Cinco años antes
-¿Dónde está?- pregunto a voz en grito un joven rubio.- ¿¡He dicho que donde está!?
-Lo sentimos mucho, pero en estos momentos el señor Sasuke está ocupado.- dijo la secretaria intentando que el miedo no se reflejara en su voz.- En cuanto acabe, le comunicare que ha venido a verle.
El rubio rió al escuchar las palabras de la mujer, nadie iba a impedir que viera en ese mismo momento a su esposo. Sin darle tiempo si quiera a reaccionar el rubio se dirigió decididamente hasta el despacho de Sasuke, sabiendo a la perfección que no se encontraba para nada ocupado.
Nada más abrir la puerta, se encontró a una pelirrosa comiéndole los labios a su esposo, la chica no llevaba la camisa puesta y la falda estaba subida hasta la cintura, definitivamente si hubiera llegado tan solo unos minutos más tarde los habría pillado follando.
Sin dejar que aquella escena le perturbara en lo más mínimo, Naruto se aclaro la garganta para dar a conocer su presencia.
Sasuke al verle se quedó pálido, no podía creer lo que estaban viendo sus ojos, siempre había tenido cuidado para que Naruto nunca le pillara, pero al parecer aquellos esfuerzos habían sido inútiles, y la pelirrosa que le acompañaba también se quedo blanca como la pared, Naruto había sido uno de sus mejores amigos desde secundaria, aunque tenia que reconocer que había empezado a odiarlo desde que Sasuke se fijo en él y no en ella. Así que Sakura no pudo reprimir aquella sonrisa de auto suficiencia que le surco los labios a la hora de mirar al rubio, al final Sasuke había acabado siendo suyo.
De nuevo Naruto volvió a reír, tanto Sasuke como Sakura se quedaron descolocados, sin saber que decir, ya que desde luego aquella no era una reacción normal.
-¿Es que acaso crees, Sakura, que Sasuke es tuyo?- dijo sin dejar de reír.- Ya veo que eres más estúpida de lo que imaginé. Para que te enteres, Sasuke se tiraría a todo aquello que se le pusiera por delante.
Sakura siguió manteniendo aquella sonrisa, estaba segura de ahora Sasuke era suyo, que solo la quería a ella y que la amaría por siempre.
-Acaso crees que voy a picar, simplemente dices eso porque sabes que Sasuke me prefiere a mí antes que a ti.- dijo mientras se bajaba la falda.
-¿Enserio?- dijo el rubio.- Pues entonces espero que lo disfrutes. No creo que tarde mucho en ponerte los cuernos, ¿Verdad Sasuke?
Sasuke miraba aquella escena sin decir ni una sola palabra, al escuchar la última frase de Naruto, se alejó de Sakura para ponerse delante de su esposo, aunque tenía la intuición de que no iba a seguir siéndolo por mucho tiempo.
-¿Lo sabes?- pregunto con voz trémula.
-Desde el principio, he sabido desde hace dos años que te has acostado con todo aquello que se mueve.- dijo algo divertido Naruto.
-¿Es que acaso que te ponga los cuernos no te enfada?- preguntó al no creerse que su rubio no estuviera enfadado o llorando.
-¿Oh, es que acaso esperabas que entrara con lágrimas en los ojos, para tirarte todo lo que estuviera a mí alcance? Pues lamento desilusionarte, pero odiar es un sentimiento y yo por ti no siento nada.- dijo Naruto tranquilo, había venido a hacer algo importante y no quería perder más el tiempo.
-¿De qué hablas?- dijo Sasuke sin poder dar crédito a las palabras de Naruto.
-Habló que desde hace dos años dejé de amarte, no eres la persona que creía que eras, sinceramente, me das asco, hasta besarte me produce nauseas.- Sasuke al oír aquello se sintió desolado y porque negarlo, humillado, a su esposo no simplemente le daba igual que se follara a más de la mitad de mujeres que conocía, sino que no lo amaba.- Por eso quiero que firmes los papeles.
-¿Los del divorcio?- Sasuke ya empezaba a ver por dónde iban los tiros.- Me niego a firmarlos, nunca conseguirás dejar de ser mío.
-¿De verdad crees que tienes otra opción?-dijo el rubio mientras sacaba varias fotos en las que se veía claramente a Sasuke con un montón de chicas diferentes.- En el acuerdo prematrimonial acordamos que aquel que fuera infiel tendría el setenta por ciento del dinero total, la empresa, la casa y el acuerdo de divorcio firmado, no puedes escapar.- dijo sonriendo triunfalmente.
-Si te llevo a juicio.- continuo el rubio- Perderás eso y mucho más, pero si accedes a firmarlos aquí dejaré que te quedes con todo.
Sasuke se mostró algo reticente a firmarlos cuando Naruto puso todos los papeles sobre la mesa, pero no podía hacer nada más, se encontraba entre la espada y la pared, y la solución del rubio era la que más le convenía.
Antes de terminar de firmar los papeles se dio cuenta de que había uno que no formaba parte del acuerdo de divorcio.
-¿¡Estas embarazado!?- grito al leer el papel.- ¿¡Y esperas que renuncie a él!?
-Así es, no quiero que mi hijo te conozca, así que tú decides o tú dinero y tú empresa o mi hijo.- dijo sin inmutarse.
-¿No podemos solucionar esto de otra manera?- dijo intentando que su esposo lo perdonara.- ¿No puedo hacer nada para arreglar las cosas? No quiero perderos.-preguntó con algo de dolor en sus ojos.
-No, esto ya ha llegado demasiado lejos, así que decide.- le respondió Naruto impasible.
Sasuke lo pensó durante algunos momentos, siempre había querido un heredero, pero esa empresa le había costado mucho esfuerzo, y no le quedaba nada para superar a la de su hermano mayor, una ambición que había tenido desde pequeño.
-Está bien, firmare.- dijo arrebatándole el papel de las manos, si quería un heredero cualquier persona se lo podía dar, pensó mientras levantaba la vista y miraba a Sakura quien había encontrado su camisa.
-Sabes.- dijo Naruto poniéndose muy serio.- Si hubieras elegido a tú hijo habría firmado los papeles del divorcio sin pedirte nada, y además, te hubiera dejado formar parte de su vida, pero viendo lo poco que te importa espero que os vaya bien a ti y a esa zorra que tienes ahora por amante.- dijo mientras cogía todos los papeles y salía con la cabeza bien alta del despacho.
Se dirigió a su coche sin volver ni una sola vez la mirada atrás, a pesar de las continuas llamadas de Sasuke para que se detuviera, tenía pensado viajar hasta Hokkaido y empezar una nueva vida desde cero.