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* Dulcemente para ti * por Tsukiyuki

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Notas del fanfic:

Volviendo a lo dulce(?) *^*  

Notas del capitulo:

Hola de nuevo :) , regrese con un shot algo dulce(?)... espero y sea de su agrado.

Disfrutenlo~  :D

* Dulcemente para ti *






- Un capuccino por favor

- Claro en seguida

- Dos americanos y un pay de queso

- En un momento se lo traigo

- Disculpe me trae la cuenta

- Sí, claro 


Ese era un día normal en mi vida, caminando de aquí para allá en ese pequeño local, un poco de música instrumental de fondo, solo para dar ambiente y el olor a granos de café flotando por todo el lugar, mi pequeña libretita amarilla donde apuntaba las ordenes de los clientes y mi delantal blanco con bolsas delanteras. 


- “Tome su orden.”

- “Disfrute su pedido”

- “Gracias por venir.”

- ¡Kibum! Ve por unas cajas a la bodega nos faltan más vasos, para las órdenes para llevar.

- No- 

- Disculpa..

- No… nada, ahorita voy- claro era que no me gustaba subir por esas cajas, las escaleras eran muy flojas y el lugar era oscuro, siempre temí tener un accidente y que nadie jamás me encontrase ahí.

- ¡Oh! Miren por fin inauguraran la tienda de enfrente.

- Eso parece- voltee, solo unos momentos antes de ir por lo que me habían dicho y pude ver como unos señores llevaban, unos globos para adornar la entrada, un gran cartel que tenía un enorme pastel dibujado.

- Kibum ¿qué esperas?

- Ya voy, no presionen- susurre lo ultimo si no mi jefe podría escucharlo.


Ese fue el momento donde la calma de las trabajadoras del café se esfumo, a partir de ese día podía escucharlas cuchicheando del chico que atendía en la nueva tienda; era una pastelería, y se inventaban una y mil excusas tontas para ir a comprar y poder encontrarse con el chico “casualmente”, se les escuchaba seriamente haciendo planes, montones de ellos para poder conquistar al chico de enfrente, ridículas diría yo. 


¿Qué tanto de especial podría tener ese chico? Si lo viera podría jurar que yo era cien veces mejor que él, la novedad eso era él o eso era lo que yo pensaba. Dos semanas pasaron y mi trabajo se hizo más pesado, una de nuestras trabajadoras había renunciado para ir a esa pastelería, y las otras morían de envidia, así que gastaban su tiempo en eso, mientras yo era el que se tenía que preocupar de atender a los clientes.


Una noche llego con más tranquilidad en la cafetería y terminada la jornada de trabajo empecé a limpiar las mesas por última vez y ahí fue cuando por una milésima de segundo lo vi, había escuchado tanto de él, pero jamás lo había visto, demasiado trabajo por cortesía de mis compañeras un aplauso para ellas que me matan de cansancio. Desde la mesa donde me encontraba inclinado con un pequeño pañuelo en las manos, desde la ventana, cruzando la calle para llegar al otro cristal dejando ver del otro lado al chico de la pastelería, me vio, me sonrío, un sonido vibrante por mi cuerpo y yo voltee mi rostro; segundos después la curiosidad pudo más que yo y volví a mirar a su dirección encontrando el local con las luces apagadas.


- ¿Tan rápido?- suspire, como si hubieran sido solo alucinaciones mías.

- Kibum por favor empieza a recoger todo vamos a cerrar.

- ¿Yo?

- ¿Quién más? – maldito señor, siempre dándole preferencias a las chicas del lugar.

- Ya voy.


El frio empezaba a hacerse presente en esa época del año, casi podría sentir el cansancio que me depararían las semanas siguientes, donde vería la cafetería atiborrada de gente que busca un lugar cálido para recuperar su temperatura natural y ordenando litros de café, y nosotros con dos empleadas menos; definitivamente seria horriblemente cansado; suspire con cansancio ante mi propio pensamiento, y corrí en dirección al subterráneo, necesitaría alcanzar el último tren.


--*--

Nuestro lunes había llegado nuevamente, trayendo consigo el frio, golpeando el rostro cual agujas y yo me encontraba totalmente cansado; siempre había podido con ambas cosas el trabajo y la escuela, sin embargo los proyectos mataban mi alma trabajadora y optimista; llenándome de sueño y desesperación por llegar a mi casa tirarme encima de mi cama con edredón rosa y dormir profundamente, pero al mismo tiempo recordando que eso sería absolutamente imposible.


- ¡Kibum!- un grito me hizo brincar, levantando la cabeza de golpe y sintiendo una gran punzada en ella.- no te pago para dormir.

- ¿Cómo?- aun me sentía confundido.

- Que te pares y empieces a trabajar.- me levante alisando el delantal y mirando los rostros indignados de mis compañeras de trabajo.

- Tienes mucho tiempo libre para dormir ¿no?

- Nosotras aquí trabajando como esclavas y tú bien durmiendo.- miradas que mataban, llenas de malos comentarios, así había sido siempre, bueno siempre desde que no les hice caso a ninguna de ellas; no es mi culpa, ninguna llenaba mis expectativas.


Dando vueltas por el local y corriendo, sin embargo mis sentidos se habían vuelto torpes, me tropecé varias veces y tire como tres órdenes, mi salario sufriría las consecuencias de mis noches en vela, conseguiría otro trabajo si no fuera por la cercanía de este a mí hogar y porque ni tiempo de buscar otro, habían cuentas que pagar, yo necesitaba el dinero.


- Felicidades Kibum –tan burlón como siempre.

- ¿Qué sucede señor? –intente poner mi mejor expresión.

- Cerraras todo un mes a partir de ahora.

- ¿Qué?... yo… yo no..

- Ya dije, si no te quedas… estas despedido-trague mis palabras intentaba buscar alguna salida pero no la veía para nada.- bueno aquí están las copias de la llaves.

- Sí señor.


La semana siguiente tendríamos otra entrega de proyectos y yo ahora tenía la responsabilidad de ser quien cierre durante un mes entero, lo que significaba tener que limpiar todas las mesas, checar las maquinas del café que estén limpias, barrer y trapear por última vez el local; Felicidades Kibum has conseguido más trabajo.


La campana de la puerta sonó, anunciando la llegada de un nuevo cliente, dejando ver unos rebeldemente bien acomodados cabellos castaños, que venían acompañados de un par de ojos tan redondos como canicas, que se asomaban por encima de la bufanda color gris, mientras mantenía ambas manos en los bolsillos.


- Lo siento hemos cerrado.- me sorprendí por la presencia de esa persona en este local.

- ¿En serio? Pero si el letrero dice abierto.- había deshecho el amarre de la bufanda a su cuello, para poder hablar.

- No, yo mismo lo gire- le dije en tono decidido, caminando hasta la puerta para ver que estaba equivocado.- pero… yo...- no había otra explicación antes, se quito una de las chicas que mas me detestaban, seguramente le pareció divertido hacerme pasar un momento incomodo con alguien.-en serio, le ruego me disculpe la confusión…-mientras me viraba para verle el rostro, lo encontré ya acomodado en una de las mesas.


- ¿Me das un latte?... por favor- sonrío, jure haber visto brillar sus ojos al sonreír, soltando pequeños destellos que te capturaban al momento, instantáneamente haciendo que no te pudieras negar a nada.

- Yo…- ¿quedarme sin palabras?, eso jamás me había sucedido…- en un momento- accedí a su petición.



Me fui hasta el otro lado de la barra para buscar lo necesario y hacer su pedido, le dedique más atención de lo requerido pues quería que saliera a la perfección, pero mis manos no dejaban de temblar, sentía su mirada clavada en mi y podía sentir como cada uno de mis movimientos era monitoreado diligentemente por aquellos ojos color marrón; tan penetrante que hasta para respirar necesite concentración, levante mi vista para poder verlo dándome cuenta de que no estaba equivocado, ese par de ojos marrones me miraban con total interés.


- Tome aquí tiene su orden- intente no cruzar mis ojos con los de él, si no sentía que mis piernas se debilitarían y caería de rodillas, pero aun antes de alejarme un metro de el tomo mi mano.


- ¡oh! Tienes unas manos muy bonitas y frías-giro el dorso de ella y admiraba cada línea cruzándose, en ella; mis mejillas se encendieron al instante, podía sentir el calor que ahora se acumulaba en cada una de ellas y mi corazón empezó a acelerarse.


- Yo…- jale mi mano de vuelta y la tome con la otra-

- Disculpa, eso fue descortés- se dijo en un tono regañón, lo que causo una sonrisa fugaz en mi rostro. 

- No se preocupe- gire rápidamente huyendo de su presencia, para refugiarme detrás de la barra mientras limpiaba nuevamente, “Vamos Inhala y exhala, inhala y exhala” me repetía constantemente cuando pasaba el trapo limpiando lo que realmente no necesitaba limpieza, solo distraía mi mente, me agache mirando a la nada para agarrar valor y decirle que de verdad necesitaba cerrar. – ya Kibum se valiente- me reprendí- una, dos, tres… - me levante rápidamente- señor disc…- pero no había nadie ahí- Kim Kibum necesitas ir con un psiquiatra, ya alucinas- Y pude haber creído más veces que mi salud mental estaba en total peligro, si no fuera por que encontré en ese mismo lugar la taza vacía acompañado de el dinero del pedido y una notita la cual solo ponía “Cuídate del frio” junto a un par de guantes grises.



- Esto ni combina con mi ropa- me susurre, mientras sonreía.



A partir de ese entonces me sorprendía a mi mismo mirando por los cristales del local en búsqueda del dueño de los ojos más brillantes que haya visto, y cuando me percataba de mis acciones, me reprendía por hacer eso, por no entender del todo el remolino de emociones que ahora se manifestaban en mi. 


Era realmente extraño esperar verle, aunque sea un momento para quitar la ansiedad de mi cuerpo sin embargo, no lo encontraba y después me entristecía, tampoco volvió el resto de la semana aun cuando no volví a cambiar el letrero hasta que me fuera de salida.



- Kibum~-


Mi nombre resonó por aquella calle ahora vacía, como una cancioncilla traviesa flotando, siendo llevada hasta mis oídos gracias al frío viento otoñal; mi rostro se giro asombrándome de ver a la persona dueña de esa voz, lo encontré ahí parado en la acera de enfrente, junto a la lámpara que alumbraba la calle, dándole la luz graciosamente sobre su figura, con ambas manos en los bolsillos y un gorro en su cabello, sonrío abiertamente presumiendo de su blanca dentadura.


- Kibum~- repitió, tratando de llamar mi atención pues me había perdido en mis pensamientos, mi corazón se volcó, mis pies se movieron solos caminando hasta a él. 


- Lo siento, ya he cerrado.- no podía evitarlo, desde el momento que lo había visto me había quedado prendido de sus sonrisas.


--*--

Así se volvió desde ese momento, un día lo vería, correría a su lado solo para volver a verle a sus ojos y admirar su sonrisa, caminaría lado a lado solamente disfrutando de su presencia.

Cinco minutos 

Para soñar y volar.

Sonreír y me reír a su lado dejando que las mariposas volasen libremente por mí estomago armando un gran alboroto, alegrándose por el resplandor que el desprendía. Ese era el tiempo en el que tardábamos en caminar hasta la entrada del subterráneo, antes de tener que bajar con rapidez a alcanzar el último tren.


Era aun más triste el tener que soportar días enteros sin verlo, donde mis ojos no se despegaban de la ventana en búsqueda de una silueta que jamás aparecía.

¿Por qué nunca le pregunte?, eso es fácil de responder… cuando lo veía mi mente simplemente olvidaba cualquier tipo de pensamiento y solo se concentraba en hacer que mi cuerpo no cayese por mis sentidos torpes o no dejase de respirar.


- Así que resultaste gay –un comentario con desprecio en cada palabra, decidí ignorarlo.


- No me sorprende, ya decía que eras demasiado amanerado. –otra chica también rechazada por mi anterior mente, se unió a sus insultos-

- Qué asco –hablo mientras tiraba a la mesa una cajita color hueso con un moño rosa en el. – ¿admirador? Já ¿me pregunto qué valiente?-dijo mientras se alejaba.


Era una hermosa cajita que había sido enviada a mi lugar de trabajo, con un pastelillo en forma de corazón dentro, con crema y una fresa encima, y aunque el decorado estaba todo aplastado, por culpa del mal trato que le dieron en su trayecto hasta mi, seguía siendo perfecto.


Los días se volvieron mejores, a pesar de los constantes insultos que ahora me perseguían gracias al recién descubrimiento de mis preferencias sexuales, pero agradecía que no supieran quien era la persona que me mandaba dulces o flores en sus días de ausencia; pues así el no sería atacado de la misma manera que yo. Ellas no lo sabían y nuestra relación podría mejorar con el tiempo, progresara y llegara el momento donde me pida ser su novio, pensaba constantemente…soñaba despierto


- No es cierto, no te creo...- una de las chicas hablaba por su celular, tan cerca de mí que podía escuchar aunque no quisiera su conversación.- ashh te envidio.

- ¿Qué paso? ¿qué paso?- llego otra chica corriendo a su lado

- La muy zorra consiguió que Jonghyun se volviera su novio- le dijo molesta a su amiga.

- ¿De verdad?, condenada pues que trucos uso….- 



Mi mente había dejado de procesar en ese mismo instante que escuche su nombre y hasta mi sentido del oído se volvió inútil. No podía creerlo, no podía ser cierto… ¿y las flores?, ¿y los corazones? ¿Dónde quedaron nuestras miradas nerviosas?... mi tiempo al ser la persona a cargo de cerrar la cafetería ya había terminado así que después de mi salida del trabajo, me quede afuera hasta que cerraran la pastelería de enfrente, esperando verlo salir en algún momento y poder comprobar que lo que ellas dijeron fue una total mentira, una broma de mal gusto; mi cuerpo se helaba y comenzaba a tiritar, frotaba mis manos una con la otra para poder brindarme un poco de calor, hasta que lo vi a través de esa gran ventana, su silueta resaltaba y empecé a sentir una gran nerviosismo; camine decidido a ir hasta a él pero me quede prendido del asfalto, sintiendo algo romperse dentro de mí al ver a esa chica acercarse y besarle, ¿Cuánto tiempo paso?, mi corazón recibió una gran carga de dolor y mis pies corrieron al instante. 



Había caído, fuertemente y profundo, me había dedicado completamente a soñar despierto, a darle rienda suelta a mis propios pensamientos, a pensar que todo era posible y hoy había caído de esa gran nube rosa, haciendo dolorosa la caída.



Parecía que el destino de burlaba de mi de esa manera, nunca espere encontrarle y enamorarme, si porque yo Kim Kibum me había enamorado, desde el mismo instante en que mis ojos se cruzaron con los suyos a través de los cristales, cuando fui testigo de su primera sonrisa hacia mí. Pero pareciera que era solamente un juego, un juego donde yo perdí. 



Pedí una semana de descanso en mi trabajo pues mis proyectos finales ya habían llegado y necesitaba el tiempo, aunque también serviría para no verle durante ese tiempo, me lo dieron después de rogar lo suficiente a mi jefe y darle las razones suficientes para no poder negarse. Daba gracias a los cansados proyectos que no me dejaban pensar en nada mas, porque así era, mi mente no salía de la segura zona escolar.


- ¿Kibum?- asentí ante el muchacho que me había llamado en la entrada de la escuela- toma –mis ojos se abrieron de par en par, al notar que lo que me daba era una hermosa cajita rosa.

- ¿Y esto? –le pregunte al chico.

- Me dijeron que te lo diera.- sonrío y se fue, me empecé a encaminar mientras abría cuidadosamente la caja, encontrándome con un hermoso pastelito, haciendo que mis lagrimas cayeran sin siquiera pensarlo. 


- Kibum~- su voz inconfundible aun entre la multitud.- ¿Qué te sucede?


- ¿Qué haces aquí?- sequé las lagrimas que se habían resbalado por mis mejillas – toma, esto no deberías de dármelo a mí, yo ya no juego- le devolví la caja, mientras pasaba a su lado aumentando la velocidad de mis pasos.

- Kibum- me llamaba, aun me seguía- dime ¿qué te sucede? ¿de qué juego hablas?, no te entiendo ¿por qué no puedes aceptarlo?- me gire mirándolo fijamente con resentimiento.


- Kim Jonghyun ¿es que acaso me crees un idiota?, no sé que pretendes con esto, pero yo no voy a seguir jugando contigo, ve y dale eso a tu noviecita, que yo no voy a ser juguete de nadie- unas lagrimas se habían soltado de mis ojos al hablar con esas palabras, en las que solamente me hacia más daño, admitiendo algo que no quería creer; me voltee nuevamente con la decisión de irme, de escapar, de llegar a algún lugar donde pueda llorar sin contenerme, pero no pude, me tomo de la muñeca me giro rápidamente y lo siguiente fue solo cuestión de tacto, una de sus manos en mi mejilla húmeda, mientras la otra me tomaba por la cintura y sus labios pegados a los míos, tan suaves y tan dulces. Tarde en reaccionar, en darme cuenta de que lo que hacía estaba mal, intente usar mis manos para alejarlo pero no me dejaba, el era mucho más fuerte que yo.- No Jonghyun – intente hablar aun entre sus labios –no juegues conmigo- mis ojos siguieron derramando lagrimas saladas, porque yo deseaba que esto fuera real; se separo de mis labios solo un poco mientras con su pulgar intentaba quitar ese liquido salado de mis mejillas, mirándome con dulzura.


- No sé que esté pasando por esta linda cabecita, pero de una vez te digo que yo no juego contigo, nunca me atrevería a jugar con una persona tan perfecta para mí.- quería creer en sus palabras, realmente quería creer en ellas.


- Pero lo hiciste, jugaste conmigo- mis manos perdieron fuerza y mí mirada bajo- te vi besarle, ni siquiera nos habíamos tomado de la mano pero con ella fue un beso…-levante un poco mi vista para mirar su reacción, parecía estar intentando recordar.


- No, te equivocas, ella me beso a mi pero la aparte, yo nunca le dije nada que pudiera darle esperanzas, solamente es una trabajadora mas, al que quiero es a ti.- mi corazón tambaleo.


- Lo dices ¿en serio? –como si de un bálsamo se tratara, sus palabras habían empezado a curarme, encendiendo esa pequeña esperanza.


- Claro, mira si yo hubiera querido besar a alguien hubiera hecho esto- tomo mi barbilla y al posar sus labios en los míos, mis ojos se cerraron lentamente, sintiendo el movimiento de estos contra los míos, encajándose perfectamente con los míos, embriagándome de su aliento, en ese momento, en ese preciso instante mi corazón exploto de alegría.- Kibum- se separo tan solo un momento, mirándome directamente a los ojos, deslumbrándome con aquel brillo singular en estos- Se mi novio- un asentimiento de mi parte, seguido de la sonrisa más grande que he tenido.

Notas finales:

Y hasta aqui termno *^* 

Por favor pasen ala cajita de abajito y dejen sus comentarios >-< 

Se les agradecera :)


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