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Junto a mi Amo por cutebeast64

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Notas del fanfic:

Muajajajaa! Esta vez los personajes son míos, completamente míos, al igual que la historia, el mundo en el que viven y todo lo demás… así que no tengo que poner ningún tipo de “esto no es mío” ni nada de eso, ah…mi corazón siente un profundo alivio…

Notas del capitulo:

Hola, hola. Cutebeast64 presentando su primera historia original en Amor Yaoi (a quienes estén leyendo mis otros fics no se preocupen, los actualizaré en cuanto pueda). Espero les guste y dejen algún comentario. Estaré subiendo de a capítulo por semana, es algo largo ya que tiene una trama un poco compleja, pero igual espero les guste. Ya que es mi primera gran historia original hay doble capítulo, así que ¡A leer!

CAP 1. BAJO EL CIELO ESTRELLADO

-          No eres…fuerte…- Por un momento creyó que estaba siendo evaluado, pero al girar hacia el enorme roble, seco y sin vida, en cuya base permanecía acostado su maestro, hablando en sueños se dio cuenta de que no era así. Lentamente, paso a paso, retrocedió hasta llegar junto al hermoso hombre de cabello rojo, que, con su espalda contra el árbol y las piernas estiradas entre el pasto húmedo, dormía profundamente.

-          Amo…- Murmuró con su voz más dulce, atraído por el hermoso aspecto durmiente del aquel desinteresado vampiro, con el ondulado cabello rojo suelto sobre el rostro y los colmillos ligeramente visibles, entre los labios húmedos- Despierte, amo…este no es un buen momento para dormir…

Las estrellas titilaban en el oscuro cielo nocturno, sin que una sola nube se atreviera a cubrirlas, rodeando a la luna plateada que como una reina solitaria brillaba en mitad del cielo. Aunque las constelaciones se hacían difíciles de ver, tan lejanas en aquel cielo de otoño, Andrómeda y Prometeo, hermosas estrellas de una galaxia distante, brillaban con todo su esplendor… El sonido de los cables tensionándose y el pequeño grito ahogado de una niña, le hizo recordar la situación en la que se encontraba, no era momento de mirar al cielo y lo sabía. Estiró su mano hacia su Amo, quien seguía durmiendo pacíficamente, sujetando el hombro fuerte y masculino para agitarlo suavemente, esperando que eso fuese suficiente para despertar al vampiro, sin embargo, los ojos no se abrían…

-          Amo… ¡Amo!- Pronto sus suaves llamados se convirtieron en gritos de furia, al darse cuenta de que el pelirrojo no reaccionaba por más que intentara despertarlo… Era lo peor tener a ese hombre tan despreocupado e infantil como Amo…y más aún en una situación como esa- ¡Amo Dante, si no se despierta ahora no volveré a hacerle pastel para antes de dormir!

-          ¿Ha sucedido algo…?- Preguntó el hombre con los brillantes ojos amarillos abiertos de par en par, fijos en el rizado cabello fucsia que atado en dos coletas, caía bellamente a ambos lados del delicado rostro del chico que le había despertado y que le miraba por encima de las gafas negras. Bostezó fuertemente y se estiró, en busca de escapar del sueño- Pequeña Mary…

-          ¡¿A quién estás llamando Pequeña Mary?!- Gritó el chico indignado, poniéndose rápidamente en pie como si quisiera darle un ejemplo a Dante, quien sin embargo, no se movió ni un centímetro, bastante amañado a aquel pequeño lugar junto al roble, desde el que murmuró con una sonrisa burlona

-          ¿Cómo podría no llamarte Mary cuando ostentas tal peinado de pastorcita?-

-          ¡DANTE! ¡Ya deje de ser tan perezoso y levántese Amo! ¿O es que no se da cuenta de la situación en la que se encuentra?- Replicó cada vez más irritado

-          ¿Eh?- Los ojos de Dante dejaron de vigilar a su sirviente para mirar alrededor. Unos cuantos cazadores de vampiros, vestidos de negro y armados con ballestas cuyas flechas probablemente habrían sido bendecidas por sacerdotisas de la Isla Celestial, y entre los cuales se encontraba, atrapada por los brazos de un anciano desagradable, una pequeña niña con ojitos verdes empapados en lágrimas, que parecía pedir ayuda mientras estiraba los brazos hacia adelante, temblando todo su cuerpo presa de un miedo bestial- Ah…Creí que ya te habrías encargado de ellos Mary…

-          ¿¡Qué derecho tienes a decirme nada!?- Gritó el chico habiendo explotado de pura furia y odio- ¡Si nos metimos en esta situación por tu culpa!

-          Ya deja de gritar tanto y acaba con ellos Pequeña Mary que…- Un bostezo interrumpió la frase del hombre que parecía estarse acomodando para dormir un largo rato- …quiero dormir tranquilo

-          ¡Este no es el momento para dormir Amo! ¡Usted empezó esta pelea así que es mejor que la termine! ¡¡Y deje de decirme pequeña Mary que soy un chico!!- En el preciso momento en que el grito que había nacido de su garganta se apagó, un grupo de brillantes flechas volaron entre el aire, destinadas a los puntos vitales de su Amo, que ya se había quedado dormido-

Al parecer no había manera de que su Amo intentara hacer nada por su cuenta. Todo el tiempo que había permanecido en el mundo de los humanos, había estado cuidando de su Amo como si se tratara de un niño pequeño, incluso cuando Dante tenía todas las capacidades para cuidarse por su cuenta, siendo un atractivo vampiro de más de 1000 años de edad. Aunque también debía admitir que le sorprendía que su amo hubiese vivido tanto tiempo siendo tan imbécil… Después de todo, descubrir su identidad de vampiro ante un grupo de cazadores como si les retara para luego acostarse a dormir y dejarlo peleando solo, no era la cosa más inteligente para hacer…

Sus oponentes eran humanos, así que matarlos no sería difícil. Para asesinar a un vampiro se necesitaba de armas especiales y un gran poder de purificación, para matar a un demonio tenías que acabar con todos sus puntos vitales de un solo golpe, pero tratándose de frágiles seres humanos, incluso un guijarro podría causar la muerte si era usado correctamente.

Con un par de movimientos de su mano, las diez flechas que antes habían amenazado la vida de su amo, habían sido detenidas y redirigidas, cayendo unas al suelo y clavándose otras en los pechos de algunos de sus atacantes que cayeron al suelo, algunos muertos instantáneamente por un golpe directo al corazón, otros ahogándose en su sangre al haber sido rotos sus pulmones.

Contó con la mirada a los hombres que volvían a tensionar sus ballestas, ahora apuntándole a él y no a su Amo, lo cual le tranquilizaba un poco. Era más fácil pelear por si mismo que protegiendo a un inútil e infantil dormilón como Dante, quien ya había vuelto a hablar en sueños, profundamente inmerso en su sueño.

Saltó rápidamente sobre sus captores, cayendo en la espalda del más viejo de todos, aquel con una larga barba blanca que aún sostenía a la pobre y aterrorizada niña entre sus gordos brazos y que parecía comandar a los otros con señales demasiado difíciles de descifrar para él. El anciano sujetó con más fuerza a la niña, quien demasiado asustada incluso para gritar lloraba silenciosamente, y girándose sobre sus gordos talones sacó un filoso cuchillo de Ángel de uno de los muchos bolsillos de su larga bata negra, poniéndolo sobre el cuello de la pequeña como en una amenaza.

-          Tu Amo no quiere que esta niña muera ¿Verdad?- Dijo el anciano con una sonrisa que pretendía ocultar su naciente miedo ante las grandes habilidades del chico frente a él- Entonces más te vale que te retires pacíficamente…

-          Eso es cierto, no sé por qué razón, pero mi Amo quiere que esa débil niña humana viva…- Replicó bajando las manos lentamente a modo de rendición, por lo que el anciano un poco más tranquilo, alejó el cuchillo un poco de aquel frágil cuello- Pero si los dejo, ustedes alertarán a más cazadores de vampiros y ellos irán tras mi Amo…Mi deber es obedecer a Dante como su sirviente…

Aprovechando la debilidad momentánea en la defensa del anciano, “Mary” estiró su mano hacia adelante sujetando la mano que sostenía el cuchillo y haciendo uso de su fuerza bestial, forzó al anciano a ponerse el cuchillo en la garganta.

-          Pero más que mi Amo, y a pesar de que actúa como un niño que no puede hacer nada por sí mismo, Dante es el hombre del que me enamoré, y por ese amor que le tengo, soy capaz de hacer cualquier cosa… Cualquier cosa que pueda herirlo, será inmediatamente eliminada por mí, incluso si eso significa desacatar sus órdenes o ser odiado por él. Solo piensa que tu muerte salvará muchas vidas, incluyendo la de mi Amo

La garganta fue cortada lentamente, los gritos en busca de ayuda se ahogaron entre las burbujas de sangre, sangre espesa que no solo salía de la aquella herida creada entre el cuello arrugado sino también por los delgados y pálidos labios, los demás cazadores entraron en pánico al ver a su líder muerto, se giraron y empezaron a correr despavoridos entre el pasto húmedo, incapaces de permanecer más tiempo frente al demonio que ya había matado a seis de ellos…

-          Cobardes….No puedo permitir que delaten la ubicación de mi amo así que…-

Por primera vez en aquella noche estrellada, “Mary” abrió la pequeña funda de cuero negro que colgaba del lado derecho de su cinturón, sacando una hermosa pistola de un color plateado tan blanco y brillante como el de la luna sobre él. Cada disparo dio perfectamente en la cabeza de uno de los fugitivos, tumbándolos al suelo uno a uno como si se trataran de simples naipes. La niña que apenas si se había logrado alejar del cuerpo inerte de quien la había usado como rehén, pareció gritar en silencio, aterrorizada y temblorosa, sin saber si debía de escapar de aquel chico que les había disparado a todos o agradecerle

-          Luna Refulgente no mata…- Murmuró lentamente regresando el arma a su funda, y girándose para ver a la niña, cuyos ojos verdes permanecían llenos de lágrimas que la pequeña parecía incapaz de controlar-…puedo usarla para generar amnesia, memorias falsas y parálisis total del cuerpo, entre otras muchas cosas. Solo hice que cayeran inconscientes…cuando despierten habrán olvidado todo lo que sucedió aquí…

-          G-gracias…- la niña se secó las lágrimas con una de sus delicada manos, sin embargo al seguir hablando las lágrimas siguieron cayendo- Y-yo no quería… traté de huir varias veces mientras ellos me arrastraban… dijeron que era un sacrificio necesario…me iban…me iban a crucificar…

-          No necesito que me agradezcas, ni tampoco que me cuentes lo que iban a hacer contigo. Yo ni siquiera quería salvarte- Murmuró secamente mientras la pasaba de largo, caminando hacia el lugar donde el vampiro pelirrojo permanecía profundamente dormido, al que sujetó fuertemente- Amo…amo…

-          Pero…-

-          ¿Ya los acabaste Pequeña Mary?- La imponente voz de Dante hizo que la niña se quedara en silencio, sentada en el suelo junto al cadáver del anciano que la había tratado de usar como sacrificio, demasiado cansada y agitada para moverse más lejos- ah…que inútil Mary, mataste a unos…

-          ¡Tú empezaste una pelea muy difícil por una razón muy estúpida! ¿Y qué si no los hubiera podido detener? Agradece que los muertos son ellos y no nosotros- Replicó furioso sentándose al lado de Dante, al ver que el vampiro no parecía tener ganas de levantarse aún-

-          ¡Muchas gracias!- gritó la niña, atemorizada pero sintiendo la necesidad de agradecerle a aquel vampiro que había aparecido en el preciso instante en que se creía perdida

-          ¿Una niña?- inquirió Dante algo confundido mientras enfocaba la mirada en la pequeña que no hacía más que temblar- ¿Qué hace una niña aquí? ¿Acaso es tu hija ilegítima Mary?

-          ¿¡De qué está hablando Amo!? ¿Acaso no empezó la pelea para ayudarla?- Preguntó “Mary” lleno de una furia que empezaba a desbordarse y que parecía estar a punto de obligarle a romper sus lazos de lealtad y amor para matar a quien le había hecho pelear tan inútilmente

-          ¿Ayudarla…?-

-          Sí…cuando ellos me estaban arrastrando hacia la cruz…usted…usted se interpuso en su camino y declaró que era un vampiro, y que no permitiría que alguien inocente muriera de una manera tan deplorable… En ese momento, usted…usted se refería a mí ¿verdad?

-          ¿Eh? ¿Yo dije algo cómo eso?- Dante realmente parecía desconocer aquella realidad de la que la niña hablaba tan seriamente, y ella, al darse cuenta, no pudo evitar sonreír mientras se secaba las lágrimas…

-          Bien, bien… Ponerme a pelear para salvar a una niña y luego olvidarlo. ¡Te has quedado sin galletas caseras por una semana!- Gritó el peli-rosado lleno de frustración, pinchándole las mejillas al vampiro para no tener que escuchar sus quejas

-          Señor vampiro, Mary… ¡Muchas gracias por todo!- Dijo la niña poniéndose en pie con un gran esfuerzo para salir corriendo entre el pasto, seguramente para regresar a su casa, sin embargo, pronto un disparo en la cabeza la hizo caer al suelo, paralizada

Dante se levantó con desgano, y caminando lentamente entre las montañas de pasto, hizo su camino hasta llegar junto a la niña, arrodillándose a su lado contempló los ojos verdes que aún abiertos, le contemplaban confundidos…incapaz de entender lo que sucedía y si debía de tener miedo, o no

-          De nada pequeña… Era lo justo- La sonrisa brillante y llena de fortaleza de Dante no era una mentira, tampoco esas palabras…Al tocar el cuello de la niña con su dedo índice, un pergamino escrito hasta la mitad en tinta negra apareció en las manos de Dante…

Con su uña, rasgó los tres extensos párrafos que trataban sobre esa noche, todas las experiencias y sensaciones que la niña había recibido sin siquiera leerlas, y escribió lentamente “Durmió tranquilamente en su cama. No tuvo ningún sueño”. Inmediatamente la niña quedó dormida y el pergamino se desvaneció…

-          Así que cambiar el registro de recuerdos de esa pequeña para que no recuerde haber sido usada para un sacrificio, incluso después de tener que matar a muchas como ella para tomar la sangre y así sobrevivir. Usted es una persona realmente extraña ¿No Amo?- El chico se paró justo al lado de Dante, quien recogió a la niña entre sus brazos, como si fuese un pequeño tesoro, seguramente con la intención de devolverla a su casa

-          No quiero escuchar algo como eso de alguien orgulloso de tener un peinado de pastorcita- replicó dándole la espalda a su sirviente

-          ¿Qué se supone que signifique eso?

-          Lo que es…-

-          ¿Eh? ¡No juegue conmigo Amo! ¡¡le quitaré también las tortas de arroz!!

-          No, no me quites tus desagradables tortas de arroz…-

-          ¡No digas que son desagradables después de comerte diez cada día!

-          Perdón, perdón… realmente me gustan las desagradables tortas de arroz de la pequeña Mary, así que no me las quites…-

El rizado cabello rojo cayendo sobre su rostro y llegando hasta los amplios hombros, aquella sonrisa de apreciación que tanto calentaba su alma, la manera en que las palabras parecían resonar en su corazón… Y la manera en la que aquel imbécil siempre se arriesgaba por las cosas más simples, pero a la vez más justas y puras, como lo era la felicidad de una pequeña niña que se encontró en el camino, en una noche estrellada… Por todas esas cosas, se había enamorado de aquel idiota…Y le seguiría cuidando todo lo que pudiera…

-          Tengo sueño… ¿Podrías cargarla hasta su casa mientras yo duermo por acá cerca?- Un amplio bostezo

¡Idiota aprende a terminar las cosas que haces!- Aunque muchas veces también se arrepentía de haber permitido que aquel idiota se apoderara de su corazón…

Notas finales:

Al siguiente capítulo!!


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