Capítulo III
James dormitaba en un banco en el vestuario del hospital, había tenido un día de lo peor parecía que todos los pacientes deprimidos, negativos y odiosos habían tenido cita hoy .Estaba recostado con un paño húmedo en los ojos cuando sintió un fuerte golpe en el pecho.
-¿Pero que pasa, Charles? ¿Porque me agredes?-preguntó el moreno a su colega que le lanzó unas carpetas al regazo.
-Te devuelvo a tu paciente-dijo un hombre joven muy alto de piel oscura pero facciones finas; era uno de los otros fisioterapeutas del hospital.
-¿Por qué, Charles? este paciente no deja que me le acerque necesita ayuda y tú eres el mejor.
-¡Ese pequeño engendro es la persona más odiosa, prepotente del mundo tiene una lengua bífida y ponzoñosa que jamás he visto! ese rubiecito es todo tuyo.
-No seas exagerado y no es tan pequeño.
-Además me da mala vibra, tiene un aura negativa cuando estoy cerca me da salpullido, él es tuyo no lo quiero -decía el moreno intentando alejar el mal de ojo.
-¿Y este otro?-dijo el moreno ojeando la otra carpeta-es un niño.
El hombre moreno se persigno dos veces el a pesar de ser un hombre de ciencia fue criado entre supersticiones y religión, lo tenía muy arraigado.
-No lo vas a creer pero ese niño esta poseído, es una historia rara un accidente en su casa lo dejo postrado, cuándo esta su madre suceden cosa raras él la odia y si estas cerca te da escalofríos como con el rubio.
-¿Cosas como cuales?-pregunto el moreno poniéndose en guardia, esto no le estaba gustando.
-Estallan los bombillos, se mueven cosas ¡yo no soy cobarde pero ese niño esta endemoniado o es un fenómeno! se lo iré a decir al jefe pero de ahora en adelante es tu paciente cuídate, lleva agua bendita para prevenir.
James le echo un ligero obliviate para que no recordara lo del niño, si estaba en lo correcto era un pequeño mago y muy asustado.
James estaba parado en la puerta de la habitación del rubio, hoy haría de abogado del diablo le ofrecería a Draco Malfoy lo que probablemente quería a cambio de que se dejara ayudar y que Merlín lo amparase de no crear al próximo Lord oscuro.
James entro a la habitación luego de tocar a la puerta y no haber obtenido respuesta.
-¿Malfoy, como te encuentras?
-Lárgate Potter, no te quiero aquí-
-Malfoy, no se por qué me odias tanto ¿que te hice?
- ¿Lo preguntas?, tú y tus amigos me jodieron la vida me buscaron para destruirme y lo lograron.
-No sé de que hablas, yo no tengo amigos magos solo conocidos y colegas, mis amigos los enterré hace mucho tiempo.
-Potter no seas hipócrita.
-Te lo juro por mi magia, Draco Malfoy..
El rubio se quedo mirando a James con sus ojos muy abierto un juramento por la magia era dicho si eras inocente en todo el sentido de la palabra Harry J. Potter era completamente inocente pero era un maldito Gryffindor no podía creer que quisiera ayudarlo sin esperar nada a cambio.
-Vete Potter no te quiero cerca.
James se dio la vuelta cuando iba a salir, se le acerco al rubio hasta quedar tan cerca que respiraban el mismo aire.
-Sabes Malfoy te ofrezco lo que más has querido solo tienes que tomar mi mano y prometer que me dejaras ayudarte.
-Estás loco Potter ¡aléjate de mi espacio personal!
-Jajaja entonces Malfoy te ofrezco venganza ¿no es lo que siempre decías? “un Malfoy esto” “un Malfoy aquello”
-Está bien Potter pero no te meterás en el medio así caigan justos por pecadores como dicen los muggles.
-No tocaras ni a Hermione, Teddy Lupin ni a su abuela.
-Hecho-dijo el rubio tendiendo la mano.
-Hecho-dijo el moreno rogando que cuando terminara con la terapia se fuera olvidado de su venganza sino quien le hizo daño al rubio tendría que esconderse.
Cuando James salió de la habitación el rubio tenía una rana de chocolate en el puño al abrirla encontró un cromo que decía: “Severus Snape el héroe de guerra, espía de la luz” Draco esa noche se durmió cansado de llorar por su toda su gente muerta con el cromo fuertemente agarrado en su mano.