a otro hombre y herirlo por que lo amo. No se si lo que siento por él es el compromiso por haberme salvado o de verdad es amor.

-¿Cómo llegaste aquí?- pregunta Shiryu mirándome seriamente.

-Me desmayé y me trajeron al hospital, no es una gran historia- es la verdad así que no estoy haciendo nada malo ¿Sabrán ellos que Hyoga está aquí?

A pesar de que no fue nada grave  permanecí en esa habitación durante todo ese día con su noche y en todo ese tiempo mi esposo no se apartó de mi, me ayudo a darme una ducha, a comer, durmió en el sofá ese noche y trabajo en esa habitación con su computadora portátil pues sé que está muy saturado de trabajo, aun así no se apartó de mi lado. Cada vez me sentía peor.

-Te amo- dije de pronto y el me miró a través de sus gafas, me gusta como se ve con gafas, es demasiado atractivo.

-También yo- sonríe y se acerca. Una vez me pregunté porque Hyoga permanecía a mi lado si ya no me amaba y ahora parece que lo comprendo ¿Lástima? ¿Siento lástima por Shaka? No quiero que mi amor haya sido solo una ilusión todos estos años, es muy bueno, no puedo seguir enamorado de ese idiota, no puedo ser yo tan imbécil.

-Shaka- lo llamó evitando ese beso de nueva cuenta.

-Dime, amor- no puedo evitar sentir el ardor en mi garganta y ojos, me siento mal por él.

-¿Eres feliz?- se queda callado, sé que mi pregunta lo ha descolocado, pero después de segundo sonríe asintiendo.

-Todo es perfecto en mi vida ahora- me dice sentándose en la cama a mi lado y tomando mis manos para besarlas- Estás conmigo, tendremos un bebé ¿Por qué no sería feliz?

No le contesto, pero una lagrima sale de mis ojos, lagrima que el borra con un beso en mi mejilla. Es tan noble, tan dedicado y yo le estoy siendo infiel en el pensamiento. Antes no me atrevía ni siquiera a ello, Hyoga me trataba peor que a un animal y yo nunca le falle, Shaka me trata con respeto y le traiciono. ¿Tiene que violentarme para que sea fiel? No me lo merezco.

Así que corre como siempre no mires atrás
lo has hecho ya y la verdad me da igual.

Cuando estuvimos de vuelta en casa la pase en cama, Shaka no me permitió moverme y todo sea por la seguridad de nuestro bebé, así que cada mañana traía el desayuno a la cama, salía del trabajo para traerme de comer y durante la cena el cocinaba, mi hermano estaba conmigo cuando podía, pues con un hijo en casa le es difícil estar conmigo, pero soy feliz por él, Esmeralda es una buena chica y su matrimonio también va bien con un nuevo integrante. En otras ocasiones viene Shiryu o Seiya, en raras ocasiones está aquí Milo con quien he mantenido contacto. Todos se preocupan por mí, han pasado dos semanas desde el ingreso al hospital y de Hyoga aun no se nada.

-¿Estás seguro?- pregunta Shaka una mañana cuando decido ponerme de pie, el medico me dio el alta hace un par de días, pero aun así mi esposo no ha querido dejarme levantar.

-Me siento bien, te lo aseguro- me besa, ya lo acepto pero siempre tengo remordimientos.

Se ha ido a trabajar, me ha dejado solo en el departamento pues también le he dicho que no es necesario que los demás interrumpan sus actividades por mi causa. Sé que se ha ido inquieto, pero mas adelante lo llamaré a la oficina para tranquilizarlo, eso si no es él quien me llame primero.

Me miro largamente al espejo, mi vientre aun esta plano pero no tarda en crecer, tengo alrededor de ocho semanas según el medico eso quiere decir que mi hijo pronto dará señales de vida. Ya quiero tenerlo entre mis brazos, mirarlo, saber si tiene mis ojos o los de él, su cabello…

Shaka llegó a mí en el momento indicado, cuando me creía perdido en un abismo de depresión, fue una luz en mi camino y la verdad lo agradezco. Después de que despertara esa tarde en el hospital con mis amigos alrededor, cuando me entere de la perdida de mi primer bebé inmediatamente él llegó, su imagen apenada, con un ramo de rosas en sus manos es una de las escenas que no quiero olvidar nunca, todo un caballero, ni siquiera habíamos hablado realmente, él era para mi solo el amigo de mi hermano, pero supo conquistarme a pesar de que dije que no quería volver a sentirme así, casarme o cualquier cosa. Fue paciente conmigo, no pude entregarme en nuestra noche de bodas pero no le importó, sabia de lo que fui victima en mis casi dos años de matrimonio y  no me presionó, es esa una de las razones por las que no hemos concebido hasta ahora porque él desea un hijo tanto o mas que yo, pero no me había entregado del todo hasta hace poco mas de un año. Lentamente fui suyo, pasos lentos que camine a su lado, no detrás como lo hacia con Hyoga.

Siempre quise estar a su lado, intenté correr para estar con él, pero nunca fui suficiente, aunque me esforcé innumerables ocasiones seguía mirando su espalda, nunca su rostro. Nunca me esperó y cuando me di cuenta yo había tropezado y estiraba mi mano agónicamente para tocarlo, pero no se compadeció de mi. Por el contrario de Shaka, él me tomó la mano y me ayudo a caminar, se detuvo conmigo muchas veces en las que estaba cansado y descanso conmigo hasta que estuve listo para recorrer un tramo mas en este camino.

Estoy comparándolos, no debiera ser así, Shaka es él y jamás seria como lo es Hyoga. Por eso estoy con él, por eso me enamoré de él y no deberían caber en mi cabeza estas dudas, no cuando espero el hijo de mi esposo…

¿Qué estoy diciendo? Me escudo en este niño para no querer aceptar a Hyoga en mi camino… si no existiera este bebé ¿Lo aceptaría? ¿Me atrevería a dejar a Shaka?

Notas finales:

Gracias por leer y por sus comentarios.


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