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Tormenta. por MajesticVampire

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Notas del fanfic:

Primeramente debo decir aquí Zero tiene quince a;os, mientras que Kaname mantiene la edad de dieciocho (al menos de apariencia). No soy buena con los lemmons, pues a veces me sacan de casillas escribirlos, pero espero este me haya salido medianamente decente.

Ahora que al fin estamos de vacaciones (al menos acá en México lo estamos) tengo mucho tiempo para escribir todas las historias que tengo pendientes, creo que es todo, que sea de su agrado el capitulo, gracias.

La noche era ruidosa, el aroma a tierra mojada impregnaba todo el lugar. Kuran procuraba terminar de firmar todo el papeleo que requería su autorización; desvío la mirada hacia el ventanal que tenia a un lado, las gotas de agua golpeteaban el cristal con insistencia.

Los relámpagos surcaban el oscuro cielo sin estrellas, iluminando las copas de los árboles. Había sido una buena idea, suspender las clases, no es como si el agua los desintegrara al contacto con su perfecta piel; pero no era nada elegante el empaparse de agua, ni que su perfecto uniforme blanco se ensuciara de lodo.

Releyó la ultima hoja, que más que nada era una petición del director Cross. Quería terminar pronto e ir a descansar un poco, solo debía firmar autorizando y punto; una media leída seria suficiente, después de todo, el director hacia cosas muy estupidas pero nunca con malas intenciones.

«…Por lo tanto, Kaname-san. Zero-chan debe ser trasferido a la clase nocturna…»

Bien, bien solo debía poner su firma y todo ese alboroto terminaría, no era nada más que un nuevo alumno en la clase nocturna…

—¿Kiriyu-kun en la clase nocturna?. —pestañeo un par de veces, volvió a coger la carta y a leerla con mayor cuidado.

«Kaname-san.

Mis más sinceras disculpas por hacerte un pedido tan vergonzoso, teniendo en cuenta la conflictiva relación que mantienes con mi querido, amado, pequeño y divino Zero-chan.

Seré claro, Kaname-san, el lado vampirico de Zero-chan esta avanzando con mayor rapidez de la esperada, en realidad imagine que su gen vampirico se mantendría oculto por tres o cuatro años, sin embargo me eh equivocado, ciertamente tú sangre ah ayudado a neutralizarlo, pero el gen parece hacer cada vez más independiente a tú sangre.

Es peligroso que Zero-chan siga en la clase Diurna donde todos son humanos, y donde es más sencillo que se salga de control sin que nadie le este cuidando. No le veo como opción el mantenerle encerrado en el sótano de la Academia, por eso pido su autorización para que Zero-chan sea trasladado en cuanto al bimestre termine…»

—¿Bimestre? El bimestre termina en una semana, más o menos.

«Es la mejor opción, primeramente porque estará rodeado de vampiros, que sabrán mantenerle a raya si es que se sale de control, y segundo. Por ti, Kaname-san, este es un favor personal y para ello me comportare de una forma baja. Yo eh cuidado de su hermana y prometida, Yuki a quien aprecio como a una hija, así que a cambio me gustaría que le siguiera ofreciendo su sangre a Zero-chan para neutralizar su nivel E.

Por lo tanto, Kaname-san. Zero-chan debe ser trasferido a la clase nocturna.»

Acomodo el codo sobre el escritorio, y sobre su mano su mejilla, su lapicero golpeteo una y otra, y otra vez la carta del director, en esa carta el director le proporcionaba buenos datos. El echo de que Kiriyu-kun se estuviera haciendo independiente a su sangre significa mucho, al fin la pieza que más necesita, y que menos podía domar estaba en su tablero. El peliblanco era una fiera que no le mostraba respeto, ni miedo a pesar de los escasos quince años que tenia.

Por otro lado, estaba Yuki, estaría bien también alejar al cazador de su hermana, ya veía suficiente acercamientos entre ellos como para permitir más. Pero no estaba del todo convencido, se lo pensaría un poco más, ya después le daría su respuesta al director, un estruendoso relámpago retumbo por todo el lugar haciendo temblar los cristales, los ojos carmín de Kaname brillaron entre la oscuridad.

Se levanto caminando hacia el ventanal, poso su diestra sobre el fino cristal, delineando con su digito el camino que hacia la gota de agua.

—¿Estarás asustada, Yuki?.

«Kaname acababa de llegar a la mansión Kuran, habían ido a visitar a otra familia noble; Los Hanabusa. Sin embargo se sentía contento de haber conocido a dos chicos de su misma edad, con aquella tormenta la mansión tomaba un aire escalofriante. Sus padres seguían afuera charlando con quien-sabe-quien.

Subió las escaleras, con aquella elegancia que le habían enseñado sus padres, avanzo entre el pasillo pasando habitación por habitación. Hasta llegar a la ultima, abrió lento la puerta, asomando primero su cabeza.

—¿Yuki? ¿Estas dormida?. —abrió por completo la puerta y apenas dio dos pasos cuando una bolita se lanzo contra él, tumbándole al suelo— ¿Yuki? ¿Qué ocurre?.

—¡Tengo miedo, Onii-sama! Duerme conmigo, Kaname Onii-sama.»

Tomo todos los papeles que había firmado, antes de irse a descansar los llevaría con Cross. Salio de su habitación, en la sala estaba su grupo de amigos, Shiki dormitaba sobre las piernas de Takuma, mientras este le hacia piojito, Aidou y Kain peleaban y por ultimo Rima y Ruka tomaban el té.

—Volveré en unos minutos. Por favor mantengan el orden aquí mientras estoy ausente.

—Sí, Kaname-sama.

Kuran salio del dormitorio de la luna, su mente estaba embotellada en los miles de problemas que debía solucionar, ser cabeza familiar de los Kuran era algo muy complicado y aburrido, drenaba por completo su tiempo.

«Estaba feliz, de que el director Cross le invitara a cenar a su casa, toco el timbre y dos segundos después la pequeña Yuki, le abría y le tomaba de la mano jalándole con insistencia para poder entrar.

—Kaname-san, la cena esta por comenzar, venga, venga me gustaría presentarle a Zero-kun. Es el nuevo hijo del Director, su cabello es como la nieve, y su piel es muuuuy blanca, se parece a la suya.

Kaname sonreía mirando cada detalle del fino rostro de su prometida, su mano podía sentir la calidez que le proporcionaba la castaña y eso le hacia eternamente feliz, llegaron al comedor.

—Mire, Kaname-san, este es Zero-kun.

Zero volteo hacia atrás, estaba acomodando los platos para la cena, el plato que estaba por acomodar cayo al suelo, haciéndose pedacitos.

—Vampiro. Un puro. —se llevo las manos a la boca y salio huyendo despavorido del comedor.

—Zero-kun.

—Yuki. Por favor ve, por otro plato. Yo iré a ver a Zero-chan.

—B-bien.

La castaña también salio del comer, Cross tomo una profunda bocanada de oxigeno.

—Es él, ¿cierto? El único sobreviviente de la familia Kiriyu. Quienes fueron atacados por un puro. Shizuka Hiou. ¿con que propósito me invito a cenar?. Cross-san.

—Zero-chan no sobrevivió del todo, a lo que me refiero es que esa mujer le mordió y por alguna razón le dejo con vida. Kaname-kun, usted sabe lo que pasa cuando un humano es convertido, ¿cierto?.

—Nevel E.

—Exacto. Solo tiene trece años y su gen esta devorando toda su humanidad, a este paso él se convertirá en una bestia bebedora de sangre, sin conciencia. Sin embargo si un puro le da su sangre, pueden neutralizar el gen.

—Sabe perfectamente que eso no le hará humano de nuevo, ¿verdad? —el director afirmo, desviando la mirada hacia otro lado.— Bien, lo haré, pero esto solo es por Yuki, no permitiré que ella sea la primer victima de ese niño.

Subió las escaleras, y en la primer habitación le encontró, estaba tumbado en su cama mirando el techo.

—Un paso más y le mato, chupasangre.

—Esa no es la forma de dirigirte a un puro, especialmente alguien de nivel bajo como tú. —en un parpadeo Kuran le tenia sujeto del cuello, tenia una rodilla apoyada en el colchón, tomando equilibrio para no tirarle todo su peso encima. El peliblanco se revolvía, pataleaba y lanzaba golpes.

Su lucha por quitarle de encima, le divertía muchísimo, soltó un par de risillas. La mano que antes tenia en su cuello, subió para cogerle del mentón con fuerza, obligándole a abrir la boca.

—Maldita sanguijuela, ¡suéltame!.

La mano libre se la llevo a la boca, mordiendo su muñeca, después de eso, la dirigió a la boca del menor, el choro de sangre le hacia sentir que se ahogaba, se vio en la necesidad de tragar todo el liquido, sus ojos perdieron el bonito amatista y se trasformaron en rojizos.

—Bien, así, tranquilo. —dejo de hacer presión en su mentón, tímidas las manitas de Zero subieron para aferrarse a la muñeca del Kuran, Kaname podía sentir la inquieta lengua del menor que lamia su herida. Cuando menos sintió, el chiquillo se había quedado dormido.»

Levanto la mirada permitiendo que las gotas de lluvia mojaran su rostro, una sonrisa surco sus labios, Zero era una distracción fascinante, su mal humor, y sus palabrotas siempre terminaban haciéndole feliz. No mostraba respeto, ni se doblegaba a su poder. Era magnifico, fuerte, altanero y sin miedos.

Sacudió las gotas de agua que tenia su camisa de seda en tono negro, al fin había llegado a los dormitorios diurnos, subió las escaleras, a veces Kuran se preguntaba porque si Cross tenia una mansión como hogar escogía dormir en los dormitorios del sol, como si fuera un alumno.

—La ultima habitación del dormitorio masculino, ¿eh?. —acomodo el folder color verde pistache que llevaba, su cabello goteaba y se le pegaba a la frente. Tomo la perilla de la puerta estaba apunto de abrirla cuando…— Esta no es la habitación de el director Cross. ¿Entonces…?

Era obvio que tampoco era la habitación de Yuki, giro la manija y empujo la puerta; todo estaba en penumbras, si no fuera por los relámpagos que iluminaban por un breve lapso de tiempo, el aroma dulce del dueño de aquella habitación, mezclado con el olor metálico dulzón, le golpeo como si fuera una bofetada.

—¿Kiriyu-kun?.

Otro relámpago y su fino oído pudo apreciar el quejido de alguien, avanzo dejando el folder encima del sofá color verde que había en medio de la habitación, esta mantenía un calor agradable, algunas lámparas de mesa alumbraba quedamente el lugar. Antes de dar otro paso más, se detuvo, mirando con desagrado al bulto que había en la esquina de la habitación; a un lado de la chimenea.

—Lo que estas haciendo puede provocar problemas para nosotros, ¿sabe?. —cruzo los brazos, arqueo una ceja esperando ser escuchado.

—No debería estar en clase, Kuran-senpai. —Zero no se inmuto, ni siquiera dirigió su mirada hacia el vampiro, solo seguía embotellado en lo que estaba haciendo, su mano seguía rasguñando la carne de su cuello, su gen vampirico hacia lo posible en curar las heridas, pero parecía imposible si el cazador volvía a abrirlas una tras otra.

—Ser presidente tiene privilegios. ¿No debería estar durmiendo ya?.

—El que sea presidente no le otorga derecho a entrar a habitaciones ajenas, especialmente cuando estas no son de su dormitorio.

Otro estruendoso relámpago y Zero enterró las largas uñas en su cuello, desgarrando la carne, derramando la sangre. Kaname inclino la cabeza inconscientemente aspiraba el profundo aroma a sangre, profundas bocanadas.

—Quizá. Pero esto fue desliz de tú parte, Kiriyu-kun, después de todo eres tú el que quiere atraer a todas las sanguijuelas que ahí aquí.

Otro trueno, más fuerte que el anterior hizo temblar la academia, las luces se fueron dejando todo a oscuras, pero eso no le afectaba al vampiro, sus ojoso se agudizaron y siendo un ser de la noche podía ver perfectamente bien, pestañeo aturdido al ver como Zero escondía el rostro entre sus piernas, comenzó a mecerse de atrás hacia adelante.

—Todo, todo esta bien… no te muevas, no te muevas. Si no haces movimientos entonces el rayo no notara tú presencia, bien… solo un poco más, solo debo esperar a que la tormenta termine y… —sus dedos ansiosos seguían rasguñando su piel.

—Mmm, dime algo, Kiriyu-kun. ¿Le tienes miedo a los relámpagos?. —se paso la diestra por su húmedo cabello, ahora que lo pensaba mejor, este Kiriyu-kun que tenia enfrente no era el mismo que veía todas las noches a la hora de hacer guardia. Camino hasta el, mirando con detenimiento su pijama floja y sucia de rojo carmín.

—Mamá dice que si no me muevo, y me quedo quieto entonces no me pasara nada. —lo supuso, los relámpagos significaban un trauma o quizá una fobia para el cazador, su mente sufría un shock haciéndole retroceder a su infancia, talvez mucho antes del ataque de Shizuka Hiou.— Ichiru, debería estar conmigo, siempre que cae una tormenta viene a dormir conmigo.

Puso una rodilla en el suelo, y miro con mayor detenimiento la herida en su cuello, era profunda y se hacia cada vez más gracias al peliblanco, por un momento a Kaname se le figuro ver a su pequeña Yuki, temblorosa; suspiro su sentido del deber le obligaba a quedarse y ayudar al cazador ahora que no mostraba los colmillos al primer acercamiento.

Solo le curaría el cuello, usaría su poder para mandarlo al mundo de los sueños y así después podría irse a visitar a Yuki, quien seguro estaba en circunstancias parecidas al ojiamatista. Eso sería un punto para él, Zero le estaría debiendo un favor, y podría usarlo para que termine apoyándolo en su plan contra Rido Kuran.

—Ven, Kiriyu-kun. Veremos la herida que te has hecho. —le tomo la mano poniendo a ambos de pie, Zero llevaba la cabeza baja, mirando el suelo.

—Eres amigo de mis padres. Nunca te había visto, pero eres alguien muy apuesto, papá siempre dice que las personas más bellas son las más peligrosas. —la habitación se vio iluminada por otro estruendoso relámpago, Zero pego un salto girándose para abrazar fuertemente la cadera del vampiro— Si no nos movemos, entonces el rayo no nos caerá.

—No creo que el movimiento atraiga los rayos. —Zero levanto la mirada, inclinado la cabeza— Cierra los ojos, si no ves los relámpagos, no tendrás mucho miedo. —le acaricio la mejilla para infundirle cariño. Siguieron caminando hasta el baño, todo estaba oscuro.— Ven, siéntate acá. Buscare el botiquín.

Le cargo sentándole en el lavamanos. Estaba por salir, cuando otro relámpago retumbo, la manita de Zero le cogió del saco.

—No se vaya, no me deje solo. Tengo miedo. S-seguro que cuando se vaya los rayos vendrán por mi.

—Bien, entonces, usaremos el plan B. —le guiño un ojo, acomodo sus manos en la estrecha cintura del peliblanco— ¿Puedo sacarte la camiseta?.

—Supongo…, bien. —levanto los bracitos, mientras el castaño levantaba la camiseta hasta sacarla por su cuello, la hizo bolita y la lanzo al suelo.

—Inclina hacia la derecha tu cuello, cierra los ojos si lo deseas. —Zero de niño era más mono. Miro detenidamente la herida, la sangre aun salía en finos hilos, su lengua lamió la herida, lento, saboreando cada herida, su lengua estaba húmeda y caliente, con la punta de esta, delineo cada corte, su sabor era dulce, embriagador a pesar de ser un Nevel E.

—Ah… Mmm, s-se siente, extraño. E-es una forma de curar muy extraña. —las mejillas del menor, se encendieron e inconciente ladeo más su cuello.

Las heridas se curaban con rapidez, ya estaban completamente cerradas, pero Kaname aun tenia antojo de seguir lamiendo su piel, con sus incisivos rasgaba la carne, haciendo nuevos y finos cortes.

—A-ah… ¡Ah! —rodeo los brazos en su cuello y las piernas en su cintura— L-los relámpagos.

—No te preocupes, Kiriyu-kun. Olvídalos. —beso seguidamente su cuello, succionando la tersa piel para dejar marcas rojas, sus manos le acariciaron su pecho desnudo.

—P-pero, mmm.

—Kaname Kuran, recuérdalo. ¿quieres hacer algo que te hará olvidar los relámpagos?.

—¡Sí!

—Bien, ven. —le acaricio la mejilla, acercándole para poder juntar sus bocas, primeramente Zero no sabia que hacer, sintió pánico especialmente cuando su lengua delineo sus labios.— abre los labios y déjame guiarte.

Las lenguas se juntaron, danzando y enredándose, las mejillas de Zero se encendían con mayor fuerza, entrecerró los ojos y gimió en medio del beso, la saliva se mezclaba y la calentura subía de tono.

—Dime, Kiriyu-kun, ¿No habías hecho esto antes?. —Zero negó fervientemente, intentaba tragar oxigeno— ¿Nunca?.

—N-no. ¿Y usted, Kaname-san?

—Si, muchas veces, pero de todas me gusta más esta. ¿Te gustaría llegar al final de esto?.

—¿Final? ¿Qué es el final, Kaname-san?. —pestañeo, ya que Kaname tenia el cuello ladeado, pudo apreciar su cuello desnudo, se acerco y le dio una lamida rápida.

—¡Hmp!.

—L-lo siento, Kaname-san, solo quería saber si usted sentía lo mismo que yo… creo que no es así.

—¿Qué sientes cuando te toco aquí, Kiriyu-kun?.

—Siento… ¿cosquillas?, sí, cosquillas que bajan hasta…

—¿Hasta donde?.

—Aquí.

—¿Aquí? —su mano comenzó a sobar su entrepierna, los vampiros desde muy temprana edad comenzaban con su vida sexual, siempre y cuando no hubiera intercambio de sangre. Él no era la excepción, solo que desde hace algunos meses no había tenido nada de intimidad por cosas de trabajo.

—Ahh, s-sí, ahí. ¿Por qué?. —escondió su rostro en el hueco de su cuello, miro de reojo la curva entre su hombro y su cuello, se mordió el labio inferior y volvió a pasar su lengua por la piel.

—Mmm, quizá porque estas excitado. —suspiro cerrando los ojos, el cuello era el punto debil para cualquier vampiro. Los relámpagos habían pasado a segundo plano, y eso le agrada a Kaname, que nada interrumpiera.

—¿Excitado? Ahhh, Ka-Kaname-san, Ahhh.

—Levanta las caderas, Kiriyu-kun. —le saco el pantalón de la pijama junto con la ropa inferior, el peliblanco respingo en cuanto su piel hizo contacto con los fríos azulejos, el vampiro se alejo para desabotonar su camisa negra dejándola resbalar por sus brazos hasta el suelo, su pantalón solo bajo la cremallera. Su mano acaricio el tronco de su miembro, subiendo y bajando en apenas un rose.

—Ahhh, Kaname-san, ¿Esto es el final?.

—No, esto es el principio. —le acaricio el glande y con mayor determinación comenzó a bombear su sexo duro, lamió los dedos de su mano libre— quizá duela un poco, pero prometo que después sentirás mucho placer. —su índice busco la pequeña entrada del peliblanco, cuando la encontró acaricio formando círculos, después pequeños empujes, parecía pensárselo, hasta que al fin empujo su digito quien luchaba por penetrarle.

—¡Ah! ¿Q-qué hace? Duele. Kaname-san.

—Shhh, seré cuidadoso. —su digito termino por penetrarle y a él se le acompaño otro más, con el que simulaba tijeras que dilataran su entrada, otro más que salían y entraban, sabia que Zero era fuerte, porque no soltó lagrimas, ni se volvió a quejar, sabia que le dolía, porque mordía con mucha fuerza sus labios y sus manos se crispaban en el lavamanos.— Kiriyu-kun, inclinante hacia atrás.

Afirmo en un lento movimiento, termino recostado sobre el lavamanos, saco sus dedos y un quejido escapo de los labios del menor, le abrió las piernas flexionándolas hacia arriba para que se apoyaran en el borde del lavamanos; su lengua delineo desde el glande hasta los testículos del peliblanco, haciéndolo gemir con fuerza.

Siguió bajando hasta alcanzar su entrada, su lengua lamió alrededor del ano, penetrándole y humedeciendo con su saliva.

—Ahhhh, Kaname-san, eso… es… Kaname-san…

—¿No te gusta?.

—N-no… Sí, ¡Mucho!.

—Que bien. —subió su boca para atrapar el sexo erecto del menor, sus dedos volvieron a penetrarle con mayor facilidad, mientras estos entraban y salían de su ano, Kaname ocupaba su boca para chupar con suma experiencia el trozo de carne, delineando las venas del pene. Su mano libre acariciaba su costado.

Zero cerraba con fuerza los ojos, su boca solo sabia soltar gemidos de placer, sus manos estaban sobre la cabeza castaña del Kuran jugueteando con los mechones rebeldes que poseía.

—¿Estas listo, Kiriyu-kun?. —Kaname se irguió lamiendo los dedos que antes habían profanado la virgen entrada del cazador.

—Sí. —Zero parecía estar embotellado en un mar de emociones, quería sentir más placer, quería aprender más de lo que estaban haciendo, y quería hacerlo con el castaño.

Kaname sonrío tomándole de la cintura para cargarle, el peliblanco asustado de caer al suelo rodeo su cuello con las manos y su cadera con sus piernas, giraron para que la espalda del menor se recargara en la pared, uso su mano izquierda para medio bajar sus pantalones y los boxers que llevaba. Zero tomo la iniciativa y capturo sus labios para besarle con desesperación.

El castaño acomodo su miembro directo hacia la dilatada entrada del chico, empujo lento, abriéndose paso en su interior, Zero le mordió el labio inferior, tener los dígitos del vampiro era muy diferente a tener su sexo. Se alejo de su boca para tomar profundas bocanadas de oxigeno, el interior del cazador era impresionadamente estrecho, ninguna mujer, ni hombre se le comparaba, tanto placer encontrado en el enemigo. Que irónico.

—Eres estrecho, eres una delicia, Kiriyu-kun. —le beso la mejilla, empujo un poco más, hasta que al fin pudo penetrarle por completo.

—¿Zero? ¿Estas aquí?. —Yuki intento abrir la puerta del baño, pero estaba se encontraba con seguro.— Esta lloviendo, y tengo miedo de dormir sola.

Kaname le hizo señas al menor para que guardara silencio, le beso de nuevo, atrapando su lengua para llevarla hacia su boca y comenzar con una nueva pelea, movió su cadera para iniciar con las penetraciones, lentas y pausadas. El choque de sus cuerpos hacia un sonido hueco.

—Zero, se que odias que venga a dormir contigo, pero… en verdad tengo mucho miedo, ¿Estas bañándote?. —se podía escuchar como la chica quería abrir la puerta con insistencia.

El movimiento de su cadera, se hizo más frecuente, rápido, violento, sus testículos chocaban contra los glúteos del menor, este intentaba gemir pero la boca de su amanse se lo impedía, su miembro entraba y salía, era placentero.

—¿Zero? Estas enojado, Zero, háblame por favor.

—Hmp. —se escapo de los labios del mayor, tomando aire para sus pobres pulmones, crispo los dedos en la espalda desnuda del vampiro, su pene se restregaba entre el vientre de ambos, y eso le era suficiente para sentir que se correría.

—¡Vaya humor que tienes, Zero! Bien, si no quieres que duerma contigo, entonces le diré a Yori-chan, ¡Adiós!.

—Ahh… —de nuevo atrapo su boca, ahogando el gemido que iba a escapar, la castaña cerro la puerta con un fuerte golpe avisando que había salido medio molesta. Kaname soltó una risa ronca, su hermana era demasiado berrinchada, sin duda la dulce Yuki de un principio ya no estaba.— Kaname-san… yo… algo… salir.

—Lo sé, Kiriyu-kun. —las embestidas se hicieron más fuertes (si cabía), el menor gemía y su espalda se golpeteaba con cada penetración, dos más y ambos explotaron, manchándose, Kaname giro quedando ahora de espaldas él, se dejo resbalar hasta estar en el suelo con el menor encima.

—Me gusto mucho, pero… estoy cansando, mucho. —el peliblanco recargo la cabeza en su pecho, se estaba quedando dormido.— Volvamos a hacerlo algún día, Kaname-san.

Kaname se encargo de limpiarle y ponerle una pijama limpia, lo llevo a la cama, aun llovía, pero no con tanta intensidad, seria mejor quedarse aquí, Kiriyu-kun le necesitaba más que Yuki, se acostó a su lado, acariciándole el cabello.

No supo en que momento se quedo dormido, para cuando sus ojos se abrieron pudo apreciar a Bloody Rose, que le apuntaba directo a la cabeza.

—Buenos días, Kiriyu-kun. ¿Qué tal dormiste?.

—Eres un maldito pervertido, Kuran. ¡Te matare!.

La mano del Kuran empujo hacia otro lado el arma, le tomo del mentón acercándole a su rostro.

—¿Enserio? Porque ayer dijiste que querías volver a repetirlo. Además debes respetar al presidente de tú clase.

—¿P-presidente de mi clase?. —no pudo aguantar la mirada del otro, estaba nervioso y el corazón le latía desbocadamente.

—Si, a partir del próximo lunes, estarás en la clase nocturna, te guste o no. Aunque… si me permites opinar, creo que es mejor que hagas tú cambio desde ahora, Kiriyu-kun.

—¿P-por qué?.

—Porque. —le jalo para poder besarle la frente— Hoy también habrá tormenta, Kiriyu-kun.

Zero se soltó y girando para darle la espalda, jalo las sabanas para cubrirse por completo.

—Zero.

—¿Mmm?

—Llámame, Zero, Kaname.

 

<><><> + <><><>

 

—Creo que Kaname-sama se tomo por horas sus minutos de ausencia. —comento Aidou aburrido de estar esperando al presidente, se levanto del sofá para ahora dirigirse hacia su habitación, tenia que dormir.— ¿Dónde se habrá metido Kaname-sama?.

[Fin~]

 

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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