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Todo porque me gustas. por GeryKills

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Notas del fanfic:

Bueno, esta es la primera parte de un FF que estoy escribiendo. Los personajes son de la novela Harry Potter (saga) escrita por J.K.Rowling y no me pertenecen.
 
Les advierto de antemano que contiene escenas de sexo explicito y entre personas del mismo sexo. 
También me disculpo por los errores de espacio/tiempo de la historia, pero sean considerados y tomen en cuenta que es una historia ficticia con el único fin de entretener.
Me explico, pues cuando James, Sirius y Remus tenían 16 y estaban en sexto año, era imposible que Lucius estuviera en Howgarts, pues Lucius es 9 años mayor que los tres chicos y segun las reglas del colegio, este ya hubiera dejado el establecimiento. Sin embargo, en la historia aparecen varios personajes que como Lucius ya tienen una edad suficiente como para haber dejado Howgarts y aun así están en el. 
Insisto en que es algo totalmente ficticio. Pero de todas formas espero lo disfruten.

Notas del capitulo: Título: Todo porque me gustas
Personajes/Parejas: SirusXRemus - LuciuXSevrus - JamesXLily
Autora: GeryKills
Creadora de los Personajes: J.K.Rowling.
Advertencias: Sexo explicito entre personas de un mismo sexo (YAOI) - Violación - Tortura - Drama.

-Me gustas Sirius... Me gustas desde la primera vez que te vi en el andén en primer año.

Una hoja calló suave entre ambos chicos. Era el atardecer de un domingo otoñal, las clases habían empezado solo  3 semanas antes y James Potter ya se había ganado su primer castigo, por lo que Remus Lupin y Sirius Black se encontraban sentados bajo un árbol a las orillas del lago. Remus miraba el pasto, impaciente, a la espera de una respuesta. Una palabra. Un gesto.

Durante unos minutos, que se le tornaron eternos, esperó oír la voz del pelinegro, pero el silencio se hacía más denso entre ellos, a pesar del bullicio del rededor. Comenzó a resignarse. Levantó temeroso la mirada, para encontrarse con un sorprendido chico, de pelo negro, ojos azules, como el reflejo del cielo en el lago; y una boca semi abierta en un gesto de incredulidad.

"Que tonto fui". Pensó tristemente. "¿Qué me hizo pensar que por un segundo el me querría como lo quiero yo a él?"

Entonces disponía a ponerse de pie para marcharse y evitarse más minutos de vergüenza, cuando un fuerte brazo sujetó firme su muñeca y lo tiró hacia abajo. Sin tiempo de reaccionar calló de espaldas sobre el césped.

-Por Merlín Lunático, tu también me gustas ¡Me gustas mucho!- Sirius se había puesto sobre Remus en un rápido movimiento. Y hablaba como si las palabras hubieran estado atascadas y ahora salieran como una cascada.

Antes de que su cerebro procesara correctamente las palabras que había oído, sus labios se encontraban pegados a los del pelinegro, quien lo besaba como si lo hubiera deseado por siglos.

Al separarse y caer en la cuenta de la situación empujó a Sirius haciéndolo chocar contra el tronco del árbol.

-¡P...Pero! -Dijo Sirius sobándose.

-¡Sirius! nos están mirando... -Las mejillas del peli castaño se tornaron tan rojas como el atardecer.

Sirius río por lo bajo, se puso de pie y desde su altura miró a Remus que se incorporaba. Esa mirada traviesa que Remus tan bien conocía se reflejó en sus ojos. Nunca indicaba nada bueno.

-No me importa si el mundo nos ve. Que todos sepan.- Acto seguido, puso las manos a forma de megáfono y gritó cuan fuerte le permitieron sus pulmones- ¡TE AMO REMUS LUPIN!

Remus se sonrojo aún más, si es que eso era posible, y escondió la cara entre sus manos. La gente de alrededor los miraba con una mezcla de sorpresa e interés, no era muy raro que alguno de los cuatro chicos fuera el centro de atención, varios estudiantes se habían quedado atónitos y una que otra chica había roto a llorar y echado a correr ante la declaración de Sirius.

No muy lejos de ellos, un grupo de alumnos  con corbatas y túnicas de bordes verdes los miraban poniendo mucha atención.

 

-Por Merlín, cuando mamá se entere y le cuente a nuestra tía... -la muchacha de largos y negros cabellos río estruendosamente. Sacudió su larga cabellera y se acomodó un travieso mechón detrás de la oreja. Al tiempo que miraba con entusiasmo a su hermana sentada al lado.

-Ese Sirius no hace más que cavar su propia tumba a cada segundo.- Dijo la rubia chica sentada junto a la pelinegra con un dejo de resignación y pena en la voz.

-Por favor Bella, Cissy ¿Es necesario que gasten su valiosa saliva hablando sobre ese... traidor de la sangre?

El joven y apuesto muchacho de largos y blanquecinos cabellos se puso de pie, sacudió su túnica con elegancia y caminó hasta la orilla del lago, donde se encontraba un chico de cabellos negros y piel blanca sentado solitariamente lanzando piedras.

Se sentó junto a él en silencio, miró el horizonte y luego le dirigió una mirada al pálido chico.

-Vamos Severus... Sé que gustas del traidor de Black. Pero no se te acaba el mundo.

-Sí… eso creo. –Respondió sin dejar de mirar el lago, fue lo único que dijo después de un largo silencio, en el cual, Lucius pensó que se largaría a llorar.

Lucius Malfoy, quien secretamente había comenzado a sentir un extraño afecto hacía el chico de nívea piel y negros cabellos, que era varios cursos menor que el, pensaba ahora, en alguna forma de hacerle sonreír, aunque no fuera algo muy común ver a Snape sonreír.

Severus Snape solía perseguirle por los pasillos, admirando cada cosa que hacia el mayor. Más de una vez se coló a clases de cursos mayores solo para ver a escondidas a Lucius. Pero al no ver mayor atención de parte del mayor comenzó a alejarse y fue entonces que comenzaron los ataques. Mientras Severus iba tras las faldas de Malfoy, el temido y respetado Prefecto de Slytherin, nadie se atrevía a tocarlo, pero al separarse de él, comenzó a ser blanco de burlas y maldiciones.  Sobretodo de parte de los Gryffindors. Severus solía verse enfrentado a los abusivos dentro de Hogwarts, y a pesar de que era muy bueno en pociones y defensa contra las artes oscuras, nunca las utilizó contra aquellos cuatro Gryffindors que lo molestaban constantemente.

-¿Porqué? - Había preguntado una vez el rubio al pequeño, después de salvarlo de un hechizo que le hubiera hecho tener urticaria por semanas. Este, mirándolo con ojos llorosos y la frustración a flor de piel, gritó soltando todo lo que reprimía.

-¡Por que me gusta Sirius! Y soy incapaz de dañarle, por más que el me pisotee. Desearía que estuviese en nuestra misma casa, en vez de ser de Gryffindor, desearía que no se juntara con ese estúpido de Potter y con el raro de Lupin… Desearía que solo me viera a mí… -terminó diciéndole el pequeño entre sollozos.

Fue en ese momento en que el rubio comenzó a darse cuenta de la situación en la que se encontraba. Las palabras del pequeño habían caído como agua fría sobre el ¿Cuándo había pasado?, estaba tan seguro de que el pequeño Slytherin lo idolatraba que lo había dejado estar y en consecuencia a su negligencia, el Slytherin había buscado un ídolo en otra parte. Y quien podía culparlo de enamorarse de Sirius Black, el rey de los rebeldes, no solo era uno de los chicos más populares dentro de Hogwarts, si no que también uno de los más conocidos fuera. Sirius, el único Black que nadó en sentido contrario y se convirtió en león en vez de serpiente.

-Vamos Sev… yo te ayudaré a vengarte.- Lucius sentía la necesidad de complacer al pequeño. Sentía, ahora que no lo tenía corriendo todo el día detrás de él, la necesidad de tenerlo cerca y establecer la mayor cantidad de contacto físico.

Notas finales:

Espero les guste. Todas las criticas CONSTRUCTIVAS seran siempre bien recibidas. Es el primer FF que escribo y que publico, así que sean piadosos.

Gracias por leer!

GeryKills~


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