Paseo.
—Hyung… —susurró bajito TaeMin mientras miraba a KiBum, quien aún estaba molesto, con brazos y piernas cruzadas, y audífonos puestos, sentado en la parte trasera del vehículo. ¿Razón? Sus amigos lo habían arrastrado, literalmente, dentro de la van para un viaje.
—TaeMin, déjalo, se le quitará cuando lleguemos —JongHyun, que estaba sentado frente al menor, trataba de animarlo. Ya era bien sabido que cuando KiBum se enojaba, TaeMin se entristecía, razón por lo cual el enojo de KiBum no duraba demasiado.
Luego de aproximadamente 40 minutos, llegaron al lugar esperado, se basaba en un gran lago que tenía variedad de peces, y también se podía viajar en balsa hasta el otro lado, para poder explorar el bosque.
—¡Llegamos! —exclamó emocionado MinHo estacionando el vehículo. El primero en bajarse fue JinKi, quien estaba en el asiento del copiloto, lo siguió MinHo.
—Vamos, pequeño —JongHyun abrió la puerta y bajó, comenzando a caminar detrás de sus dos amigos, mientras se estiraba. TaeMin volteó tímido, y vio a KiBum quitarse los audífonos.
—¿Vendrás, hyung?
—Sí —respondió cortante, cosa que sorprendió al menor, KiBum podía comportarse mal, cortante, frío con cualquiera, pero jamás con él, nunca lo había hecho, no hasta ahora.
—¿Estás molesto conmigo? —preguntó triste, con los ojos brillosos, porque bien sabía que esa era su mejor arma para quitar el enojo del mayor.
Y funcionó, KiBum lo miró sorprendido y apenado por su reciente actitud. —Lo siento, bebé, no lo estoy, es solo que… —se mordió el labio, dudando—. Olvídalo —y se bajó de la van con la mirada del menor puesta sobre él. Se volteó y preguntó—: ¿Bajarás, o te quedarás allí mirándome como bobo? —con una sonrisa arrogante dibujada en su rostro.
Entonces TaeMin despertó de su ensoñación golpeándose mentalmente por actuar de esa forma. —C-Claro que no me quedaré arriba —sonrió mientras bajaba, dejando que KiBum cerrara la puerta. Comenzaron a caminar, divisando a lo lejos a sus tres amigos.
Cuando al fin los alcanzaron, JongHyun los miró sonriente y preguntó burlón. —Vaya, ¿ya se te quitó el enojo?
Haciendo que KiBum respondiera con un cortante: «No contigo, idiota», y siguiera su camino, mientras sacaba su móvil y tecleaba algo rápidamente.
—Wow, una palabra sale de tu boca y lo haces enojar, eres increíble —molestaba MinHo dándole leves codazos en su costado.
—¿Qué haces para jamás hacerlo enojar? —preguntó JongHyun al menor.
—Eso es sencillo, no hago nada —y siguió el camino por el que se fue KiBum.
Y por fin habló el mayor. —¿Ves? No hace nada, a diferencia de otras personas que conozco, que cada acción, por pequeña que sea, hace que Kibum se enoje.
—Al diablo, no puede estar toda la vida molesto porque lo trajimos aquí, lo seguiré molestando de todas formas —y se fue corriendo para dar alcance a KiBum, quien aún tenía el móvil en mano y caminaba por la orilla del lago.
—Por alguna razón, tengo el presentimiento de que algo no acabará bien entre ellos —susurró JinKi.
—Créeme, no eres el único —el alto rodeó los hombros del mayor con su brazo izquierdo para comenzar a caminar lentamente.
Después de un rato, ya todos estaban caminando juntos __a excepción de KiBum, que iba unos pasos adelante__, y a JongHyun se le ocurrió la brillante idea de seguir molestando al menor de los Kim, así que se acercó a él y comenzó a codearlo suave, mientras los tres espectadores detuvieron su paso.
—Oye, oye, oye.
—Detente.
—¿Por qué esa cara?
—En serio.
—¿Qué tienes? ¿Qué pasa?
—Perro deforme, hablo en serio —y un manotazo al aire por parte del más bajo hizo que el celular cayera al agua, en la orilla del lago. Las maldiciones no se hicieron esperar—: ¡Por la mierda Kim JongHyun! ¡¿Qué tienes en la cabeza?! ¡¡Primero me obligas a venir a este puto viaje, me molestas, y ahora botas mi móvil al agua!! ¡¡Hay que rellenar con algo tu cabeza que seguro está hueca y por eso no piensas, eh!! ¡¡Maldito hijo de puta!! —rojo por la furia, aún maldiciendo a su amigo por lo bajo, se dirigió de vuelta a la van, ignorando la mirada de reproche del mayor del grupo.
TaeMin se acercó corriendo al agua y saco el celular de allí, abriéndolo para sacarle el exceso de agua.
—Olvídalo Taem, ya murió —MinHo se acercó al menor.
—Sí, pero se puede salvar la memoria.
—No fue a propósito —susurró JongHyun ido y con los ojos acuosos.
—Tal vez no —Jinki se acercó—. Pero esta vez te pasaste, Jjong. Aún sabiendo que estaba molesto continuaste, y mira ahora, se fue con ganas de matar a su mejor amigo.
—Tendré que disculparme… ¡pero admítelo! ¡Él también se excedió! ¡No tuvo que haberme gritado todas esas cosas! —Comenzaron a caer algunas lágrimas que no pudo retener.
—No llores, es cierto, también dijo cosas que no venían al caso, pero entiende, ya estaba enojado desde antes, esto solo fue la gota que derramó el vaso.
—¡Mierda! —Golpeó el piso con su pie, disgustado—. Lo siento, arruiné aún más el viaje.
—Iré a hablar con hyung —Y antes de que reaccionaran, TaeMin ya se había alejado corriendo, en dirección al vehículo.
El menor abrió la puerta y vio a KiBum llorando
—Hyung…
—Vete, TaeMin, no quiero hablar —desvió la mirada hacia la ventanilla.
—Pero…
—No quiero desquitarme contigo.
—Salvé esto —ignorando al mayor, se sentó a su lado, mostrándole la memoria—. Conociéndote seguro tenías todo guardado aquí y nada en la memoria del móvil.
—Gracias, bebé —sonrió sincero y tomó lo que el menor le entregaba, para luego guardarlo en su bolsillo. Se secó las lágrimas y miró a TaeMin, quien lo miraba fijamente—. ¿Qué?
—Fue un accidente —secó los rastros de lágrimas que quedaban en el rostro contrario—. No debiste reaccionar así.
—Lo sé, es sólo… —suspiró—. Exploté y ya. JongHyun llevaba molestándome tanto que… —otro suspiro—. Lo siento.
TaeMin besó la mejilla de KiBum, y lo tomó de los hombros, haciendo que lo mirara. —Está bien, pero tendrás que disculparte con JongHyun, no conmigo, y sobretodo con respecto a tus palabrotas, eso lo hirió bastante.
—Ok~ —se rindió y comenzó a mirar nuevamente por la ventanilla.
Se quedaron unos minutos en silencio, pero no del incómodo, lo que ambos siempre agradecían era que entre ellos nada era incómodo. Hasta que de la boca del menor salieron esas palabras. —Me gustas.
KiBum se giró sorprendido, encontrándose con la mirada penetrante de TaeMin, olvidándose por completo del enojo de antes. —¿Q-Qué? —balbuceó confundido.
—Eso. Me gustas, te quiero. No es complicado de entender.
—Pero… T-TaeMin.
—No importa si tú no me quieres de esa forma, al menos vencí el miedo de decírtelo, ese que he tenido durante años.
—¿Años? ¿A mi bebé le gusté hace años?
—Bueno, sí, pero… ya no importa.
Entonces KiBum tomó a TaeMin del rostro delicadamente, haciendo que lo mirara directo a los ojos, el rojo en sus caras se hizo más evidente. Se acercaron de a poco y rozaron sus labios.
—Tú… también me gustas… te quiero como no tienes idea.
Y selló sus palabras con un beso, sin notar que tres pares de ojos los miraban felices desde fuera de la van.
Después de todo, ese paseo no fue tan malo para KiBum. Porque ese beso dio comienzo a una relación que todos estaban esperando por años.
—Fin—