Eran las 7:00 AM, cuando la campana de la escuela sonó anunciando el inicio de las clases, era un nuevo año y en el salón 301 se encontraba un grupo de alumnos algo inquietos; era un curso conocido excepto por aquellos que por primera vez pisaban aquel campus educativo, los llamaban “la clase maldita” ya que todos los profesores decían que ellos era los peores alumnos de toda la escuela, eran tan solo 25, pero eran 25 pesadillas para todo aquel que pisara ese salón.
El reloj marcaba las 7:05 AM cuando repentinamente la puerta del salón se abrió, dejando ver el ingreso de un hombre que vestía un traje negro, muy elegante, aquel personaje que no aparentaba más de 25 años, muy esbelto, se paró frente a toda la clase.
- ¡Buenos días! – dijo muy animado y con una sonrisa.
Tomó un marcador e inmediatamente comenzó a escribir su nombre en el pizarrón, los chicos detrás de él estaban expectantes a como sería su nuevo profesor, ¿qué clase de persona sería? ¿Sería estricto?, pues debería serlo ya que los chicos no eran precisamente angelitos. El profesor se dio la vuelta.
- Mi nombre es Shiroyama Yuu, ¡mucho gusto! – dijo mientras hacia una reverencia.
Se comenzaron a escuchar pequeños susurros entre los alumnos, “¿es profesor?”, “¡se ve tan joven!” Eran algunos murmullos que él podía escuchar.
- Yo soy nuevo en esta escuela, y es mi primer trabajo como profesor así que me encantaría que este curso fuese el mejor - dijo amablemente aquel sujeto que aparentaba tranquilidad y paciencia, pero a la vez se veía que era una persona seria.
Los alumnos comenzaban a sentirse algo inquietos, estaban acostumbrados al mal trato por parte de todos los que pisaban aquel espacio donde ellos estuvieran, nunca antes alguien les habló amable o les sonreía, pero aquel joven lo hacia, y de una manera que comenzaba a ser molesta.
- Seré el encargado de esta clase, pero solamente les impartiré una materia, una que seguro ustedes aman - dijo con cierto sarcasmo en sus palabras, volvió a tomar el marcador y escribió la materia justo a un lado de su nombre.
Al momento en que todos leyeron, se creó una atmósfera incomoda, todos comenzaron a quejarse y a hacer caras de disconformidad, el profesor sólo atino a darse la vuelta y a sonreír ante la reacción de sus alumnos que al parecer como casi todo el mundo odiaban las matemáticas.
- Será matemáticas la materia. Vamos no se asusten, no seré tan malo con ustedes – dijo guiñando un ojo y sonriendo.
-Pero hoy por ser el primer día de clases, aún no iniciará su tortura, quisiera que hoy, nos conociéramos, así que por favor les pediré a cada uno que se levante y me digan su nombre y algo que les guste hacer, como un hobbie, así que comencemos por acá - dijo señalando a la primera fila frente a su escritorio.
Sorprendentemente para él y por lo que le habían dicho, los chicos estaban acatando lo que él les pidió, al parecer tenían intención de llevarse bien;
O eso pensó hasta que llegó con él ultimo chico de esa fila, tenia el rostro bajo, sin poner atención a lo que su alrededor estaba ocurriendo.
- Tú el último chico, por favor dime tu nombre – dijo sin obtener ninguna respuesta el profesor,
Le hizo de señas al chico que estaba junto al que no quería poner atención para que lo llamara, pero este no hizo caso; Yuu sin perder la paciencia se acercó al muchacho y vio que tenía puesto unos audífonos en sus orejas, sacó uno llamando la atención del chico, que lo miró de una manera muy amenazante.
- Por favor guarda eso y únete a la clase, dime tu nombre por favor – dijo muy amablemente el profesor.
- No quiero – dijo el chico recostándose en su escritorio, al parecer no tenia intención de hacerle caso a su profesor.
- Bueno, sigamos entonces – pronunció el profesor, pensaba que no se debía crear conflictos con sus alumnos en el primer día, sino no podría ganarse su confianza.
Todos los demás contestaron a lo que el profesor pidió, incluso algunos bromearon un poco con él, al parecer el buen trato que este les ofrecía les llegaba a gustar.
Terminó la presentación, todos se quedaron expectantes para saber que les diría su profesor esta vez, este se dirigió hasta su escritorio tomando asiento, y viendo unos papeles que tenia sobre la mesa, alzó el rostro y miró a todos los chicos.
- Bueno veamos, ya les pregunte algo, creo que ahora es justo que ustedes me pregunten a mi – dijo muy sonrientemente, este era su primer trabajo como profesor, sabia que debía dar lo mejor de sí, y lo primero que debía hacer era ganarse la confianza de aquellos que desde ese momento eran sus pupilos.
-Levanten su mano y pregunten – ni siquiera había terminado de decir esto cuando varias chicas ya tenían su mano alzada lo que lo dejo muy sorprendido.
-Bien tú – le dijo señalando a una de las chicas.
- Profesor ¿qué edad tiene? – le dijo la chica muy entusiasta
- ah creo que olvide decirles que eran preguntas sobre mi trabajo, mejor dicho sobre la materia, pero te responderé esa, tengo 22 años – decía mientras se levantaba de su lugar
-Por favor que sean preguntas sobre la materia, algo que les incomode o algo que quisieran comentarme, alguna estrategia para que no se les haga difícil, o algo que ustedes quieran que les conteste, pero sobre la materia – decía mientras caminaba por entre las filas de escritorios y miraba a todos aquellos chicos, pero al parecer nadie estaba interesado en hablar sobre las matemáticas.
-Bueno, si no van a decirme nada los espero mañana temprano, para comenzar las clases, adiós que les vaya bien. – dijo despidiéndose de sus alumnos, los chicos se levantaron e iban saliendo todos uno a uno del salón, Yuu regresó hasta su escritorio y tomó un papel, no sin antes divisar a aquel chico que no quiso decirle su nombre, notó que llevaba el uniforme mal puesto, en realidad lo vestía a su antojo, pero lo que si pudo notar y lo dejó casi petrificado, fue su mirada, tenia unos ojos marrones muy lindos pero en ellos se denotaba un profunda tristeza.
Vio a todos marcharse del salón, y leyó la página que tenia en sus manos, era el expediente de aquel chico.
-Takashima Kouyou, “el mas rebelde de toda la escuela” – eran las palabras que podían leerse de aquel papel y Yuu las había dicho en voz alta, suspiró y guardo todas sus cosas, esperando que mañana fuese un mejor día.