1 Las sorpresas van y vienen.
¿Por qué no podía ser como ella?, sin preocupación alguna, solamente brillando y acompañando a las estrellas que estaban a su alrededor. Lo sabía, envidiaba a la luna porque ella no tenía problemas de los cuales preocuparse, no tenía que enfrentarse a situaciones en las cuales tenía que tomar decisiones, únicamente se preocupaba de adornar el cielo e iluminar con sus rayos plateados. Pero no, él tenía que encontrar una respuesta, tenía que pensar en lo bueno y en lo malo, pensar en cómo una decisión afectaría su vida. -¡Roxas!-escuchaba como una voz lejana gritaba su nombre, si era con buenas o malas intenciones no lo sabía, simplemente quería permanecer dentro de su propio mundo. -¿Dónde estás?- con cada grito distinguía mejor los rayos de la luna. Sabía que tenía que elegir, debía tomar una decisión la cual le afectaría para toda la vida.
-¡Demonios!, ¿dónde estará?- un pelirrojo se acercaba cada vez más al puente donde el chico se encontraba. Llevaba buscándolo cerca de dos horas y para esos momentos comenzaba a desesperarse debido a que pronto sería media noche. -Ah…- no pudo reprimir ese suspiro, el menor comenzaba a acostumbrarse a huir de esa forma. - ¿Por qué siempre tengo qué ser yo quien lo busque?- Levanto la mirada en un nuevo intento de visualizar al chico, enfocando en primera instancia una figura poco visible a la falta de luz. Se fue acercando lentamente, comenzando a notar ciertos aspectos muy conocidos e inconfundibles del menor. -¿Roxas?- llevó su mano al hombro derecho de la figura, no había duda, realmente había encontrado al rubio. -¿Qué haces aquí?
-¿Por qué tengo que elegir Axel?
-¿Qué?
-¿Por qué tengo que elegir?- sus ojos azules se encontraban atentos al más leve movimiento que sucediera debajo del puente, por alguna razón tenía miedo de encontrarse con las esmeraldas del pelirrojo.
-Porque es necesario.
-Pero, ¿por qué justo ahora?
-Son cosas que no se pueden evitar Roxas- el mayor se posiciono a un lado del rubio fijando su mirada en el mismo punto que el otro.
-No quiero.
-Es una buena oportunidad.
-Pero no quiero tomarla.
-Debes tomarla.
-¡Pero no quiero!-dirigió su mirada hacía los ojos verdes de Axel, quería que lo apoyara, que le dijera que no pensase en las opciones, que se quedara con sus amigos, pero no sucedía.
-Es una buena oportunidad, debes aprovecharla- Comento de forma tranquila.
-¿Quieres que me aleje de ustedes?
-Digo que tendrías que aprovechar la oportunidad- claro que no quería que lo dejará, que más hubiera querido decirle que se quedase, que habría otra oportunidad en el futuro, pero no podía, no quería ser egoísta.
-Axel eres mi mejor amigo. No tendrías que decir eso.
-Te equivocas, eso y más tendría que decir.
Nuevamente el chico observo la luna no encontrando otra forma de calmarse más que el perderse en el brillo que resplandecía dentro del manto oscuro. -No quiero hacerlo.
-Aún tienes tiempo para pensarlo.
-No importa el tiempo que tenga no quiero decidir.
-Tendrás que hacerlo.
-…
-Vamos, se está haciendo tarde y posiblemente Cloud este preocupado.
Roxas no dijo nada, simplemente se dejó llevar por el mayor. Estaba cansado, la carrera que había hecho había sido demasiado larga pero no había podido evitarla. -¿Qué decidirías tú Axel?- el rubio había soltado esa pregunta de un momento a otro, tomando por sorpresa al mayor.
-El punto no es lo que yo decida Roxas, ¿lo captas?
-Esa no es una respuesta clara.
-Por este momento deja de preocuparte por eso.
-No puedo hacerlo.
-Claro que puedes-ninguno detuvo su marcha hacía el hogar del menor y no importaba pues no tenían prisa por llegar.
-No entiendes.
-Ah…-Axel se detuvo frente a la puerta de casa del chico.-Escucha Roxas-se colocó frente a él con las manos en los hombros- es media noche, tienes un mes completo para decidir, no te presiones, ahora intenta relajarte y ya mañana comenzarás a atormentarte.
-Si tu plan era tranquilizarme, no funciono.
-Lo sé, lo sé, pero comprendiste la idea ¿cierto?
-Supongo que sí.
-Anda ya, si no entras Cloud terminará matándome.
-¿Te mandó a buscarme?
-Él y Sora, ya es normal que sea a mí a quien manden.
-Sí, lo sé.
-Bueno ahora intenta descansar, ¿lo captas?
-… Nos vemos mañana- no dijo nada más, no volvió su vista hacía Axel, incluso no lo hizo antes de cerrar la puerta tras de él.
-Ah… nos vemos Roxas- sabiendo que no tenía nada más que hacer en ese lugar tomo camino a su departamento.
-¡ROXAS!- no habían pasado ni dos minutos que había entrado a la casa cuando Sora ya estaba colgado de su cuello-¿Dónde estabas?
-Sora, solo fui a dar un paseo.
-Lo siento es que ya pasa de media noche y tú aún no regresabas.
-Y después de tú reacción cualquiera pensaría lo peor- Dijo Cloud llamando la atención de ambos chicos.
-Bueno tampoco es para que actúen de esa forma- decía el menor quitándose a su hermano de encima-sólo necesitaba un poco de aire.
-¿A estas horas de la noche?
-Bueno, cada quien lo necesita en distintos momentos del día.
-Tú lo has dicho, en el día.
-Cloud- el mencionado dirigió su mirada hacía Sora-el punto es que Roxas está aquí.
-Supongo que tienes razón.
-Vamos Roxas, hay que ir a dormir- decía el castaño mientras jalaba a su hermano escaleras arriba.
-Buenas noches Cloud- sin darle oportunidad para contestar ambos desaparecieron.
-Siempre es lo mismo con esos dos-decía el mayor apagando las luces y yendo a su habitación.
-Ah…lo mejor será descansar ¿no crees Roxas?
-¿Por qué mandaste a Axel a buscarme?
-Porque es más fácil que él te encuentre.
-¿En serio?-no pudo evitar decir esa frase con un toque de molestia.
-No es para que te enojes, dime ¿hubieras preferido que Cloud fuese quién te buscara?
-Creo que no.
-Intenta relajarte un poco.
-…- Sinceramente comenzaba a molestarle el hecho de que le dijeses que se calmara, en la situación en la cual estaba no era muy factible que se calmara, al menos no era algo sencillo. Decidió dejar el tema por la paz, al menos por esa noche. Así que simplemente se recostó en su cama, se arropo con las cobijas y dio por terminado ese día tan terrible para él.
No importaba cuanto tiempo estuviera viviendo en ese departamento, o el tiempo en el que estuviese practicando para poder abrir la puerta haciendo el menor ruido posible, no lo lograba.
-Tengo que cambiar esa cosa- decía con pereza Axel.
-Lo mismo digo.
-¡¿DEMYX?! , ¿Qué haces aquí?
-No tengo donde quedarme- el rubio sólo hizo un leve movimiento de hombros en señal de indiferencia – y pensé en tu casa.
-No tienes dónde…. Y ¿qué paso con Zexión?
-Tuvimos una pelea y me corrió del apartamento.
-¿Qué le hiciste ahora?- preguntaba mientras salía de la cocina con dos latas de cerveza en la mano y se dirigía a la sala.
-Aún sigue algo alterado.
-¿Todavía?
-Sí- soltó un suspiro mientras abría una de las latas- todo el mes ha sido así.
-No puedo creer que haya quedado así por un mínimo accidente.
-Bueno para él no fue así.
-Eso sí, supongo que no es lo mismo ver a tu mejor amigo en una cama de hospital que ver a tu pareja.
-Supongo que no.
-Pero, ¿qué fue el detonante?
-Había mucho desastre en las habitaciones y estuve a punto de caer por las escaleras.
-Y se puso neurótico.
-Si, dijo que tenía que cuidarme, que no tenía mucho que me había recuperado.
-Bueno tampoco es que haya sido una herida muy grave, pero si podría abrirse nuevamente.
-Si lo sé, pero cometí el error de decirle que no era nadie para reñirme.
-¿De verdad te atreviste a decirle eso?
Una pequeña sonrisa un tanto fingida salió de los labios de Demyx. -Comenzó a arrojarme todo lo que estuviera a su alcance diciendo que me fuera.
-Así que eso explica este golpe- decía Axel mientras hacía presión en un punto de la sien del rubio.
-Deja Axel, duele- se quejó entre leves risas.
-¿Qué piensas hacer ahora Demyx?
-Quedarme a dormir en tu apartamento.
-Sí, eso ya lo sé- decía el pelirrojo marcando lo obvio- ¿pero con Zexion?
-Bueno, pues no terminamos así que creo que lo mejor es esperar a que se calme.
-Supongo.
De un momento a otro el silencio gobernó la sala, Axel estaba perdido en algún punto del techo y para Demyx el suelo era sumamente interesante.
-Y tú… ¿cuál es tu problema Axel?
Una risa bastante jocosa resonó en la habitación, posiblemente era lo que el pelirrojo necesitaba, una risa para sacar la tensión que comenzaba a acumularse en su persona poco a poco.
-No hay ningún problema Demyx.
-Bien no lo hay, entonces ¿a causa de qué te mortificas?
Sabía que era tiempo perdido fingir que nada pasaba o el intentar ocultárselo a Demyx, sin duda alguna ese chico era muy observador y por lo mismo era difícil mentirle. -El porque me mortifico-intento relajarse y en el proceso buscar las palabras correctas para expresarse- es por una situación que aún no existe.
-Si no existe, ¿cómo puede atormentarte?- dijo el rubio antes de dejar su lata completamente vacía- no tiene sentido.
-Tienes razón no existe, pero está planeada.
-Axel, explícate mejor.
-Roxas recibió una oferta para ir a estudiar al extranjero.
-¿A dónde?
-Inglaterra.