13. Sucesos Inesperados
Aún no lograba entender cómo había acabado así; con el marimo sobre él, devorándole los labios,… sin embargo, su mayor desconcierto era el por qué le estaba correspondiendo. En algún punto de la velada, Sanji sujetó el cuello del otro, aferrándose a él desesperadamente mientras se entregaba al salvaje contacto, sus lenguas chocaban inquietas y el calor les recorría el cuerpo entero; ante la falta de aire, tuvieron que apartarse lentamente, cruzando sus miradas…
- estás muy rojo- comentó Zoro, acariciando suavemente el rostro del rubio con sus manos
- mira quién lo dice, idiota…- volvieron a unir sus labios brevemente antes de que el peliverde comenzara a besar el cuello del cocinero, estremeciéndolo con suaves roces- [[¿qué estoy haciendo?]]- pensaba mientras veía los pendientes del espadachín mecerse y chocar entre sí, produciendo un tintineante sonido.
- te amo, Sanji- le musitó al oído para luego, con un cariño impropio de él, besarle la mejilla.
El corazón de Sanji latió con mucha más fuerza, su cuerpo tembló y algo en su mente pareció reaccionar… no, no estaba bien, ¡Nada estaba bien!, ¡Estaba con un hombre! Y no uno cualquiera, ¡Era el marimo! ¡Y estaba ebrio, por Dios!... se lo quitó de encima con un empujón y abandonó el cuarto tan rápido como pudo, sin notar que, en el suelo, Zoro le miraba desconcertado con los ojos humedecidos…
***************************
La mañana del día siguiente, en Arlong Park…
Smoker entró autoritario al Departamento de Policía de Arlong Park, buscando con la mirada a cierto pelinegro, pues desde el día anterior, no había podido sacarlo de sus pensamientos. Aquella expresión dolida en su rostro la última vez que lo vio regresaba a su mente una y otra vez, llenándole de esa sensación extraña que le decía que debía intervenir.
- ¿en dónde está Ace?- preguntó Smoker al primer agente que se cruzó en su camino
- el Vice Comandante Portgas salió en una misión ayer y aún no ha vuelto- respondió despreocupado y siguió su camino después del agradecimiento de su superior. El peliblanco salió del departamento para reunirse con Tashigi y subir al auto en que habían llegado a la ciudad.
- ¿pudo reunirse con él?- preguntó ansiosa la peliazul
- aún no regresa- encendió el auto y lo puso en marcha; conducía con una mano mientras que con la otra encendió los dos puros que tenía en su boca
- usted lo conoce mejor que nadie, Comandante. Lo más probable es que haya querido pasar tiempo de calidad con su hermano menor
- sí, seguramente- trató de restarle importancia al asunto y siguió conduciendo, era momento de regresar a Wiskey Peak.
Mas en el trayecto, justo después de abandonar Arlong Park, encontraron un auto muy familiar abandonado y señales de una gran batalla por todas partes. Smoker frenó el vehículo y bajó con rapidez de éste, observando con cierto temor la escena; perforaciones de balas en los árboles y el auto, algunos heridos yaciendo en el suelo junto con balas vacías de diferentes armas, sangre manchando varias partes del camino, pero lo que logró inquietarlo fue el auto vacío de Puños de Fuego.
- Dios mío- Tashigi miraba atentamente el lugar, tenía un verdadero caos ante sus ojos
- Tashigi, ¿qué opinas?
- …- la mujer analizó rápidamente la situación con la mirada, recorriendo paso a paso la escena del crimen- es claramente obra de Crocodile y sus hombres, una venganza por hacer caer Mr. Five. El que no hayan ocultado todas sus huellas es lo sospechoso… querían que lo encontráramos…
-¿cómo fue?
- una emboscada- dedujo al ver el lugar- hicieron bajar al Vice Comandante Portgas del vehículo y lo atacaron varios hombres a la vez
- ¿cuántos?
- por la cantidad de huellas, yo diría que al menos unos treinta
- ¿treinta?- chasqueó la lengua- Ace pudo haberlos derrotado fácilmente- [[¿qué ocurrió, Ace?]]- se quedó en silencio, divagando en sus recuerdos mientras su mirada se perdía en uno de los rastros de sangre…
-- Smoker Flash Back—
17 años atrás…
- ¿nervioso, chaval?- preguntó Garp a su joven subordinado, quien no paraba de temblar mientras abrazaba su arma- tranquilízate, es tu primera misión oficial y debes dar una buena impresión.
El joven Smoker sólo asintió, mas su cuerpo no dejaba de sacudirse del miedo. Después de todo, no sólo era su primera misión, también se dirigían a la residencia de Gold Roger, uno de los más importantes criminales del bajo mundo. Apenas y sabía usar un arma, sin decir que no tenía experiencia en combate, ¿qué se supone que hacía en un lugar tan peligroso? Pasó saliva ruidosamente y cerró los ojos, intentando tranquilizarse.
Algunos minutos más tarde, llegaron a la enorme residencia de Gold Roger. Los agentes rodearon el lugar en cuestión de instantes para luego invadir el lugar; la orden que había recibido era simple, acabar con todo aquel que estuviera dentro del complejo. Pasaban las horas hasta que al fin hicieron caer al objetivo; los últimos agentes se aseguraban que no hubiese quedado nadie dentro de la casa, siendo Smoker uno de los asignados a la tarea, pues en toda la misión, no había logrado hacer mucho. Al terminar de revisar el primer piso, el novato siguió hacia el segundo, revisando cuarto por cuarto. Fue en su sexta habitación que encontró a alguien, la esposa de Roger yacía sin vida en la cama, con una gran cantidad de sangre manchando su hermoso vestido junto con las sábanas de la cama.
Mas la sangre no sólo estaba en el lecho, también en el suelo se podía distinguir un tenue camino de gotas carmesí que llevaba hacia el closet. Smoker cargó su revólver y se acercó al susodicho armario con precaución, procurando no hacer ruido; cuando estuvo frente a la puerta, sujetó el pomo y la abrió de golpe, apuntando su arma de fuego hacia el interior. Sin embargo, lo que encontró dentro lo dejó paralizado; un pequeño niño abrazaba un bebé envuelto en un trozo de tela ensangrentada. El pequeño bebé no dejaba de llorar, su frágil cuerpecito estaba impregnado de rojo, tendría apenas unos minutos de nacido; mientras, el hermano mayor lo abrazaba protectoramente, mirando a Smoker desafiante pero con el llanto aún presente en sus ojos.
- lo siento pequeño, son órdenes- habló al niño, apuntando su arma contra los infantes. El hermano mayor sólo cerró sus ojos, interponiendo su cuerpo entre la fatal arma y su hermanito. Las temblorosas manos del agente hacían lo posible por mantener el cañón del revolver fijo; eran sólo un par de chiquillos, pero debía cumplir con su deber… una vez decidido el blanco, haló el gatillo…
- ¡Smoker!- por suerte, Garp logró llegar antes de que ocurriera una desgracia; levantó el brazo de su subordinado, abriendo un boquete en el techo con el disparo que el otro soltó- ¡¿qué haces?! ¡Son niños!- le reprendió
- ¡señor, son hijos de Roger!
- los hijos no tienen por qué pagar los crímenes de sus padres- aquellas palabras lograron que Smoker guardara su arma y se limitara a observar- vamos- le invitó el anciano al hermano mayor, extendiéndole la mano; pero lo que no esperó fue que el niño le mordiera la mano como forma de defensa- ¡¿A QUIÉN CREES QUE RETAS, MOCOSO DE MIERDA!?- de un gran golpe en la cabeza por parte del furioso puño de Garp, el niño quedó inconsciente con su hermanito en brazos. Garp levantó a los infantes, entregándole a Smoker al hermano mayor mientras él cargaba al bebé- no se preocupen niños, yo les protegeré- afirmó el anciano con una sonrisa; increíblemente, el llanto del bebé se detuvo y éste se durmió poco después
- ¡pero señor, son hijos de ese criminal!- decía exaltado Smoker- ¡son hijos del bastardo de Roger! ¡Tiene que…!
- yo asumiré todas las responsabilidades. Mientras, estos niños serán nuestro pequeño secreto- dijo indicando silencio con una de sus manos- es mejor irnos antes de que alguien nos vea- Garp y su subordinado sacaron exitosamente a los pequeños sin ser vistos por los demás agentes. Y mientras se marchaban, Smoker contemplaba el rostro del niño en sus brazos; ahora que lo miraba de cerca, aquel pequeño era más lindo cuando dormía…
-- End Flash Back—
- ¡Comandante!- después de mucho intentarlo, Tashigi al fin había logrado llamar la atención de su jefe, quien parecía desde perdido hace un rato- ¿qué hacemos?
- tú llama al Comandante Garp y espera aquí- ordenó Smoker- sigue investigando la escena del crimen
- ¿qué hará usted?
- buscaré a Portgas
- pero, Señor, puede que…
- no es el estilo de Crocodile. Le gusta hacer sufrir a sus víctimas tanto tiempo como le sea posible antes de matarlas; deben tener a Ace en algún sitio no muy lejos de aquí- dijo sin más y se marchó en el auto, dejando la exploración del lugar en manos de la chica.
*********************************
En tanto… en algún lugar de Arlong Park…
- ya no eres tan valiente sin tus juguetitos, ¿cierto?- se mofaba un hombre de Ace, quien se encontraba esposado a la pared; su cuerpo estaba marcado por varias heridas hechas con objetos punzocortantes y de cada lesión emanaba la sangre del moreno- quien diría que tendría al gran Puños de Fuego de rodillas frente a mí- sacó su revólver y, sin apuntar siquiera, disparó, logrando herir al pecoso en su brazo.
- ¿es todo lo que tienes?- Ace, en vez de gritar o quejarse, comenzó a reír, mirando triunfante a su agresor
- ¡cierra la puta boca si no quieres que borre esa estúpida risa tuya a base de golpes!
- el atacar a alguien que no se puede defender no sólo es de débiles, sino también de cobardes…
- ¡bastardo!- le dio un golpe en seco con el arma en la cabeza, aturdiéndolo ligeramente. Sujetó al moreno por los cabellos, levantándole la cabeza
- argh- gruñó el pelinegro al sentir un punzante dolor en su cuello seguido de la impresión de que algún líquido desconocido recorría sus venas. Abrió los ojos en cuanto pudo, encontrándose con una jeringa vacía en manos de ese sujeto- ¿qué… qué me hiciste?
- algo que te hará sentir muy bien- la extraña mueca de aquel tipo mostraba que no tramaba nada bueno- pronto sentirás algo de calor, pero no te preocupes, mandaré a alguien para que te ayude- y con una última macabra risa, el hombre salió del pequeño cuarto en donde tenían confinado a puños de fuego.
Al cabo de un rato, un insoportable calor comenzó a recorrer el cuerpo de Ace, quemándolo por dentro… le costaba respirar, y el dolor de sus heridas, sumado a un repentino mareo, le hacía difícil mantener los ojos abiertos…
- ¿qué… qué diablos?- hablaba Ace para sí mismo entre jadeos. La puerta se abrió de improviso, dejando paso a varios hombres que no tardaron en rodearle
- vaya, parece que comienza a hacer efecto- dijo uno de ellos- esa mirada está suplicando que se lo follen
- aléjense- cerró instintivamente sus piernas, pues un problema comenzaba a formársele dentro de los pantalones
- vamos Portgas, te gustará- sonrió sarcástico mientras intentaba separar las piernas de su víctima, quien, usando la poca fuerza y lucidez que le quedaba, se resistía.
Repentinamente, aquel sujeto cayó al piso seguido de los demás; uno a uno fueron sucumbiendo en el suelo, inconscientes. Ace levantó su vista, encontrándose con el Comandante de Wiskey Peak frente a él, con su jutte en su mano. El mayor lo miró unos momentos antes de acercarse a él
- eres una vergüenza, Portgas- habló Smoker- mira que dejarte capturar por escoria como esta. No me llevó ni tres minutos deshacerme de ellos
- nadie te pidió ayuda…- el pelinegro evitaba a toda costa mirarle; sabía lo humillante de su situación, y lo que más le dolía perder en ese momento era su orgullo- sólo… vete de aquí y déjame en paz…
- deja de hacerte el invencible, mocoso, ¿qué harás si…?- lo observó con más cuidado… tenía un aspecto extraño, así que se inclinó un poco para apreciarlo mejor- oi, ¿qué tienes?- lo sujetó por la barbilla, obligándolo a mirarle- estás muy rojo…
- no… no te acerques…- el pecoso cerró sus piernas aún con más fuerza, soltándose del agarre del mayor
- no tienes remedio- agitó su jutte y cortó las cadenas que apresaban al moreno. Smoker se puso de espaldas, invitando al otro a subir; Ace lo pensó un momento antes de asirse al cuello del mayor y dejar que lo sacase de ese sitio.
Lo único que podía hacer puños de fuego era rogar porque el Comandante no notara su erección… su respiración seguía agitada y el calor aumentaba cada vez más, como si se derritiera por dentro… su cuerpo se estremeció, estando tan cerca, podía apreciar mejor el calor de Smoker, su respiración, su piel… no sabía si eran alucinaciones suyas, pero notaba su tacto más sensible, incluso el más mínimo roce de su ropa le parecía una excitante caricia…
Entraron a un callejón para ponerse a salvo, ya que Smoker no sabía cuántos sujetos estaban custodiando aquel lugar. Bajó a Ace y se asomó sigilosamente hacia afuera, asegurándose de que no los habían seguido.
- espera un momento aquí- le pidió Smoker al menor, quien estaba sentado en el suelo, abrazándose- voy por el auto
- no te vayas…- pidió Ace entre jadeos- n-no… me dejes aquí…
- es peligroso llev…
- no me abandones…- le interrumpió- me… me siento raro… por favor… haz algo…
- déjame revisarte- se agachó a la altura del otro y empezó a examinar una a una sus heridas, mas hubo una en su cuello que llamó su atención, un pequeño punto rojo estaba marcado en esa zona- una droga…- murmuró para sí. Se preparó para levantar al menor y sacarlo del lugar, sin embargo, un inesperado beso por parte del otro cortó sus intenciones- ¿q-qué estás…?
- por favor...- se sujetó del cuello de Smoker, dejándole a éste ver más de cerca su suplicante mirada y enrojecido rostro- a… ayúdame…- el comandante tragó saliva, sintiendo cómo su corazón se aceleraba al tener a Ace a tan pocos centímetros; ¿cómo es que ese mocoso lo descolocaba de esa manera?
Sabía por demás la respuesta, pero se negaba a aceptarlo, o al menos eso hizo hasta ese momento, pues la provocaciones del otro le estaban haciendo perder el control; después de todo, ¿cuándo volvería a tener una oportunidad como esa?
“Nunca”
Respondió una voz en su cabeza… desde hace tiempo que estaba al tanto de los intereses amorosos de puños de fuego, no era ciego ni tampoco estúpido, a diferencia de cierto subordinado que realmente parecía tener cerebro de alga en cuanto a situaciones amorosas se refería. Suspiró, reprochándose su propia debilidad… definitivamente se estaba aprovechando de la condición del otro, pero bajo esas circunstancias no tenía alternativa más que ceder a sus instintos…
- habrá que eliminar la droga de tu sistema- murmuró, tomando al más joven por la cintura, pegando más su cuerpo al de él
- haz… lo que tengas que hacer…- Ace cerró los ojos y dejó al comandante hacerse cargo del resto; el mayor se apoderó de sus labios, introduciendo su lengua en su boca salvajemente. Ambos luchaban por tener el control, mas el calor contenido en su cuerpo terminó por darle desventaja al pecoso, quien sucumbió poco a poco ante las atenciones de su superior.
El dolor de sus heridas palidecía ante el ahora agradable calor que sentía… cada beso, cada caricia era tan perfecta que, por un momento, olvidó con quién estaba… lo único que deseaba era sentir más y más. Las manos de Smoker recorrieron incansablemente su espalda y su pecho, estremeciendo cada porción de su cuerpo que tocaba; estaba a punto de derretirse, ¿a caso aquello podía sentirse mejor? Sus primeros gemidos le indicaban que así era, pues ahora una de las manos del mayor acariciaba su entrepierna, estrujándola parsimoniosamente por sobre la ropa… tuvo que deshacer el beso para lanzar sus jadeos al aire, dejando un casi imperceptible hilo de saliva entre ambos labios…
- ahhh… ahí…- gimió el pecoso lascivamente. Smoker desabrochó sus pantalones, liberando al fin su erección; la sujetó con firmeza, comenzando así a recorrerla de arriba hacia abajo, estimulando cada célula del cuerpo del otro- ahh… n… no… ahhh… me… ahhhh- unas cuantas gotas de un líquido blanquecino comenzaban a brotar de él. Sólo bastó algunas sacudidas más antes de que Ace se corriera en la mano del mayor- di… ahhh… diablos…- a pesar que había logrado liberarse, la erección aún seguía ahí- ¿qué clase de droga…?... ahhh...- sus palabras se vieron interrumpidas al sentir un dedo invadiendo su entrada- ¿qué…?
- ¿no ves? La droga aún no se va…- aprovechando el semen que cubría su mano, Smoker comenzó a dilatar la entrada del pelinegro, metiendo uno a uno sus dedos hasta tener tres reunidos- habrá que hacer algo más…
- ahhh… pero…
- dijiste que hiciera lo que fuera necesario…- sonrió, robándole un beso a puños de fuego
- e… es… mi… ahhh… no… ahhh…
- ¿a caso guardabas tu virginidad para alguien?- preguntó un tanto molesto, acercándose a su oído- es una lástima que Roronoa no esté aquí para ayudarte…- musitó. Ace le miró sorprendido, ¿desde cuándo estaba al tanto de lo que sentía por Zoro?
- si… si lo sabes… por qué…- pero el otro no respondió; se limitó a seguir con su labor hasta que sintió que el moreno estaba listo. Sacó sus dedos de la entrada de Ace y lo empujó hacia el suelo, despojándole de sus prendas inferiores y separando sus piernas- Smoker… no… ahhhh- el miembro del otro se abrió paso en su interior, liberando mucho más calor del que estaba sintiendo
Smoker inició las embestidas de forma rítmica y lenta mientras disfrutaba del cuerpo y rostro de puños de fuego… pronto las quejas del más joven se convirtieron en sólo gemidos de placer, haciendo el momento más satisfactorio para el peliblanco; éste aumentó la constante del vaivén, sintiendo cómo su miembro se asfixiaba entre los cálidos pliegues del otro… Ace se vino un par de veces más antes de que llegara el orgasmo para el comandante; con algunas estocadas en el punto indicado, se corrió dentro del más joven, dejándolo marcado como su propiedad…
******************************
Ni siquiera supo en qué momento se quedó dormido, sin embargo, al despertar, notó enseguida que ya no estaba en aquel sucio callejón, sino en una cómoda cama en una habitación de la casa de la Dra. Kureha, y junto a él estaba Tashigi, mirándole emocionada
- ¡Al fin despierta, Vice Comandante Ace!- habló la chica con ojos vidriosos- ¿cómo se siente?
- me duele todo…- se limitó a responder- ¿cómo llegué aquí?
- el Comandante Smoker lo trajo anoche- al escucharla, la mente del pecoso fue bombardeada con cientos de imágenes de él y el peliblanco- ¿le pasa algo? Palideció de repente
- no, yo…
- tengo que avisarle al Comandante Garp y a la Dra. Kureha que ha despertado. Ahora regreso- la chica se levantó de su lugar y salió de la alcoba
- ¿un sueño?- se cubrió la mirada con la mano, tratando de ordenar sus recuerdos… no, eso que veía no podía ser real, ¡Simplemente no podía! Mas una punzada de dolor en el sur de su cuerpo le indicaba lo contrario
- ¿adolorido, Portgas?- la voz de Smoker lo sobresaltó. Se descubrió la cara y lo buscó con su mirada; el mayor estaba sentado junto a él, observando cada movimiento suyo… ¿a caso había estado ahí desde un principio?
- un poco- su rostro enrojeció- ¿realmente nosotros…?
- tú me lo pediste- esa oración afirmó lo que temía. Ace se enroscó en la cama, dándole la espalda al mayor
- g… gracias… supongo…- dijo en tono apenas audible. La situación no podía ser peor para él, su primera vez con un tipo al que prácticamente odiaba…
- ¿estás asustado?
- ¿por qué debería importarte?- se giró para desafiar al comandante, pero su mente quedó en blanco cuando el mayor besó efímeramente sus labios, subiéndole todos los colores al rostro
- que descanses- y sin dar explicación alguna, abandonó la habitación, dejando a un sonrojado y confundido Ace sobre su cama…
**************************
Mientras, en Villa Fucsia…
Ya tenía rato despierto, es más, ni siquiera durmió como debía. Zoro se sentó a la orilla de la cama, mirando sus pies tocando el suelo; suspiró ligeramente y se quedó en esa posición, esperando, hasta que Sanji por fin apareció con el botiquín que le había dado la Dra. Kureha.
- no esperaba encontrarte despierto, marimo dormilón- dijo con una ligera sonrisa- voy a cambiarte los vendajes
- oi, Sanji- le llamó, mas éste no le hizo caso- ¡te estoy hablando, cejas de molinillo!
- ¿qué quieres?
- sobre lo de anoche…- toda compostura del rubio desapareció al escuchar la frase inconclusa
- ¿lo recuerdas?- bajó su mirada, ensombreciendo su rostro
- claro que lo recuerdo, no bebí tanto- se quedaron en silencio unos instantes antes de que el peliverde siguiera hablando- entonces… ¿está bien ahora?
- ¿qué cosa?
- ahora no estoy ebrio- hubo otra pausa- ¿me dejarías besarte?
- jajaja, debes tener fiebre- rió nervioso mientras preparaba sus aditamentos de enfermería para evitar mirarlo- ya hasta comienzas a delirar
- Sanji…- le llamó, haciendo que el cocinero dejara lo que hacía, se sentía tan raro cuando escuchaba su nombre proviniendo de él- te a…
- ¡cállate!- gritó, evitando que el otro terminara su enunciado- no lo vuelvas a decir marica de mierda…- aquellas palabras de rencor surgieron por sí solas, ni siquiera estaba pensando
- ¡¡SANJI!!- Luffy entró a toda velocidad a la habitación, abriendo la puerta de improviso- ¡¡TENGO HAMBRE!!- anunció con su enorme sonrisa
- está bien, está bien…- y sin atreverse a ver a Zoro, abandonó la habitación siendo halado del brazo por el moreno.
En cuanto estuvieron en la cocina, Sanji sacó los ingredientes del refrigerador y los colocó en la mesa para tenerlas a la mano. Tomó una cebolla y un cuchillo y se preparó para cortar el vegetal; Luffy, tan curioso como era, se acercó a admirar la impecable técnica del cocinero; mas al pasar unos segundos y ver que el brazo del rubio seguía suspendido en el aire, lo miró a la cara
- ¿Sanji?- parpadeó un par de veces, confundido- ¿por qué lloras?
Continued…