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Sasu-teme por lirionegro

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Notas del fanfic:

Éste fic se lo dedicó  a Usagi-chan, que según mi horario aun es su cumpleaños, si mi memoria no me falla tampoco XD...suele suceder.

 

Lamento la tardanza, tal vez ya tu cumpleaños pasó, pero no pudo ponerlo más temprano porque stuvo casi todo el día en la U, y aun no lo terminaba, es más, aun no lo terminó, falta la segunda parte como podrás ver. Pero lo explicaré luego...XD

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, son del Kishimoto-sama, ni modo ¬¬

Cualquier semejanza con la realidad.... es imposible, porque hablemos la neta, Blanca Nieves...en serio ¬¬

He vuelto!!! hhahahahahahahahahahaha


Todas las noches, como podía recordar, su madre le contaba historias para dormir, cuentos maravillosos con personajes fantásticos y mágicos; había un príncipe y una princesa; había una bruja malvada o, en algunos casos, un dragón temible. Había combates, fieras batallas que dejaba muy impresionado al príncipe Naruto, pues su madre Kushina, la reina, siempre le contaba las mejores batallas, no había otra igual.

Al final, tras el cuento “la bella durmiente”, “cenicienta”, o su favorito, “Blanca nieves y los siete enanos”, su madre siempre terminaba la historia con un:

—    “Vivieron felices para siempre”.

A Naruto le gustaban esos finales, y cuando era niño, siempre pensó en encontrar a una linda y amable princesa, con quién gobernaría y, según su sensei y padrino Jiraiya, tendría muchos chamacos. Aunque eso no lo entendía por completo.

Pero eso cambio el día en que Kushina Uzumaki, reina de Konoha, murió de una extraña enfermedad degenerativa; en sus últimos momentos pidió a su hijo ser feliz, por sobre todo, y murió. El reino se visitó de luto por su amada reina.
Naruto visitaba la timba de su madre todos los días, tenía ocho años por aquel entonces, y apenas entendía el significado de la muerte; ese día esperó,, como los anteriores, a que su madre despertara, como la bella durmiente, de su sueño eterno. Pero no lo hacía, y su padre se negaba a darle el beso que despertaría con más seguridad a su madre. Sin importar cuánto Naruto llamara a su madre, ésta no acudía a él, ya no sentiría sus brazos cálidos cobijándolo, sus dulces labios besando su frente o su mejilla, el olor a lirios que desprendían sus cabellos. Las lágrimas bañaron el rostro trigueño del príncipe, su madre había muerto y no despertaría jamás.

En ese mismo momento, a unas cuantas tumbas atrás, otro niño lloraba, Naruto escuchó otros sollozos diferentes a los suyos, pero que de forma atrayente habían llamado su atención. Lo vio, pequeño igualito que él, lloraba tomado del mano de otro sujeto años más grande; frente a unas tumbas elegantes, pero no tanto como la de la madre del príncipe Naruto. De seguro eran hermanos, pensó, pues sus similitudes eran obvias, él no tenía ningún hermano; y aun así, el menor le llamó más la atención que cualquier otro. Cabello negro como el ébano, piel tan blanca como la nieve, y labios rojos como la sangre. Blanca nieves, pensó y sonrió, era igualito a la del cuento, era Blanca Nieves... pero estaba llorando, tenía que hacer algo, tenía que ayudar a Blanca Nieves.
El mayor, que se mantenía impasible para el ver de Naruto, se arrodilló ante Blanca Nieves y besó su frente; lo vio alejarse. Dejando solo a aquella bella criatura; Naruto no lo pensó dos veces, y olvidando a su paje, salió corriendo con un único objetivo: Blanca Nieves.
Cuando estuvo frente a frente, llamó la atención de Blanca Nieves, las lágrimas, apenas imperceptibles, embellecían aun más aquel bello rostro; vestía elegantemente, de negro por supuesto (como él); ninguno habló, mirándose a los ojos, bellos ojos negros, pensó Naruto. Negro contra azul.

—    ¿Por qué lloras... —  cuestionó el príncipe Naruto suavemente, para finalmente agregar: —… Blanca Nieves?

Los ojos negros se abrieron con sorpresa, las lágrimas se habían esfumado, sus ojos seguían rojos; volteó, como si buscara a la persona al que el rubio príncipe llamaba Blanca Nieves —  él también recuerda esas historias que le contaba su madre (sus ojos se entristecieron) — ; Naruto quería decirle que se refería a él,  a ti, pues... ¿A quién más?
Pero aquellos ojos negros le enfrentaron de nuevo, un brillos de enojo le hizo retroceder, un sólo paso; pero no se rindió.

—    ¿A quién llamas “Blanca Nieves”? —  tenía una linda voz.

Naruto arrugó el ceño: —  Tú eres Blanca Nieves, ttebayo.

Aquella confirmación terminó por molestar al pelinegro, quién empujó al príncipe Naruto, haciéndole retroceder más pasos.

—    No soy Blanca Nieves, idiota...
—    Pero eres igualito, imbécil, como la del cuento.
—    En primera, es un cuento, y en segunda, Blanca Nieves era una chica, y yo no lo soy...
—    Sí lo eres, y eso no importa... ¡Además, el cuento es real! —  empujo también al pelinegro, no sabía porque insistía con lo de Blanca Nieve, pero necesitaba convencer al otro que se rectificara; Naruto quería creer que ese niño era Blanca Nieves, más que nada por su madre. Ese niño se parecía a las descripciones que su madre le relataba como historias reales y verídicas; su madre no mentía.
—    No existe nada como Blanca Nieves, eres tan ingenuo...
—    ¡Mamá no miente! —  y lo golpeó en la mejilla, con su pequeño puño había golpeado en la mejilla a Blanca Nieves. Había lastimado la piel tan blanca como la nieve. Había fallado a du madre.
—    ¡Tú...! —  Blanca Nieves también le golpeó, le hizo caer al suelo; pero Naruto no se quedó cabizbajo como lerdo por el golpe que Blanca Nieves le había dado, no... Naruto aun pensaba y se remordía la consciencia por lo que había hecho, había golpeado a su Blanca Nieves.
—    Yo...
—    ¡Príncipe Naruto!
—    ¿Príncipe? —  cuando levantó la mirada su paje estaba a su lado, y el otro moreno que había estado siempre al lado de su Blanca Nieves había regresado; parecía querer proteger a Blanca Nieves, pues lo mantenía tras su espalda. Blanca Nieves tenía una cara de contrito, como si debatiera en lo que debía hacer. Para esos momentos no se había percatado de que su tristeza se había esfumado.
—    Discúlpelo, por favor. Es sólo un niño — habló el mayor de los morenos, una reverencia, y esperó.

El paje pareció dudar, asegurado que el príncipe Naruto estaba bien; sólo un poco sucio, miró a los dos morenos. Sabía que fue quién dio el primer golpe, aunque el morenito le empujo primero...sabrá Dios porque razón, aun así...

—    Tengo que comunicárselo a su majestad —  el mayor de los morenos frunció el ceño —  Lord Uchiha, necesito que me acompañe...
—    ¡No! —  gritó el príncipe Naruto, en todo aquel encuentro había permanecido con la cabeza gacha, pero cuando habló, miraba a los mayores con decisión —Fue mi culpa, soy el único culpable. No es necesario decirle a papá, ttebayo.
—    Pero príncipe...
—    Está bien, dattebayo -—  miró a Blanca Nieves, aun creía que era Blanca Nieves —  Me disculpo contigo, te provoque. Lo siento, dattebayo...

El moreno le miró, parecía molesto por algo, pero Naruto se sentía más tranquilo ahora, su corazón ya no dolía; su madre le decía que cuando hacía algo malo, debía disculparse, entonces ese dolor desaparecía; había hecho lo correcto, y aunque pedir disculpa no borraría del todo el agravio que cometió contra Blanca Nieves, tras unos minutos en que nadie dijo nada, el pequeño moreno al que Naruto insistía llamar Blanca Nieves, habló, un poco avergonzado:
—    Y-yo...también me disculpo —  y esquivó su mirada, una enorme sonrisa escapó de los labios del príncipe — acepte también mis disculpas…
—    Lo sentimos mucho — prosiguió Lord Uchiha, sonriendo al pequeño y reverenciándose ante el príncipe.
—    No hay problema ‘ttebayo. Estamos bien.
—    Entonces, si me disculpan, nos tenemos que ir — Lord Uchiha se despidió y el morenito le imitó. Naruto estaba desconcertado, pero también imitando a su paje, con una reverencia menos pronunciada, claro.

Naruto deseó que su Blanca  Nieves renegada no lo hiciera. Y sin pensarlo mucho, gritó:

—    ¡Nos volveremos a ver… — tenía una enorme sonrisa enseñando todos los dientes, cuando los morenos voltearon — … Blanca Nieves!

Tomó al paje de la mano y se fue, la sonrisa no se borró.



Sin embargo, los años pasaron y para mala suerte del príncipe Naruto, los años vinieron con grandes cambios en su vida, como relativa que era; su padre se casó de nuevo, por mandato del consejo, Naruto tuvo una madrastra, bella, claro, pero que no le agradaba. Pero tal vez lo que más conmocionó al príncipe fue la muerte de su querido padre años después, dejándole el legado a Naruto, único príncipe heredero de Konoha.

Y de su Blanca Nieves se olvidó, pasaron muchas lunas, y de aquel cuento, y promesa nunca más se habló.



El carruaje se volcó, cayendo al suelo estrepitosamente, junto a los caballos y las personas que había dentro. Escuchó los relinchos de los caballos y los cascos golpear la tierra; el viaje al bosque, tan calmo como prometía ser,  al igual como la tormenta se avecinaba tras ese lapso, fue terminal para los viajeros.

El príncipe Naruto sangraba de la cabeza, y su paje, quién viajaba a su lado, yacía desmayado en una posición incomoda, unos leves mareos le impidieron moverse mucho, pero recobra la fuerza rápido. Salió por unas de las puertas, la que permanecía libre de cualquier obstáculo, una vez asomada la cabeza, la luz del sol filtrándose por los ramajes de los árboles le cegó. Miró a su alrededor, recobrándose de la ceguera, el cochero unos metros más adelante, impulsado por la caída; Naruto esperaba que no estuviera muerto, lo demás eran arboles y el sonido de los pájaros cantando. Los jinetes que les habían hecho volcarse no estaban en ninguna parte.

Salió tanteando el terreno. Tenía un mal presentimiento, pero aun así se vio arrastrándose hasta el cochero quería asegurarse si estaba vivo o muerto. El cochero tenía el cuello torcido, y Naruto con acritud comprobó que estaba muerto, se mordió el labio inferior con impotencia… ¿Qué había pasado? Se cuestionó el príncipe Naruto, había sido un viaje tranquilo por el bosque y de repente les atacan.

Sabía que había delincuentes por esos lares, y se lamentaba al no haber escuchado y su sensei al persuadirlo de llevar más escolta, pero si en la ida no hubo problemas… ¿Por qué sí en la venida? ¿Quién diablos los había atacado?

Entonces el príncipe Naruto recordó a su paje, más sin embargo, antes de que pudiera ponerse en pie, sintió el filo del acero en su garganta. Los ojos azules se alzaron, encontrándose con una sonrisa como de tiburón; un hombre vestido de negro.

—    Lotería — dijo éste sujeto de cabello blanquecino.

Al instante el príncipe Naruto sintió unas manos en su bolsillo, quiso impedirlo, pero fue tarde. Habían tomado la bolsa de cuero de su pantalón, la bolsa con los diamantes… con el anillo.

—    Devuélvemelo — el príncipe Naruto aun se sentía adolorido, apenas podía moverse; y todo a su alrededor se distorsionó en  mareos.
—    No lo creó, chaval… ¡Sasuke, tenemos el botín! — Naruto escuchó la voz de una mujer, pero para esos momentos ya nada parecía tener sentido.

Escuchó el ruido de las hojas tronar contra los pies y el suelo, al ser pisados; alguien más se acercaba, pero Naruto no estaba seguro de quién podía ser. Se escuchó una voz:

—    Suigetsu… que no me vea.

Pero la orden llegó tarde, cuando el sujeto Suigetsu le golpeó la cabeza, el príncipe Naruto logró observar a su atacante. De pronto fue todo oscuridad y las voces desaparecieron con lentitud.

Naruto pensó, en los pocos segundos de semi-consciencia:


“Cabellos negros como el ébano, piel tan blanca como la nieve y labios rojos como la sangre”.

Sólo pudo susurrar: — Blanca Nieves…

Notas finales:

No me he olvidado que te tengo un fic en esperam por supuesto que no, pero quería darte algo diferente mientras edito Ruleta Rusa, que no cambiara de esencia, solamente en la forma de escribirse...Okei, estoy trabajando en ello no te preocupes.

El siguiente capitulo del fic saldra pronto, esperó, ta vaez la proxima semana, según vea conveniente, aun no esta escrito, pero la tengo en la mente....sorry, como dije, quería hacerte un regalo, pero hasdta ayer se me ocurrió esto, junto a otros bocetos que deseché...al final, me decidí por éste, por ello tardé más. Además de que ésta semana ha sido de examenes, pido compresión hahahahahaha

Espero que te guste, y a todas también quienes se atrevan o tenga ganas leerlo, siguiente capi el último. Esto iba a ser un One-shot, pero si lop terminaba así, no lo colgaba hoy así que no me quería pasar de tiempo. XD

 

Me alargué ....

DEJAD REVIEWS...!!

Lirio

Voraz Lector

 

Chao


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