Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El misterio de un músico ambulante. por Sayumi Kioko

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

El mundo de One Piece pertenece a Eiichiro Oda.

Notas del capitulo:

Pues nada, que aquí traigo otro fic que me ha obligado a publicar Ayume-onee-sama, no tenía planeado empezar a subirlo hasta dentro de una semana o así, así que deberían agradecérselo a ella xD

Espero que os guste este pequeño fic que os traigo. ^^

Gomen Ayume-onee-sama, al final no te he podido esperar, tengo mucho sueño y quiero irme a dormir T3T

Nos leemos! ^^

 Acababan de llegar a una isla de primavera, después de estar dos años separados y de salir de aqulla isla submarina, se merecían un pequeño descanso todos juntos.

-Muy bien chicos, ya podemos desembarcar.-Dijo la pelirroja.-Brook, hoy te toca quedarte de guardia a ti, ya bajarás mañana y pasado.

-Entendido Nami-san.-Contestó el esqueleto.

-Vale, los demás ir bajando de uno en uno y os iré dando vuestro dinero.-Y señalando al peliverde dijo.-Menos tú.

-¿Y por qué yo no tengo dinero?-Protestó.

-Porque tú me sigues debiendo dinero, aunque hayan pasado dos años, la deuda sigue intacta.-Contestó.-Pero en vez de eso, cogeré esta pequeña miseria a cambio de empezar de cero. ¿Te parece mal?

-No.-Dijo con simpleza.

-Entonces ves bajando ya, podéis hacer lo que queráis mientras no tengamos que salir corriendo de aquí.-Ordenó.

-Muchas gracias.-Dijo haciendo una pequeña reberencia el peliverde antes de irse.

Los demás se quedaron atónitos, entre que Nami estaba muy generosa y el espadachín se había vuelto algo educado, se había vuelto todo muy extraño en un momento. Todavía era algo pronto para irse de juerga, así que lo que hicieron fue separarse e ir a pasear, comer, descansar un poco, etc. El peliverde en cambio fue algo distinto, se fue a un local, pero no para beber, sinó para actuar esa misma noche, hacía mucho tiempo que no actuaba delante de gente y le apetecía, aunque también lo hacía para poder ganar algo de dinero y beber, seguramente si actuaba allí le darían algo de sake gratis. Se pasó toda la tarde arreglándose y ocultando un poco su cara con ayuda de los maquilladores de ese local, pues era un reconocido pirata y podían tener problemas. A los del bar no les importaba quien era el que actuaba, les gustaba que todo tipo de personas hicieran lo que más les gustaba. Algunos tocaban instrumentos, como era el caso del espadachín, otros se dedicaban al ventrilocuismo, también habían actuado varias personas haciendo malavares, e incluso magia. De todas formas, si tenían algún prolema con los piratas, simplemente llamaban al guardia que había en la puerta, y con sus poderes de la fruta del diablo que había comido los transportaba a la siguiente isla. Por la noche el peliverde estaba completamente arreglado, le habían cambiado totalmente, no parecía él. Llevaba unos pantalones ajustados, una camisa verde, a juego con su pelo, unos zapatos bastante cómodos y le habían puesto unas gafas de sol además de maquillarle la cara para que no se le viera la cicatriz del ojo. Salió al escenario para actuar e hizo una reverencia en modo de saludo, cuando acabara cobraría, se cambiaría y volvería al barco, pero no contaba con un inconveniente, el rubio. Estaba sentado solo en una de las mesas cercanas al escenario, al principio se puso un poco nervioso, pero cuando empezó a tocar, se le pasó todo, la música calmaba, sabíaque no podría vivir sin ella. Su flauta travesera relucía esa noche especialmente, y no por los focos que alumbraban, sinó porque hoy le estaba trasmitiendo todos sus sentimientos al cocinero a través de su instrumento porque sabía que era de la única forma que podía hacerlo sin recibir rechazo de su parte. Acabó de tocar y volvió a hacer una reverencia, bajó del escenario mientras un fortísimo aplauso lo despedía. Guardó la flauta después de limpiarla y se dirigió a la barra de aquel local con el maletín de su instrumento para beber un poco. Mientras esperaba a que le sirvieran, pasó algo que alegró bastante al peliverde, el rubio se sentó a su lado y empezó a hablarle.

-Hola, mi nombre es Sanji, solo quería felicitarte por la actuación, has tocado muy bien.

El espadachín se sonrojó un poco,cogió un papel y un bolígrafo que había en la barra y escribió.-Muchas gracias, de todas las veces que he actuado, esta es la primera que me felicitan.

-¿En serio?-Preguntó asombrado.-Con lo bien que tocas no debería ser así.

El peliverde volvió a escribir.-De todas formas no me importa, tan solo soy un músico ambulante que toca intentando ganar algo de dinero.

-Por cierto...-Pareció caer ahora en ese pequeño detalle.-¿Por qué no hablas?

-Porque no me gusta.-Escribió.-Me comunico mejor con la música.

-Entiendo...-Quedaron en silencio durante un rato mientras bebían hasta que el cocinero rompió el silencio.-Te pareces demasiado a él...-El peliverde se giró confuso.-Puedes irte si estás incómodo, pero yo necesito decirlo.

-¿El qué?-Volvió a escribir.

-Yo...soy un pirata.-Empezó a explicar.-Viajo con unas personas muy peculiares...una de ellas se parece a ti, y no sé ni cuando ni como lo hizo, pero me enamoró completamente...Después de dos años que llevábamos sin vernos la cosa sigue igual...o peor.

-Te entiendo...-Escribió.-A mi me pasa lo mismo, por un pequeño accidente nos separamos, me sentó muy mal, él era mi inspiración, por eso dejé de tocar durante estos dos años, pero ahora nos hemos vuelto a ver, el muy idiota es el hombre más mujeriego que conozco, pero aún así lo amo perdidamente...

El cocinero rió levemente ante ese comentario.-¿Es rubio?-El otro simplemente asintió y el cocinero volvió a reír.-Ni que estubieras hablando de mi. Muchos me dicen que soy el ser más mujeriego que conocen, y aún así...me he enamorado locamente de otro hombre...

-¿Todo es posible entonces, no?-El otro le miró extrañado.-Si siendo un mujeriego te gusta ese hombre...¿Quién dice que a él no le gustes tú?

-Porque es imposible.-Sonrió melancólicamente.-Al parecer lo único que le gustan son las katanas.

-Pero también es humano, como mínimo tendá necesidades básicas.

-Muchos dicen que es un demonio...y sobre las necesidades básicas...solo entrena, duerme, se ducha, bebe y come, no hace nada más.

-O eso crees tú. Cuando era pequeño, yo entrenaba en un dojo, y me hice amigo de un chico que parecía que solo vivía para entrenar, pero en realidad, a medida que le iba conociendo y nos íbamos haciendo amigos, me acabó contando que estaba enamorado.

-¿También sabes kendo?-Preguntó sorprendido.-Solo me falta que digas que usas el santoryuu.

-Pues sí, esla técnica que suelo usar para pelear, pero no me gusta meterme en líos.

-¡Jajajaja!-Rió el rubio.-Yo hace bastante tiempo que no tengo la opción de no meterme en ningún lío, mi capitán es un cabeza hueca al que solo le importan sus nakamas y conseguir su sueño.

El peliverde sonrió, le encantaba poder estar conversando, aunque no fuera mediante palabras, con el cocinero sin empezar ninguna pelea, pero lo que no sabía es que esa sonrisa había desatado un mar de sentimientos en el rubio, que en un arrebato, le besó en los labos, y el peliverde le correspondió gustoso a el beso. Fue poco después, cuando se separaron, cuando el cocinero se dio cuanta de lo que acababa de hacer.

-Lo...lo siento...-Dijo avergonzado.-Es que...te pareces tanto a él que...no lo he podido evitar...

-No importa.-Contestó el músico.-Si no lo llegas a hacer tú, lo habría acabado haciendo yo.

Pasaron un rato más hablando, tiendo y dándose algún que otro besohasta que el rubio dijo algo que dejó asombrado al otro.

-Etto...yo...me preguntaba si...¿Querrías hacerlo conmigo?

-¿Eh?¿Por qué?

-Pues verás...es que...-El cocinero estaba rojísimo, pero no se le noaba mucho por la oscuridad que había en el local.-Estoy caliente, no me va eso de masturbarme y no me apetece llegar así al barco.-Señaló su entrepierna.

-No soy de los que lo hacen con desconocidos.-Escribió después de mirar el estado de la parte baja del rubio.-Pero también te pareces mucho al hombre al que amo, así que si quieres podemos ir al baño y te hago una mamada.

El cocinero solo asintió, y justo después el peliverde se levantó, miró al otro y se fue hacia el baño. Poco después, el rubio le siguió al entender la idea que llevaba. Cuando el segundo entró, el espadachín lo estaba esperando detrás de la puerta después de asegurarse de que no había nadie. El músico creeó la puerta de golpe sorprendiendo al otro y cerró el pestillo para que nadie molestara. El baño era bastante espacioso y cómodo, perfecto para la ocasión. Después de cerrar la puerta, el peliverde empezó a besarlo, siendo correspondido casi inmediatamente. Los besos del espadachín fueron descendiendo poco a poco hacia el cuello mientras le masajeaba la entrepierna con una mano por encima de la ropa, haciendo que su compañero empezara a jadear. Bajó todo lo que pudo hasta que la ropa del otro se lo impidió, así que decidió bajar directamente a su entreoierna. El cocinero se sorprendió ante el acto y retrocedió apenas unos centímetros, pues la puerta le impidió retroceder más.

-No te escapes.-Dijo el músico con una voz provocativa mientras le empezaba a desabrochar el pantalón.-"¡Mierda! Que no se dé cuenta de que he hablado, que no se dé cuenta..."

-Por fin hablas.-El rubio se percató, peron no identificó la voz debido a que estaba muy excitado y no estaba pendiente de intentar reconocerla.

El espadachín se alivió un poco porque no le identificara pero debía estar más pendiente de no hablar o acabaría reconociéndolo. Sacó el miembro del otro de los bóxers y se lo metió directamente en la boca haciendo que el otro arqueara la espalda por el placer. Empezó un sube y baja en la entrepierna del rubio lamiendo de vez en cuando el glande.

-Es...espera un momento...-El peliverde no le hizo caso y siguió hasta que oyó las siguientes palabras del rubio.-¿Y tú...qué?

El espadachín sonrió mientras dejaba libre la erección del cocinero, se levantaba y sacaba su miembro de la prisión que era su ropa. Cogió su miembro y el del cocinero a la vez y empezó a masajearlos lentamente, subiendo la velocidad poco a poco.
-¡Aahhh...!-Gemía el rubio.-Ya no...ahh...puedo...más...

-¡Nggg! Yo..ahhh...tampoco...

Los dos jóvenes se corrieron a la vez manchando la mano del peliverde. Se quedaron normalizando sus respiraciones y se empezaron a vestir con rapidez después de haberse aseado un poco. Salieron del baño igual que habían entrado, primero el peliverde y después el cocinero. Se volvieron a sentar a en la barra a hablar hasta que el cocinero miró por la ventana y vio la poca luz que había. La misma pregunta le seguía rondando desde que habían salido del baño."¿Por qué no se ha quitado ni siquiera las gafas?"

-Creo que debería volver al barco, tengo que descansar bien para poder hacer un buen desayuno.

El espadachín le miró sorprendido.-¿Eres el cocinero?

-Sí.-Contestó nada más leerlo.-¿Por qué?

-Porqué él también es cocinero, siempre prepara todo lo que como y vigila mi dieta.

-Es un buen cocinero, y además se preocupa por ti.-Sonrió.-Espero volver a verte pronto.

-Si quieres puedes venir mañana a verme, no me importa.

-¿Mañana también tocas?

-Claro, tengo que sacar dinero de algún sitio.-Rió.

-Pues entonces hasta mañana.

El cocinero salió del local y fue a dar un paseo, pues no le apetecía volver al barco porque sabía que olvidar ese buen rato, al menos hasta mañana.

Notas finales:

Espero que os haya gustado el capítulo, y que sigáis leyendo ^^

Si tienen alguna queja, opinión, o simplemente les apetece, dejen un revew xD

Gracias por leer! ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).