Los días pasaron demasiado deprisa para Naruto, desde su encuentro con Sasuke no había tenido ni un solo momento de descanso. Para empezar y como de costumbre había tenido que decírselo a su padre para que hablara con los padres de Sasuke con el fin de acordar la fecha del enlace.
Una vez fijada, no paró ir de un lado a otro, probándose el traje de boda, eligiendo el menú del banquete, el tipo de flores, los invitados y muchas otras cosas que habían hecho que a Naruto le diera un horrible dolor de cabeza.
Ahora en la noche previa a su boda, tras la cristalera de su habitación, un deprimido Naruto contemplaba con manos temblorosas y mirada perdida la foto de su madre, quien por desgracia, había fallecido por culpa de una terrible enfermedad varios años atrás.
-Seguro que tú nunca hubieras permitido que esto pasara.- dijo sin apartar la vista de la foto mientras una lagrima se deslizaba por la mejilla del rubio.
Inmediatamente se la limpió con el dorso de la mano y se frotó los ojos, no iba a llorar más, ni ahora ni nunca, y definitivamente iba ser feliz, era una de las pocas cosas que le había hecho jurar su madre y estaba completamente decidido a cumplirla.
Volvió a guardar la foto bajo su almohada y con este pensamiento se acercó al borde de la cama y se dejó vencer sobré el colchón.
A la mañana siguiente Naruto fue despertado por uno de los sirvientes de la casa, que le anunciaba la llegada del estilista. Naruto con desgana abandonó la comodidad de su cama y se dirigió hacía la sala de estar para encontrarse con él.
Las horas fueron pasando y para cuando todo terminó apenas quedaba media hora para que comenzara la boda.
Mientras tanto, Sasuke esperaba algo impaciente la llegada de “la novia”. Se iba a casar con Naruto para poder heredar la empresa de su padre, quien ya estaba jubilado, por supuesto su ilusa madre creía que la boda era por amor, así que esperaba que Naruto interpretara bien su papel.
Volvió a mirar el reloj, y del rubio por ahora no se sabía nada, dio una vuelta inquieto por toda la sala hasta que finalmente le anunciaron su llegada.
Sasuke se tranquilizo un poco, para él todo tenía que estar perfecto, la boda iba a ser retransmitida por televisión, no por nada era el hijo de uno de los empresarios más ricos de todo Japón, y para él la imagen pública era muy importante.
Finalmente el momento llegó, Naruto, quien se encontraba en una sala cercana a la de Sasuke, respiró hondamente preparándose para lo que se avecinaba, en cualquier momento la música de entrada empezaría y con ella su función personal.
En cuanto la música hizo acto de presencia, las puertas de delante de él se abrieron: haciendo que miles de pares de ojos se fijaran, lo que pareció una eternidad, en él.
El novio, que estaba ya situado enfrente al altar fue el último en mirarle, pero al hacerlo, acto seguido, se quedo completamente ruborizado y rígido como una piedra, ya no pudo apartar la vista de él.
La cara en ese momento de Sasuke, era todo un poema. La entrada del rubio lo había afectado tanto como para calmar el tormento que le suponía el enlace.
Sasuke espero a que Naruto llegara hasta él. Se encontraba frente a frente con el hombre más hermoso del mundo, e iba a ser suyo, le tendió su mano y la atrapó entre las suyas. Parecía un verdadero ángel caído del cielo.
Durante el resto de la ceremonia Naruto no dejó de sentirse incomodo, y es que Sasuke siguió con la mirada fija en él sin apartarla ni para dar el sí quiero. Y es que desde que le había visto entrar no había dejado de desear que se pronunciara la frase “Puedes besar al novio” para probar esos labios que le estaban volviendo loco.
Y cuando llego el momento del beso, Sasuke sonrió de medio lado y atrajo a Naruto hacia él, posó sus labios sobre los del rubio y se hizo paso con sus labios en su boca, nunca había probado nada más dulce que los labios de Naruto, disfruto de la sensación que le producían y después se separo de él, mientras un montón de miradas furtivas les aplaudían.
A parte de las mariposas en el estómago de Sasuke que trataba de calmar con cava y la tensión de Naruto todo fue como una boda normal, se dirigieron al restaurante para el banquete, allí Naruto bailo con Sasuke y conoció a su madre, quien estaba más que encantada con la boda.
-¿Y cómo os conocisteis?- pregunto con curiosidad Mikoto cuando se sentaron en la mesa.
Sasuke se quedo en silencio y dejó que Naruto contestara por los dos.
-Nos conocimos cuando acompañe a mi padre a la empresa de Fugaku-sama. Fue amor a primera vista.- dijo sonriendo tímidamente.- Y aunque me costó bastante hacer que se fijara en mí, finalmente lo conseguí.
-¿Y cómo es que tu padre y yo no sabíamos nada?- dijo mirando a Sasuke algo enfadada, le había gustado mucho Naruto y no entendía por qué se la ocultaron.
De nuevo fue Naruto el que hablo.
-Yo se lo pedí, quería discreción, si se enteraba la gente no tardarían en aparecer los medios de comunicación, y no quería tener que pasar por ello.- dijo tranquilo.
Mikoto quedo contenta con la explicación que le habían dado y se alejó para bailar una pieza con su marido.
Naruto suspiro aliviado, la prueba más dura acababa de terminar y podía asegurar que con éxito. De repente todo se volvió borroso, se acerco hasta Sasuke que hablaba sin mucho ánimo con su hermano mayor, Itachi.
-Sasuke voy a ausentarme por unos minutos, discúlpame ante los invitados.- dijo antes de alejarse hacia algún lugar en el que poder refrescarse un poco.
Los minutos empezaron a pasar y Sasuke se preguntaba a donde habría ido su marido y porque había sido tan estúpido como para no preguntarle al menos a donde se dirigía.
Después de esperar pacientemente durante media hora Sasuke decidió ir a buscarlo y no tardo mucho en encontrarlo, completamente inconsciente en los brazos de un joven pelirrojo de ojos azul claro.
-¿Qué le ha pasado?- le exigió saber al joven mientras se acercaba con el rostro contraído. Alargó sus brazos cargando así con él y le acunó esperando una respuesta del pelirrojo sin quitarle ojo de encima.
-No tengo por qué decírtelo.- respondió fríamente el pelirrojo.
Sasuke paró los suaves cuidados que le brindaba a Naruto para fulminarle con la mirada.
- Es mío.-dijo entre dientes.
-¿De verdad? Eso no es lo que tengo entendido.- dijo Gaara levantando por primera vez en toda la conversación los ojos de Naruto.
-¿Qué quieres decir con eso?- le pregunto Sasuke algo confuso aún conteniendo la rabia.
- Lo sé todo sobre el contrato, el pez gordo de su padre habla demasiado cuando bebe de más.- dijo suspirando, como si eso fuera de lo más normal.
-No sé de que hablas, así que cállate y largo.- dijo elevando el tono de voz.
-¿Y si no quiero que vas a hacerme?- dijo desafiante.
-Hijo de…- no pudo terminar la frase ya que una tercera persona se metió en la conversación.
-¿¡Es que acaso sois los dos estúpidos!?- dijo gritando Itachi.- ¿¡Que no os habéis dado cuenta de que Naruto sigue desmayado!?
Tanto Sasuke como Gaara se quedaron en silencio, Itachi al verlos simplemente negó con la cabeza indignado y se fue con Naruto sin perder ni un segundo más de tiempo con aquellos dos.
