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La familia del cuervo por Karura

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Notas del capitulo:

Hola, hace tiempo que tenía ganas de actualizar, perdónen mi tardanza, pero es que no tuve mucho tiempo e inspiración, lo siento mucho, trataré de actualizar lo más pronto posible de ahora en adelante, sin más los dejo con el primer capitulo.

 

Hola soy Karura, este fanfic está basado en la serie kuroshitsuji, la cual es propiedad de Yana Toboso, disculpen si los personajes están un poco fuera de carácter y les suena algo cursi la situación, la verdad es que es un universo alternativo, yaoi, creo que ya lo mencioné, pero bueno, acá les va.

Escenas del capítulo anterior…

_entonces bochan… ¿acepta ser mi esposo?_ preguntó el mayor tomando el mentón de Ciel, contemplando sus mejillas sonrojadas y sus ojos ligeramente acuosos de una emoción que no tenía ganas de compartir.

_sí Sebastián, acepto-enajenado el mayor lo único que hizo fue acercarse lentamente a sus labios temblorosos y los capturó probándolos dulcemente.

 

Capítulo 1: Boda lúgubre

 

Ciel se veía deslumbrante, caminando con paso firme y la mirada altiva en sus ojos índigos, abriéndose paso entre la multitud. Su piel nívea de porcelana y su traje finamente diseñado para la ocasión, le hacían lucir como el más bello entre los de su raza, aunque no faltaron los chismes acerca de su procedencia, “él fue humano”, “¿cómo es posible que haya elegido a ese defectuoso humanoide?”, escuchó susurrar a sus espaldas.

Mientras avanzaba con su ramo de rosas negras entre las manos, notó una perturbación en su interior, esas palabras le habían traído amargos recuerdos de un pasado, donde había sido víctima de horrendos ritos y violaciones, la ira brilló a través de sus orbes buscando al causante de su situación, la verdad, no se sentía bien ser el centro de atención de esos demonios aristócratas.

“¡maldición donde estas Sebastián! ¿Acaso piensas dejarme plantado con estos desconocidos?” pensaba Ciel contemplando la entrada del salón con insistencia.

De reojo notó como uno de los comensales sentado en primera fila no le despegaba los ojos de encima, casi podía sentirse violado por su mirada profunda, intimidaba… y él odiaba esa sensación.

 “tranquilo muchacho, él ya viene…” escuchó dentro de su cabeza, su mirada hizo contacto con ese demonio apabullante, viéndolo esbozar una sonrisa torcida, señalando hacia la puerta con una de sus largas uñas.

En ese preciso instante, una corriente de aura negra cruzó por el sendero dejando caer a su paso negras plumas, dentro de la nébula se encontraba el novio, vestido con un elegante traje de cuero negro que marcaba perfectamente sus formas y que también daba a conocer el estatus superior al que pertenecía. Los ojos del menor se tornaron carmesí y su boca se volvió agua de tanto deseo, desde hace días que no podía verlo, ni invocarlo, después de que los demonios de la alta elite escucharan rumores de que su camarada “sentaría cabeza”, bajaron a la tierra para tomar el asunto en sus manos, todavía recordaba la fastidiada cara de Sebastián al ser atrapado por el látigo de su maestro, prácticamente había sido un rapto.

Flash back…

La magia del primer beso desaparecía a medida que separaban sus labios,  tratando de mantener todo su autocontrol, el ex mayordomo estaba a punto de discutir los puntos de cómo llevar a cabo su matrimonio, cuando fueron rodeados por un grupo de demonios.

-¡Sebastián!-gritó el joven al ver como su futuro esposo era atrapado por un látigo y llevado a los brazos fuertes de su dueño.

-ese es tu nuevo nombre ¿ahora? Jajaja se oye demasiado blando para ti-se burló el demonio jalando aún más el látigo-así que ibas a contraer nupcias sin avisarme… que cruel.

-estaba pensando precisamente en usted antes de que llegara ¿Cómo podría olvidar invitar a la alta elite? ¿Ahora podría soltarme maestro?

-oh… así que este es el chico que hanna anafelows transformó a demonio, mira nada más que ojos tan extraordinarios, sin duda será un buen súcubo-rió el maestro ignorando completamente a su discípulo.

-sí, es verdad y es tan sólo un dulce niño novato-dijo uno de los presentes.

-no te conocíamos esos gustos tan pedófilos-agregó otro con burla.

-Sebastián ¿Quién rayos son estos idiotas?-exigió Ciel con una vena asomándose en su frente, no le gustó la mención de “dulce niño novato”.

-estos idiotas querido, son demonios de la alta aristocracia, June, artixas, dibrid, kiel, rured y mi maestro malphas-presentó Sebastián con voz aburrida.

-gracias por hacernos el honor de presentarnos príncipe darkon.

-¿¡príncipe?! ¿¿Eres un principeee??-chilló Ciel completamente indignado.

-pues, si, lamento no haberte informado antes-suspiró resignado el demonio cuervo.

-escucha muchacho ¿de verdad quieres unirte con este bueno para nada? Aunque sea uno de los príncipes del inframundo nos ha avergonzado en muchas ocasiones, tal vez deberías pensarlo mejor y tomar en cuenta otras opciones-dijo el demonio mayor mirando al resto de sus pares.

Ciel comenzó a sentirse ligeramente asfixiado con todas esas miradas lujuriosas sobre su cuerpo y esas garras rozando su cuello, hasta podía notar la excitación de los demonios que respiraban en su oído, pero se mantendría firme, él era un demonio ahora y el miedo ya no significaba nada para su nuevo yo. Sebastián por su parte frunció el ceño, no soportaba que se acercaran tanto a su futuro esposo.

-tienes razón, Sebastián podrá ser un bueno para nada, un idiota, un sádico engreído… pero es mío y lo acepto como tal, ¡así que quítenme sus sucias garras de encima! ¡Malditas escorias!-estalló Ciel ruborizándose.

-¡pero qué lengua tan afilada tiene! Darkon te has sacado el premio mayor con este chico-le dijo june sonriendo perverso.

-lo sé mis camaradas, es por eso que debo cuidarlo muy bien de otras alimañas que quieran arrebatármelo-Sebastián se hizo humo oscuro en el aire y de inmediato apareció junto a su niño envolviéndolo entre sus brazos, mientras su mirada se tornaba rasgada y carmesí.

-está bien discípulo mío, pero no podrás evitar que los preparemos para la gran ceremonia, se encontrarán dentro de dos días cuando la luna esté llena en el  receptáculo de las uniones, hasta entonces se encargarán de él las penumbras.

-¿las penumbras?-preguntó atónito el ex conde.

-son doncellas del infierno, no debes desconfiar, les daré la orden de que te bañen y vistan, además ellas te explicarán los pasos del ritual.

-p…pero Sebastián…

-no te preocupes, me encargaré de que la decoración y el estilo sean de tu agrado, yo velaré para que nuestra unión sea inolvidable, si no ¿Qué tipo de esposo sería si no pudiera manejar una tarea tan fácil como esa?-Ciel sonrió ante sus palabras y se despidió de él con un demandante beso, luego de eso unas doncellas con velos negros sobre sus cabezas, aparecieron llevándole al inframundo a través de un portal astral.

Fin del Flash back.

Algo lo sacó de sus recuerdos al percatarse que Sebastián no venia solo, alrededor de seis personas, caminaban justo detrás de él y cuando reconoció sus rostros, su mirada se lleno de melancolía…

-ustedes… todos… ¿Por qué… por qué están aquí?-dijo el ex conde aún shockeado por la sorpresa.

-queríamos estar con usted en este día tan especial bochan…-habló may-lin secándose las lagrimas de la emoción.

-pero, ustedes deberían haber muerto, han pasado más de 100 años

-si bochan, nosotros nos hemos marchado hace mucho, pero nuestras almas no pudieron encontrar el descanso eterno, puesto que nuestro pensamiento siempre estuvo con usted, con Sebastián san y los bellos recuerdos de la mansión Phantomhive-habló tanaka en su modo adulto.

-bochan, lo hemos extrañado mucho-dijo fyni al borde de las lágrimas y sin contenerse más lo estrechó en un fuerte abrazo que increíblemente, no lo partió en dos, pero eso no fue todo porque Pluto tras ver a Ciel, corrió como humano en sus cuatro patas y le estampó un lengüetazo en la cara provocándole escalofríos.

-Sebastián… tu los trajiste ¿no es verdad?-dijo, intentando zafarse de los brazos de fyni y de las lamidas del perro demonio, no le importaba cuanto debieran esperar los demás para que empezara la ceremonia, él quería su explicación ahora.

-… fue una coincidencia, estaba buscando el traje que nina hopkings hizo clandestinamente para ti hace tiempo, sin que lo supieras, lo guarde en el sótano para que no fuera encontrado por otros humanos, entonces sentí una explosión en la cocina… y me dije… ¿Qué hacen estas almas aún en la mansión después de todos estos años?-confesó el demonio sonriendo.

-en ese momento sentí como si todo hubiera vuelto a ser como antes, Sebastián san nos regañaba como antaño-volvió a llorar may lin sonándose los mocos.

-después de eso nos invitó a la boda, realmente fue duro de digerir el que Sebastián san y bochan fuesen demonios, pero no fue difícil asimilar que entre ustedes había algo-agregó bard con cierta picardía.

-sí, nosotros sabíamos, dice óscar-corroboró Snake mientras trataba de evitar que sus serpientes se enredaran afectuosamente en los demonios presentes.

-yo pienso que no importa si bochan y Sebastián san son demonios, lo que importa es que se aman ¿verdad?-dijo finny con su inocencia característica.

El muchacho se sonrojó ante lo que acababa de escuchar, todos sus sirvientes sabían que amaba a Sebastián y aún así seguían siendo leales, incluso ahora en el momento más importante de su existencia.

-ustedes… están consientes de que si me siguen… no hay vuelta atrás.

-si bochan, ya lo hemos discutido, queremos seguir sirviéndole a usted y a Sebastián san por la eternidad jo jo jo-rió tanaka provocando que Ciel lanzara un suspiro resignado.

-está bien, hagan lo que quieran-dijo el ex conde sonriendo gratamente para sus adentros.

-Pluto, may lin, bard, finny, Snake, tanaka san, creo que podemos continuar nuestra charla en otro momento, ahora una ceremonia debe ser llevada a cabo, por favor, tomen asiento-dijo el ex mayordomo posicionándose junto a Ciel.

La mayor parte de la aristocracia demoniaca se encontraba en el oscuro recinto, el cual estaba decorado de antorchas añiles, cráneos humanos y rosas azules, las paredes de estilo gótico se elevaban hacia unos vitrales que dejaban entrar la luz de la luna roja.

No en todas las bodas está presente el señor de los demonios, pero como esta es una ceremonia de la alta elite, ha asistido… A regañadientes se ha puesto su traje humano, al igual que todos los presentes, ya que por estética debían asemejarse a la forma del nuevo muchacho demonio, así es como continuaba mimando a su hijo privilegiado, al que solía perdonar secretamente por cada error en sus años de aprendiz.

Flash back…

-te casaras con ese niño demonio finalmente.

-sí, mi gran señor-había respondido Sebastián inclinado a sus pies.

-por favor, no me trates tan fríamente pequeño, llámame padre-dijo la voz jovial de ese demonio que parecía la más preciosa de las joyas en su vanidad, rodeado de la más espeluznante aura de maldad-aunque sea un riesgo para nosotros ¿lo harás? ¿Qué pasa si no estoy de acuerdo?

-¡oh! Padre, tu sí que estarás de acuerdo, siempre lo estas-la sonrisa cautivadora de Sebastián hizo que el gran señor de los demonios esbozara una mueca de resignación.

-tienes razón, siempre estoy de acuerdo.

Fin del flash back

Se levantó del asiento de primera fila y subió hasta el altar esperando que los novios tomaran sus puestos. El príncipe Darkon tomó la mano de su novio guiándolo hasta un círculo mágico tallado en el suelo, cuando ambos estuvieron en el centro, todo el mundo se inclinó mostrando respeto, menos los sirvientes de Ciel, que no tenían idea de que hacer, pero al ver la mirada de atención se limitaron a hacer lo mismo que el resto… entonces habló.

-A los presentes invitados del inframundo, nos encontramos aquí para realizar un pacto marital el cual, está regido bajo las siguientes cláusulas:

Uno, devoción y cuidados entre los pactantes, cualquier daño que provoque la muerte de su conyugue, supone traición a la raza demoniaca y está penalizado con el dolor y la humillación eterna, salvo que sea una orden directa del gran supremo a causa de traición a la raza

Dos, obediencia absoluta a Lucifer señor de los demonios, lo cual implica colaborar activamente con el plan de corrupción y destrucción de la humanidad, al no cumplir el requisito, los pactantes serán castigados con el rompimiento automático del contrato y la muerte.

Tres, aportar progenies a las legiones e instruirlos para la llegada del gran día, al no acatar este mandato, los pactantes serán castigados con el rompimiento del contrato, salvo que hayan impedimentos que sean refutables, siendo estas las cláusulas del próximo contrato dejo a estos dos pactantes ofrecer sus votos…-dijo el poderoso demonio alejándose del altar.

Ciel se había estremecido al escuchar las cláusulas, especialmente aquella que hablaba de la progenie, ¿Cómo rayos iban a tener hijos? La voz de Sebastián lo sacó de su lío interno.

-yo, príncipe Darkon, te ofrezco mi sangre como símbolo de nuestra unión, Ciel, bebe de mi veneno oscuro y quémame en tu fuego, quiero ser tu placer y lujuria, cumplir tus deseos más impuros, adorarte en todo momento, darte una estirpe digna y estar contigo eternamente, hasta el fin de los tiempos-habló la voz aterciopelada del príncipe, las mejillas de Ciel estaban rojas y no era el único que estaba en esas circunstancias, may leen y finny casi se derretían de emoción.

-yo… Ciel, demonio del orgullo…-el muchacho de pronto olvidó todo lo que había memorizado, estaba sonrojado, nervioso y en shock, algo muy inusual en él, pero Sebastián besó su muñeca temblorosa, dedicándole una divertida sonrisa burlona que le devolvió la compostura, el jovencito se aclaró la garganta antes de continuar…

-etjum… etjum… yo, Ciel Phantomhive, demonio del orgullo, te ofrezco mi sangre como símbolo de nuestra unión, bebe de mi veneno oscuro y quémame en tu fuego, quiero ser el causante de tus delirios, fundirme con tu esencia y lamerla gloriosamente, deseo pertenecerte y adorarte hasta el fin de los tiempos.

Ambos expusieron sus muñecas frente a la boca del otro, sus colmillos aparecieron y los enterraron en la exquisita carne, sus ojos se cerraron para disfrutar de las sensaciones que les daba el exquisito elixir, al dejar de succionar la sangre oscura, se miraron con sus frentes haciendo contacto, embelesados y drogados por el placer, apenas dándose cuenta de que la marca del contrato en el ojo y en la mano habían desaparecido, dejando en su lugar un anillo oscuro tatuado en sus dedos, mientras que bajo sus pies, la sangre que goteaba de sus muñecas se distribuía por todo el círculo mágico, iluminándose en rojo vivo.

-ya está hecho… mi eterno amante-susurró el príncipe buscando los labios de su esposo, el cual asintió y se dejó llevar por la hipnótica sensación de entrega que ese ritual había provocado.

Sebastián tenía razón, el nuevo contrato marital había sido altamente provechoso, ya no sentía esa desolación tan infinita en su corazón ennegrecido, si, había descubierto que los demonios también tenían uno, no tan emocional como el de los humanos, pero ahí estaba latiendo bajito bajo su pecho, al sentir ese beso ardiente, si podía definir la sensación que le embargaba, era como si chispas de felicidad estuvieran brotando por sus poros, tal vez era la plenitud absoluta de saberse unido al demonio que siempre amó…

 Escuchó de pronto como todos aplaudían… la ceremonia había acabado.

Los comensales, inclinaban la cabeza a medida que ellos cruzaban por el largo camino tomados de la mano, muchos lo hicieron por respeto a su líder o por obligación noble, después de todo, no tenían el poder, ni la autoridad suficiente como para cuestionar las acciones del príncipe favorito de lucifer, pero entre ellos habían un buen puñado que aceptaba gustosa la unión, entre ellos los sirvientes Phantomhive.

Ciel, poco a poco fue recuperándose del efecto embriagador que poseía la sangre de Sebastián, se sentía extrañamente acalorado, a pesar de que estaba consciente de que no podía sentir temperatura, Sebastián sonrió seductoramente a su consorte y sostuvo su mano ensangrentada con mayor fuerza, el joven echó un vistazo a sus manos enlazadas y no pudo evitar abochornarse con la situación, por todos los infiernos, estaba casado…  ¡¡casado!! Con su ex mayordomo… no,… con un príncipe del infierno, no pudo evitar pensar que después de toda boda hay una luna de miel y que en toda luna de miel hay… bueno, una noche de bodas y en ella, pues sexo… una imagen mental de su mayordomo en cueros como un adonis acercándose camelosamente hacia él en la cama, le hizo perder el paso, el antes no tenía esos pensamientos tan indignos ¿por qué ahora? Simple, porque era un demonio, Michaelis arqueó una ceja divertidamente ante la actitud extraña de su joven esposo, mientras este último seguía debatiendo consigo mismo.

No es que estuviera arrepentido, si no que aún le costaba creérselo, iba a tener sexo con Sebastián y no tenía idea de cómo hacerlo, si bien tenía nociones del apareamiento entre una mujer y un hombre (Sebastián se lo había explicado objetivamente en una clase de biología), desconocía como sería entre hombres, ante su inquietud decidió que no iba a soportar que Sebastián se burlara de él en la primera noche, ya averiguaría la manera de instruirse durante el tiempo que le quedaba, no iba a perder contra su marido, así que resuelto y haciendo acopio de su gran engreimiento, le devolvió una mirada orgullosa a su príncipe oscuro, tratando de alejar de su cara el rubor que se había acentuado después de pensar en ello… pero Sebastián sabía sobre las inquietudes de su ex maestro, ¡oh! Si que sabía…

“déjelo todo en mis manos esposo mío, yo me encargaré de que aprenda muy bien la lección” pensaba el ex mayordomo mientras esbozaba una sonrisa lujuriosa.

 

Continuará.

 

 

Notas finales:

¿qué les ha parecido? espero que les haya gustado, un abrazo, espero sus reviews


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