Maldita pesadilla... Me levanté sudando y con el corazón en un puño. Todo por culpa de ese bastardo y su actitud... A que venía soñar ahora con su muerte? Somos piratas por el amor de dios! Podemos morir en cualquier momento, pero aun así... Sin poder evitarlo dirigí mi vista hasta su cama, buscándolo para asegurarme que seguía ahí. Para mi sorpresa el lugar estaba vació, haciendo que todo ese sueño cobrara fuerza en mi cabeza. Lo más probable es que fueran locuras mías, que estaría en cubierta bebiendo sake o cualquier otra cosa de lo mas normal... Pero por mucho que intente quedarme en la cama, parecía que un hormigueo incomodo me obligara a levantarme. “Esta bien! Lo buscare y en cuanto vea que es lo de todos los días podre dormir de una jodida vez.”
Treinta malditos minutos y a ese idiota parecía que se le hubiera tragado la tierra... Ya había revisado todos sus lugares preferidos conocidos. Donde mas buscar? “Soy idiota? En la bodega!! Seguro que se escabullo allí para beber y comer lo que le diera la gana!” Camine con paso firme hacia allí, seguro de encontrarlo como creía y dispuesto a cantarle las cuarenta. En cuanto llegue a la puerta pude escuchar ruidos en el interior, haciendo que mi sonrisa se volviera un gesto de enfado considerable. Vale que a él podía importarle una mierda lo que hiciera, pero me tenía preocupado y sin poder dormir! Las iba pagar de eso esta seguro. Puse la mano en la manila y la gire despacio, evitando hacer ruido para poder pillarle en pleno saqueo y tener todas conmigo. Abría la puerta lentamente, apenas una rendija para localizarle antes de entrar y sacarlo de allí a patadas... Pero mi cuerpo se paralizo en el segundo que ví esa escena delante de mi.
-Ahh.... eres tan caliente... joder...
-Ahhhhh!!
Delante de mi tenía al marimo completamente desnudo, moviéndose acompasadamente sobre otro cuerpo. “Así que este es tu secretito no? Esto es lo que te tiene tan cansado marimo pervertido? Dios, como puede ser que... Espera! Quien demonios es el otro?” Y si, no me equivocaba en el genero, el cuerpo que sudaba y gemía bajo el peliverde era un hombre. Las sombras que proyectaban las paredes no me dejaban ver apenas a su acompañante, pero las opciones no eran demasiadas estando en un barco en alta mar.... En ese instante el espadachín se movió, saliendo del interior del otro, aun jadeando y respirando agitadamente.
-Ven... te quiero sobre mi...
“Pero que mierda?” De donde sacaba esa voz ese imbécil? No se si era la situación, la curiosidad o que todo ese maldito sueño me había afectado... Pero ver al marimo con esos ojos fijo sobre el otro, llamándolo de esa manera... Me estaba provocando y mucho. El otro obedeció al instante, acercándose lentamente al cuerpo del peliverde, rozando su cuerpo contra la piel morena. Ahora podía ver algo más... Piel clara, casi blanca... Mi mente intentaba buscarle dueño rememorando una y otra vez los hombres en el barco pero ninguno me cuadraba. Por que demonios no me fijaría en quienes dormían en la habitación? No, solo ví que él no estaba y salí corriendo como un tonto.
-No se que demonios me haces... Pero soy incapaz de resistirme rubito.
Mis ojos se volvieron ante la frase de Zoro, sintiendo como mi bello se erizaba. “Se lo dice a él, idiota! Como pude pensar por un solo segundo que esa frase era para... MI?” No, estaba soñando de nuevo, verdad? Esto tenía que ser un sueño... No hay otra explicación tiene que ser un...
-Soy todo lo que deseas... Mi sexy marimo.
Los ojos de ese chico se clavaron en los míos, dejándome claro que me estaba viendo, que sabia de mi presencia y aun así...
-Ahhhh!!!
Se sentó sobre la hombría del peliverde de un golpe, haciendo que el moreno se arqueara de placer y agarrara con fuerza su cuerpo hasta marcarlo. Lo estaba viendo con mis propios ojos y aun así era incapaz de comprenderlo o de creerlo al menos. Estaba sobre él, moviendo mis caderas.... Ese hombre lo hacia no yo!! Pero era exactamente igual que yo, era como verme en un espejo! Los movimientos de ambos se volvieron mas rápidos y fuertes, llenando mis oídos con sus gemidos.
-Ahhh... me voy... ahhhh...
Mi replica se recostó sobre él, dejando su peso sobre el pecho palpitante de Zoro. Que era esto? Quien era ese hombre? Pero lo mas importante por que demonios quería ser él? “Tengo que salir de aqui ya!” Me di media vuelta comenzando a dar el primer paso para alejarme de esa escena cuando lo oí.
-Ahhh... San...ji...
Mis rodillas temblaron al oírle gemir mi nombre, teniendo que apoyar mi espalda en la pared del pasillo para no caer. Mi corazón parecía apunto de salirse de mi pecho y mi cuerpo ardía hasta el punto de mojarme... y no precisamente de sudor. Lleve mi mano hasta mi pantalón, notando como mi miembro temblaba con la mas mínima caricia. Aún estaba ocupado mentalmente regañandome mientras caminaba hacia la cubierta, buscando un poco de aire, cuando tropecé con algo.
-Pero que... un gato?
El minino me miraba fijamente, como si estuviera examianandome de arriba a abajo.
-Acaso te colaste en el barco en la ultima parada? Entonces serian... No me digas que llevas dos días sin comer?
El animal maulló lastimeramente, mientras se acercaba un poco más a mi. Era la excusa perfecta para entretener mi mente y sacarme “eso” de la cabeza... aunque solo fuera por un rato.
-Ven anda.
Al principio parecía renegar, pero acabo siguiéndome obedientemente hasta la cocina. Le serví algo de leche y un poco de pescado que había guardado para los imprevistos causados por Luffy.
-Disfrutalo, si?
Me senté en la mesa de la cocina, fumando un cigarro tras otro hasta que el pequeño acabo su comida. Mi mente había vuelto a las andadas, después de todo no era fácil ni mucho menos olvidarlo, más teniendo en cuenta mi pequeña reacción...
-Eh?
Giré la vista ante el contacto, encontrándome al gato acariciándose contra mi brazo. Es una locura, una idiotez y todas las palabras que puedan ocurrirseme... Pero a quien mas podía contarle algo así? No era precisamente algo fácil de creer... sin contar la vergüenza que sentía cada vez que veía en mi mente mi cuerpo encima del de ese musgo, moviéndome, gimiendo...
-Maldita sea!!! Por que no me quedaría en la cama durmiendo?
Pase mi mano por el lomo del animal, notando como se encorvaba buscando mas contacto.
-Y no es solo eso... Yo... yo desee ser quien le tocaba....
Enterré mi cabeza entre mis manos, ocultando el sonrojo que delataba que todo era cierto... Quería tocarlo, sentirle, quería que fuera mio...
-Enserio?
-Que?
Levante mi mirada buscando a quien me había pillado en mi confesión gatuna pero nadie se encontraba en la cocina, seguíamos solos el gato y yo.
-Ya alucino... Dios...
-Estas seguro de que lo imaginaste?
Ahora si que lo había oído con claridad a mi derecha a apenas unos centímetros de mi.
-Parece que esto no sera tan aburrido como pensaba...
-Pero tu... AHHHH!!!! Los gatos no hablan joder!!!!
-Deja de montar espectáculo, si? O quieres que todos tus compañeros vengan a ver que pasa? Y eso le incluye a él...
Mis manos se fueron directas a mi boca, tapándola para no alertar a nadie mientras mis ojos seguían fijos en la imagen de aquel gato negro.
-Tsk... si te pones así...
Una nube de humo cubrió al minino, dejando al desaparecer a un chico joven, de ojos rojos y pelo negro que me miraba fijamente, con una sonrisa en los labios.
-Que tal?
-Tu que... que eres?
-Uff.... explicarlo me llevaría siglos. Y aunque yo los tenga siento decirte que tu vida no sera tan larga jajajaja!
-Akuma...
Me separé de él lentamente, retrocediendo sin quitar mi vista de cada movimiento que hacia por mínimo que fuera.
-Akuma, demonio, hijo del mal... Tantos nombres que ya ni recuerdo la mayoría... Aunque también puedes llamarme como lo hace él... Sanji.