-alguien me violo- dijo Joey seriamente mirando a los ojos a Yami
El tricolor se lo negó en la cabeza, se le hacía complicado creer, pero al ver la entereza del rubio decidió que debía concederle la palabra así que autorizo con la mirada a Joey a continuar no sin antes echarse los mechones de cabello hacia atrás en un gesto de desesperación y molestia
-yo… no sé quien, no sé por qué…- enfatizo el rubio mirando avergonzado y dolido a Yami –fue lo más humillante que me ah pasado en toda mi vida-
-haber…- intervino Yami –¿Cómo? No estás golpeado, no has denunciado, la verdad no te vez como alguien recién violado- no que no le creyera a Joey, solo expresaba sus dudas al respecto –la verdad no entiendo, ¿Cuándo fue eso?-
Joey volteo la cara, iba exigirle que se fuera pero no vio en el tricolor duda de su palabra, más bien de la historia que siendo honesto consigo mismo también le resultaba inverosímil
-veras…- prosiguió el rubio mirando al suelo totalmente avergonzado –no sé como paso, el tipo simplemente entro en casa anoche, se acostó encima de mí, me puso unos audífonos que distorsionan el sonido y no fue más violento que el hecho de decirme que si no se lo permitía mataría a mi padre, poner un arma en mi sien y usar una navaja para cortar mi ropa, eso sin contar con la marca que me dejaron en la pierna-
Si a Yami le pidieran que describiera lo que sentía no podría, una mescla de rabia, impotencia, frustración, asco, no contra su amigo si no contra quien quiera que fuera capaz y para rematar, algo de nerviosismo de lo que Seto y Duke fueran ah hacer cuando lo supieran, pero más que otra cosa, tenía unas ganas intensas de proteger a Joey
-¿mas violencia? ¿Querias mas violencia?- pregunto frustrado, para esto se había puesto de pie y estaba caminando por su cuarto como león enjaulado –cuando Seto sepa esto, lo va a matar ¡lo vamos a matar! ¡Oh si! ¡Duke tiene muchas ideas de tortura! ¿Recuerdas algo del tipo? Aun que creo que lo más importante es denunciar y hacerte examinar, para asegurarnos que no te haya contagiado nada-
-haber, primero que nada- dijo Joey al tiempo que se levantaba llorando pero rabioso a la vez –Kaiba o Deblin no tienen por que saber de nada, yo… yo creo que… bueno, solo ellos me dicen “cachorro”- luego se controlo un poco y miro fijamente al tricolor –por lo demás… usó condón, ¿Qué tal eh? Un violador con conciencia- comento con una sonrisa amarga
-si lo que estas insinuando es que Kaiba puede ser capaz de hacer algo así, desde ahora te digo que saques de tu cabeza ahora- sentencio Yami con seriedad absoluta –Duke menos, ellos no lo hicieron y te lo puedo jurar, así que es mejor que olvides esa idea-
-¿Cómo estas tan seguro?- pregunto anormalmente inquisitivo rubio –tal vez ellos no fueron porque tu…-
-ah no, no me vas a venir con estupideces- interrumpió Yami ante la idea del final de aquella frase –yo amo a Yugi mas que a nada, y sé que ellos no fueron porque… porque… bueno, solo lo sé y ya- aun que titubeo al final pues no podía hablar de los sentimientos de sus casi hermanos, su seguridad no disminuyo en lo más mínimo
-pero aun no escuchas la mejor parte, así que no estés tan seguro- retó Joey –al final el tipo me dijo que “era un encargo de su jefe” y que “podía preguntarle a él” ¿Qué me dices de eso? Tal vez tus amigos no lo harían ¿pero que tal pagarle a alguien por hacerlo?-
-¿estás seguro que te dijo que el jefe era hombre?- pregunto intuyendo la verdad
-no se…- respondió el rubio –eso me dijo el que me violo, pero…-
-¿pero qué?- interrumpió de nuevo Yami
-pero cuando hablo, a pesar del aparato, estoy casi seguro que se trataba de una mujer… o de un niño, no sé de unos doce, su voz sonaba… ya sabes… aguda- apunto con seriedad el rubio
-pudo haber sido una chica- aseguro el chico pelos de pico con seriedad –…una chica de nuestra edad-
-o un adolecente- intervino Joey sin prestar atención a su amigo –tengo entendido que Kaiba tiene un hermano menor-
Yami abrió los ojos enormemente con sorpresa –¿Mokuba?- luego sonrió con burla –como se nota que no lo conoces-
-no, no lo conozco, pero si es la mitad de lo que es su hermano, y sabe lo que Kaiba me odia, tal vez quiso darle una bonita sorpresa- el tono de voz que usaba sonaba totalmente anormal en él
Yami rodo los ojos con fastidio y jalo a Joey del brazo –vamos, haremos una visita-
-¿qué? ¿Una visita a donde?- pregunto incrédulo el rubio envuelto en su pijama muy holgada –¿no vez como ando?-
-pues ponte algo decente ahora, conocerás a Mokuba Kaiba- indicó el tricolor con sonrisa en los labios
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Kaiba estaba muy preocupado, no podía concentrarse, la idea de que su Joey fuera de alguien más por simple dinero lo molestaba, en realidad, si hubiese sabido que había esa oportunidad, por más que le avergonzara la idea, valla que sería ya la pareja del rubio, así hubiese que vender de nuevo su alma, por mantener al rubio a su lado para siempre, lo habría comprado al precio que fuera, y si de verdad estaba “soltero” ahora, tal vez sería buen tiempo de hacer la oferta, compadecía a su “inocente cachorro” le parecía doloroso lo que había debido hacer solo por mantener a su padre, hermana, madre, y por no dejarse vencer, el tenia solo de dos sopas, o creer que eran calumnias o creer que era cierto, y de todos modos había decidido que Joey era una buena persona y nadie, por más pruebas que le mostrara la castaña, le haría cambiar de opinión y esa había sido su decisión
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Más tarde Joey y Yami estaban de visita en la mansión Kaiba, sobra decir que ni de chiste se había parado antes por ahí, pero Yami había insistido, no muy usual en el, aparcaron el auto frente a fachada, era la primera vez que Joey iba a una lugar en donde se aparcara dentro y no en la calle, y no conforme con ello, un chico se acerco, y Yami le dio sus llaves, se llevaron el auto, a Joey esto le pareció fantástico, esos ricos tenían una vida muy extraña, la puerta la abrió un hombre alto y Yami, como si fuese su casa se refirió a él
-que tal Roland, llama por favor al joven, quiero presentarle a un amigo- dijo esto sin si quiera mirar al hombre que solo asintió y se retiro, pero antes dijo en voz fuerte –que alguien nos traiga bocadillos, por favor-
-como ordene el señor- fue todo lo que dijo el hombre y continuó su camino
De pronto Joey se sintió chiquito en todo ese esplendor de que se rodeaba uno de sus peores enemigos, y al mismo tiempo se sintió orgulloso de ser el único con los pantalones de confrontar al amo de esa enorme casa
-¿tienes hambre?- preguntó Yami acomodándose en la sala –¿quieres beber algo?-
-¿estás es tu casa o la de Kaiba?- pregunto con sarcasmo
-¡ja! Me gustaría ver como llegas tu a casa de Tristán- ironizo el tricolor que en realidad ya había visto como cuando estaban de visita en la casa Taylor, había llegado Joey directamente a asaltar el refrigerador
-no es lo mismo, Tris es mi hermano- dijo mirando a Yami sentarse cómodamente pero sin poder imitarlo
-pues Yami también es como un hermano para nosotros- respondió una voz aguda detrás de él –soy Mokuba Kaiba, en cuanto me dijeron que estabas aquí, vine corriendo Yami- el chiquillo de cabello largo y negro se acerco y dio un afectuoso abrazo al tricolor y luego hizo una reverencia al acompañante de su amigo –¿cómo te llamas? Eres guapo, ¿eres novio de alguno de este trió? Tú no eres el novio de Yami, me ah hablado tanto de él que virtualmente lo conozco y no es como tu-
-hola, soy Joey Wheeler y soy…- intento explicar pero el niño no lo dejo continuar
-¡Joey! Eh escuchado tanto de ti- dicho esto, le dio un abrazo fuerte y lo jalo hacia el sillón –que bueno que nos visitas, y cuéntame, mi hermano como te trata, ya sé que es medio amargado, pero es una buena persona-
Si en algún momento había dudado del niño, todo se había disipado, este chiquillo parecía un sol, nada que ver con, como el mismo había dicho, el amargado de su hermano –pues, no nos llevamos precisamente bien, la verdad tu hermano me odia- dijo sonriendo, no importaba lo triste que se sintiera por dentro, no iba a lamentarse frente a nadie mas
-no digas eso, mi hermano te adora, cuando me habla de ti, lo hace como con admiración- dijo con alegría y efusividad notando un leve rubor en las mejillas del rubio dejándolo sin palabras haciendo más ancha su sonrisa
-bueno, ya… estás hablando de mas Mokuba, pedí unos bocadillos y no han traído nada y yo tengo hambre, se suponía que hoy comería con Yugi- dijo Yami algo ofuscado por las indiscreciones de Mokuba
-está bien, iré a ver qué pasa- indicó el enano y salió hacia la cocina
Yami miro al colorado Joey y no pudo evitar burlarse, quizá a Joey no le era tan indiferente Kaiba
Joey negó con la cabeza tratando de controlarse –¿por eso me dijiste que Kaiba no podía ser? Tu sabes si… bueno… si… ¿tu crees que yo le…?- pregunto con el rostro rojo pero con tristeza en su mirada
-y si así fuera ¿Qué?- pregunto Yami emocionado de lo que pasará
-bueno…- respondió Joey –entonces sería peor-
-¿peor?- pregunto un contrariado el de mirada verde y pelos de pico
-claro, entonces, ahora que se que podría tener una oportunidad- contesto Joey con tristeza –ahora no soy digno de mirarlo a los ojos, estoy sucio, me despreciaría-
-como se nota que no conoces a Seto- respondió indignado