El diario de Suzaku
Agosto, 2017 a.t.b.
A pasado una semana desde la muerte de nuestro señor, Clovis la Britannia, al parecer unos “terroristas” (o así le han llamado a los culpables) fueron los causantes de esa masacre, considero que aquellos terroristas fueron demasiado lejos, matando al joven príncipe en su propia casa y desprotegido, mientras dormía, que manera más cobarde de asesinar a alguien, y así intentan ellos liberar un área.
Aunque igual, no me gustaría hablar de cobardía sobre maneras de asesinar, ya que, no soy la persona adecuada para ello.
En fin, que podría decirte, diario mío, nunca me agradó totalmente el fallecido amo Clovis, después de todo, el era muy arrogante, supongo que eso mismo le llevo a su muerte, su arrogancia y su manera tan déspota de ser, solo se, que desde que se ha informado de su muerte, todo el palacio Imperial del área 11 se ha mantenido de cabeza para recibir al nuevo gobernador del área, lo que he de suponer, un nuevo príncipe incrédulo para el área (Solo espero que sea mejor que el anterior).
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-¡Suzaku!, ¡Suzaku! Oye, despierta de una vez, o nos regañaran si no bajamos pronto- llamo un joven de ojos rasgados, con unos ojos penetrantes y oscuros de pestañas caídas, el joven ya estaba vestido, y con un bote en mano.
-Perdona, Hiroshi, mi cuerpo está un poco cansado desde que nos han obligado a hacer el doble de deberes-contestó otro joven, igual de ojos rasgados pero con una tonalidad esmeralda, que le daba un gran contraste a sus facciones un poco amarillentas, de un solo respiro, saltó de la cama, para comenzar a vestirse con la ropa que había en los pies de la cama.
Un instante después, la puerta se abrió en su totalidad, mostrando a otro sirviente, con facciones un poco duras y con rulos de un color caoba, este sujeto, llevaba en mano unas grandes tijeras de jardín, y en la otra, una cubeta, con un líquido dentro y un estropajo, lanzó la cubeta a Hiroshi, haciendo que el líquido dentro casi se regara por completo sobre este, y extendió de mala gana las tijeras al otro muchacho-¡Rápido! Van 5 minutos más tarde de lo normal, para hoy, tenemos que tener todo terminado, que mañana, llegara su alteza, y necesitamos hacer lo posible que esté en nuestras manos, andando, Suzaku, ve a cortar los rosales del frente, necesito que se vean las más puras rosas azules, y tú, Hiroshi, ve a limpiar la bajilla de plata de la cocina, quiero ver mi rostro en ella, ¡muevanse! –
-¡Entendido, Señor!-Dijeron ambos muchachos al unisono, cada uno salió de la habitación en Direcciones distintas.
Al día siguiente llegaría el nuevo Gobernador del área 11 por lo qué toda la servidumbre del palacio estaba muy ocupados haciendo sus quehaceres, se había remodelado las principales áreas del palacio como el jardín, colocando flores con tonalidades azules, el vestíbulo, cambiando la alfombra en su totalidad, colocando una de un rojo más oscuro del que normalmente tenía, un color vino, y principalmente, la habitación del príncipe, la cual, ahora se visualizaba más oscura de lo normal, con unas grandes cortinas color negro, con un forro carmesí, del cual, se visualizaba algunos bordados en el final de la cortina, estas mismas cortinas hacían juego con las cortinas de la cama, y con su colcha, junto de la cama, se visualizaba un lindo buró café oscuro, donde arriba de este, se encontraba un reloj pequeño, dorado, y en esa misma habitación estaba conectada a otras tres habitaciones, una de ellas, otra habitación con cama, la cual, a diferencia de la primera, tenía colores con tonalidades más rosa, y las otras dos habitaciones sobrantes era el cuarto de baño y lo que parecía un armario con grandes espejos.
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La mañana siguiente llegó más rápido de lo esperado, todos los sirvientes, ya sean Britannians o Elevens se despertaron a las 6 am a esperar al nuevo gobernador en el jardín imperial, todos estaban formados de tal manera que se podría visualizar la cara de cada uno desde 1 kilómetro de distancia.
La nave imperial, Avalon, estaba a punto de aterrizar, con un ruido sordo se posó sobre suelo “Eleven”, la puerta del Avalon descendió hasta el mismo suelo, y después de unos segundos, se visualizó la figura de un hombre que llevaba delante de sí una silla, con otra joven, sentada en ella, ambos vieron el recinto con tal elegancia, que inclusive hipnotizaba, su mirada no era cálida ni fría, ni mostraba repulsión o egocentrismo, simplemente era Hipnotizante.
Cada uno de los sirvientes, desde los que estaban al frente, hasta los que estaban hasta atrás, agacharon la cabeza por cuestión de respeto, posteriormente, dos sirvientes se le acercaron, dándole la bienvenida al joven príncipe, este los apartó de su camino, posiblemente solo quería estar solo durante un rato, puesto que fue un viaje muy largo desde Britannia hasta área 11, dos sirvientas abrieron la puerta principal de par en par para dejar pasar a su alteza junto con la joven de la silla de ruedas, tras lo cual, ambas dieron una profunda inclinación hacia el joven príncipe.
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Suzaku P.O.V.
Ya eran aproximadamente las 11 de la noche, era el turno de la cena de los pocos Elevens que había en el palacio, después de todo, no se nos permitía cenar con los criados Britanians aunque fueran criados a fin de cuentas. Pero aun así se nos podría considerar muy afortunados a los pocos elevens que vivíamos aquí, puesto que, podíamos tener dos comidas al día, quizá y tres si acabábamos rápido los primeros quehaceres, teníamos un suelo para dormir, e inclusive paga, aunque, bueno, para un Eleven gastar el tiempo o ir de compas no es algo muy… natural.
Si… somos afortunados, si yo no estuviera trabajando en el Palacio como Ciudadano Honorario de Britannia posiblemente estuviera sentado en una esquina de un gueto con un refrain en mis manos, sigo creyendo que lo que hice para Japón fue lo mejor.
-Suzaku, ¿Qué piensas del nuevo gobernador?- Hiroshi me dijo eso sacándome de mis pensamientos
-La verdad no lo se, desde que llegó solo se la a pasado en su habitación, además creo que es algo pronto para preguntar, aunque, siento que es muy diferente al anterior.
-Si te soy sincero, creo que es igual de egocéntrico que Clovis, quizá y no dure mucho aquí, después de todo, Japón tiene su fuerza- Dijo de repente Sato, me sorprendió escuchar esas palabras, creí que estaba conforme con ser un ciudadano honorario, y de igual manera vi como Yuki asentía,
-No deverías decir eso, sato, somos Elevens, ¿sabes lo que nos pasaría si te escuchan?, calla de una vez, mejor lava tus platos de esta noche-Le respondió Hana un poco asustada por aquellas palabras que acababa de escuchar, aunque yo no estaba de acuerdo con Sato en su forma de pensar, si me gustaría que este nuevo gobernador no fuera tan narcisista como el anterior, bueno, nunca hay que juzgar un libro por su portada, quizá y los Elevens puedan vivir mejor ahora.