—Elizabeth, Elizabeth y Elizabeth —Yoochun repetía una y otra vez, ya estaba harto del famoso musical que cada vez se abría más espacio en toda Asia. Ni siquiera sabía por qué, él estaba cada día más ocupado con las grabaciones de su drama, mas no podía evitar el llegar a casa y buscar las nuevas tomas que se habían realizado sobre el musical.
Yoochun se echó en la cama. Junsu era demasiado infantil, siempre había sido muy inmaduro con él, pero, ¿por qué en aquel musical cambiaba tanto? No era él, era otro. Era muy diferente a como él lo conocía, ahí no reía con su típico; ue kyang kyang. Ni jugaba bromas y luego se doblaba de la risa. Tod era muy diferente a Junsu. Tod era elegante, elocuente, drástico, decidido y muy sexy. El pelinegro enganchó con sus dientes el labio inferior, ¿qué cosas estaba pensando?
Si Tod era todo eso, estaba en pocas palabras, afirmando que Junsu también lo era.
Por culpa de 'Elizabeth' Yoochun se había hecho ya todo un lío en su cabeza. Estaba nervioso. Porque de un momento a otro estaba comenzando a pensar en Tod y en Junsu, en Junsu y en Tod. Aquello era estúpido. Ambos son amigos, mejores amigos. Sin embargo, de hace unos días que se estaba liando con Junsu y mucho, no es que haya pasado algo, ¡no!, pero en la cabeza de Micky sí habían pasado muchas cosas con Tod, bueno, con Junsu.
En un principio Yoochun estaba feliz. Junsu había llegado hilarante contándole que le habían invitado a ser el protagonista de aquel musical tan famoso ya. El otro se esforzó mucho y todavía lo hace, aquello se nota en cada coreografía y en cada canto que estremece a todo el público y hace sentir el deseo ferviente que la 'muerte' posee. Tod es un personaje demasiado apasionado, con un montón de sentimientos que Junsu muy bien los sabe desenvolver, pero, ¡diablos! Aquello estaba matando a Yoochun, porque en cada escena en que Tod —o Junsu— debía besar a otro lo hacía demasiado bien, lo hacía con demasiada pasión. Y de tan sólo pensar que lo debían repetir muchas veces, Yoochun apretaba el puño con fuerza, porque cada día más celoso estaba.
Sí, celoso. Yoochun estaba celoso de que otro, que no fuera él, pudiera besar a Junsu.
Y todo aquello era totalmente extraño, porque nunca se había imaginado con Junsu ni mucho menos besándolo. Tan sólo eran muy buenos amigos. Que las fans los liaran juntos era otro tema. Pero, ¿y ahora?
• • •
JaeJoong se echó a reír mientras miraba a Junsu.
—Vamos, dilo ya. ¿Es verdadero el beso?
Junsu lo miró y escondió la mirada, divertido. Yoochun miraba todo esto con un revoltijo en el estómago, intentando sonreír ante la situación (aunque ni ganas de ello tenía).
Y volvía a sonar el ue kyang kyang de Xiah una y otra vez, evitando la pregunta de JaeJoong.
—¿¡Por qué te colocas así!? —Gritó Jaejoong riéndose— ¡Pareces niño enamorado!
Yoochun enganchó su labio con los dientes. Intentando no hacer muy notorio la incomodidad que estaba sintiendo durante ese momento.
—Las fans ya no te liarán más con Yoochun, ahora será Tod y al tipo que besaste —se echó a reír Jaejoong, mientras continuaba molestando al rubio.
El pelinegro sintió como si le hubieran tirado un balde de agua fría y luego le hubieran dado un duro golpe en el estómago. Aquella broma no le gustó.
JaeJoong terminó yéndose al rato, aún riéndose. Tenía que hacer ciertas cosas que ahora Yoochun no recordaba porque aún le seguía dando vuelta al tema de Junsu y Tod, y sobre Elizabeth y todo lo que el musical había provocado en él.
—¿Pasa algo? —Junsu se aproximó, colándose al frente del rostro de Yoochun, provocando que éste se alejara de forma abrupta al verlo repentinamente muy cerca. Junsu frunció el ceño— ¿estás bien, Yoochun?
—Lo siento, estaba distraído. ¿Habías dicho algo?
—Te estaba contando sobre el musical —dijo Junsu, sentándose frente al pelinegro.
Yoochun suspiró, mirándolo.
—Dilo de nuevo, estaba con la cabeza en otra parte —soltó una pequeña sonrisa.
—Estás raro —habló de pronto el rubio— ¿en qué estabas pensando?
—En Junsu y en Tod —admitió el más alto, sin siquiera percatarse de lo que había soltado.
—¿En Junsu y en Tod? —el rubio al pillarlo se echó a reír— ¿Y qué pensabas, eh?
—No lo sé. Es extraño verte personificar a Tod, es tan diferente a ti. Pareces otro. Dejas de ser Xiah Junsu, dejas de ser mi amigo, mi compañero y no sé, es algo raro. Te ves más varonil, más serio, más... —resopló, sin querer seguir hablando o diría todo lo que pensaba.
—Es la idea —Junsu sonrió— Tod es diferente a mí, yo no soy así. Tod no sería tu amigo, Junsu sí lo sería.
Y ahí estaba el problema, justo ahí. Yoochun sabía que Junsu era su mejor amigo, pero cuando Tod aparecía tenía ganas de plantarle un beso y continuar con la historia de Elizabeth. No, el problema no era sólo eso, sino que, Yoochun sabía bien que no sólo le pasaban cosas con Tod, sino que con Junsu también, ese era el peor problema de todos.
—¿Qué sientes cuando besas al otro chico? —Preguntó reguntó, mordiéndose luego la lengua, algo ansioso.
Junsu recorrió su labio inferior, pensando en la respuesta.
—No lo sé, al principio fue muy extraño. Sentía vergüenza, pero él es muy profesional y me hizo sentir más cómodo. Todo el elenco trabaja muy bien.
—Vamos, Junsu. No me refiero a eso, ¿qué sientes al besar a otro hombre? Ya sabes... eso.
Xiah rodó los ojos, mirándolo.
—No siento absolutamente nada. Tan sólo un roce con otra boca. O no sé —dudó de pronto— cuando soy Tod, mis emociones son diferentes, totalmente distintas.
—Estoy celoso —admitió— desde que salió aquel musical ahora te liarán con otras personas, como dijo JaeJoong hyung.
Junsu se echó a reír al oírlo.
—Eh, ¿pero qué cosas dices? —Se aproximó al más alto y sonrió muy cerca de su rostro—. Nosotros siempre seremos el YooSu, ¿vale?—. Dio un largo y espeso suspiro, haciendo chocar su respiración contra los labios del mayor.
Yoochun habría querido responder ante aquello, pero en aquel instante sólo pudo sentir su corazón palpitar con más fuerza. Estaba seguro que no era la primera vez que se hallaban así de cerca, pero por primera vez observaba con atención y detenimiento los rojos y húmedos labios del menor, lo que provocó una extraña sensación en su vientre. Intentó susurrar el nombre del rubio, pero siquiera eso pudo hacer, porque sólo podía pensar en los labios de Junsu. Alargó el brazo y apretó la nuca del menor, atrayéndolo a sí mismo y hundiendo sus labios en la boca del contrario. No valía la pena seguir dándole vueltas al tema, los revoltijos en su estómago y las contracciones en su corazón se lo estaban pidiendo casi a gritos. Debía besar a Junsu, no a Tod, sino a Junsu, y así lo hizo.
Junsu sólo atinó a soltar un pequeño gemido de sorpresa, el que fue ahogado por esos labios.
—Ahora has ganado más experiencia besando a otro tipo —dijo algo torpe, intentando justificar su acción.
Yoochun salió de ese lugar tan rápido como pudo, no sabía dónde meterse toda la vergüenza que traía consigo ni donde meter todas las mariposas que con fuerza golpeaban en su estómago.
Lo había besado. ¡Había besado a su mejor amigo!, ¡pero qué diablos!
Se pasó los dedos por los labios, aún sentía las cosquillas encima de su boca. Habría querido sentir más la boca del rubio, de Tod, de Junsu, de su amigo. Pero no podía, simplemente no podía.
Respiró fuerte y partió a su apartamento, acongojado. Al llegar, lo único en que pensó fue caer en la cama rendido. Al día siguiente habría otra función de Elizabeth y otra vez JaeJoong molestaría a Junsu y él se sentiría morir una vez más, lo peor de todo sería cuando tuviera que volver a enfrentar al rubio. No quería siquiera imaginar cómo sería ese momento. Todavía sentía sus labios tibios y sus manos húmedas, estaba nervioso.
El timbre sonaba, cinco, seis veces y Yoochun continuaba tirado en la cama. Porque en esa noche no pretendía hacer nada, no quería continuar pensando cosas que le hacían confundirse aún más.
Hasta que el rubio entró, un poco hastiado porque nadie le abriera la puerta.
Y caminó sin dudar hasta el otro, se dobló y besó la boca del pelinegro. Un beso largo, en donde el rubio no se separó ni dudó en aquel acto. Hasta que el mismo Yoochun lo alejó de él, sin entender nada.
—¡¿Pero qué demonios?!
—Soy Xiah Junsu. No soy Tod ni algún otro personaje. Así que ya déjate de pensar en tonterías. Si querías besarme tan sólo tenías que decirlo —dijo apresurado y con las mejillas tornándose rojizas.
—Idiota —Yoochun gruñó, enojado—, ¿quién te has creído que eres?
Y Junsu volvió a besarlo, rápido y fugaz.
—Xiah. Soy Xiah —dijo muy seguro—, pero también algo más.
Yoochun lo miró, sin comprender mucho.
—A mí tampoco me gusta cuando estás en esos dramas y te besas con un montón de chicas —admitió—, lo que hiciste hoy me tomó por sorpresa, pero... me gustó. Me gustó, Yoochun.
El pelinegro sintió sus mejillas arder. Se sentía extraño que el otro de pronto dijera todas esas cosas y que además lo haya besado, porque a pesar de todo, a él también le había gustado y mucho.
—Ya cállate —dijo finalmente el mayor, mientras lo atraía para besarlo otra vez, porque no estaba seguro de cuándo se daría esa oportunidad otra vez. Porque no pretendía seguir con el intento de responder todas las preguntas de por qué eso estaba pasando. Tan sólo quería por una vez en su vida dejar de pensar en el qué pasará y poder disfrutar el momento junto a Xiah.
Junsu sonrió, respondiendo el beso él mismo, no un personaje o una actuación, sólo él.
Pronto se apróximaba la siguiente presentación de Elizabeth, el musical que cada vez se abría más espacio en todo Asia. Yoochun lo sabía, pero siquiera le aflijía o preocupaba. Ahora estaba apresurado por llegar al apartamento del rubio y comenzar una nueva función allí. Pues para él, Elizabeth había abierto las puertas para estar junto a Junsu. Enganchó con sus dientes su propio labio inferior, intentando ocultar la risa antes de entrar al lugar.