James estaba en una oficina del ala de rehabilitación iba a tratar de explicarle a la mama de Aidan que el niño era un mago.
-Sra. Coulter, usted se habrá dado cuenta que su hijo es especial -dijo un serio moreno.
-Sé que es un monstruo no es usted el primero que me lo dice –afirmo a la defensiva la ofendida madre.
-No es un monstruo ni un fenómeno, en el mundo hay diferentes sociedades.
-¡Vaya, usted es un estúpido mago!
El moreno se quedo con la boca abierta ¡esta mujer sabía que su pequeño era un mago y lo trataba mal por ese motivo!
-¿Usted tiene familia mágica?
-Soy lo que su gente llama squib, aquellos que ustedes desprecian tanto y esconden avergonzados y ahora yo tengo un mugroso mago para fastidiarme la vida.
-Sra. no diga eso, su hijo es inocente y no tiene la culpa.
-¿Inocente? por su magia mi esposo está preso y me echa la culpa a mí por tener a ese monstruo ¡como siempre la magia me dejo sola!
-Sra. su hijo está en una silla de rueda por que su padre intento matarlo.
-Mi esposo solo se defendía, ¿lo quiere? se lo regalo, lamento no haberlo dejado en una caja de cartón cuando vi que era uno de ustedes.
-Firme los papeles y lo recibo a mi no me estorba.
-¿Sabe? él es fruta podrida, mi ancestral familia de sangre puras era de apellido Lestrange ¡si tu eres sangre pura ese apellido te hará temblar de miedo!
-Se equivoca, el único que me hizo temblar de miedo era un muggle de apellido Dursley y eso fue hace mucho tiempo cuando yo era un niño.
- Arregle los papeles, si usted quiere al pequeño engendro es suyo pero no hay devolución.
James ese mismo día se comunico con Hermione para que arreglara los documentos así James Evans se convirtió en el tutor de Aidan Coulter, el pequeño estuvo de acuerdo en irse con James, esto entristeció al mayor porque ese pobre niño que tenía a su madre viva estaba de acuerdo y ansioso en irse con un extraño.
El ministro tenía una reunión con varios miembros de aplicaciones de ley mágica liderada por Hermione Granger.
-Sr. Ministro, los aquí reunidos representando a las familias de sangre muggle y mestizos, demandaremos al ministerio si insisten en negarnos que nuestros hijos se relacionen con su familia no mágicas-dijo la castaña.
-Srs. yo no hago las leyes y esta normativa no es nueva sirve para protegernos a todos y se implementa en casos como estos-dijo el ministro-además Hermione tú no tienes hijos.
-Pero Sr. es completamente injusto yo soy hija única –reclamo la castaña- yo quiero que mis hijos, si los tengo, conozcan a sus abuelos no magos y convivan con ellos.
-Los del Wizengamot temen que las costumbres mágicas se pierdan, están planeando suprimir “estudios muggles” y poner “costumbres mágicas” –aclaro el ministro.
-Pero eso es injusto después no quieren que haya protestas –dijo otro abogado.
-Esa otra ley… –pregunto Hermione- la de que los hijos de muggle y mestizos entren un año más temprano en un colegio especial ¿en que nos beneficiaria?
-Eso es para enseñarles las costumbres mágicas y eliminar las que ellos traigan -suspiro el hombre de color- los magos somos muy pocos y podríamos extinguirnos ¡hasta los mismo hijos de Harry Potter, por ser hijos de un mestizo, tendrían que cumplir esta norma! Por favor entienda, si estas protestas siguen los del Wizengamot optaran por crear leyes más estricta.
James había traído un medimago con más experiencia que él y este le había explicado que con los hechizos y las pociones el rubio podría caminar de nuevo por que sus lesiones eran relativamente nuevas, tendría que usar un bastón por que quedaría con una pierna más débil pero eso era un mal menor, en cambio Aidan no volvería a caminar ya que sus lesiones databan de hace varios años
-Sr. Malfoy puede irse hoy mismo si lo desea-dijo el Dr. Watson -esta de alta; sus lesiones están curadas y con la rehabilitación podrá caminar y esta será diaria e ambulatoria.
-Bien, gracias–dijo el rubio- ¿el Lic. Evans donde esta?
-El esta de permiso- dijo el doctor- No se preocupe, ya la rehabilitación esta anotada para que él se la aplique.
James estaba cerca de una laguna viendo unos patos comer pan; era la fiesta de Teddy cumplía 9 añitos, el niño corría con sus amiguitos si las leyes nuevas se aplicaban el niño tendría que ir a un colegio especial para mestizos y sangre sucias, tachado como menos para la sociedad lo que Voldemort no logro lo harían los del Wizengamot.
-Hola James-dijo una triste castaña.
-¡Hermione! siéntate-dijo James palmeando a su lado alegremente.
-¿En qué piensas? te ves distraído.
-Tengo ganas de irme del país ¿Qué le espera a mis hijos aquí?
-No, Harry tenemos que luchar por nuestros derechos entonces todo lo que pasamos no sirvió para nada –dijo la castaña rompiendo en llanto.
-Hermione ¿qué te pasa? tus no llorarías por eso -pregunto James.
-Estoy embarazada-dijo la castaña llorando más aun- de Ron.
-Pero eso es bueno, ¡era lo que tú y Ron querían!
-No, Ron no es el que tú conociste, es un egoísta, es malo y yo no estoy realizada como mujer ¡si tengo un niño, son dos años de permiso! ¿Y mi trabajo? Además creo que quiero el divorcio.
-Hermione, quiero que sepas que hagas lo que hagas yo estoy contigo, sin juzgarte ,incondicionalmente.
-Harry tengo tanto miedo, Ron es otro y no solo Ron nuestros amigos aquellos que tu pensaba que eran buenos ahora son completamente diferente especialmente los sangre pura.
-Eso yo lo se hace mucho tiempo ¿qué hicieron ahora?
- Muchas cosa, se comportan mal pero además parece que le fastidiaron la vida a un ex mortifago voy a investigar y luego te cuento Harry.
-Por los nervios que tienes te lo dejo pasar pero me has dicho como cien veces Harry y es James.
-Tienes razón, perdóname.
Un niño de cabellos negros y ojos verde esmeralda corrió hacia la pareja abrazando a James, la castaña los miro y se llevo la mano a su plano abdomen y una lágrima traicionera resbalo por su mejilla al ver cuánto parecían padre e hijo.
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