El día estaba pasando increíblemente despacio, como si todos estos malditos nervios en mi estomago tuvieran algún poder sobre el reloj. A penas había dirigido la vista hacia él en todo el día, incluso diría que estaba menos cortes con mis damas que de costumbre... Pero como evitarlo? Después de todo había echo un trato con él... Aunque lo llamara apuesta.
------------------------------FLASHBACK-------------------------------------------------------
-Sanji? Entonces eras tu quien...
-Bingo chico listo!
-Pero si tu eres... por que él... pero mi cuerpo.. yo...
-Jajajajaja!! Relajate o te dará un ataque!
Que me relajara? Acaba de ver a un gato parlante, que luego era un chico, que encima me decía que era un demonio... y que estaba acostándose con Zoro con mi aspecto.... “Debe estar de broma no? Quien narices podría relajarse!!”
-No, no estoy de broma...
-Pero como puedes...
-Te leí el pensamiento.
Vale.. no sabia si huir, quedarme o gritar. Aunque lo mas raro de todo esto era... Por que me lo cuenta todo? Si quisiera hacerse con el marimo lo mejor seria callar y seguir con su plan, no? Ademas podía haberme matado y haberse librado del problema para no ser descubierto pero no lo hizo...
-Será mejor que te lo explique, no? Me caíste en gracia.
-Eh?
-Normalmente los humanos cuando ven mi aspecto me desechan por ser un gato sucio y descuidado, ninguno me trato jamas como lo has hecho tu, así que te debo una.
-Deberme una? Que se supone que necesitaría yo de ti?
-Él sabe lo que soy.
-Zoro?
Su sonrisa se hizo mas amplia, mostrándome sus dientes afilados como cuchillas.
-Yo cumplo los deseos carnales de mis contratistas, ocupo el lugar del objeto de deseo de los humanos. A cambio... los uso como mi alimento, robando su energía poco a poco hasta... bueno no creo que seas imbécil, no?
-Marimo... por que harías algo como eso?
Si algo le sobraba al musgo eran agallas y disciplina, como para no dejarse engañar por alguien como ese demonio...
-No esta claro? Tendré que repetirme? Cumplo sus deseos... como Sanji.
Mi cara se desencajo y me quede pálido, incapaz de soltar una sola silaba.
-Entonces... Que te parece si apostamos? Puedo ver claramente como la culpabilidad te reconcome... Igual que pude ver como lo deseabas cuando nos mirabas...
-Yo... yo...
-Sanji.... Recuerda con quien hablas...
Baje la cabeza y sopese las posibilidades. Hacer una apuesta con un demonio? Era de todo menos recomendable claro esta... Pero la otra opción era que le robara poco a poco la vida, hasta que esa pesadilla se hiciera realidad.
-Entonces es un si, cierto?
-Si...
-Eso si no te lo pondré fácil.
-Como si eso me extrañara...
-Desde luego eras mucho mas amable cuando era un gato...
-Por que eras mucho mas lindo, desde luego...
-Tienes agallas chico... Me gusta.
-Que tengo que hacer?
-Eso? Simplemente conseguir lo que ningún humano a logrado aún.
A que se refería? Pero aun así parecía tener trampa... Algo que ningún humano a logrado? Aun seguía con mis preguntas cuando se alejo lentamente de mi, dejando su cuerpo humano y volviendo al animal.
-Por cierto... se me olvido un pequeño detalle.
Le mire desconfiado, sabiendo que aunque no pudiera verlo en su faz animal estaba sonriendo con malicia.
-La gracia del juego es que me ganes en mi propio terreno... Así que preparate, por que mañana por la noche seras tu y no yo quien esté a media noche en la bodega.
-Que?
-Si pierdes... Atente a las consecuencias.
-Pero que coño hago? Habla claro de una vez o no...
Como si se colara en mi mente sus palabras resonaron con tanta fuerza que me hicieron temblar. “Ganarme en mi terreno, siendo un demonio que se alimenta de lujuria y cumple los deseos carnales.... Blanco y en botella rubito.... Que será? Jajajajaja!!”
------------------------FIN DEL FLASHBACK-------------------------------------------------
Medianoche... Y que iba hacer hasta entonces? Tenía que aparentar normalidad si quería hacerme pasar por él, pero era muy difícil. La cena había acabado apenas hace unos minutos y aun quedaban un par de horas. Como siempre había desaparecido en cuando había acabado con su plato, dejando a todos con la palabra en la boca. Los chicos comenzaban a hacer preguntas y yo mantenía mi indiferencia a duras penas. “Esta noche tengo que ser él, tengo que tratarlo como él... no puedo perder esta apuesta. No puedo dejar que mi pesadilla se haga realidad... no puedo perderte después de todo.”
Otra vez con los ojos cerrado y la mente puesta en lo que pasaría en apenas unos minutos... Sabía las consecuencias del trato de sobra, pero la tentación fue demasiado para mi. Quizá en otro momento habría rechazado la oferta, quizá si ese maldito idiota no estaría en mi vida las cosas serian bien distintas... Pero de lo hecho ya no hay caso lamentarse, cierto? “Quedan veinte minutos...” Me levanté de la cama a hurtadillas, marchando hacia la bodega sin quitar la vista de mi espalda como de costumbre. Era demasiado pronto lo sabia... pero las ansias por vivir esos momentos cada día se hacían mas insoportables. Doble el pasillo para llegar hasta la bodega cuando vi a Sanji en la puerta. Estaba apoyado con los ojos cerrados y un cigarro en sus labios. Que demonios hacía aquí? Y ahora como iba a explicarle que yo...
-Marimo...
-Me entró hambre y vine a por...
-A por mi?
Sus ojos se abrieron y me miraron desafiantes.... No era él después de todo.
-No deberías jugar así conmigo.
-Y que hice ahora?
-Quedamos que no te dejarías ver, y estas a plena vista.
-Todos duermen profundamente, que mas da eso?
-Un trato es un trato, si lo rompes yo...
Dejo su cigarro caer al suelo, apagandolo con la suela de su zapato.
-Tu que?
Se acercó a mi pegando descaradamente su cuerpo contra mi, sin quitar su mirada de la mía, esperando mi respuesta. Había algo extraño... Su aura era diferente a la normal, incluso su aroma era diferente...
-Hueles como él...
Baje mi mirada, encontrándome con sus manos desanudando su corbata con cuidado, deslizándola hasta quedar libre. Sus manos pasaron por mi cuello, dejando que la tela se enredara en el. Un pequeño tirón y mi cara estaba tan cerca de la suya que era imposible no sentir su aliento sobre ella.
-Aquí no, te dije que...
Su lengua acaricio mi mejilla, dejando su rastro salado en ella. Ni siquiera dijo una palabra, solo continuo besando y lamiendo, provocandome cada vez un poco más. Note como la corbata se aferraba aun más a mi cuello, haciéndome ceder hasta dejar mi oído en sus labios.
-Si quieres jugar...
Soltó uno de los extremos de la tela, deslizándola por mi nuca hasta dejar mi cuello. Comenzó a caminar hacia la bodega, mientras desabrochaba uno a uno los botones de su camisa. Abrió la puerta y se paró en el marco durante un instante, dejando que la tela deslizara por su piel dejando su hombro al aire.
-Sígueme...
Siguió su camino hacía el interior, mientras veía como la camisa caía al suelo y su cuerpo semidesnudo se internaba en la habitación.