Pero hasta entre hermanos hay secretos
KiBum tenía un hermano gemelo, llamado Min Ki. Eran idénticos. Llevaban el mismo color de cabello, rubio. Usaban la misma ropa, compartían hasta la ropa interior
Era imposible reconocerlos. Jugaban a ser el otro, sabían todo sobre el otro, o bueno, eso creían ellos. Pero hasta entre hermanos hay secretos
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-Ki bum – llamaba su madre
-Sí- Decían ambos al mismo tiempo. Amaban confundir a la gente
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Se intercambiaban todo cuando se aburrían de lo mismo. Pantalones, camisas, perfumes… novios
Muchas veces sus novios no sabían que tenían un hermano gemelo idéntico, y ninguno había llegado al corazón de alguno de ellos, asique seguía siendo un secreto entre los dos. Tenían sus amistades aparte, ningún amigo en común, ya que su madre los inscribió en escuelas diferentes desde pequeños, para que no dependieran del otro; pero eso no funcionaba, no, si eran hermanos, se querían como nadie, eran cómplices en sus travesuras, cuidaban el uno del otro, siempre, se divertían juntos
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En esos días, Min Ki salía con un chico que conoció en el centro comercial por pura casualidad, hace ya dos semanas. –Minho- era perfecto, era guapo, lo trataba bien, no se pasaba de la raya, aunque sí deseaba llegar más allá con él. Sí habían muchas cosas que diferenciaban a Min Ki de Ki Bum, entre ellas, que Min Ki siempre terminaba en la cama de sus novios en la primera cita, Ki Bum no, nunca llegó hasta ese punto con sus novios, porque, si odiaba algo era que lo tratasen como un juguete y lo boten sin más, lo sabía perfectamente, pues su hermano mayor por 3 minutos, había llorado en su regazo innumerables veces cuando sus novios lo dejaban después de la primera noche. Pocos habían establecido una relación más o menos seria con él, y Ki Bum tenía seguro que a él nadie le romperá el corazón nunca. Al menos eso quería pensar
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Era tarde, las 11 pm, todas las luces estaban apagadas, aunque Key, como solamente Min Ki podía llamarle, seguía en su laptop, viendo pasarelas de moda de Europa, siempre estaría a la moda por aquel continente
De repente, alguien tocó su puerta. Suspiró. Con fastidio se levantó de su cama y caminó con su pantalón del pijama arrastrando tiernamente, puso su mano en la perilla de la puerta y giró con delicadeza, preparándose mentalmente para regañar a su dulce hermano por molestarlo a esas horas
-¿Ahora qué pasa Min Ki? ¡Aigo! –alcanzó a decir con la boca medio abierta. Un chico alto, con ojos grandes y hermosos, con cabello ondulado y castaño, respiraba entrecortadamente. Pero ¿Cómo diablos llegó a su cuarto? Debía ser un ladrón que pasaba por el techo de su casa cuando escuchó a la policía y tocó la puerta de su cuarto para que no se lo llevaran preso
¡Vete de aquí delincuente!- Pensó Ki Bum, mas no dijo nada. Ese chico desconocido se le aventó encima sin motivos. Ki Bum tenía los ojos abiertos, sin creer aún que ese chico tan guapo entró en su cuarto y se tiró a besarlo. Sintió las manos de ese chico halando su camisa de dormir,, lo tomó de la cintura y empezó a entrar con él a su cuarto. Mi Bum no entendía que era lo que sentía, era… no tenía definición para lo que sentía. Solo podía responder el beso, puso sus manos en los hombros de ese joven alto, quien seguía besándolo desesperadamente y conduciéndolo dentro de su cuarto. De repente sintió que lo empujaba, cerró los ojos con miedo, y nos abrió lentamente al sentir su suave camita. Quiso levantarse, pero ese chico lo volvió a besar haciéndolo sentarse en la orilla de la cama. No tenía idea de lo que pasaba, pero le encantaba el destino que estaba teniendo esa noche
El chico alto se separó de él con una sonrisa, se quito la camisa dejando ver su cuerpazo a Ki Bum, quien solo pudo comérselo con la mirada. Se tiro encima de él de nuevo acomodándolo con toda la delicadeza que pudo. Ki Bum solo cerraba los ojos, se sentía en el cielo
Pero, algo no andaba bien, el no era así, entonces, ¿por qué estaba bajo el cuerpo de un desconocido, a su completa disposición? Volteo el rostro por la vergüenza, y el alto sin perder tiempo, comenzó a besar y lamer su cuello, Ki Bum gritó quedamente aruñando el brazo de quien estaba jugando con su cuerpo. Nunca había sentido eso, era placer y se sintió sucio, no quería ser uno de solo una noche y “si te vi no me acuerdo”, no quería eso, no quería que se aprovechara de él, quería a alguien especial, pero ¿Por qué su cuerpo no le respondía y se alejaba? ¿Por qué seguía ahí, inmóvil en los brazos de un completo desconocido?
Continuará…