Capitulo 10
El rubio miraba a través del ventanal de la que era su habitación, era una tarde plomiza con una lluvia persistente que parecía no irse, estaba melancólico mientras recordaba lo que le había pasado con el canalla que había jugado con sus sentimientos.
*-*-*-*-*
Draco caminaba a paso veloz -ya que un Malfoy nunca corre- la cafetería donde trabajaba estaba cerca de su casa pero esa tarde llovía a cantaros y él no quería mojarse pues estaba con algo de gripe. De repente choco con alguien.
-Disculpe no lo vi-dijo el rubio distraído.
-¿Draco Malfoy?- Preguntó el hombre.
-Disculpe ¿lo conozco?-dijo el rubio mirando a ese hombre alto, buen mozo y muy masculino
-Claro, soy Neville Longbottom ¡estudiamos juntos!
-¿Longbottom? aléjate de mi-dijo el rubio alejándose sin mirar al otro dos veces.
Draco se marcho pero Neville se quedo hablando con sus amigos que se estaban riendo a carcajadas.
-¿No que con saludarlo te lo llevarías a la cama? –se reía un pelirrojo muy alto- ¡págame! que perdiste la apuesta.
-Perdedor, perdedor - corearon tres más.
-Desgraciados -dijo Neville mientras sacaba unos galeones y se los entregaba- 50 galeones a que en un mes lo tengo comiendo de mi mano.
- ¿Quieres seguir perdiendo? -dijeron los otros magos- ¡por 100!
-Está bien –dijo Neville ligeramente molesto - un mes y será mío.
Draco esa semana le tocaba el turno de la mañana ya que el estudiaba en las tardes pero la cafetería estaba abiertas las 24 horas y el turno era rotatorio.
-Draco, te llego este paquete –dijo una de la camarera.
-¿Quien lo envía?
-Dice: “Nevi”
-Bótalo, es mas ¡dámelo!-el rubio se lo quito y lo tiro a la basura.
-¿Estás loco? me lo hubieras regalado a mí.
Estos regalos se repetían constantemente y exasperaban mucho al rubio, prácticamente todos los días llegaba un paquete que Draco tiraba directamente a la basura.
-Draco te llegaron flores- dijo la camarera Mary.
-Dámelas-el rubio agarro el ramo y lo tiro en la basura.
-Pero rubio ¿qué te pasa? ¡Son orquídeas!
El rubio solo bufo en respuesta.
Una semana después, Katherine -una de las compañeras de Draco- traía un dulce de crema con fresas, mientras ella comía uno de chocolate.
-Toma, están delicioso ¡yo ya me comí tres!
-Esta delicioso, parece los que me enviaba mi madre cuando estaba en la escuela-dijo Draco rememorando tiempos felices-¿de dónde lo sacaste?
-Te lo envió tu admirador.
-¿¿¿¿Qué???? –el rubio casi se ahoga con el dulce-¿por qué no me dijiste?
-Draquito, ¡estaban muy ricos!-dijo la muchacha con un puchero -además tu siempre los botas.
Neville estaba desesperado ya casi había pasado un mes y por culpa de esa serpiente perdería la apuesta, pero esto era personal de que se llevaba al Slytherin a la cama se lo llevaba ¡así tuviera que casarse con él!
En las tres escobas estaban Terry Boot, Lee Jordán y Ron Weasley, el grupo de amigos reían alegremente de la pérdida de su compañero ya que Neville había perdido de nuevo la apuesta.
-Te juro que ahora si me lo follo y ustedes lo verán-dijo Neville furioso- dos meses, es lo que pido.
- Esta bien solo dos meses, si tú no puedes lo intentare yo –dijo Terry riendo.
-Se los enseñare todo en un pensadero.
-¿Cuanto apostamos? –pregunto Lee.
-Que sean 500- exclamo Neville orgulloso.
-Apostado- dijeron todos.
-No le puedes dar ninguna poción -dijo Ron- eso sería trampa.
-Yo lo sé, adiós-dijo Neville y se fue.
*-*-*-*-*
-Draco, me tengo que ir. Quedas a cargo de la casa y de los niños ¡por favor, no os matéis!–dijo James.
-Tranquilo, me voy a leer un libro de pociones curativas ¿puedes traer unos materiales?
-Claro, anótalos ¿no quieres ir?
-Estoy expulsado del mundo mágico, James.
-Vamos a un pueblito mágico en Francia con la familia de Fleur, además ya pasaron los 5 años que te prohibían salir del Londres muggle.
-No, gracias, estoy bien aquí.
-Como quieras, adiós.
Draco agarro un libro y fue a sentarse cerca de la ventana, la lluvia seguía cayendo dejando un ambiente de tristeza a su paso, el rubio siguió recordando esos amargos días.
*-*-*-*-*
Draco estaba en la puerta del restaurant, tenía que ir a la universidad pero llovía copiosamente y el tenía que entregar un trabajo. Como estudiaba diseño en sus brazos había un montón de cartones y papeles si se mojaban perdería mucho dinero y todo lo realizado, ese era un lujo que no se podía dar.
-Por Merlín ¡que pase un taxi! –rogaba el rubio, el no noto que en ese instante un hombre se aparecía atrás de el.
-¿Draco, te llevo?-dijo Neville con un paragua que tenía un hechizo para no mojarse ni los pies.
-¿De dónde saliste? -dijo el rubio- te he dicho que me dejes en paz.
-Draco no me tengas miedo yo solo quiero ser tu amigo-dijo el Gryffindor amablemente.
-No te creo, además ¿quién te ha dicho que yo te tengo miedo?
-Tú me conoces y sabes que no te haría daño, ven te llevo a donde tú quieras ¡seré tu chofer!
-Está bien –dijo Draco desesperado por salvar sus trabajos- tengo que ir a la universidad.
-Mi carro está en la esquina pero no te preocupes no te mojaras.
Draco se fue con Neville y este aprovecho de convencer al rubio que solo buscaba su amistad.
Poco a poco el moreno venció la resistencia del rubio se mostraba como el amigo ideal presto a ayudar sin pedir nada a cambio un día habían salido a cenar y bailar.
No podía darle poción al rubio pero no habían dicho que el no pudiera tomarlas, tomo una para no emborracharse, hizo que el rubio bebiera hasta que estuvo en estado de ebriedad y se lo llevo a un hotel, tomando felix felicis obtuvo lo que quería.
A la mañana siguiente sintiéndose muy mal el rubio se despertó solo en el hotel, al lado de la cama había una nota:
“El hotel esta pago quédate todo el día si quieres, yo tengo que trabajar, gracias por lo de anoche”
En la mesa había una gran cantidad de dinero, el rubio se fue y la dejo en la mesa con la nota.