Comencé a abrir mis párpados de forma lenta. Viré mi rostro y por ende mi vista, enfocándola en el reloj de pared. Las 8:27 AM, tenía tiempo, pero yo debía encargarme de abrir el supermercado.
Me levanté de mi cama con toda la pesadez en mi cabeza y caminé en dirección hacia el baño para poder asearme. Llegando allí me quité la ropa, giré el grifo de la bañadera y dejé que el agua caliente cayera sobre mi cuerpo con rapidez una vez dentro de la bañadera.
“¡No quiero ir hoy a trabajar-ttebayo!”
Cerré mis ojos, relajándome al sentir el ruido cayendo del agua.
—Hoy no voy a ir a trabajar… —susurré. —Mejor iré a visitar a Ake-chan y Etsuko-san… —sonreí suavemente. —Bueno, y a los Uchiha-ttebayo…
Al terminar de ducharme salí para vestirme rápidamente. Sentía muchos deseos de ver a los cuatro. Y es que hacía tiempo que no pasaba por allí (Naru-chan con ganas xD)
Finalmente acabé por vestirme, me acomodé un poco el cabello que de igual manera no importaba por que se desordenaba por sí solo y salí de mi casa con tanta rapidez que no había caído en cuento de cuando había llegado.
Di tres golpes en la puerta, y luego de esperar un momento –que por cierto no fue solo un momento-, quien me abrió fue Akemi.
—¿Naru-chan? —sonriente. —¿Qué es lo que haces aquí? ¡Pasa!
—Buenos días, Ake-chan. —correspondí a su sonrisa. —Lamento haber caído de sorpresa, es solo que… —mis ojos apenas ingresaron a la casa se fijaron en Itachi, Sasuke y Etsuko, los cuales se encontraban en el suelo, medio desnudos (por no decir completamente) y tan solo con una frazada cubriéndolos. —Oh, bien. —murmuré.
—¡Hola, Naru-chan! —me saludó Etsuko, luego de eso cayó, golpeándose la cabeza contra el suelo.
—¿Dobe? —Sasuke pareció sorprendido al verme. En cambio Itachi…
—Naruto-kun, hola… ¿Haz venido para agasajarte con nosotros?
—¡Claro que no-ttebayo! —exclamé, girándome hacia Akemi, quien ahora que la observaba también estaba medio desnuda y completamente despeinada. —Kuso… ¿lo único que saben hacer ustedes es tener sexo? —pregunté molesto.
—¡Claro que no! —defendió Etsuko, volviendo a la vida. —Eso fue muy ofensivo, Naru… además, nosotros somos muy activos cuando queremos… —dijo con una sonrisa divertida.
—Excepto Sasuke, que él es uke… —dijo Akemi. Todos rieron por el comentario, excepto Sasuke, obviamente.
Suspiré.
—¡Pues yo solamente vine a visitarlos-ttebayo! —aclaré. —¡No me interesa si Sasuke es el uke o no!
—Y claro por que tú eres el seme con él. —todos volvieron a reír por lo que Akemi dijo.
—Kuso. —cerré mis ojos, fastidiado y nervioso.
—Bueno ya, es cierto que esta no es forma de recibirte y que Sasuke es el uke. —sonrió Akemi. —¡Pero Naru-chan! ¡Nosotros no te esperábamos! Además esto es sumamente raro, ya que tú deberías estar en el super.
—Oh, Naru-seme irresponsable. —susurró con un aire picaresco el moreno menor. Hice caso omiso a su comentario y observé a la chica de ojos marrones.
—Ake-chan yo quería visitarlos únicamente. —hice un puchero y me di media vuelta, listo para largarme de esa casa de locos. —Pero veo que no me quieren aquí así que mejor me…
—¡¡NO!!
De un momento a otro me encontraba medio recostado en el suelo con Sasuke a mi derecha y Etsuko a mi izquierda, tomándome ambos por los hombros.
—¿Pero qué…?
—Naru-chan no te vayas, onegai. —me pidió la chica con ojos llorosos.
—Usuratonkachi, no le creas nada de nada a la otra desquiciada. —me susurró el ojienegro al oído.
—¿Te refieres a Ake-chan? —inquirí aún en el suelo.
—¡Sí! —dijeron los dos al unísono, molestos.
Giré mi vista hacia la aludida, quien con mirada asesina observaba a sus dos amigos. Sonreí nervioso.
—No soy ninguna desquiciada, Uchiha Sasuke. —advirtió ella. —La desquiciada es esa que tienes a tu lado.
Automáticamente todos giramos para ver a Etsuko, la cual sonreía tontamente.
—¡Ah, y así te haces llamar mi novia! —exclamó de repente la desq…digo, Etsuko, fingiendo estar ofendida. —Baka…
Akemi clavó la vista ene ella, para luego sonreír con crueldad.
—¿Quién dijo que éramos novias? —Etsuko abrió sus ojos exageradamente al oírla y…
—¡¡BASTARDA!! —y se le arrojó encima para comenzar una pelea, que obviamente Akemi no desaprovecharía.
Itachi rió.
—¿Siempre están así-tteabyo? —pregunté llevando un dedo a mis labios, ya que en verdad no comprendía la relación de esas dos. Algunas veces querían arrancarse los pelos, pero otras veces…
—Si, siempre es así. —me respondió el mayor, mientras se acercaba a Sasuke y a mí con unos pasos casi sensuales (casi, casi). —Tú ya deberías saberlo, Naruto-kun…
—¡E-espera! —le detuve cuando comenzó a acariciar mi entrepierna por sobre la ropa. Sasuke, sin perder el tiempo, llevó sus labios a mi cuello, bajando luego por mis hombros y brazos. —K-kuso… —apreté mis ojos con fuerza. —Yo no vine para esto-ttebayo… —un jadeo se me escapó, sin hacer énfasis a mis palabras. —¡Sasuke, Itachi!
—Ya cierra tu boca, dobe. Y disfruta lo que tienes en frente. —me dijo el muy bastardo de Sasuke.
Itachi, abandonado mi entrepierna, con una de sus manos masajeaba mis muslos y con la otra desabrochaba mis pantalones…
Una vez hecho esto el azabache menor descendió como desesperado hasta mis partes nobles y, abriendo su boca comenzó a…
—¡Ah, Sasuke! —inevitablemente mis manos fueron a parar directo a sus cabellos para detenerlo, más al final se quedaron allí para marcarle el ritmo a sus movimientos.
Mis ojos, húmedos por el placer que me proporcionaban los Uchiha, se desviaron sin querer hasta posarse sobre Etsuko y Akemi, quienes estaban…
—¡¡ITACHI, Etsuko-san y Ake-chan se están…!! —quise gritar lo que esas dos pervertidas se encontraban haciendo una encima de la otra (aunque después los gemidos se iban haciendo más y más ruidosos-ttebayo) pero el Uchiha de la coleta me cubrió la boca al unir sus labios con los míos, y de esa forma no pude emitir palabra alguna.
—Zorrito… no las mires a ellas… —me pidió en un gemido al separarse de mi boca. ––Solo dedícate a sentir lo que Sasuke y yo te haremos…
A partir de ese momento dejé de pensar tanto y opté por hacerle un poco más de caso a uno de mis dioses Uchiha.
—Itachi… Sasuke… nh…
Bien, no es como si ya no lo haya pensado desde el principio, pero es que… ¿quién podía resistirse a estos malditos?
Una vez ya había prometido no volver a caer en sus encantos (encantos Uchiha *¬*), ¡pero era prácticamente imposible!
Por que yo era consciente de que ellos utilizaban a todas las personas que encontraban para satisfacerse, incluyéndome. E incluyendo incluso a Etsuko y a Akemi. Pero como había dicho anteriormente, era imposible deshacerse de ellos.
—Naruto… —susurró el moreno menor, limpiando los pocos restos de semen que quedaban en sus labios. —¿No te gustaría vivir con nosotros cuatro?
—¿Q…? —en ese momento creí que mis globos oculares saltarían de su lugar al oír tales palabras viniendo de Sasuke.
—Mmm… cierto, no es una mala idea. —apoyó Itachi con una sonrisa de medio lado. —En verdad… ¿quieres Naruto-kun? (Y para decir que no…)
—Yo…
Podría ser que ellos solo quisieran tener sexo en su vida, o tal vez yo también podría estar equivocándome y, realmente, quisieran a Etsuko y a Akemi…
—Si, quiero…
Y quizás también a mí.
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