¿Perro o cachorro?
MelloxMatt
Y de nuevo estaba ahí, en ese apartado rincón del colegio, las lagrimas caían sin parar de sus hermosos ojos verdes, limpiando su rostro manchado de tierra.
Todo por culpa de una persona. Esa persona es un rubio de ojos azules cuyo nombre es Mihael Kheel.
Una eterna rutina que siempre terminaría igual. Matt golpeado y llorando detrás de la biblioteca, donde sabia que Mello no lo encontraría.
Porque así es Mello, violento, sádico y agresivo, haciendo un extraño contraste con Mail, callado, tranquilo y adicto a los videojuegos. Polos opuestos. “mejores amigos”. Si eso era amistad cualquiera juraría que no se necesitan enemigos.
Pero Matt seguía ahí, soportando todo, aun cuando Mello se equivocaba era el pelirrojo quien pedía perdón ¿Por qué eso hacen los perros, no? Seguir a su amo sin importar el trato que este les dé, sin importar los insultos o los golpes que reciba, un perro permanece con su amo… aunque los malos tratos le rompan el corazón, Matt siempre estará ahí para Mello, para seguirlo incondicionalmente como su fiel cachorro, porque aunque su mente gritara que se alejara de ese ser que tanto daño le causaba, su corazón no se quería separar de la única persona que lo hacía latir con la intensidad del amor.
Si, Matt está enamorado de Mello, por eso ha soportado tanto, por eso no ha huido como el resto de los chicos ante el explosivo carácter del rubio.
¿Qué había sido aquella vez? Ah! Cierto. Mello perdió sus preciados chocolates, o mejor dicho, se le derritieron por dejarlos un rato bajo el sol para ir a ayudar a Matt con un montón de libros, claro que el no tuvo la culpa, fue culpa de Matt ¿Cómo se le ocurría pedir ayuda a su “amigo”?
Un furioso Mello había arremetido a golpes contra Matt, mientras este apenas intentaba protegerse.
“r13;¡todo esto es tu culpa perro asqueroso!” Esas palabras le rompieron el corazón. Su cuerpo actuó por sí solo y salió corriendo hacia algún lugar. Poco le importo que en medio de la golpiza el rubio destrozara sus googles y su gameboy, tampoco le importo que desgarrara su ropa, tan solo sintió que su mundo se venía abajo por culpa de esas crueles palabras.
Y de nuevo estaba ahí, en ese apartado rincón del colegio, las lagrimas caían sin parar de sus hermosos ojos verdes, limpiando su rostro manchado de tierra… cuando el culpables de su llanto apareció por la esquina de la construcción.
r13; Mello –su voz fue apenas un susurro imposible de escuchar, sin embargo el rubio fue capaz de leer los labios de su cachorro
r13; yo… yo… Matt… yo… lo siento, esta vez me pase –el rubio se sentó en el suelo junto a Matt y se dedico a observar al sorprendido pelirrojo
¿Mello disculpándose? No, debía estar soñando. El arrogante rubio nunca haría algo así. Pero… todo se sentía tan real. Incluso esa mano sobre la suya. Un momento ¿¡que!?
r13; Matt… yo… te quiero
Sus ojos verdes se abrieron de golpe, volteo a todos lados, nada, ni rastro de Mello. Solo fue otro sueño. Aun se encontraba detrás de la biblioteca y la noche ya comenzaba a caer.
Se levanto de golpe y corrió por los desiertos pasillos hasta su habitación. Entro a aquel cuarto que compartía con su amor platónico y pesadilla. Tampoco estaba ahí.
Bostezo, estaba demasiado cansado. Se acerco a su cama y sobre ella encontró…unos googles y un PSP nuevos. Una sonrisa se dibujo en sus labios. Para el rubio, esa era su forma de pedir perdón.
r13; ¿te gusta? –el pelirrojo se volteo sobresaltado ¿de dónde había salido Mello?
r13; si, arigatou –contesto con una sonrisa en los labios
r13; no me des las gracias, yo rompí los otros después de todo
Mello se acostó en su cama haciéndole una seña a su cachorro para que fuera con él. Matt dudo. Aun tenía la ropa rasgada y estaba sucio. Mello lo noto y le ordeno que se bañara y se acostara a dormir. Matt obedeció sin dudar, después de todo es lo que los perros hacen, obedecer.
Cuando el pelirrojo salió del baño solo con sus jeans se encontró con Mello sentado en su cama comiendo un chocolate. Al escuchar el ruido el rubio volteo la vista y se levanto de la cama acercándose a su amigo.
Al ver así a Matt sintió una punzada de culpa. Todo el cuerpo y cara de Matt, toda su blanca piel, manchada de feos moretones.
Estando frente al pelirrojo lo jalo del brazo y lo llevo a su cama. Matt estaba shockeado, se dejo llevar hasta… ¿la cama de Mello? ¿No sería eso otro sueño?
El rubio recostó a Matt en la cama y se acostó junto a él. Jamás lo había sentido tan cerca, no pudo resistirse, paso el brazo por la cintura desnuda del pelirrojo que le daba la espalda, se acerco a su oído y le dijo muy bajo, haciendo estremecer al pelirrojo:
r13; te quiero Matt, mi cachorro
Matt no pudo evitarlo, ya no importaba si solo era un sueño, se volteo sin quitar la mano de Mello, se acerco un poco al rostro de su “amigo”, el rubio redujo la distancia a cero. No era un beso apasionado, pero si profundo, transmitiendo todos los sentimientos reprimidos por tanto tiempo. Al final tuvieron que separarse debido a la falta de aire, solo lo suficiente, pegaron sus frentes, podían sentir la alterada respiración del otro sobre su piel
r13; yo no te quiero Mello… –los ojos azules reflejaron decepción y tristeza –yo te amo
Y sus labios volvieron a unirse
¿Será un sueño? Si lo es, entonces… no quiero despertar