Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nunca es demasiado tarde por Brinella

[Reviews - 39]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Tanto la historia como los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo:

Hola a todos. Este es mi primer fic, así que si hay alguna mosca despistada revoleteando por aquí y por casualidad se ha puesto a leer mi fic por puro aburrimiento... ¡no seas vaga y deja un review constructivo! -he dicho.

 

   No podía ver nada ¿dónde se encontraba todo el mundo? Lo último que recordaba estaba teñido de rojo, como una cortina rojiza que nublaba su mente. Intentó mover una mano, pero no tenía ni idea de dónde estaba, y su cuerpo se negaba a cooperar impidiéndole pensar con claridad.

-“Vale, no sé donde están mis brazos, y ahora que me doy cuenta, tampoco mis piernas”- pensó confusamente- “¿Puedo mover la cabeza? Ah, sí, sí que puedo. ¡Dios! ¿Por qué estará todo tan oscuro? ¿Eh? Espera un momento… pero si tengo los ojos cerrados.”

    Fue abriendo los ojos lentamente, un poco avergonzada, y éstos se fueron acostumbrando a la intensa luz blanca que reinaba en el lugar. Su cabeza se giró a los lados y divisó todas sus extremidades, unidas a su cuerpo.

-“¡Uf! –respiró aliviada- Ahora que ya sé donde están, creo que las podré mover”- dicho y hecho-“¡Arg! No, no, no, eso ha sido una mala idea, vale, tranquilízate. Estás en un lugar completamente blanco, el más mínimo movimiento te causa un horrible dolor, aunque no tengas ninguna herida visible, y no tienes ni idea de cómo has llegado aquí… ¿Pero qué cojo…? ¡¿De dónde diablos ha salido este vestido?!”

   Se miró asombrada. Llevaba puesto un cortísimo vestidito blanco – ¡Voy a matar a la persona que se haya atrevido a ponérmelo!- y tanto sus muñecas como sus tobillos estaban adornados con pulseras de color dorado, y ahora que se fijaba, también su cuello llevaba un adorno, una larga cadena de oro, además, estaba descalza. Respiró e inspiró fuertemente intentando calmarse, aunque su tentativa fue un rotundo fracaso.

   Se llevó las manos a la cabeza, y pataleó furiosa. De pronto, fue consciente de lo que hacía, y se sonrojó con vergüenza por su comportamiento tan infantil, vamos, ni que  fuera Naruto como para ir reaccionando así, al mismo tiempo que se sorprendía de lo rápido que se le había pasado el dolor. Se puso en pie con un poco de esfuerzo, dado que aún sentía sus miembros un poco entumecidos, y miró atentamente a su alrededor.

   Se encontraba en un enorme páramo que se extendía hasta donde llegaba la vista, salpicado con algunos pocos árboles retorcidos y completamente secos. Un paisaje desolador. Miró por primera vez hacia arriba y se dio cuenta de la razón por la cual una penetrante luz blanquecida dominaba el lugar. ¡Había tantas estrellas en el cielo y éstas estaban tan cerca que prácticamente no se distinguía el azul de la noche, o día, o lo que fuera! Abrió la boca maravillada, y retiró la vista rápidamente por el dolor que sitió al mirar fijamente a las estrellas

 –“Es igualito que cuando intentas mirar al Sol, la luz es demasiado fuerte”- razonó- “Esto es completamente estúpido, estoy en medio de una guerra, no puedo ir por ahí medio desnuda en mitad de un desierto con un cielo encapotado de estrellas que están absurdamente cerca. Seguramente me habré dormido por el cansancio y ahora mismo estoy teniendo un sueño muy raro”- supuso-“Aunque, pensándolo bien, nunca había tenido un sueño lúcido antes, creo que aprovecharé antes de que despierte.”

   Rió maliciosamente y cerró los ojos pensando con fuerza – Vamos, vamos, aparece de una vez-. Entreabrió un ojo y suspiró desilusionada al ver que ningún Sasuke en bañador y completamente empapado había aparecido ante ella.

-Siento mucho no poder complacerte en eso, Sakura- dijo una voz profunda.

- ¡!- fue lo único que pudo pronunciar ella. La voz había sonado a su espalda y tan cerca que por poco le da un infarto. Roja de furia, se dio la vuelta con un rápido giro.

-¡Pero se puede saber en qué estás pensando pedazo de an-!- calló abruptamente al no ver a nadie detrás suya-“¿Pero qué diablos…?”

- Te agradecería que fueras un poco más respetuosa, incluso mentalmente. Aunque no lo parezca, esto es un lugar sagrado.

   Sakura volvió a girar la cabeza rápidamente, pero siguió sin ver a nadie. Perpleja, se dio una bofetada en la mejilla para ver si despertaba, pero lo único que consiguió fue dejar una gran mancha rojiza en su pómulo. Estaba tan aturdida que no midió su propia fuerza.

-He de reconocer que los humanos me parecéis cada vez más raros. Puede que solo sea una percepción mía pero… ¿acabas de pegarte a ti misma?

   Esta vez, cuando Sakura giró la cabeza, sí que vio a alguien. Se trataba de un pequeño niño, de más o menos 12 años, vestido con una túnica que se parecía sospechosamente a su corto vestido blanco. Sus cabellos eran de un color dorado refulgente y se movían al son de una brisa inexistente. Sus ojos eran de un profundo color miel, y estaban enmarcados por unas pequeñas pestañas rubias, y su piel era de un uniforme color crema. A Sakura le pareció que debía considerar al niño muy mono, pero lo único que podía pensar en tal  grado de aturdimiento era que era como si alguien hubiera lo hubiera pintado con una sola gama de color en mano. Un tanto, ehhh… monocromático.

-¿Qué pasa? ¿Se te ha comido la lengua el gato?- se mofó, con una voz demasiado grave y profunda para la edad que aparentaba.

-¿Eres tú?- escupió, furiosa- ¿Eres tú el que se ha atrevido a ponerme este indecente vestido?

- Vamos, vamos, tranquila, tampoco es que hubiera mucho que ver, la verdad…

- ¡Si serás cabrito! ¡No huyas, estúpido renacuajo!

- Los humanos sois una raza muy violenta, cálmate, ¿acaso no quieres saber cómo salir de aquí?

   Sakura se paró de golpe.

- Muy bien- sonrió- Ahora vamos a tranquilizarnos, y yo te explicaré la razón por la cual estás aquí.

   Con gran desenvoltura, se sentó en el suelo en estilo indio, y con la mano invitó a Sakura a sentarse a su lado. Ella, todavía un poco enfadada, y para que negarlo, confusa también, se acomodó a su lado, sin corresponder a la enorme sonrisa que le dirigía el niño rarito ese. Una vez hecho esto, lo miró interrogante.

- ¡Uf! A ver, por dónde empiezo… - se puso una mano en la barbilla mientras cavilaba- Creo que será mejor que el motivo por el cuál estás aquí lo descubras por ti misma.

- ¿Qué? ¡Pero si dijiste que me lo ibas a explicar! – explotó, airada- ¡Explícame ahora mismo que hago en este lugar tan extraño con un niño raro y con un vestido tan… tan indecoroso!

- Tranquila, tranquila – se rió el criajo de las narices- Lo único que tienes que hacer para salir de aquí es contestarme a una sencilla pregunta.

   Sakura paró el monólogo de improperios que salían rápidamente de su boca, y miró con sorpresa al chico.

- ¿De verdad? ¿Sólo eso? – sonrió cuando el chico asintió con la cabeza- ¿Y lo demás? ¿No me vas a contar qué hago aquí?

- Creo que eso ya lo sabes Sakura, no tengo porqué recordártelo - esbozó una sonrisa triste mientras miraba a una Sakura desconcertada  por sus palabras- En cuanto a lo otro… Dime Sakura ¿estás dispuesta a sufrir?

-¿Qué? ¿A qué te refieres?- entornó los ojos- Si me estás amenazando, debes saber que soy la alumna de una de los legendarios Sannin, Tsunade, y puedo golpearte con tal fuerza que lo único que podrían encontrar de ti sería el polvo.-terminó, alzando con orgullo la barbilla.

   Al contrario de lo que se esperaba, el niño solo rió, alegre, mientras la contemplaba.

- Sí, creo que he elegido bien, tú eres la indicada. -se puso serio-  Creo que no me he explicado bien. Lo que realmente quería decir es: ¿Estarías dispuesta a sufrir para conseguir la felicidad de tus amigos? ¿Estarías dispuesta a padecer todo tipo de tortura y sufrimiento con el único motivo de que  esos que llamas tu mejor amigo y tu amado consiguieran la felicidad que siempre les ha sido negada?

   La respiración de Sakura se volvió errática. Su mirada se oscureció y las lágrimas se asomaron a sus ojos.

- Tu-ú… ¿Tú puedes lograr eso?- inquirió con una voz temblorosa y rota- ¡Haría cualquier cosa que me pidieras! ¡Hazlo, hazlo! ¡Puedes hacerme lo que quieras si ese es el pago que debo dar por su felicidad! Ellos… ellos se la merecen mucho más que ninguna otra persona, yo… -se oyó un pequeño sollozo- nadie debería padecer tal sufrimiento… creo que… que la vida ya les ha castigado bastante… -concluyó, ya con las lágrimas corriendo por sus mejillas.

- Muy bien, entonces solo tie…

- ¡Pero te lo advierto!- lo interrumpió ella, ya sin ningún rastro de lágrimas- ¡Si es se trata de una estúpida broma te destrozaré hasta el último hueso!

   Con una gota resbalándose por su sien, el niño sin nombre se acercó a ella y le puso una mano sobre su corazón, calmándola.

- Entonces así sea.

   Sakura cerró los ojos, esperando el tan intenso sufrimiento que le había prometido el crío, pero lo único que sintió fue una especie de mareo y una sensación como de que el mundo se movía a su alrededor. Abrió los ojos, sorprendida, y se encontró al niño con una tierna sonrisa.

- Solo era una prueba so boba, ¿de verdad creías que me dedico a torturar a la gente? – remató.

- P-pero…- Sakura intentó vencer el sueño que la rodeaba, nublándole la vista- Entonces, ¿qué va a pasar?

- Lo que tú quieras, Sakura, el futuro está en tus manos- Sakura sintió como su voz se desvanecía lentamente y cerró los ojos, adormecida- cuídalo.

   -¡No! ¡E-espera!- intentó agarrar al niño, pero ya no sabía dónde estaba, se sentía como si estuviera flotando- ¡Sólo una cosa! ¿Por qué coño me pusiste el vestido?

   Escuchó la risa cada vez más lejana del mocoso, y se quedó estupefacta cuando lo oyó decir:

-¡Oh, eso! Lo que pasa es que me apetecía verte desnuda- acabó carcajeándose.

 

   Y después ya no sintió nada.

Notas finales:

No soy una persona muy constante -pregúntenles a mis profesores ¡me odian!- así que no voy a subir los capítulos periódicamente.

Bueno, si te ha gustado, ¡comenta!, y si no !también!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).