Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Escondiendo al Amor por Yui Yui Uchiha

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

No he podido quedarme quieta! me han dado unas ganas enormes de bajar un fic de Zoro y Sanji... ha sido inevitable! jajajaja Bueno, ojala sea de su gusto, aqui les dejo la lectura, que si bien no se si sera largo o corto, espero sea de su total agrado! Kisses!

Se levanto sobresaltado, su corazón palpitaba con fuerza, su frente estaba perlada en sudor y su pulso estaba totalmente alterado.

-No, otra vez…- Se quejo bajito, miro hacia la pequeña ventana circular que tenía en la puerta de su camarote y suspiro con pesar. Desde que se había reunido nuevamente con sus nakamas, tenía ese sueño frecuentemente y lo peor…  cada vez eran más reales e intensos.

Observo que aun era oscuro, imagino que eran como las dos o tres de la mañana, no iba a poder conciliar el sueño nuevamente, por lo que se puso de pie, se dejo la pijama y solo se coloco un abrigo, saldría a darle una buena calada a un cigarrillo, lo necesitaba… y mucho.

Apenas puso un pie fuera de su dormitorio, tembló, sintió el aire frío deslizarse sobre su rostro.

-mendigo… frío- Se abrazo así mismo y comenzó a frotar sus manos contra sus brazos, camino un poco y se coloco frente a un barandal. Con su mano diestra se llevo un cigarro a los labios y posteriormente lo prendió, la primer calada le supo a gloria, la nicotina le calmaba los nervios de manera sorprendente. Recargo sus codos en la barandal y cerró los ojos, se dejo envolver por el aroma salado que desprendía el mar mezclado a tabaco y dejo que sus oídos captaran todos y cada uno de los sonidos que albergaban a su alrededor. Un golpe seco proveniente de la cofa, llamo su atención, nuevamente sus nervios le alteraron, sabia de una persona que solía estar casi todas las horas del día en aquel lugar.

-Pero… ¿Qué diantres hace despierto tan tarde?- Se pregunto mentalmente, quiso ignorarle e intento volver a disfrutar de su cigarro, pero volvió la cabeza al lugar donde escucho el ruido.

Se maldijo así mismo cuando se percato de que yacía escondido observando.

Zoro Roronoa estaba recostado en el piso de madera, tratando de recuperar el aliento, sus katanas estaban tan inseparables como siempre a él, a su lado.

-Definitivamente esta loco, entrenando tan tarde? Solo a él se le ocurre-  Pensó el rubio cocinero.

-Se te perdió algo… cocinero pervertido?- Pregunto Zoro, quien tenía los ojos cerrados y una sonrisa socarrona se dibujaba en sus labios.

-Como?- Sanji casi da un brinco al techo cuando se vio descubierto. –como… sabe que estoy aquí?- Se pregunto mentalmente.

-Ya sal de una buena vez…- Zoro abrió el único ojo que tenia sano y se reincorporo, sentándose.

-Como sabias que estaba aquí?- Pregunto dejándose ver, no tenía otra alternativa.

-En cuanto te acercaste, el ambiente comenzó a  apestar a cigarro…- Fue su clara y sencilla respuesta.

-estúpido cabeza de alga, como si tu olieras a rosas y justo después de entrenar- Sanji finalmente se planto frente a él.  Zoro por su parte amplio mas la sonrisa.

El espadachín, había sentido su presencia al instante, su aroma la conocía ya de memoria, podía quedar ciego y sabría que Sanji estaba a su lado con su solo olor tan diferente y fuerte que desprendía no solo a causa del cigarro, sino de todo su ser en general, ni siquiera la loción cara que solía aplicarse podía disfrazar su verdadero olor, aquel que Zoro reconocía a kilómetros.

-No puedes dormir? Necesitas a mama para que te arrulle y te cuente un cuento?- Zoro no dejo pasar esa oportunidad para molestarle.

-Y que me dices tú? Estamos en las mismas… marimo- Sanji le miro con los ojos entrecerrados, mientras Zoro se ponía de pie y mantenía en el rostro esa extraña y amplia sonrisa aun; como había extrañado eso… si, el estar frente al rubio, molestarle, hacerle estallar. Y pensar que había sufrido, por el solo hecho de pensar que no volvería a ver a ninguno de sus nakamas, que no volvería a verle a él. –Que te parece tan divertido? Quita esa estúpida sonrisa- El cocinero comenzaba a sentirse incomodo por esa sonrisa.

-Y porque? Si no te gusta mirarla… anda y vete de aquí….- Zoro recogió sus katanas y le miro de soslayo.

-No hace falta que me lo digas…- Sanji se dio la vuelta dispuesto a alejarse de ahí como bien había mencionado, pero la voz del peliverde le detuvo.

-Oye…- Dijo titubeante, desde que se habían reencontrado, quiso saber de su vida en esos  2 años que estuvieron lejos, pero no había tenido el valor, ni el momento indicado para preguntarle.

-….- Sanji se giro y le miro con desconfianza, esperaba algún insulto o burla por su parte.

-Que… hiciste en estos 2 años?- Pregunto ya sin más. Sanji levanto una ceja incrédulo.

-Que?- Pregunto, quería cerciorarse de que lo que escucho era cierto ¿Zoro intentaba hacerle la plática?.

-Que de que?-

-Digo que “que” te importa, idiota- Aquello años en la vida de Sanji, no eran algo totalmente dignos para presumir, a consideración del rubio.

-Tan… mal te fue?- Pregunto sonriendo nuevamente con sorna.

-Piensa lo que quieras…- Sanji se dio la vuelta, intento ocultar un ligero sonrojo.

-Pues yo no me quejo…- Dijo como no queriendo la cosa el peliverde. –Me tope con la chica fantasma-

-Con quien?-Sanji se giro y le miro.

-Con Perona, aquella mujer que trabajaba para Moría, de cabello rosa, delgada, ojos grandes y…-

-SI, si ya sé quien…- Dijo Sanji “molesto” al parecer el espadachín, se había memorizado la complexión de aquella mujer, era extraño que Zoro se fijara minuciosamente en alguien.

-Pues un tiempo lo pase con ella, lo demás lo dedique a entrenar- Zoro se rasco la cabeza y dio un largo bostezo.

-Un tiempo con ella…- Murmuro el rubio –solos?- No pudo evitar preguntar.

Zoro, le miro a los ojos y asintió –Los primeros días-

-Maldito marimo pervertido ¿Qué le has hecho a esa pobre y hermosa mujer?- Sanji se acerco a este.

-Nada… que ella no hubiese permitido- Sonrió divertido, le gustaba ver la cara alterada del cocinero.

-Eres…- Sanji se sintió realmente molesto. –No vale la pena…- De repente se detuvo y se dio la vuelta. Lo mejor era retirarse.

-Tu que hubieras hecho en mi lugar?- Pregunto el peliverde.

-Respetarla imbécil! A una dama se le respeta! Pero como tú eres un animal, tienes oportunidad y no dudas en acostarte con cualquiera…- La sangre le hervía al cocinero, si se quedaba más tiempo ahí, le saltaría a patadas en cualquier momento.

-Y quien dijo que me acosté con ella?- Pregunto Zoro, haciéndose el ofendido.

-T-tu… por supuesto que tu lo has dicho!- Le señalo el rubio.

-No lo hice cejas afeminadas, esa mujer se gano mi agradecimiento, nada mas-

El alma le regreso al cocinero al escuchar esas palabras.

-Como tú has de hacer eso cada que tienes oportunidad, por eso piensas que todos lo hacemos- Dijo Zoro.

-Por supuesto que no! te he dicho que a las damas se les respeta-

-Damas? Aun existen?-

-Eres un verdadero imbécil- Sanji iba mejor definitivamente a terminar con esa tonta y absurda “conversación”, dio un largo suspiro. –Me voy…- Se iba a dar la vuelta pero esta vez, la mano del peliverde quien le sujeto del brazo le detuvo.

-He notado como me miras…- Dijo finalmente, y es que quería cerciorarse primero como es que reaccionaba el cocinero, al saber que el había tenido oportunidad de estar con otra mujer.

-De que hablas?- Sanji tembló al sentir la fuerte mano del espadachín sujetarle.

-Sanji…- Casi un susurro, una hermosa melodía para los oídos del cocinero, escuchar su nombre proclamado por los labios de Zoro. –Yo también… te he observado- Sanji abrió los ojos con sorpresa.

-No entiendo nada, deja… de molestarme… cabeza de alga- Su corazón le latía con fuerza, e intentaba no mirar a los ojos al espadachín.

-En verdad quieres que… pare? Que deje de molestarte? Que… deje de tocarte?- Zoro acerco peligrosamente su rostro al del Sanji, este le miro aterrado.

-Un momento, un momento, que te pasa maldito espadachín pervertido!- Se zafo del agarre del peliverde.

-Admítelo de una buena vez, lo quieres al igual que yo-

-No, no… no…- Sanji dio dos pasos hacia atrás –Querer qué?-

Zoro le miro a los ojos.

-Sexo… es obvio-

Sanji sintió como el calor se acumulaba en sus mejillas y de pronto se siento caliente, abochornado.

-Estas enfermo!- Vaya que el peliverde se había vuelto más… “directo” -Yo no…- Pero se cayó de golpe, al recordar sus sueños, aquellos que frecuentaban últimamente sus noches. –Sexo…- Murmuro, al ser consciente de que el espadachín tenía razón, tenia inquietud por tocar, por saborear el cuerpo del espadachín, como en sus sueños, si algo había descubierto en su reencuentro era que el peliverde, le atraía como un imán.

-Y bien, ¿Lo admites?- Zoro se había acercado nuevamente a él y le sonreía ligeramente. –Has cambiado, te noto mas… apetecible- Zoro se inclino hacia él, pero el rubio coloco sus dos manos sobre su pecho y le detuvo.

 -Espera, espera… no… lo hagas, no te atrevas- Sanji estaba aterrado, a pesar de haber convivido años atrás ya con él y de estar ligeramente a acostumbrado a la cercanía del peliverde, no era lo mismo, ya que sabía exactamente hacia donde quería llegar en ese momento el espadachín.

-Ya cállate…- Bufo molesto Zoro. –Si quieres detenerme… inténtalo…-  y tras decir aquello se atrevió a besarle.

Sanji tenía los ojos abiertos al máximo, su corazón latía con fuerza, temía que de un momento a otro atravesara las costillas y después su piel; y sintió que la cara le ardía a causa del bochorno, se mostro renuente a ceder al beso, por lo que intento forcejear, pero la brutal fuerza del marimo y de él agarre tan recio que ejercía sobre él, le hacían imposible separarle.

El peliverde era tosco y brusco con la caricia, al percatarse de que el rubio no cedería tan fácilmente ya que tenía los labios apretados para no darle acceso, sonrió; le encantaban los retos y más si tenían que ver con el cocinero. Coloco sus dientes en el labio inferior del rubio y los mordió ligeramente, logrando incomodar al rubio.

-Infeli…- Apenas y pudo abrir la boca el cocinero para reclamarle, cuando el peliverde aprovecho para profanar con su lengua la cavidad oral del rubio.

Sanji observo aterrado, era la primera vez que besaba a un hombre, no, más bien que un hombre le besaba y lo peor…  comenzaba a gustarle. Se dio cuenta de que forcejear no le llevaría a nada, el peliverde no le soltaría, por lo que derrotado bajo las manos y las coloco en la cintura del moreno, pronto su lengua acaricio de igual forma la del peliverde y aquel beso comenzaba a no solo ser placentero para él, sino también para su acompañante. Zoro coloco su diestra en la nuca del rubio, quizás para evitar que separara su rostro a la de él, mientras daban algunas exhalaciones  e inhalaciones de boca a boca, trataban de recuperar el aliento, más no de separarse o romper el beso.

Segundos más tarde fue Zoro quien rompió el beso y sin darle tiempo al rubio de reaccionar le tomo de la mano y comenzó a jalarle.

-Oye estúpido cabeza de alga… ¿A dónde vamos? Oye… me estas escuchando infeliz?- Sanji miro a su compañero, quien caminaba con paso decidido hacia su camarote. Observo su perfil, y bajo aquella luz de luna se le notaba más sensual que nunca. Sanji se percato de lo que pensaba y meneo la cabeza con fuerza. –Que me sueltes!- Intento zafarse, pero Zoro no cedió, llegaron frente a la puerta de la habitación del marimo y este la abrió de inmediato, arrojando al rubio dentro de esta sin nada de delicadeza. –Quien te crees que soy? tu puta de cabecera?- Zoro cerró la puerta tras de él y miro a Sanji con deseo, aun sostenía esa sonrisa sensual y mientras caminaba hacia donde estaba el rubio, comenzó a soltarse la cinta roja que rodeaba su cintura, dejando caer al mismo tiempo sus espadas al suelo y después esta resbalo acompañándoles, después se relamió los labios y comenzó a desabotonarse su verde y largo abrigo, dejándole también en el piso y dejando al descubierto su faja verde y sus pectorales bien trabajados  ;  Sanji preso de los nervios, deseaba salir huyendo de aquel lugar, pero también había sido hipnotizado, no podía quitarle los ojos de encima al moreno, quien acortaba distancia hacia él. –S-si, te me acercas más, te parto la cara a patadas…- Amenazo el rubio, pasando saliva lentamente.

-En serio?- Pregunto divertido Zoro, hasta llegar finalmente frente a él, cuando el rubio por instinto quiso dar un paso hacia atrás choco con la pared. –Número 7… eres jodidamente hermoso…- Se acerco a su cuello para depositar algunos besos, Sanji no pudo evitar abrir los ojos con sorpresa al haberle escuchado. –No tienes idea… de cuanto te extrañe- Murmuro nuevamente Zoro, haciendo que Sanji casi colapsara de la sorpresa.

-Aléjate, tu… quien quiera que seas- Dijo Sanji.

-Sanji… mírame- Zoro se separo un poco de él para sujetar su barbilla y hacer que le mirara, tembló al ver aquella mirada tan seria, tan fría y provocadora. Y fue ahí donde su aplomo se esfumo.

-Idiota…- Murmuro Sanji –me quede totalmente preocupado por ti…- Sanji relajo el semblante –habías quedado en tan mal estado después de lo de Moría, gracias al mastodonte ese (refiriéndose a Kuma) y después cuando nos separaron, sabía que no te recuperabas del todo…- Sanji le miro con sinceridad y rememoro la última batalla juntos, cuando vio como desaparecía  Zoro, sentía que la vida se le iba en ello, claro, no sabían que Bartholomew Kuma, les había mandado a otros mundos, Por lo que presenciar la desaparición del peliverde y no poder hacer nada en el intento, le había hecho sentirse en ese momento la persona más inútil y desgraciada del mundo.

-No debiste preocuparte- Dijo Roronoa –Cuidaron de mí y muy bien- Prosiguió con una sonrisa, noto como Sanji se tensaba nuevamente y fruncía el ceño.

-Pues me alegro por ti marimo…- Sanji desvió la mirada y miro hacia la puerta. Zoro dejo escapar una carcajada.

-Cocinero pervertido, hubiera dado cualquier cosa porque el que hubiese cuidado de mi… hubieras sido tu…- Zoro sonrió con ternura –no había día, hora, minutos… que pensara en tu paradero, en lo que hacías, con quien estabas y si… pensabas en nosotros, en mi… -

 Sanji nuevamente dirigió su mirada a la de Zoro.

-Esta separación, no te ayudo a aclarar ciertas cosas?- Pregunto directamente el peliverde. Sanji apretó los labios y movió la cabeza lentamente de manera afirmativa.

-Me hizo comprender, que en la vida tendría oportunidad de encontrarme con alguien tan estúpido, irritable y tarado como tu- Sonrió de medio lado –por lo que… tenía que hacer lo posible por regresar a tu lado…- Zoro sonrió complacido. En su lenguaje de ellos dos, aquello que estaban hablando, no era otra cosa más que una declaración abierta de amor. –Si te atreves a perder… y alejarte de mi nuevamente, solo te buscare para patearte hasta matarte… ¿quedo claro?-

-No me queda duda…- Y tras responder a la amenaza del rubio, Zoro nuevamente aprisiono sus labios a los de él.

-Zoro! ¿Dónde diablos estas?- Grito la pelirroja furica, se había despertado y tenía una sed tremenda, había ido hacia la cocina, pero se sobresalto al ver cerca, muy cerca de ellos una isla, miro de inmediato hacia la cofa, pero no vio señales del peliverde. –Ese… inútil…- Murmuro la pelirroja.

Zoro abrió su ojo asustado –Diablos…- Rompió el beso con el rubio –Quien se iba a imaginar que toparíamos esta noche con una isla?-

Sanji entrecerró los ojos y le miro –Te tocaba guardia?-

Zoro asintió, se coloco su abrigo, mientras caminaba, se hecho la cinta alrededor de la cintura e intentaba acomodarla junto con sus katanas. Sanji negó con la cabeza

-Nami-swan te matara y con justa razón- Fue su respuesta para dirigirse a la puerta y abrirla.

-Tsk… - Zoro salió tras de él.

Pero se quedaron de piedra, cuando casi chocan con Usopp al salir de la habitación del peliverde.

Los 3 permanecieron de pie, en silencio y mirándose. Sanji palideció, tenía una GRAN imagen y reputación que cuidar y Usopp acababa de verle salir junto con el marimo, quien intentaba amarrarse la cinta roja, aquella situación no hubiese sido tan extraña años atrás, cuando compartían habitación, pero ahora cada quien contaba con camarote.

Notas finales:

Dejen reviews please!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).