Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vulnerable por Deepmadness

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Mala mujer cofHikaricof, espero que le guste mucho. ewé <3

Al resto de personas, pónganse cómodos y disfruten la lectura, nos leemos abajo.

El pesado olor a cigarrillos, sudor y drogas  me mareaban, al igual que las luces y la estruendosa música de la disco comenzaban a causarme dolor de cabeza, aunque ya debería haber estado acostumbrado a todo eso, estaba molesto pensando en lo patética que era en esos momentos mi vida, era inteligente, guapo, tenía una gran personalidad y era sumamente deseado por chicas y chicos, claro que todo eso cambiaba estando con él, mis defensas caían y no lo podía evitar. No importaba de qué se tratase, si Manabu rogaba, yo me negaba, entonces ese pequeño demonio insistía y al final yo terminaba aceptando, era mi maldito círculo vicioso.

Sentí unas manos sobre mis caderas y unos labios rozando suavemente mi cuello, allí estaban de nuevo los ruegos de mi amigo y mi mente negándose a acceder a esa situación. Amaba el sexo con cualquiera, y por supuesto, también amaba el sexo con Manabu, sin embargo debido a eso nuestra ´amistad´ estaba tornándose demasiado obscura y confusa para mí gusto. Intenté alejarme con una voluntad que haría reír a cualquiera, no lo dejaría, esta vez no lo haría, pensaba firmemente aunque mi cuerpo se negara a concordar con mi mente. Un beso, una mordida, suaves roces en mis partes íntimas, avergonzado gemí, me había rendido.

-.-.-.-

El delicado cuerpo del otro me aprisionaba y me hacía sentir en la gloria, ese ser que conocía y protegía desde que era un bebé ahora me brindaba el más prohibido y delicioso de los placeres. Encima de mí, con sólo unas pocas prendas cubriendo su cuerpo, se movía rítmicamente simulando envestidas encima de mi miembro erecto pero aprisionado aún por el bóxer, era una danza traviesa en la que reía pícaramente disfrutando de su control sobre mí, viendo satisfecho  el placer que se dibujaba en mi rostro.

Mis manos recorrían necesitadas cada parte que lograban alcanzar, masajeaba sus piernas con fuerza mientras besaba su pecho, sintiendo esas manos que con rudeza se movían por mi espalda y cabello. Cansado del juego previo había decidido ir a la acción, recostándolo en la cama de ese motel de mala muerte, que fue lo primero que se nos había atravesado en el camino, besé sus labios, él abrió sus piernas y fui directo a la entrada de esa araña venenosa, de mi amigo, con los dedos cubiertos de lubricante, escuchaba su risilla divertida que se mezclaba con discretos gemidos de placer, veía que en esos momentos su mirada se volvía intensa, incluso malvada, era como otra persona, aunque yo sabía que simplemente ese era el verdadero Manabu saliendo a flote. Justo cuando pensaba que ya estaba listo y que por fin podría llevar el control de la situación sentí un empujón fuerte y lo vi con un condón en la mano el cual abrió y sugerentemente puso en su lengua, agarró mi miembro y con una maestría increíble puso el condón mientras lo arrastraba con sus dientes, sin despegar ni un momento sus ojos de los míos, era una situación simplemente perfecta, terminada su pequeña demostración de ´soy sexy haga lo que haga, incluso colocando un condón´, se sentó encima de mí mi miembro, ahora sí, auto penetrándose delicadamente, comenzó a moverse lentamente disfrutando con los ojos cerrados mientras que con sus manos acariciaba mis hombros, y ese era el momento en que no pensaba en si lo que hacíamos estaba bien o mal, sólo disfrutaba del placer celestial brindado por el demonio.

Besando entre sus muslos, la danza nuevamente comenzaba, aun con el cabello siendo tironeado, pude ver como con sus labios sellados intentaba no dejar escapar sonido alguno, no por vergüenza sino por orgullo, como siempre, porque Manabu odiaba verse débil, incluso en momentos como ese. Siendo jalado hacia arriba encontré sus labios sedosos y su lengua sabor a alcohol y a pasión, por centésima vez esa noche, y con sus manos acariciando mis glúteos y entrada en un juego extraño que él desde hace tiempo deseaba cumplir y que yo, apelando a todo mi orgullo y fuerza, había evitado, sentí sus piernas abiertas flexionadas levemente hacia arriba, dejando su trasero en el aire, perfecto para una penetración que no tardó en llegar. Abrazados mutuamente las embestidas eran lentas y profundas, jodidamente placenteras, agotado llegué al orgasmo clavándome lo más que lograba dentro su cuerpo y al poco tiempo después él también llegaba al placer máximo con la ayuda de mi mano.

.-.-.-.

- ¿Lo sabes? Dos hombres están armando un escándalo en la entrada del edificio.

- ¡Ah! ¿Y no les importa que todos sepan que son gays? Qué asco.

- Sí. Lo peor es que ambos viven aquí, uno es Satoru del piso 15 y el otro es el muchachito ese que es nuestro vecino, el tal Manabu.

- ¡Por dios, qué vergüenza!

Corrí con todas mis fuerzas al escuchar lo que ambas señoras conversaban en la puerta contigua a la del apartamento de mi amigo, al cual había ido a buscar para almorzar pensando que ya se encontraría en casa, pero no, resultaba que el pequeño demonio se había metido en problemas de nuevo y yo, como siempre desde que tenía memoria, corría a protegerlo.

Cuando llegué ya el señor Takeda, el encargado del edificio, al igual que el vigilante se encontraban en el lugar, uno sosteniendo a un chico de unos 20 años hecho una furia y el otro, a un bastante magullado, Manabu, que sin embargo decía con una mueca burlona en su cara que ellos nunca fueron nada porque jamás tendría algo con un don nadie que además de feo lo tenía pequeño. Todas las personas que había alrededor, disfrutando del chisme, comenzaron a burlarse del pobre chico mientras que ambos hombres mayores reñían al más joven por decir esas indecencias.

Obviamente había sido llamado por el señor Takeda para arreglar la situación y por supuesto yo había puesto todo mi esfuerzo en intermediar por él e impedir que fuera expulsado del condominio, afortunadamente había salido todo bien, todo el teatro que monté sirvió para que el otro hombre se ablandara y no tomara medidas severas en contra del menor. Luego de haber pasado la horrorosa situación había intentado huir de mi amigo para dirigirme  a casa a descansar y olvidar todo, pero éste, dándose cuenta de mis intenciones prácticamente me arrastró a su apartamento, alegando que quería agradecerme, conversar un rato y pasar tiempo “de amigos”, cosa que era evidentemente mentira a juzgar por su amago de sonrisa inocente, enojado había aceptado viendo la oportunidad de ponerle las cosas claras.

- Te estás volviendo cada vez más insoportable e irresponsable. Tienes 22 años, ya eres mayor de edad y te falta poco para graduarte de la universidad, así que deja de comportarte como un adolescente de una vez.

- Oh vamos Kazuki, te has vuelto tan patético. Deberías considerar seguir siendo el tipo sexy y pervertido al cual todos y todas deseaban.

- Pues a diferencia de ti mis pies están bien puestos sobre la tierra y sé qué debo hacer con mi vida.

- Tan aburrido, siendo controlado por el sistema.

- Madurar no es ser ´controlado por el sistema´, no digas tonterías de chico punk.

- Te duele que te diga la verdad ¿cierto, viejo amargado?

- Piensa y haz lo que quieras niño idiota, yo me largo de aquí.

De pronto sentí los brazos del menor en mi cuello y sus labios y lengua recorriendo mi mentón, ya estaba, aprovechándose de la situación e intentando arreglar todo a su manera, con el sexo, cada vez que el menor sabía que algo se estaba saliendo de su control, utilizaba su cuerpo para volver a dominar, no lograba recordar en qué momento había adquirido ese horrible hábito pero ahora era casi su marca personal a la que yo, aunque me doliera, siempre sucumbía. Obligado a recostarme sobre el sillón, lo vi bajando mis pantalones y bóxer, engullendo posteriormente todo mi falo, lamidas y suaves mordiscos por toda la extensión del pene y miradas lascivas que no dejaba de dedicarme, y tal vez no era el mejor momento de pensar en ello, pero recordé al pequeño Manabu que vi prácticamente nacer y crecer, apenas menor que yo por 3 años, durante toda nuestra infancia y adolescencia estuvimos juntos debido a la amistad que siempre había unido a nuestras madres, se me fue impuesto el protegerle porque era pequeño y débil, y yo, encantado de la vida había aceptado el rol de ángel guardián de un ser tan hermoso y es que desde que lo vi por primera vez lo había amado, pero no, no era un amor de parejas, era un amor puro de aquel al que le fue regalado un tesoro precioso que no desea ver arruinado jamás, y así fue que desde entonces, ese tesoro fue creciendo junto a mí, siendo bueno en las artes, inteligente y educado, luego se convirtió en un adolescente, descubrió su fascinación por el amor de los hombres y tuvo unas cuantas relaciones, todas con un desenlace triste: Un corazón destrozado del cual era el encargado de volver a unir, al principio sólo era su pañuelo de lágrimas y luego el sexo se convirtió en una pequeña consolación, pero todos nos cansamos de sufrir en algún momento ¿no? Y así creamos barreras para no seguir siendo destruidos, cuando abrí los ojos la barrera de Manabu había sido construida ¿o tal vez su corazón se había vuelto tan frío como el hielo? , ¿o quizás la adultez lo había convertido en eso?, sea como sea, lo cierto fue que jamás volví a ver a ese dulce niño. Sentir una pequeña mordida, más fuerte de lo normal, me hizo volver a la realidad, él divertido comentaba que no podía dormirme aún porque ahora es que iba a comenzar la acción, y efectivamente, parándome del sofá, se acostó en él de espaldas dándome una obvia invitación a entrar en él, demasiado excitado como para esperar, entré sin preparación alguna, sólo un pequeño gemido de dolor salió de sus labios, tampoco era gran cosa tomando en cuenta que horas antes lo habiamos hecho hasta el cansancio, los dedos de mi mano derecha fueron a parar en su boca, y el vaivén comenzó rápido y preciso, sin ceremonia alguna, sólo con deseo.

  .-.-.-.

El humo que salía del cigarrillo creaba caprichosas formas, mientras que Manabu acostado sobre mi cuerpo, jugaba escribiendo cosas en mi pecho con sus dedos y riendo tal cual niño de 5 años cuando no lograba acertar lo que escribía. Un mensaje a mi celular interrumpió el momento, en un rápido movimiento, él se había adueñado del aparato y revisaba el texto, su cara se transfiguró completamente a una mueca de molestia, no había comenzado a preguntar que decía cuando el yo hacía mofa de lo escrito, “Amor, ¿Nos veremos hoy cierto? Te extraño mucho”, decía burlonamente casi escupiendo odio.

- ¡Rayos, lo había olvidado! – Solté sin pensar.

- ¿Qué? ¿Qué significa esto?

- Significa que dentro de poco tengo una cita con una hermosa mujer y lo había olvidado por andar cuidando de ti.

- No seas descarado, lo habías olvidado porque el sexo conmigo es tan bueno que cualquier otra cosa carece de importancia.- Bramó él furioso.

- Claro, como tú digas. Nos vemos.

- No te atrevas a irte. Tenemos que hablar.

- ¿Hablar de qué?

- Se mi amante Kazuki.

- ¿De qué demonios estás hablando?

- Quiero que tengamos algo real, no sólo sexo.

- Ja, por favor, sólo haces esto porque eres un  egoísta al que le gusta que todo gire alrededor suyo, pero ya lo sabes, aparte de servirte cada bendito día como un perro, tengo una vida que no voy a dejar por un capricho tuyo.

- Deja de fingir, soy tu vida Kazuki, aparte de mí no tienes nada que realmente te importe. ¿O me lo negarás?

Había dado justo en el blanco y me dejó sin palabras, porque era la verdad, pero aún con eso no pensaba volverme su muñeco de trapo, al menos no más, tampoco quería una relación con él, eso era demasiado.

-  No podemos ser una pareja, es una absoluta locura.

- ¿POR QUÉ?

- Porque no te amo.

- …

-  …

- Mientes, claro que me amas, de no ser así no te acostarías conmigo todo el tiempo.

- No… -Su mente era un revoltijo, el punto que durante tanto tiempo había evitado pensar se presentaba en sus narices listo para ser enfrentado- No lo sé Manabu, no sé por qué lo hago, te adoro, realmente te adoro, y quiero cuidarte y protegerte siempre pero, ese tipo de amor no es lo que siento por ti.

- ¿Qué demonios significa eso? No tiene sentido alguno. – Veía como luchaba contra unas lágrimas traviesas que deseaban salir, pero no sabía cómo tomármelo, ¿era ese otro de sus trucos o realmente estaba dolido?

- ¿Tal vez porque odio decirte que no? Siempre accediendo a tus antojos… incluso acostarme contigo se volvió una costumbre. Lo siento, es realmente patético, tampoco parece una respuesta sensata, pero es la verdad.

- Kazuki… Kazuki por favor, dime que es una mentira, porque yo si te amo. Te amo de verdad. No me hagas esto.

Esas palabras revotaban en mi cabeza, dolían, y aun con todo eso no podía creerlas, tantos años presenciando sus manipulaciones, aunque quisiera la sombra de la duda cubría mi corazón.

- No puedo creerte Manabu. Con esa terrible personalidad que te gastas no puedes pretender que crea en tus palabras, aun con esas lágrimas cubriendo tus mejillas.

- Nunca supe cómo demostrarte lo que siento excepto acostándome contigo, pero ahora me dices que tú sólo lo hacías por lástima hacia mí, que patético me siento.

Sin poder decir nada me paré del sofá donde estuve todo ese tiempo incapaz de moverme- y me arreglé tan rápido como podía mientras le observaba, con el corazón estrujado, ahogado en lágrimas. Decidí dejar todo allí, irme lejos y olvidar todo eso, pensando que era lo mejor para evitar un daño mayor.

- Me voy pequeño…  Me voy de esta ciudad.

- ¿Qué? ¿Por qué? ¡No puedes irte!

- Es lo mejor, no pretendas que después de esto nos sigamos comportando como si nada. No te lo había contado porque no pensaba aceptar pero me ofrecieron un puesto de trabajo en Hokkaido, es realmente bueno y después de esto, creo que lo mejor es aceptar y alejarme un poco. Culmina tus estudios y pórtate bien ¿sí?... Tampoco me llames ni me escribas más, por favor.

- Pero… pero no. No lo hagas… yo cambiaré y seré perfecto y haré que me ames y estará todo bien, ¡por favor Kazuki!

 Ahora justo al frente de él, limpiando sus mejillas y con una sonrisa en mis labios que intentaba consolarlo, dicté mi promesa.

- Entonces hazlo, pero lejos de mí. Convierte en un buen chico, y cuando lo hagas ve a visitarme, tal vez descubra que en realidad si te amo, o tal vez me enamoré de ti, ¿quién sabe? Todo puede pasar. Ahora, adiós… 

Notas finales:

Bueno, debo decir que este fic con nombre que no le cuadra mucho es casi un experimento, primero, las personas que ´conocen´ a Manabu y Kazuki pensarán, “Oh, que horrible, ellos no son así para nada, esa personalidad no les va” y blah, lo sé, precisamente por eso decidí hacerlo así, era hora de un cambio con esos dos, segundo, lemons muy malos, también lo sé, pero realmente soy patética describiendo esas situaciones y sensaciones, además son los primeros que hago por lo que realmente no sabía qué escribir, aun así espero que les haya gustado. ;;

 Reviews de amor y de odio son aceptados por igual, comenten y den críticas para que me hagan feliz. Saludos y besos. <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).