Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TRES PARTES DE UN CORAZÓN por cutebeast64

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Inazuma Eleven es un videojuego para NDS creado por Level-5 y posteriormente adaptado a manga y anime, por lo tanto, sus personajes no son de mi propiedad, solo la historia

Notas del capitulo:

¡Uha! Baile de la felicidad. Mi vida como autora se recupera lentamente. No me había dado cuenta de que había una sección de Inazuma Eleven ^^... Esta historia la escrib el año pasad, espero sea de su interés

CAP 1. VENTANAS

 

Miró a través de la ventana, contemplando los pecados de los mortales que se movilizaban tan lejos de su pequeño reinado celestial, en el que todo parecía perfecto. Nada tenía que temer, nada debía, de nada se avergonzaba… ¿entonces por qué no era tan feliz como había imaginado que sería? Tiró la colilla del cigarrillo por la ventana, dejando que cayera al suelo y salió de la oficina.

 

Nadie le habló al salir. Tomó unas listas de inversiones del escritorio de un subordinado que se había encargado de sacar unos cálculos de riesgos y siguió andando. Apretó el botón del ascensor, esperó parado junto a la puerta, soltando un poco su apretada corbata y apenas llegó, se subió en él. Se miró al espejo, arreglando su cabello rubio en punta y al llegar abajo salió para caminar por la amplia sala. Alguien se despidió de él, pero no le prestó atención… Miró por la ventana como perdido, y halló una mirada de color azul reflejada en el vidrio de uno de los autos que reposaban junto a la acera…

 

-       ¿A qué juegas?- la voz era la de un niño pequeño. Se paró y se halló aquellos ojos castaños reflejados en la ventana que tenía enfrente

 

Era una casa grande, grande y hermosa, con un bellísimo patio lleno de plantas ornamentales y algunas medicinales, que la hacían ver más campestre de lo que era. Había muchas ventanas trasparentes con marcos de madera, y otras que en vez de ser de cristal, eran de madera y se podían abrir y cerrar como las puertecitas de las gavetas donde se guardaba el cereal. Era una gran casa, pero como en todas las casas grandes, se sentía más solo que si estuviera en una pequeña caja de cartón abandonada en un callejón.

 

-       Enterrando un hámster- Dijo sin miramientos mostrando la pequeña tumba en la tierra, con una pequeña tabla de madera con un epitafio

-       Ah… ¿y cómo se llamaba?- Dijo el niño sonriendo, como si no le afectara en lo absoluto la noticia

-       ¿Por qué haces esas preguntas? Ni siquiera te conozco- Dijo algo enojado, caminando hacia la puerta de su casa

-       Si te conociera no tendría la necesidad de hacerte estas preguntas- Dijo como si fuera lo más normal, sujetándole de la mano y haciéndole dar la vuelta para verlo- ¿Cómo te llamas?

-       Gouenji… Shuya Gouenji- Dijo soltando su mano de inmediato de aquel indeseable agarre- ¿Ahora puedes dejarme en paz?

-       No. Yo soy Mamoru Endo- Dijo el chico con una sonrisa- Ahora ya nos conocemos ¿quieres ser mi amigo?

-       No- Dijo inmediatamente

-       ¿Por qué?- Preguntó a modo de respuesta inmediata

-       Porque no- respondió dándole la espalda para caminar a la puerta

-       ¿Y por qué no?- Dijo interponiéndose entre la puerta y él

-       Porque no me interesa tener amigos- Dijo evadiéndolo para seguir avanzando

-       ¿Estás solo?- Esa pregunta lo dejó helado justo antes de entrar a su casa

-       No… tal vez un poco ¿pero a ti que te importa?- Dijo algo enojado

-       Yo también estoy solo ¿no quieres que seamos amigos?- Dijo tendiéndole la mano

 

Así era como había conocido a ese chico tan malo para los estudios, pero tan bueno en deportes que se había vuelto su mejor amigo de sus primeros e infantiles años hasta que terminó la secundaria. La verdad, ese chico era uno de sus recuerdos más dulces de esos años.

 

-       ¿De nuevo Endo?- preguntó su madre algo inconforme al escuchar la petición de su hijo de que le dejara al chico de cabello castaño quedarse a dormir en casa- ¿No podrías traer a una chica? Es algo más apropiado para tu edad-

-       No conozco a ninguna >o<- Dijo como enojado mirando a un lado- Todas las chicas son molestas. ¿qué tiene de malo que traiga a mi mejor amigo?

-       Nada, nada- Dijo la madre resignada, mientras su hijo, algo más contento salía por el corredor, topándose con su hermanita

-       ¿Mamoru?- preguntó ladeando tiernamente la cabeza, a lo que él asintió- te llevas demasiado bien con él ¿no crees?

-       Somos amigos-

-       Umm… No estoy segura- Dijo pensativa mientras seguía su camino hacia la cocina, seguramente a pedir un postre

-       ¿a qué… te refieres?- para cuando preguntó, la niña ya estaba lejos, así que se quedó quieto en el corredor, y luego, pensativo, siguió caminando hacia su habitación…

 

Se sentó en la cama, y miró a Endo. El chico estaba demasiado distraído leyendo una revista de Fútbol como para darse cuenta de la inquisitiva mirada negra que lo contemplaba una y otra vez desde el rubio cabello hasta la punta de sus pies descalzos. Después de todo estaba en ropa de dormir; una camisa sobre la ropa interior. ¿Le gustaba? Tenía un cuerpo atractivo y una cara encantadora, pero ¿se le podría llamar a esa especie de admiración…gusto? Pues, si algo le gustaba de ese chico, era esa sonrisa contagiosa, pero no más… ¿o sí? Ojalá pudiera zafarse de esa preocupante incertidumbre que le había planteado su hermana en la tarde

 

-       ¿Te gusto?- Tal vez si conocía la posición de su compañero, le quedaría más fácil entenderse a sí mismo

-       Sí ¿porqué?- Dijo el chico, tan pronto y con tanta firmeza que no le creyó de inmediato

-       ¿Acabas de decir que sí?- preguntó algo confuso, y el pelicastaño lo miró directo a los ojos asintiendo- ¿sabes lo que te pregunté?

-       Me preguntaste si me gustabas y yo dije que sí ¿tiene algo de malo?- Dijo como confundido, dejando la revista de lado para quedarse mirando a su compañero

-       Es solo que…- No sabía cómo expresarse coherentemente, era extraño que alguien pudiera ser tan firme con respecto a algo como eso… siendo que eran chicos.

-       ¿No te gusto? No hay problema. Lo entiendo- Dijo acostándose en el piso para seguir leyendo la revista

-       No es eso. ¡Es que si me gustas!- Soltó en medio de su nerviosismo y Endo sonrió

 

No dijeron nada más, pero Mamoru se levantó del suelo y se sentó en la cama junto a Gouenji, que lo miraba algo nervioso. Se miraron fijamente por un largo rato sin saber que más hacer, hasta que Gouenji se atrevió a dar el siguiente paso y besó al chico en los labios. Fue un contacto infantil y sin demasiada profundidad; un simple contacto en sus labios.

 

-       No así…- Dijo Endo con suavidad- hazlo, más suave

 

Endo no estrelló sus labios contra los de Gouenji, como el rubio lo había hecho en un principio, sino que deslizó su boca alrededor de la de Gouenji, aprovechando para lamer con suavidad sus labios… En cuanto el rubio se dio cuenta de cómo era que se daba un beso, comenzó a hacer lo mismo el también, besando a Endo, pasando su lengua por entre su boca abierta

 

-       Bien… se siente bien- Dijo Gouenji, mientras abrazaba al de cabello castaño- Tus besos saben bien…-

 

La ventana estaba cerrada, y los reflejos de ambos de podían notar en el vidrio, tras el cual se hallaba un mundo completamente ajeno a aquello toques primerizos e inexpertos. A aquellas primeras caricias, a esos primeros besos tan profundos y llenos de amor como ningún otro en todo el mundo.

 

 

Había en su casa… en una parte especial de su casa, una ventana que daba de la sala al patio: Era una ventana grande, con bordes de madera pulida, y tanto Endo como él la usaban de puerta entre un lado y el otro. Además, en el lado que daba al patio, el alfeizar de la ventana se extendía lo suficiente como para que los dos, acurrucados, se pudieran besar sin que nadie les viera y les cuestionara.

 

Cuando llovía, se escondían de sus padres para que creyeran que seguían jugando afuera y se acurrucaban bajo el alfeizar de la ventana, en el que la madre, sin darse cuenta de que así solo apoyaba a los dos amantes, había dejado unas plantas que caían delante de ellos como una pequeña cortina de flores, encerrándolos para que solo sintieran el calor de su propio amor, entrelazaran sus piernas y sus brazos, y unieran sus labios en largos y adictivos besos, que los dejaban sedientos de más amor y más caricias que no eran capaces de imaginar… pero que alcanzaban a vislumbrar cada vez que el calor aumentaba en sus cuerpos…

 

-       Te amo- Dijo un día como cualquiera, mientras permanecían ocultos bajo la ventana

 

Y no supo cómo responder…

 

Las ventanas que rodeaban la casa y que aparecían en cada muro por el que pasaban se volvieron un motivo de juegos, en los que trataban de encontrarse, nada más mirando por las ventanas, o en las que saltaban a través de ellas para alcanzarse en juegos de cogidas.

 

Y para estos juegos, era la habitación de Gouenji la que más les atraía, pues si cerraban la puerta con llave, podían hacerlo lo que quisieran en ambos lados, podían besarse al encontrarse en la mitad y tomarse de las manos, podían quitarse la ropa y abrazarse… y nadie tenía que saberlo…

 

Llovía con fuerza, y el tejado se estremecía como si estuviera a punto de caerse. El viento golpeaba las ventanas de la sala hasta casi romperlas y entraba a mover las páginas de los libros, que habían dejado abiertos sobre la mesa. Se había dormido llorando de frustración después de pelear con sus padres, que lo querían llevar lejos para que estudiara en una universidad respetable a la que su querido novio jamás podría llegar.

 

Un ruido fue el que lo despertó esa noche, en medio de un sueño que jamás llegó a recordar. Sonaron pasos alrededor de su cama, pero no había nada, lo que lo asustó por unos segundos… unos segundos que tardó en notar que había alguien parado afuera de la ventana. Se levantó y corrió hasta la ventana que abrió de par en par recibiendo una ventisca helada y unas cuantas gotas de lluvia, que mojaron su cabello. Endo se metió de inmediato en la habitación, y luego cerraron la ventana. Estaba temblando de frío y su ropa se pegaba a su cuerpo empapada, así que Goeunji comenzó por quitarle la ropa mojada para que no se muriera de frío, pero apenas estuvo desnudo, Endo se abrazó a sí mismo con tristeza

 

-       Me vas a dejar…-

-       No es cierto…- trató de mentir, pero la verdad huía de sus ojos negros

-       No quiero que te vayas- Dijo abrazándolo con fuerza, e instintivamente, la sensación de la piel desnuda contra su cuerpo comenzó a calentarlo

-       No quiero irme- respondió con la verdad, comenzando a besarlo

 

Acarició el pecho del pelicastaño con sus manos extendidas, llegando a sus pezones, que comenzó a acariciar delicadamente, antes de atreverse a lamerlos y succionarlos, mientras Endo abría las piernas y trataba de abrazarlo contra su cuerpo… Terminó por quitarse la camisa, para sentir aquella piel contra la suya y luego la ropa interior con el mismo motivo, juntando sus pieles, sus latidos… sus sentimientos. Se lamieron los bordes de la boca, y ajustaron sus cuerpos con fuerza…

 

-       Ahh… Gouenji… ahh, ah…- La ventana sobre ellos se llenó de vapor con el calor que emanaba de sus cuerpo, y se alcanzó a vislumbrar, en medio de un relámpago, sus expresiones de placer al encontrarse por primera vez tan unidos…

 

Y finalmente vino la palabra que no había podido decir años atrás, cuando se habían besado bajo el alfeizar de la ventana en uno de tantos días lluviosos

 

Te amo…-

Notas finales:

Muajajaja. Espero les haya gustado, siguiente cap... No estoy segura de cuál será la pareja del siguiente capítulo, así que no prometo nada, sin embargo, sé que la pareja final va a ser GouenjiXFubuki, no podría ser de otra manera. Espero les haya gustado, no olviden dejar reviews.

Cutebeast64 se despide


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).