Capitulo I
Amor & Necesidad.
"Usualmente las personas se sientan solas en una tarde cálida de verano, y
Notan que a final de cuentas,
No somos nada más que seres humanos necesitados de amor"
F.N.
Sapporo, Japón.
— ¡No, me niego totalmente! Naruto no puede quedarse a lado de Hinata, no es que ella sea mala chica, pero... no sabe controlar a mi pequeño rubio, y por si eso fuera poco siempre le pasa algo por alto, como aquella vez en la que él le fue infiel con Sakura.
—Vamos Kushina, no creo que sea tan malo que esos dos se casen, a mi parecer Hinata sería una buena esposa.
— ¡Minato, sólo tienen 23 años, ambos son extremadamente jovenes como para tener una vida en pareja, estoy segura de que podrían terminar en un divorcio! Créeme que realmente amo ¡Amo! a mi hijo, pero no creo que Hinata sea la mujer indicada para mi pequeño.
—Exageras mujer.
—Minato— La mujer le envió una mirada severa a su esposo —Se supone que tu eres su padre. Haz lo que es correcto, es por el bien de nuestro hijo. Piénsalo bien.
Minato, sabía de sobra que cuando a su mujer se le atravesaba alguna idea por la cabeza, nadie se la quitaba. Era realmente testaruda y probablemente era uno de los detalles que más adoraba de su hermosa pelirroja. Aunque aún no le caía muy en gracia que quisiera intervenir en la relación de su hijo. Pero si se analizaba correctamente el hecho de que Hinata fuera la esposa de Naruto, uno notaba rápidamente que aquello no era lo mejor. Naruto era a lo que las personas normales llamaban alguien libertino. Deseoso de constante conocimiento y un ave libre. Definitivamente casarse con Hinata no era una opción muy buena.
—Ahora, llama a Dolls, es una casa de crianza—. Kushina miro fijamente al piso.
— ¿Ha?
—Me dio la tarjeta una amiga, ella es la encargada del lugar. Muchas personas de familias acaudaladas mandan ahí a sus hijas para que reciban una buena educación. Usualmente cuando cumplen la mayoría de edad suelen tener cenas con chicos de buenas familias. Creo que si Naruto se quiere casar deberá de hacerlo con alguien que le sepa controlar. Además de que me parece que lo único que el quiere es una mujer como esposa, no a Hinata. Se que ella es de buena familia pero no tiene el carácter que se necesita para domar a nuestro hijo.
El hombre simplemente suspiro.
— ¿Donde esta la tarjeta?
—Junto al teléfono que esta en nuestra habitación. Es una tarjeta en blanco. Sólo trae el número.
—Ya veo.
Sin decir más Minato dejo a su mujer en el sillón de la sala, un tanto pensativa.
Lo que la mujer pensaba era en como separar a Hinata de su niño. Aunque ciertamente ella ya tenía ideas; mandaría a alguien, si llamaría a Love & Love, probablemente la chica en cuestión no se resistiría a uno de los tantos jóvenes que habían en ese lugar.
Mientras tanto el hombre estaba en la habitación, buscando la dichosa tarjeta con el número, cuando finalmente la encontró se dio cuenta de que habían dos números. Tal vez el lugar en cuestión tendría dos teléfonos. Marco y espero pacientemente a que su llamada entrara.
—Hola. Usted esta llamando a Love & Love ¿En que le puedo ayudar?
¿No se llamaba Dolls el lugar? Pensó, para enfocarse después en la voz. —Bueno, estoy buscando a alguien para mi hijo.
— ¡Oh! Para su hijo— Dijo la voz femenina que estaba al otro lado del teléfono, haciendo especia énfasis en la palabra hijo.
—Sí ¿Hay algún problema con eso?
—No, ninguno. Es sólo que es un poco peculiar que se hagan ese tipo de pedidos.
—Ya veo.
—Y bien ¿Desea algo en especial? ya sabe algo en concreto.
—Bueno...— Minato recordó que su mujer tenía una especial fijación por que su nuera fuese pelinegra. —Alguien con el cabello negro, de ojos negros también... y creo que debería de ser de carácter fuerte.
—O vaya, interesante, creo que tenemos a la persona indicada.
— ¡Genial!
— ¿Su pago será con tarjeta de crédito o en efectivo?
¿Pago? Probablemente era el pago de la cena y una remuneración a la casa. —Con tarjeta de crédito.
Después de arreglar muchos detalles Minato colgó el teléfono. Aquello había sido un tanto extraño. Él nunca creyó que terminaría prácticamente concertando un matrimonio para su hijo. Pero era lo mejor, intentaba convencerse a si mismo de ello.
Tokyo, Japón.
Un rubio estaba sentado en uno de los sillones que adornaban su departamento. Últimamente se sentía un poco desdichado debido a que su madre no aceptaba que él quería casarse con Hyuuga. No es que ella fuera la mujer ideal, la próxima Yamato Nadeshiko, pero si se era sincero el la amaba tal y como era, con esa voz tan calmada y llena de ternura. Y por si fuera poco ella le daba un gran tranquilidad. Lo mejor era que ella siempre le dejaba tener su ansiada libertad.
Su madre era aferrada. Más de lo que debería, había dicho su padre en más de una ocasión.
Oyó la puerta tocar, pero no le presto atención no quería que nadie le molestara en sus momentos de tensión. Ahora se oía el timbre. Y finalmente alguien golpeaba la puerta como si su vida dependiera de ello ¿Acaso eran aquella ancianitas que le exigían caridad a lo niños de un orfanato? Naruto sabía de sobra que ellas venían cada semana para hablarle por horas acerca de lo mucho que ayuda un poco de dinero a la fundación. No es como si en contra de ellas pero ya era mucho que le exigieran.
El ruido no cesaba Naruto creyó que sus tímpanos estallarían en cualquier momento, porque la persona en cuestión no dejaba de tocar. Con pereza se levanto y decidió que era momento de abrirle a tan insistente ser humano. Se pregunto si existía realmente la tranquilidad en esa bulliciosa ciudad.
Cerró los ojos y lentamente jalo la puerta, cuando abrió los ojos vio a un hombre, probablemente de unos veinte años, aún así era bastante atractivo, su cabello y sus ojos eran de alguna manera cautivantes y su piel se veía demasiado tersa. Si bueno, el era hombre, pero tenía que admitir que esa persona era de lo más atractiva. Tenía cierta presencia que no podía pasar a desapercibida.
—Em... si ¿Quién es usted?— Naruto rompió el silencio que se había hecho en aquellos instantes.
—Uchiha Sasuke.
—Ok, Uchiha Sasuke ¿Qué es lo que le trae a mi humilde y nada interesante morada?
—Pues...— El hombre observo fijamente al rubio para después suspirar y voltear a todos lados. —Me da la impresión de que tú no eres homosexual.
— ¿Eh?— Naruto se quedo un tanto desconcertado ante aquellas palabras —Si no es mucha molestia o algo así... ¿Me podrías decir de que hablas?
—Me mando tu padre.
—Mi papá...
—Si, dijo que necesitaba a alguien para su hijo.
—O ya veo... ¿Eres algo así como... una persona que le hace compañía a otra... una niñera?
—Se podría decir que si. Solamente que yo puedo tener sexo contigo.
—Ah... vale.
Naruto quería creer que esta no era otra de las tretas que usualmente su madre planeaba. Tal vez era un error.
—Si, también me dijeron algo de quitar de en medio a una tal Hinata.
— ¿Seguro que te envió mi padre?
—Sí.
Sasuke mantenía su rostro sin expresión alguna, en realidad se preguntaba porque diablos el rubio le hacia tantas preguntas. Tal vez aún no estaba del todo enterado de lo que sucedía. Pero si se veía desde otro punto la situación el muchacho en cuestión no parecía ni remotamente interesado en personas de su mismo sexo. Tal vez Temari había cometido un error cuando le mando ahí. Tan sólo tal vez.
Naruto sabía que el Sasuke no era un estafador, o algo por el estilo. Al menos no quería creer que fuese así. Decidió que dejaría pasar al pelinegro. Ya después le haría una llamada a su papá. Se hizo a un lado y con una mano invito.
—Pasa. Creo que primero deberías de contarme que esta pasado, porque no entiendo nada.
—Lo supuse.
—Si...— El menor se dirigió a la cocina, se acerco a la mesa y arrastro una silla para poder dársela al hombre. Dejo que este sentara y finalmente el tomo asiento en el lado opuesto.
—Verás— Empezó Sasuke. —Yo trabajo en Love & Love, en un lugar donde el trabajo que nosotros tenemos en cuestión es ser como un novio. La mujer que nos contrata tendrá todo lo que desea en su hombre ideal; cariñoso, amable, caballeroso, posesivo, etc. Algunas veces llegan pedidos para algún trabajo en especial, como acompañar a fiestas, ya sabes me refiero a que solo toman un tiempo definido.
— ¡Oh! impresionante. — Naruto parecía impresionado.
— ¿Que tiene de impresionante?— Sasuke levanto una ceja en signo de interrogación. —Si lo pones en términos simples es como si te vendieras.
—O bueno, pero lo hacen de una manera impresionante. Apuesto a que todos ustedes tienen una buena apariencia y deben de ser buenos actores, no creo que siempre haya una persona exactamente igual a como la piden.
—Ese es un buen punto.
—Fascinante, sígueme contando.
—Aquí es donde empieza lo interesante. Hoy recibimos una llamada de Minato Namikaze, quería que concertáramos una cita para su hijo. Al parecer el pidió servicios de largo plazo, al parecer pago un año por adelantado, cosa que si te soy sincero me sorprendió. No mucha gente puede pagar tal cantidad como si nada.
Nos hablo acerca de Hinata Hyuuga. Y termino casi llorando cuando dijo que su mujer lo presionaba.
Naruto sonrío de lado. Para después comenzar a carcajearse ¡Habían de alguna manera timado a su padre y éste ni cuenta se había dado!
Sasuke se quedo viendo incrédulo a Naruto. No entendía de que se reía.
— ¿Que es tan gracioso?
—Es que... mi familia tiene algo de dinero, verás mi padre trabaja constantemente con empresas europeas. Prácticamente gana casi el triple que un empresario exitoso de este país. Por eso no le pareció mucha la inversión. Además de que no creo que le haya asustado la cantidad por el simple hecho de que mi madre gasta muchísimo dinero al año en ropa. Es compradora compulsiva. Lo que me da gracia es que me parece que compro algo de lo que ni siquiera tiene conocimiento, podría decirse que lo timaron.
—Ya veo, así que eres un niño rico.
—Nah, el rico es mi papá no yo. Aunque mi madre también tiene su dinero, pero mi padre es un tanto tradicional así que cree que es su responsabilidad complacer a mi mamá y cubrir todas sus necesidades.
—Entonces ¿Crees que tu papá no sabe realmente a donde hablo?
—Lo dudo, no creo que el te haya mandado por propia voluntad, es probable que mi madre le haya hecho hablar al lugar en cuestión... Aunque es extraño el hecho de que hayan mandado a un hombre en vez de una mujer.
—Tal vez creían que podría aconsejarte o algo así.
—Supongo. En fin puedes quedarte aquí. Llamare a mi padre para ver que fue lo que sucedió, si le llamo a mi madre, apuesto a que armara un escandalo acerca de lo incompetente que puede llegar a ser su marido.
Sasuke movió la cabeza afirmativamente. No entendía mucho de que iba la situación. Pero era trabajo y él tendría que cumplir a pesar de todo. Fijo la vista en el chico que iba saliendo de la cocina. No era feo y de hecho tenía una bonita sonrisa. Pero eso nunca se lo diría.
Tenía el presentimiento de que probablemente se divertiría mucho ese día. Y los que vendrían.