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La familia del cuervo por Karura

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Notas del capitulo:

hola, ya traje un nuevo capítulo, espero que me perdonen, tengan a mano su página de youtube en esta oportunidad también traigo banda sonora ^^ además aviso de antemano que voy a volver a recalificar el fanfic para mayores de 16 ya que hay contenido explicito, bueno espero que lo disfruten.

Disclaimer: Este fanfic está basado en la serie kuroshitsuji, la cual es propiedad de Yana Toboso.

 

Aclaraciones: Disculpen si los personajes están un poco fuera de carácter y les suena algo cursi la situación, si los hechos históricos no son reales o los nombres de demonios mencionados en este fanfic no son necesariamente coincidentes con los que aparecen en demonología, ya que es un universo alternativo. También debo aclarar que esta primera parte del fanfic, se desarrolla en el infierno y han pasado cien años desde que terminó la segunda temporada del animé, por lo que las tendencias dependerán de la época preferida por los personajes, por ejemplo: A Ciel y a Sebastián les gusta la época victoriana, así que sus gustos irán más por lo clásico, el de otro demonio podría ser la edad media o la década de los 80, asimismo, a medida que el fanfic avance, iré sugiriendo canciones e instrumentales (advertencia: en este capítulo hay varios OC creados por mi y otros basados en demonología, este fanfic próximamente será calificado como M, o con contenido para adultos, además de MPREG ). Lo que opinan los personajes está seguido del guión, lo que piensan está entre comillas.

Espero que les guste, que se diviertan.

 

 

Capítulo 3: “la curiosidad puede matar”

 

Escuchar la siguiente pieza musical: http://www.youtube.com/watch?v=FrmUMwdOqVM&feature=related

 

 

El cuerpo de ciel había dejado de crecer cuando cumplió los dieciséis, desde ese entonces, cada vez que se miraba al espejo, su reflejo se encargaba de recordarle la naturaleza de su ser, un demonio con la apariencia de un delicado joven; finas piernas, cintura estrecha, abdomen levemente tonificado, hombros delicados y su rostro conservaba aún los rasgos infantiles, por lo demás estaba a una cabeza de alcanzar la estatura de Sebastián.

“Al menos ya no me veo tan pequeño” pensaba el muchacho ligeramente de acuerdo con su aspecto, pero ni siquiera se imaginó que tendría cierto tipo de inconvenientes, pues su cuerpo joven estaba por primera vez despertando al placer. Durante años trató de suprimir en vano los remolinos de deseo que se formaban en su interior, descubrió espantado que ni las mujeres, ni los hombres despertaban esa sensación tortuosa… excepto… excepto ese demonio que tenía como mayordomo, cuando lo tenía cerca parecía que su mundo se ponía de cabeza, por las noches cedía rendido a la autocomplacencia e imaginaba que él le tocaba, pero no le servía en absoluto, pues terminaba sintiéndose insatisfecho y humillado, como resultado su humor era peor que el de los perros y  descargaba  su ira contra el mayordomo, todos los días.

El joven demonio solo tenía que darle una orden a su mayordomo, era tan simple… pero tenía la certeza de que se burlaría de él, prefería mil veces morir antes que Sebastián supiera acerca de su deplorable “situación”, así que en nombre de su orgullo como demonio, decidió ocultar lo que le estaba pasando junto con toda la maraña de sentimientos que se habían empezado a tejer desde hace tiempo, como una vil enredadera.

Por las noches después de dar las lecciones para que su amo aprendiera a controlar sus poderes, Sebastián le daba el baño como de costumbre y luego le arropaba para el descanso, siendo demonios no necesitaban dormir, pero continuó respetando el ritual, hasta que una noche, el muchacho le ordenó que no lo bañara, ni lo acostara; le había indicado que lo haría por sí mismo y que ya no dormiría porque le parecía muy aburrido, de modo que se quedaban por horas en la biblioteca, leyendo y escuchando música de la época o bien se iban de caza hasta que llegaba el amanecer. Y al mayordomo no se le escapaba nada, conocía demasiado bien a ese terco chiquillo, sabía lo que hacía encerrado en el baño, sabía porque ya no quería dormir, de seguro era porque trataba de evitar que encontrara sus sábanas manchadas de semen…

Se burlaba en su fuero interno de que el terco chiquillo no pudiera contenerse a esos pueriles deseos, no obstante, su pensamiento se volvió en su contra cuando uno de esos días espiando, imaginó que era su nombre el que salía de esos rojos labios hinchados, que era él quien le hacía suyo y apagaba su fuego inextinguible, aquellos pensamientos no hicieron más que avivar la llama que creía extinguida el día que ciel fue convertido en demonio, el tiempo pasaba y el muchacho se volvía aun más hermoso y deseable, como una sublime rosa  negra que abre sus pétalos bajo la luna llena, ciel lo estaba volviendo loco, ya no sabía que más hacer para no deleitarse con su sola existencia, no sabía en qué momento el asunto se le escapó de las manos,  si lo veía admirar la noche por encima de los viejos edificios, si lo contemplaba actuar infantilmente por algo insignificante, si su mirada azul se clavaba en la suya, su corazón negro palpitaba violentamente, no entendía lo que estaba sucediendo, hasta que después de un siglo lo comprendió, se había enamorado de su amo… y algo dentro le decía que ciel sentía lo mismo, no se equivocaba.

Esos eran los recuerdos de Sebastián o el príncipe Darkon que ahora se sentaba junto a su esposo en sus asientos designados para la gran cena. Las largas mesas de plata gravada, estaban perfectamente ornamentadas y provistas de exquisitos manjares, cinco de ellas ocupaban verticalmente el espacio del lugar mientras que la principal; que era la ocupada por los novios, el emperador y otros importantes comensales, se ubicaba en un piso un poco más alto de forma horizontal para que pudieran saludar a los invitados cuando brindaran por ellos.

El príncipe acomodó la silla de su amado como lo había hecho desde que era su mayordomo, Ciel lo miró algo sonrojado, comiéndose todas las ganas que tenía de darle una buena bofetada por burlarse de él durante el baile, al fin como vio que todos ya estaban sentados no le quedó más remedio. El sonido de la orquesta se oía a lo lejos con una encantadora música barroca para disfrutar la cena, Sebastián sí que había pensado en todo.

Esos demonios de alta elite permanecían sentados esperando ansiosos el momento en que el príncipe alzara su copa de champagne para dar inicio al festín de almas… suculentos y deliciosos platos habían sido elaborados mesclando las almas de cientos de personas que en plena década de los años ochenta habían muerto en numerosos accidentes aéreos y masacres… los demonios habían estado ahí para recolectarlas, los shinigamis habían estado ahí para salvarlas, pero pese a sus esfuerzos solo unas cuantas pudieron ser guardadas en el libro de la vida.

 

http://www.youtube.com/watch?v=0QMgj27JEMU&playnext=1&list=PL516CEAF1EF33D4DC&feature=results_video

 

En una sala de reuniones de las oficinas de los dioses de la muerte…

 

-masacres, asesinatos, catástrofes, suicidios en masa, todo al mismo tiempo-dijo un alto y serio hombre vestido con traje formal, sentados a su alrededor otros hombres, la mayoría con rasguños y heridas permanecían concentrados evaluando la situación.

-las personas que se suicidaron iban a hacerlo por separado en el transcurso de una semana a un mes más, pero cuando llegamos toda esa gente estaba muerta en el mismo lugar, los culpables fueron demonios hipnotizadores-comenzó a explicar uno de los shinigamis.

-además está esa masacre al sur este de Canadá, inesperadamente una secta se infiltró en una fiesta universitaria y asesinó a más de 100 estudiantes, ninguno de sus nombres debía aparecer en la lista aún-comentó Ronald Lenox lamiéndose con la lengua una herida que tenía en el labio.

-¿pudieron devolver sus almas o salvarlas?-preguntó su superior.

-lo intentamos, pero nos dieron una paliza, además parecía como si algo estuviera succionando sus almas-agregó el pelirrubio.

-Grell Suclift, como le fue con su división-demandó saber su jefe acomodándose las gafas en el acto.

-will, solo alcanzamos a salvar unas pocas almas de ese avión que iba a Londres, de pronto llegaron demasiados demonios y muy poderosos, nada comparado con los débiles a los que nos hemos enfrentado antes-se excusó el shinigami rojo haciendo una exagerada mueca de preocupación y luego agregó-además mi moto sierra de la muerte quedó hecho añicos ¡malditos demonios!-el pelirrojo tomó su guadaña destrozada y la estrechó en sus brazos dándole consuelo.

-eso es verdad, tuvimos que pedir la ayuda de una unidad extra señor-comentó otro shinigami.

-Pareciera como si todo hubiera sido planeado desde antes-dijo pensativo Ronald.

-exacto-dijo William pensativamente mientras observaba los expedientes.

-¿por qué de repente los demonios necesitarían tantas almas?

-una boda jejejejeeeje-dijo una voz divertidamente tétrica, el dueño de esa voz era…

-¿un…? ¡¿undertaker?!-chilló Grell incrédulo al verlo entrar a esa oficina vestido con un abrigo largo de cuero negro, un traje Armani color gris y su cabello ceniza suelto como los rockeros de la época.

 -cuanto tiempo sin vernos, Señor Suclift-saludó esbozando su sonrisa retorcida, escondiendo su mirada tras los blancos mechones de su cabello.

-explícate sepulturero ¿a qué te refieres con una boda?-la mirada seria del peli castaño se posó afilada sobre el extraño hombre que solo se echó a reír.

-oh si, la boda de un príncipe.

-¿un príncipe?-preguntaron todos atónitos.

-si quieren información tienen que darme mucha diversión jejejejejejejejeje-rió desternillantemente el peliceniza.

 

http://www.youtube.com/watch?v=aMNO97AC7nA

 

En tanto…

-Damas y caballeros, en esta noche en que la luna se muestra con toda su grandiosa belleza, rendimos honores a esta pareja de príncipes, tomemos nuestras copas y brindemos para que su unión prospere por toda la eternidad-habló la aterciopelada voz de Lucifer mientras alzaba una copa.

-¡por su eterna unión!-clamaron todos.

-que inicie el banquete-ordenó Sebastián y de inmediato todos los mayordomos se pusieron en acción, atendiendo a los comensales con la más fina delicadeza.

Ciel miró a Sebastián con un tic en el ojo, realmente se estaba sintiendo incomodo de tanta atención.

-¿Cómo es que soportabas esto? ¿No te dan nauseas?-le preguntó el joven en voz baja, Sebastián le sonrió divertido.

-amor, nada es aquí lo que parece ¿no te das cuenta?  Siente la envidia que expelen, observa el hambre en sus ojos, ellos están aquí por obligación noble y por el interés de estas suculentas almas, no por nosotros; es más, la gran mayoría está siendo intimidada por nuestro emperador en este momento, para que no eleven su ira contra ti-explicó el mayor serenamente, el asombro en la cara de ciel se hizo visible cuando agudizó su sentido de la vista, había visto como del cuerpo del emperador salía una bruma negra aterradora que se desplazaba por todas las paredes rodeando los comedores del palacio, era crueldad pura, escalofriante hasta para los mismos demonios.

-así es mi buen alumno, esta situación no se detendrá hasta que este muchacho alcance un nivel aceptable como para ahuyentarlos-habló Malphas, el demonio que había aparecido después de que Sebastián le propuso matrimonio, era un atractivo hombre de largos cabellos negros y ojos purpura, mirada severa y labios incitantes, él fue quien se encargó de la formación del ex mayor domo en el pasado.

-maestro ¿Cuándo cree que podemos empezar a entrenarle?-preguntó el oji rojo, ciel los miró expectante ¿es que iba a recibir más adiestramiento?

-eso depende de la resistencia que tolere, pero no te preocupes de eso ahora, ya que el lugar al que irán está custodiado por dos bestias guardianas del inframundo.

-¿Qué lugar es ese Sebastián?-preguntó ciel fastidiado por ser el único que no tenía idea de que hablaban.

-un jardín místico llamado Astro Purpura, muy pocos demonios tienen conocimiento de su existencia porque es un lugar que está en una dimensión secreta dentro del cosmos, es allí amor mío donde pasaremos nuestra luna de miel-susurró Sebastián junto a su oído, deliciosamente.

Ciel intentó por todos los medios no jadear ante su voz y su aliento exquisito, pero no pudo evitar que sus mejillas se sonrosaran, especialmente cuando sintió las caricias de sus largos dedos sobre sus muslos, por debajo de la mesa.

-se… Sebastián-tartamudeó abochornado.

-¿Qué?-Sebastián le mostraba una sonrisa impecable, tan sexy mientras con su otra mano libre le peinaba su flequillo azulado.

-c… compórtate-ordenó el muchacho haciendo un mohín de disgusto.

-yes, my husband-dijo el príncipe y depositó un pequeño beso en sus labios para después volver a concentrarse en su cena.

-idiota-masculló ciel sintiéndose observado por toda la corte, en especial por Lucifer y Asmos.

 

En una de las mesas…

-nosotros ¿no deberíamos estar sirviendo?-chismorreó bard totalmente cohibido por estar sentado entre los invitados, Mayleen no sabía dónde meter la cabeza, finy sonrió ante el comentario observando de paso a tanaka san que también sonreía al ver a los novios.

-ese chico pelirrojo nos dijo que nos sentáramos aquí y disfrutemos del banquete-dijo la doncella de gafas.

-¿te refieres a mi? disculpen por no haberme presentado, mi nombre es Artixas y soy uno de los súbditos del príncipe, él me ha pedido personalmente que ustedes sean bien atendidos esta noche y que los entrene desde mañana.

-¿que nos entrene?-preguntaron al tiempo.

-sí, cada príncipe debe tener al menos dos súbditos y como ciel sama ha pasado a convertirse también en uno, hemos pensado que ustedes pueden ser de provecho, confían en él y darían su vida por su bienestar ¿no?

-por supuesto, pero nosotros…-balbuceó bard.

-somos sirvientes-completó Mayleen.

-sí, son un asco de servidumbre, pero más que eso ustedes se llevaron al infierno unas cualidades únicas que le serán de mucha utilidad, mañana se los explicaré con más detalles por ahora disfruten el banquete-cuando el joven dejó de hablar se miraron las caras entre sí, sin saber si debían temer o estar felices de la noticia.

 

http://www.youtube.com/watch?v=qQVngbDTAZ0

 

Algo más tarde cuando todos habían terminado de cenar y se encontraban disfrutando de la danza de los bailarines y los circenses, ciel decidió que tenía que poner manos a la obra si quería sorprender a su esposo durante la noche de bodas, pero las cosas se habían complicado ahora que sabía que no podía confiar en ninguna de esas arpías envidiosas, preguntarle a sus antiguos sirvientes tampoco tenía ningún sentido ¿qué hacer? Se preguntó cuando de pronto alguien se arrodilló a sus pies extendiéndole la mano… era Asmos.

 

-Me concede el honor ¿príncipe?-ciel se quedó estupefacto viendo como ese demonio de ojos anaranjados y cabello ceniza le sonreía invitándolo a bailar, Sebastián entrecerró los ojos en desagrado y tomó a ciel del brazo firmemente.

-príncipe darkon, no sea mezquino déjeme bailar con su esposo al menos una sola vez.

-¿porqué tendría que permitirle a un demonio que secuestra novias y rompe matrimonios bailar con mi esposo?-fueron las agrias palabras del oji rojo.

-porque él también lo desea ¿no es así su alteza?-preguntó al menor que abrió los ojos como platos mirando a Sebastián completamente confuso, estaba a punto de protestar cuando escuchó palabras en su mente.

“soy Asmos el príncipe de la lujuria, te voy a ayudar con ese problema que tanto te aqueja, responderé cualquier duda que tengas”

-yo… yo voy a bailar con él Sebastián.

-no irás-rebatió el pelinegro.

-¡no me des ordenes! El que estemos casados no significa que sea tu marioneta…-le gritó enfadado, en respuesta Sebastián bajó la mirada y suspiró resignado.

-solo quiero protegerte mi señor, lo siento-en un segundo la ira del joven se disipó, no podía luchar contra él cuando lo trataba con tanta ternura y devoción.

-estaré bien Sebastián, vuelvo en un momento-el muchacho se alejó con el otro príncipe hasta el salón y comenzaron a bailar al son de un vals de chopín…

El príncipe Darkon se llevó una copa a los labios, sus ojos resplandecían de pura ira contenida y celos, sabía que podía confiar en su amado, mas no en ese demonio traicionero, hizo un movimiento con su mano y al instante aparecieron sus cinco súbditos.

-a sus ordenes su alteza-dijeron a la vez arrodillándose ante él.

-vigílenlo, no le quiten la vista de encima, si pasa algo extraño protejan a ciel.

-si su alteza-acataron y desaparecieron distribuyéndose por todo el salón.

Asmos sabía que ciel no era tan buen bailarín, lo tomó de la cintura y lo guió al ritmo de esa melodía nostálgica. Pasaron minutos en los que el joven desviaba su atención hacia donde estaba sentado su esposo, se le veía un aura lúgubre saliendo a borbotones de su cuerpo, el ceño fruncido lleno de un odio que jamás había presenciado y las luces de los candelabros que habían comenzado a brillar intermitentes, señal de su enojo… y lo que no terminaba de entender era por qué sentía tanta excitación al verlo en ese estado.

 

-eres un chico perverso-dijo el demonio apuesto.

-¿he?-contestó ciel atónito.

-disfrutas viendo como se retuerce de celos, déjame decirte que ese crio es terriblemente posesivo-respondió Asmos refiriéndose a Sebastián.

-lo sé.

-es manipulador, frío y calculador.

-¿y eso qué?

-¿no te importa saber que podrías haberte arrepentido de unirte con él?

-sé lo que quieres hacer, no soy tan estúpido como para caer en tu juego, así que habla de una vez y terminemos con esto-dijo tajante.

-jaja muchacho me diviertes mucho, está bien vamos a conversar de sexo en el balcón ¿o prefieres que los comensales se enteren que eres “virgen”?-ciel frunció el entrecejo disgustado, ese tipo era tan desvergonzado, los colores se le subieron al rostro y se negó de lleno a mirarlo a la cara, no soportaría sus burlas.

 

http://www.youtube.com/watch?v=u1kbMkoXdRc

 

Se alejaron perdiéndose entre la multitud seguidos de la mirada de los súbditos y de su príncipe, que sin poder aguantarlo más se levantó del sofá y se encaminó entre las sombras para poder espiar a su marido y a ese demonio.

En tanto en los balcones…

-su alteza, sus preguntas serán respondidas, ¿que necesita saber?

-como… como es que lo hacen… los hombres demonio-dijo en un susurro tratando de evitar a toda costa la mirada del otro.

-¿él no te lo ha enseñado? Por todos los infiernos… es decir que… ¿nunca le has preguntado? ¿Y fuiste su novio?

-¿Cómo podría preguntarle algo así? Durante estos cien años…

-no has hecho más que escapar… ya veo-completó.

-¡deja de leer mi mente!-gruñó ciel.

-jo, entonces eso quiere decir que ¿no has leído nada en las revistas de hoy en día? ¿Ni una cinta de video?

-no, estaba tan concentrado en aprender sobre mis poderes que no me llamaba la atención lo que inventaran esos estúpidos humanos.

-bueno, pero esto siempre ha existido ¿sabes? incluso en la época en la que vivías, mucho antes-le sonrió Asmos tomándolo cuidadosamente de la barbilla para poder observar esos ojos azules que se ocultaban bajo esas espesas pestañas negras… simplemente hermoso.

-¡no me toques, solo responde mi pregunta!-ordenó el muchacho apartándole la mano con brusquedad, Asmos suprimió la tentación de reírse a carcajadas, esa inocencia lo volvía loco… quería corromperlo, pero sabía que el precio por quitárselo al príncipe favorito de lucifer era demasiado caro… se contuvo.

-bueno, como sabrá la mayoría de los proclamados demonios masculinos en su forma humana, tienen en la entrepierna un…

-no lo menciones, ya sé que es eso-confesó rápidamente sintiendo como le quemaban las mejillas.

-cuando se excitan, se endurece y crece a veces hasta el doble de su tamaño normal… usted debe saberlo muy bien-siseó con deseo al ver las imágenes de la mente de ciel, que recordaba las veces que se había masturbado- cuando el dominante está listo para fundirse con su sumiso, tiene la opción de prepararlo o no para el siguiente paso… de todas formas debo advertirle que si usted va a ser el sumiso va a dolerle… ya que “eso” que su esposo tiene en la entrepierna entrará por su lindo cu –li –to-el demonio trató de ser lo más especifico y delicado posible en cuanto a su “explicación”, pero no se le daba muy bien, al ver al muchacho se preocupó un poco, éste estaba en shock apoyándose en el balcón luciendo más pálido de lo normal, como si hubiera recordado algo aberrante y asqueroso, Asmos suspiró frustrado observando todos esos recuerdos.

-le ruego que me disculpe, creo que he abierto una herida antigua-sonrió de manera sádica.

-no sé de qué estás hablando-rebatió ciel intentando mantener la compostura.

-usted ya ha experimentado la sensación de la penetración, pero la ha olvidado… seguramente su mente bloqueó sus recuerdos porque eran muy dolorosos.

-t… tú… estas sondeando… ¡no lo hagas!-exclamó lleno de terror ante los amargos recuerdos que pasaban como flashes por su memoria, aquellas manos, ese olor repugnante a sudor y sangre, esos miembros entrando y saliendo de su cuerpo desvalido-si, Asmos estaba disfrutando de esa situación, el dolor de ciel era semejante a un elixir placentero, quería romperlo, quería dañar la unión entre él y Sebastián, que su matrimonio nunca se consumiera en las llamas de la pasión.

 

Continuará---

Notas finales:

ahí estaba el capítulo, ¿quieren saber si asmos hará de las suyas? por favor esperen el siguiente capítulo que se subirá en dos días más ^^


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