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Desde siempre... algo esperado por Dark Engel

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Notas del fanfic:

Personajes todo míos... esta historia estaba en mi cabeza y bueno se basa en una historia de amor perdido ¿Adivinen de quien? no mía realmente, sino de mi madre... espero les guste.

Es algo que quise plasmar como no se... una forma de agradecer a mi mamá por estar cada día conmigo... lo sé, algo ñoño pero bueee.

Y decir que ella no sabe nada...! jaja

Notas del capitulo:

Hola a todos... otra vez yo xD... bueno traerles esta nueva historia y esperando que les guste ^^

 

 

Desde siempre…

 

1

 

Recuerdo que la primera vez que le vi, yo tenía siete años… edad en la que solo sabes que tus juguetes están esparcidos por el suelo y debes recogerlos. Él tenía catorce años, era ya un adolescente y yo tan solo un niño jugando a vivir, sin tener idea del mundo que estaba afuera. Sus ojos grises me miraron con curiosidad, sus labios dijeron un “hola”…  su voz tenía un acento que me gusto. Luego supe que era español, por eso su forma de hablar diferente.

 

Se llamaba Adam y era hijo de uno de los amigos de mamá. En aquel entonces su padre tenía 32 y su hijo 14, vinieron de visita porque hacía mucho tiempo que no se veían. Recuerdo que yo acababa de levantarme de mi siesta, desperté por los ruidos que mi mamá hacía al preparar café para las visitas.

 

Su padre tenía los mismos ojos grises… Adam tenía un cuerpo que ya desarrollaba las formas de hombre, su piel era clara y sus labios delgados.

 

Adam me llevo a comer helado y luego nunca más volví a saber de él. Sabía que mi madre se mantenía en contacto con el padre de Adam, más nunca me atreví a preguntar por él. De eso hace mucho tiempo…

 

El rostro de Adam estuvo en mis sueños durante muchos años, desde siempre supe que era un imposible… con 16 años cumplidos sabía que era un deseo imposible. Adam ya cumplía funciones importantes en la empresa de su padre, que tenía bastantes empresas a su cargo, ya había terminado la universidad seguramente. Yo recién estaba en el instituto…

 

Cuando tenía 10 años, bese por primera vez a alguien, era una chica de mi clase… Ana, así se llamaba. Fue breve y algo decepcionante para mí, constantemente imaginaba mi primer beso con… Adam, a sabiendas de que era imposible que eso sucediera algún día.   

 

No me gusto aquel primer beso, cuando besé a un chico la cosa cambio.  A los 14, descubrí que las chicas no me atraían en lo absoluto y empecé a “experimentar” con chicos, la mayoría de ellos mayores que yo.

 

Cuando me atreví a contarle mi sexualidad a mi madre, ella se lo tomo mejor de lo que creí y como toda madre, ya lo intuía.

 

Me encantaba notar como hombre si, hombres… se detenían a mirar mi cuerpo, que si bien no estaba trabajado tampoco era débil (porque nunca hacía ejercicio) Era delgado con un poco de músculo, hasta a mí se me hacía extraño, mi apariencia en general era delicada pero con un toque varonil. Dos lados de la moneda fusionados en un chico ansioso de experiencias, ese era yo.  Muchas de ellas, con mujeres…

 

Una vez solo por probar… tuve sexo con una chica, realmente no me gusto y así asegure mi homosexualidad, de alguna forma sonaba mal. Se llamaba Nadia y era bonita, supongo que a ella le gusto por los gemidos que salían de sus labios pero nunca lo sabré, luego de eso no la volví a ver.

 

A pesar de todo, en mi vida estaba el fantasma de Adam… cada vez que besaba a alguien y me tocaban, en mi mente estaba el recuerdo del chico que nunca conocí en verdad.

 

Tenía un fantasma del pasado en mi presente, los  otros no importaban… todos los besos y caricias… no me interesaban. Podría mandar al diablo a todos a cambio de una sonrisa suya, patético, sí.

 

Pero estaría dispuesto a eso y a más.

 

Lo que no sabía era la cantidad de sorpresas que la vida me deparaba…

 

 

|…>>>>.<<<<….|

 

 

El 12 de agosto, mamá y yo viajamos. Yo no sabía adónde, íbamos a España… ve tú a saber porque o a que.

 

Cuando llegamos al aeropuerto, me puse lo audífonos y me deje llevar por la música. Mi madre decía cosas que no entendía, lo único que escuche bien fue: “Te encantara la ciudad”

 

Me extrañe cuando parecía que salíamos de la ciudad, me pregunte en donde íbamos en íbamos. Mis dudas fueron disipadas al llegar a las grandes puertas una finca,  nos bajamos allí y mamá llamo al timbre. La voz del que contesto era algo ronca, al rato llegaron a abrirnos y a ayudarnos con las maletas. Los ojos verdes de mamá, iguales a los míos, brillaron al entrar a la casa.

 

Había alguien esperándonos, era alto y robusto. Con los ojos… grises. Debía de pasar los cuarenta, supuse.

 

-Alejandro. –dijo mamá. ¿Alejandro? Acaso… -¿recuerdas a mi hijo? –pregunto luego de un abrazo entre los dos.

 

-Claro, como no. Ha crecido mucho… ¿te acuerdas de mí, Kyle? –me pregunto y trague saliva. Alejandro, el padre de Adam.

 

-Sí, buenas tardes. –salude. –es un gusto volver a verlo.

 

-Sus cosas las llevaran a sus habitaciones. –señalo y suspire. ¿Por qué mamá no dijo que vendríamos? ¿Acaso me dijo y no escuche? Pero cuando estuviéramos solos le preguntaría. –Vamos a la sala, Amelia tráenos algo para comer, deben estar cansados del viaje.

 

|…>>.<<…|

 

 

Luego de instalarnos en nuestras habitaciones, acomode mis cosas. Mi madre tuvo la decencia de decirme los planes que “teníamos” en España.

 

-Era una sorpresa, pensé que te gustaría venir… como tantas veces insististe. –me recordó y me sonroje. Sí, muchas veces le había insinuado la idea de viajar solo por volver a ver a Adam. –nos quedaremos unas semanas, puedes salir y divertirte. ¿Adam vendrá más tarde, lo recuerdas? –que si lo recuerdo, no que va.

 

-Eso creo. –respondo.

 

-Pues él se ofreció a llevarte adonde quieras… y si quieres, va a enseñártela ciudad. –ella no sabía pero esto se lo iba a agradecer de por vida. –te veo abajo, Alejandro y yo daremos una vuelta. Solo avisa si quieres algo.

 

-Claro. –respondí.

 

-Te dejo, duerme que te ves cansado. –me dijo antes de salir.

 

¿Alejandro, eh? Empezaba a dudar de lo que los dos se traían, según ella su esposa había muerto cuando Adam tenía diez años, Alejandro era muy similar a su hijo. Era su versión adulta pero con ese toque que le daba la madurez a un hombre.

 

Estaba atontado, ¿de verdad Adam se ofreció? Tal vez, era de esas veces que los padres te “piden” que hagas algo aunque no quieras… pensar en que era por eso… hacía que me diera cierta tristeza.

 

La finca era grande muy grande, de tres pisos con una estructura que parecía no haber sido tocada por el tiempo. Aquella finca tenía más de treinta años según Alejandro en medio de la charla mientras descansábamos. También dijo que Adam había vivido siempre ahí.

 

El modo en que su padre hablaba de él… era enternecedor. Hablaba con orgullo y con cariño de su hijo. Hubiera querido hablar a mi padre así de mí, pero jamás supe de una palabra cariñosa para mí de su parte. Se había ido cuando tenía cinco años, dejándonos en un estado de shock al ver como se gastó todos nuestros ahorros en alcohol y drogas.

 

Hasta ahora sabemos de él y debo decir que no interesa saber sobre él. En ese tiempo, mamá estaba desesperada… desesperada por mí, por ella, por los gastos, por las facturas. Fue cuando Alejandro volvió a su vida, según ella, lo había conocido en su juventud. Él nos ayudó cuando más necesitamos de una mano amiga. Un año después, nos visitó y fue cuando conocí a Adam.

 

Me gustaba ver a mamá tan feliz, luego de sufrir tanto con mí progenitor… tenía esperanza. En sus ojos había cierto brillo cuando veía a Alejandro. En los de él, también tenía ese mismo brillo.

 

¿Acaso todo empezaba a cambiar para bien?

 

Me mire en el espejo del baño y note como mis ojos tenían ese mismo brillo de mamá cuando recordaba a Adam.

 

¿Desde cuándo amaba a Adam? 

 

Y lo más importante…

 

¿Podría el amarme a mí de la misma forma que yo a él?

 

 

Notas finales:

Los review son amor... me alegran el día...! hasta pronto ^^


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