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¿Juntos otra vez? por Nay

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Notas del fanfic:

Bueno aquí les va el primero que subo a este lugar. Nunca había llegado a esta instancia, pese a que tengo mil cosas por ahí guardadas xD!

 

Esto resultó de unas cuantas ideas locas que dejé esbozadas hace tiempo y ahora que andaba con ganas de evitar el estudio me vine avanzarlo y publicarlo para obligarme a terminarlo!

 

Si alguien lo lee espero lo disfrute! ^^

Notas del capitulo:

Aquí empezamos con esta idea que no sé porqué me decidi a continuar antes que otras... el tiempo lo dirá(?) En este capi nos adentramos ya en algunos problemillas con los pobres chicos a quienes torturaré(?). Naah...

 

A leer!

1- Confusiones

No podía detenerse, era más fuerte que él. Se sentía tan bien que, por unos segundos, todo a su alrededor dejó de tener importancia. Lo anhelado desde el fondo de su ser y reprimido desde tiempo atrás, estaba ahí; frente a sí tenía a Luca y en este preciso instante lo besaba con fiereza. Años desde que no había saboreado esos labios y ahora la vacilación lo fastidiaba. ¿Sería que todo hasta ahora había sido una mentira?

Niko apeló a lo que le quedaba de cordura y apartó a Luca antes de que fuese demasiado tarde; su remordimiento ya crecía de modo exponencial. No quería que fuese peor.

–Esto no está… —se calló gracias a esa mirada.

–No ahora, a menos que quieras problemas —su intención era conservar ese momento como algo agradable­, evitaría arrepentimientos y discusiones a toda costa.

–Entonces, qué quieres que…  —un dedo que se posó en sus labios lo interrumpió por segunda vez.

–Me voy  —dijo Luca tajante.

Observó cómo se dirigió a la puerta, la abrió y posteriormente cerró tras de sí, dejándolo ahí solo, lleno de sentimientos encontrados. El pelirrojo siempre hacía lo mismo; con pocas palabras más esa mirada asesina y fría, conseguía desconcertarlo.

 

***

 

Hace poco más de una hora que habían salido del local de comida y como era costumbre, en algunas ocasiones que tenían tiempo, se dedicaban a recorrer la ciudad sin tener un destino puntual.

–¿Qué te pasa hoy?

–Hasta donde yo sé, nada  —contestaba sin mucho ánimo, encontrando más interesante el suelo que aquella pregunta.

–Ok, entonces  —ponía cara seria—,  eso según mi manual de “cómo tratar a Niko”, significa que sí te pasa algo, pero harás lo imposible para hacerte creer que es lo contrario, además de no decirle a nadie  —mencionaba animado y en forma burlona.

Se detuvo un segundo a pensar lo que acababa de escuchar y no pudo evitar sonreírle a su pareja. Sin embargo aquel gesto se esfumó rápidamente al recordar lo vivido hace una semana, aún no le decía la verdad a Martín; de cómo había resultado el encuentro con Luca. Tampoco es que tuviese planes de hacerlo, pero eso no lo tranquilizaba para nada.

 –Iré a tu casa hoy, no quiero llegar a la soledad de mi departamento  —le informó y luego lo besó.

 –Ya sé que no eres de preguntar estas cosas, pero para la próxima… ¿no quieres intentarlo?  —rió con la expresión de fastidio que mostraba Niko—  No te vendría mal hacerlo de vez en cuando.

 –Trataré de no olvidarlo  —sonreía relegando los recuerdos inoportunos.

–Me encanta esa sonrisa, así que tampoco te vendría mal mostrarla más seguido.

–No te pases  —le molestaba un poco cuando le exigían ciertas cosas… algunas personas.

 Se miraron unos segundos de modo desafiante, sin llegar a ningún acuerdo sobre lo mencionado. Caminaron otro poco, aún sin rumbo alguno, y al comenzar a caer la noche decidieron que ya habían estado demasiado tiempo dando vueltas y conversando de trivialidades, por lo que era mejor partir a la casa de Martín.

 

***

 

La brisa golpeaba sus mejillas helándolas, junto a su cuello desnudo. Lo cual comenzaba a molestarle y darle algo de frío, pero al salir a comprar lo necesario para la cena, pese a que moreno le dijo mil veces que afuera se helaría sin el abrigo necesario, no le hizo caso, contestando de que él no era tan débil, que sólo los ancianos tenían que abrigarse como un esquimal para salir en esta época del año sin morir de hipotermia. Ahora se lamentaba un poco por ser tan porfiado, bueno, sólo un poquito, cosa que no admitiría frente a su pareja.

Llegó con los dedos entumidos de regreso y con la cara roja. Tiritaba un poco, pero se hizo el fuerte para que no lo notaran en ese estado. De lo contrario le llegaría una reprimenda, lo que nunca ha sido algo por lo que saltar de entusiasmo. Además de que no podría argumentar nada en contra debido a que saldría perdiendo en la discusión.

–¡Qué bueno que llegaste! Me empezaba a preocupar  —decía aliviado Martín.

 –Sí, me demoré un poco porque la tienda estaba llena —se sentía algo mejor con la temperatura cálida del lugar.

–Y… ¿Estaba muy helado o sólo era yo el que estaba exagerando?  —no se lo dejó pasar, le gustaba cuando tenía la oportunidad de ganar contra su terco Niko.

 –Mnh…

 –Eso quiere decir que sí –sonreía satisfecho­—. Ahora sabes que para la próxima debes hacerme caso y no ser tan llevado a tus ideas, aprende a aceptar un consejo de vez en cuando.

–Vale, trataré de no olvidarlo —terminaba diciendo para que no lo jodieran más. Al parecer no logró disimular su estado al llegar… “qué molestia”.

Cenaron. Disfrutaron un rato de televisión basura. Dejaron ordenado el comedor. Lavaron los platos. Y por último se preparaban para ir a la cama. Ambos estaban cansados y sólo deseaban caer y olvidarse del mundo por unas horas.

Últimamente los días pareciese que habían hecho algún tipo de apuesta entre ellos; algo como cuál de todos corría más deprisa, ni los del fin de semana se salvaban. A la vez que las estaciones caían en algo similar, invierno y primavera competían por quién impedía que el otro fuese incapaz de cumplir con sus fechas previamente establecidas de término e inicio respectivamente. Así, resultaban los días bastante acelerados; algunos muy helados y otros más cálidos, sin saber nunca cuál sería de qué manera. ¿Quién no se agotaría con días como aquellos que confabulan contra uno? Niko ya estaba exhausto, sólo deseaba un momento de paz, algo que ni cerca de su pareja podía tener al cien por ciento…

Siendo algo cobarde y por no querer admitir que podría estar equivocado, aún no se apartaba de su aparente zona de seguridad; su relación con Martín.

 

***

 

Las semanas volaron. Y así fue como llegó finalmente la primavera, quien se posicionó y no dejó joder más al invierno. Ya no más frío insoportable y bienvenidos los días cálidos, soleados, que no te obligan a llevar miles de capas de ropa.

Un mes había pasado desde aquel encuentro en el departamento del castaño. Durante el cual Luca no llegó a una conclusión de cómo debería proseguir. Ninguna llamada recibió de su “no sabía cómo llamarlo”, ¿qué es lo que eran a estas alturas? El pelirrojo no lo tenía claro y las ideas que lo inundaban del cómo proceder, todas sufrían con el mismo destino; terminaban siendo desechadas, olvidadas…

Lo único con lo que soñaba era verlo una vez más, abrazarlo, besarlo… deseaba hacerlo suyo… Aunque sabía que no era lo correcto…

Se comenzaba a resignar a que Niko no lo contactara. Quizás debía tratar de olvidarlo, al contrario del pasado, lo que le había traído tantos problemas. Mas no le gustaba esa opción, quería luchar por él. Esta oportunidad que tenía ahora no podía dejarla pasar. Porque aquel beso no fue rechazado por ese ser esbelto que lo vuelve loco, sólo percibió el cómo se sentía culpable por traicionar a su actual pareja. ¿O sería realmente sólo una ilusión suya? No, él lo conocía, sabía que ambos disfrutaron de aquello. Necesitaba creer que así había sido, era de lo único a lo que se podría aferrar para continuar con su cruzada para conquistarlo y alejarlo de Martín. Sin embargo seguía sin saber cómo.

Debía tratar de no dejar pasar demasiado tiempo más, si no tendría serios problemas para lograr con su cometido… podría llamarlo... debía re-conseguir aquel número perdido… de algún modo. Nadie dijo que sería simple la cruzada propuesta.

 

***

 

–¿Si? —contestó el celular mientras se encontraba, de compras y disfrutando del clima, con el moreno.

–Hola —dijo seriamente.

–Para saludar de ese modo, sólo puedes ser tú, Luca, ¿Qué quieres?

Martín lo miró algo sorprendido, no sabía que ellos aún siguieran en contacto. Se suponía que la última vez se juntaron sólo a raíz de la necesidad de Niko de obtener información para un artículo, del cual dependía su continuidad en la revista para la cual trabajaba.

–¿Dónde estás? —no podía creer lo que estaba haciendo—. ¿Podemos vernos?

–Estoy ocupado.

–Oh… y… —dudaba de seguir— ¿Cuándo te desocuparás?

–Por hoy no creo, estoy con Martín y planeamos ir a su casa una vez terminemos con esto… —no quería verlo, la excusa era perfecta, no sólo le daría tiempo a su obligada conversación, también le aclararía al pelirrojo que no tenía intención de dejar a su pareja.

–Veo que sigues con él… —se sentía algo dolido.

–Otro día hablamos.

–… —cortó, sin decir ni pio y menos darle opción al otro para contestar.

–Colgó —decía disgustado—, qué mala costumbre que tiene…

El moreno lo observaba y notaba cuán desconcertado se encontraba. Y si dejaba que las piezas cayeran en su sitio, entonces podía deducir un poco que el comportamiento extraño de Niko de hace unas semanas sí se había debido a aquel encuentro. Ahora la curiosidad lo invadía y deseaba saber qué pasó entre esos dos aquel día.

–Niko, tranquilo —cómo le preguntaría—. Él ya no es tu responsabilidad, si quiere ser un antisocial a ti no te incumbe.

–Sí, lo siento —no podía dejar que Martín preguntara algo perjudicial para ambos, debía desviar el tema—. Vamos a por lo que nos falta y olvidemos este suceso, ¿Te parece?

–No.

–¿Qué?

–No dejaré que esta vez también te escapes de aclarar el asunto —le sacaría la información a como diera lugar—. Quiero saber cuál es la razón por la que siguen en contacto ustedes dos.

–No lo sé, porque hasta ahora no había tenido noticias de su parte. —no mentía, mas tampoco entregaba toda la verdad.

–Sabes que no te creo —le molestaba lo descarado que podía llegar a ser el castaño—, por hoy lo dejamos hasta aquí, me voy a mi casa; solo.

–¿Te enojaste?

–…

–Está bien, si quieres complicarte la vida con ideas extrañas, puedes hacerlo. —dando media vuelta se alejó del lugar, con rumbo desconocido… ahora estaba más perdido que antes y no sabía cómo mierda arreglar todo…

Notas finales:

Y eso...

Pronto vendré con más, y poco a poco irá quedando más claro cómo es que han llegado a este punto...

Espero les vaya gustando, ahora me voy a tratar de estudiar un poco! xD!

Nay Out!


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