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¡Princesa por accidente! por Lacrima Eterna

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Notas del capitulo:

Aquí les dejo el siguiente capítulo, espero que les guste. ¿Recuerdan que les dije que pronto les traería un regalito? Bueno, mañana lo colgaré aquí, es un dibujo de lady Loki/Lorreine que hice para ustedes, y que por cosas de impresión no pude colocar hoy D: 

Agradezco de corazón todos los comentarios que he recibido hasta ahora, me han llenado de entusiasmos para continuar con esta historia además de que me han dado muy buenas ideas que he ido juntando y editando, las cuales utilizo para escribir este fanfic. ¡Muchas gracias a todos! 

Sin más palabrerías, aquí les dejo el siguiente capítulo, espero que les guste. ¡A leer!

–Lorreine… mi nombre es Lorreine –se apresuró a decir Loki, mientras Fandral le miraba embobado y Thor con rostro confuso, preguntándose por qué no revelaba su verdadera identidad– Y no, no soy novia de Thor… soy su prometida –dijo luego de unos segundos, sonriendo de oreja a oreja con falso entusiasmo mientras a Thor prácticamente se le caía la mandíbula.

El rubio no entendía qué demonios planeaba hacer su hermano ahora, y ni siquiera sabía de si seguirle la corriente o no. Puede que el pelinegro estuviera delirando a causa del hechizo, pensó Thor.

– ¡Su prometida! ¡Vaya sorpresa! Bien guardado que te lo tenías, amigo –comentó Fandral, suspirando de forma derrotada al ver que ahora sí que no tendría oportunidad alguna con aquella hermosa doncella.

–Eh… yo… bueno… –A Thor se le caía la cara de vergüenza, sabía que ahora Fandral le iría con el cuento a sus amigos y que todos se enterarían de que tenía una prometida… que no era más ni menos que su propio hermano convertido en mujer. Mal miró a Loki por meterlo en ese aprieto tan vergonzoso, pero éste sólo le devolvió una sonrisa divertida.

–Ahora, si me permiten, debo retirarme, tal vez podamos hablar en otra ocasión –dijo Loki con voz suave y lo más amablemente que podía. Le sorprendía lo fácil y sencillo que fingir le resultaba ahora, le salía con mucha mayor naturalidad que con su cuerpo y voz original.

– ¡Por supuesto, lady Lorreine! Espero conversar con usted prontamente, ¡ha sido un placer! –se despidió Fandral, haciendo una reverencia y tomando la mano derecha de Loki con delicadeza, besándola caballerosamente.

Ante este acto, Thor le quitó la mano de Loki y la tomó celosamente entre las suyas. Se despidió de Fandral con un gesto con la cabeza y jaló a la chica con algo de fuerza de vuelta al castillo, prácticamente arrastrándola consigo. Una vez que entraron al palacio, Loki se abrazó al enorme cuerpo de Thor.

–Hermano, te ruego que me perdones por todo lo que te dije en la biblioteca –se disculpó el pelinegro, profundamente arrepentido, apretando con fuerza aquel abrazo–, estaba fuera de mí, no sé qué me pasó y hablé sin pensar… Lo siento mucho…

Thor guardó silencio unos momentos, estaba con la mirada gacha aún herido al recordar aquellas palabras y aquella mirada llena de odio, pero ahora su hermano se disculpaba y era eso lo que importaba, el pasado ya estaba atrás y el presente apremiaba. Terminó por abrazar a Loki de vuelta con algo de torpeza, ahora que el pelinegro era una chica parecía mucho más frágil que antes, y le daba la impresión de que con apretar tan sólo un poco su cuerpo de muñeca podría romperlo.

–Descuida, hermano –murmuró, sintiéndose extraño de tener a Loki así, de sentir sus pechos contra el suyo plano y ruborizándose un poco. Posó con cuidado una de sus manos sobre la marcada cintura de la chica– Es mi culpa que estés así ahora, es comprensible que estés algo alterado… Lo siento por haberte asustado ese día y por haber quemado tu libro…

Loki suspiró pesado al pensar en el libro, separándose del cuerpo de Thor y retrocediendo un paso, con rostro entristecido. Luego levantó la vista hacia su hermano y vio cómo éste estiraba la mano hacia él.

– ¿Estamos a mano? ¿Sin rencores? –preguntó sonriéndole levemente. Loki le miró por algunos segundos directamente a los ojos antes de darle la mano y apretarla con toda su escasa fuerza, notando la enorme diferencia de tamaño que ahora había. Su mano era mucho, mucho más pequeña y delicada que las enormes de Thor.

–Sin rencores –repitió en voz baja, para luego ver con sorpresa cómo era abrazado otra vez.

Estuvieron así por un rato, ambos abrazados como dos hermanos que de verdad se aman. Inconscientemente, Thor deslizó sus manos por la espalda de Loki hasta su cintura baja, deteniéndolas allí mientras sus mejillas se teñían de un suave rojo al imaginarse tocando más allá aquel cuerpo tan atractivo… Pero se detuvo al darse cuenta de que aquel no era nadie más y nada menos que su hermano, no una chica cualquiera. Debía alejarse.

Cuando volvieron a separarse, Loki le miraba con una curiosa sonrisa, como si algo le hiciera gracia. Thor le miró confuso, preguntándose qué le parecería a Loki tan gracioso, cuando un gritito detrás suyo le hizo dar un brinco.

– ¡Waa! ¡Era cierto! –Los amigos de Thor se acercaron rápidamente, mirando a “Lorreine” con curiosidad y haciéndole a Thor bromas de doble sentido.

Loki se sonrió, no había podido evitar decir aquello de que él y Thor eran prometidos sólo para molestar un poco al rubio. Y daba resultado, lo veía en el rostro contrariado del dios del rayo mientras trataba de contener a sus amigos de sus bromas pesadas y comentarios fuera de lugar, poco adecuados para ser escuchados por una doncella como era él ahora. Al menos mientras fuera una chica no se aburriría tanto, podría sacar provecho de eso.

Sif sin embargo permanecía callada, al parecer la noticia de que Thor tenía una prometida no la había alegrado demasiado. Hubo un momento en que ella y Loki cruzaron miradas, y el pelinegro pudo saber de inmediato que la guerrera moría de celos. Sintió una gran satisfacción y orgullo, ella jamás podría tener a Thor y él en cambio… era su hermano y ahora su “prometida” de mentiras. Como fuera, Thor no sería de esa muchacha que a los ojos de Loki, era una estirada engreída.

Sif y Loki nunca se llevaron bien. Entre ellos había una silenciosa tensión, se odiaban como enemigos aunque se trataban con indiferencia. El príncipe no la soportaba, se parecía demasiado a él: manipuladora, mentirosa, orgullosa, engreída… y por esto mismo, no la aguantaba, le parecía una copia barata sin estilo al vestir y poco elegante para su hermano.

– ¿Así que te llamas Lorreine? Es un nombre muy extraño, jamás lo había oído antes –comentó Sif, acercándose a Loki y haciendo una leve reverencia, acto que el chico en cuerpo de chica también imitó– No eres de aquí, ¿cierto?

–Así es, soy de Midgar –mintió Loki, con toda una historia preparada en su cabeza– Soy hija de un importante rey, que opina que si me desposa con el príncipe de Asgard podría armarse una alianza entre los dos mundos. Pero de momento, sólo estoy de visita, conociendo mi futuro hogar –la sonrisa del chico se ensanchó al ver la cara de desagrado de Sif, se notaba que ardía en celos. Notó con gusto que ahora se daba cuenta de muchas cosas que antes pasaba por alto, muchos detalles en los ojos y facciones de las otras personas que le indicaban sus estados de ánimos. Ser una chica no era tan malo como había pensado en un principio.

–Bienvenida entonces, princesa Lorreine –la sonrisa de Sif era forzada, aquello era más que evidente– Aunque lamento informarle que no tiene idea con quién se desposará, Thor es un animal a veces, carece de la delicadeza necesaria para tratarla. Es un guerrero.

–Como usted, ¿no es así? –La expresión de Sif cambió a una de odio bien disimulado– Lo noto por su vestimenta.

–Exacto… como yo –la conversación con Sif terminó allí, puesto que los chicos se acercaron a ver qué cuchicheaban las dos jóvenes.

–Sif, ¿ya le contaste sobre esta tarde? –preguntó Fandral, mientras Volstagg y Hogun se presentaban con la desconocida.

–No, aún no. Dile tú.

–Vale, vale –Fandral se giró a ver a Lorreine, mientras que Thor miraba todo con el rostro rojo como un tomate y en total mutismo– Princesa, esta tarde queríamos celebrar entre todos los amigos de Thor su compromiso, ¿qué dice? ¿Accede a venir con nosotros?

Loki miró a Thor y luego a Fandral otra vez, se llevó sensualmente la mano a los labios dejando descansar sobre éstos su dedo índice –en un gesto totalmente inconsciente– y luego accedió a ir, sólo por molestar un poco más a su hermano. Aquello era su venganza por haberlo convertido en una chica.

– ¡Estupendo! Thor, entonces, esta tarde en la ciudad, en el lugar de siempre –Fandral le guiñó un ojo al otro rubio antes de retirarse junto al grupo de amigos– ¡Nos vemos más tarde, princesa! ¡Nos vemos Thor!

–Nos vemos… –se despidió desganado el dios del rayo, moviendo apenas la mano mientras todos se marchaban. Cuando volvió a quedar a solas con Loki, se giró a verlo enfadado mientras éste sonreía divertido– ¿Princesa Lorreine, de Midgar? ¡A qué se debe eso!

–Una broma que se me ocurrió en el momento… soy bueno, ¿verdad? –Preguntó Loki con una sonrisa llena de “inocencia” – Tómalo como mi venganza o como… el pago, por aquella hermosa broma que se te ha ocurrido y cuyo resultado es que tenga que usar maquillaje y vestido.

–Eres cruel, muy cruel, hermano –comentó Thor, cruzándose de brazos.

–Lo sé, pero es divertido. Además no entiendo, ¿por qué te molesta tanto?

Thor guardó silencio por unos instantes, frunciendo el ceño en señal de confusión. ¿Por qué le molestaba que Loki dijera todo eso? ¿Por qué se sentía avergonzado cuando decía que eran prometidos? Y la pregunta más grande de todas, que se llevaba acallando desde que Loki se volvió chica… ¿Por qué se sentía tan extraño cuando miraba a su hermano? ¿Cuándo le abrazaba o cuando simplemente estaba cerca de él?

–No lo sé… –estaba confundido– Supongo que solamente no me hace gracia que juegues con eso.

Loki ladeó la cabeza ligeramente, sin entender a su hermano.

*”*”*

Después de aquella conversación, Loki recordó que debía ir a hablar con su padre sobre lo que había sucedido con sus ojos en la biblioteca y el río. Aún le preocupaba aquello, le hacía sentir inseguro sobre el dominio de sí mismo.

Sin embargo, cuando llegó al salón del trono y preguntó a los guardias por Odín, éstos le informaron que había salido en un viaje urgente hacia el extranjero, y que no sabían cuándo volvería. Frunció los labios, eso no era bueno. Necesitaba algunas respuestas y aunque no estaba seguro de que su padre las tuviera, al menos podría desahogarse contándole sus inseguridades.

Regresó entonces a su habitación, con paso lento y mirando al suelo. Al llegar, se miró al espejo con el ceño ligeramente fruncido, para luego suspirar pesado e ir a recostarse sobre su cama. Se divertía con aquello, y era porque trataba de sacarle lo máximo y verle el lado positivo para no caer en depresión.

Pero quería cambiar, ser el de antes y que todo siguiera su curso… lo que implicaba que su madre dejara de preocuparse por él y de visitarle. Eso le molestaba. No era justo, pensaba, que antes le hubieran tenido tan descuidado y que ahora se desviviera todo el mundo por él. Se sentía menospreciado, no deseado. Una molestia, o una de las reliquias que su padre guardaba celosamente en la sala de armas. Le daba la impresión de que sólo le tenían para mostrarle como exposición, diciendo “Éste es mi hijo menor, es un hábil hechicero y un chico muy inteligente”. No era un guerrero, sólo un “hábil hechicero” delgaducho al cual sus padres parecían ignorar.

–No pienses así, sabes que no es cierto –se repitió en voz alta, frunciendo el ceño al techo– Te aman tanto como a Thor… sólo que tú eres más independiente, listo y tranquilo. En cambio Thor no sabe hacer nada solo y siempre se mete en problemas por su impulsividad. Es normal que se preocupen más de él… además es el primogénito y tú sólo el hermano menor… Sólo la sombra de Thor…

Guardó silencio al darse cuenta de esto. Era cierto, siempre había sido la sombra de su hermano, nada más. Se llevó las manos al pecho, sintiendo un ligero dolor en éste. ¿Así se sentía la angustia? Tal vez, aunque el dolor era molesto, como si algo se clavara en su pecho haciéndole daño. Se levantó y se acercó al espejo, bajándose un poco el escote para ver mejor.

No había nada, su piel blanca y perfecta era igual que siempre. Frunció el ceño ligeramente, tal vez sí fuera la angustia y los celos que le empezaban a carcomer por dentro. Se arregló el escote nuevamente y se acomodó los cabellos tras la oreja, sin dejar de mirarse al espejo.

Thor no tenía que cambiar ni demostrar nada, porque todo el mundo lo quería como era. Sus padres siempre habían mostrado más interés y preocupación en lo que el rubio hacía que en Loki. Thor ganaba las peleas, era el mejor en los entrenamientos, tenía el mejor cuerpo y todas las chicas estaban locas por él. Tenía buenos amigos que lo seguían a todas partes y que ahora le organizarían una fiesta, y él… no tenía nada de eso.

Loki nunca pudo hacer amigos. Los otros niños le molestaban por ser tan debilucho y pequeño, por no tener aptitudes para la lucha. Las chicas ni le miraban, salvo unas pocas que luego de entablar una mínima conversación con él, perdían todo su interés. El joven príncipe siempre estuvo solo, y su única compañía era su hermano mayor.

No era justo, Thor lo tenía todo. Además de todas las aptitudes ya mencionadas, era una buena persona, amable, protector… Nunca dejó a Loki solo, siempre le defendió de los otros niños y lo cuidaba. Si Loki tenía pesadillas, Thor le dejaba dormir con él y cuidaba su sueño. Thor era perfecto. Él, en cambio… sólo era bueno con los hechizos y las mentiras, así como con las bromas.

Terminó por alejarse de vuelta a la cama. Se sentó y miró sus manos, las cuales comenzaron a brillar con aquel suave resplandor verde producto de su magia. Sonrió con tristeza y tocó su vestido, el cual volvió a su color original, rosado. Suspiró y se lo quitó con cuidado de no romperlo en el intento, no estaba para nada familiarizado con aquellas prendas. Se acercó a su ropero y se vistió con sus ropas habituales, para luego volver al espejo y peinarse los cabellos hacia atrás, terminando por tomarlos en una coleta.

No era tan diferente ahora a como era antes. Era cosa de quitarse el maquillaje y aplastarse el busto. ¿Aquellos dos detalles tan insignificantes marcaban tanta diferencia en la forma en que lo trataban? Volvió a sentir ese dolor punzante en el pecho, jadeó un poco y se cubrió la boca, no se sentía bien. Corrió hacia el baño y se mojó la cara con abundante agua, notando que apenas podía respirar. ¿Qué le estaba pasando? ¿Iba a cambiar? ¿Volvería a la normalidad? ¿O era otra cosa?

Pasados unos escasos segundos que parecieron horas, el dolor se pasó. Volvió a mirarse al espejo, asustado, pero seguía igual que antes. Cerró los ojos con fuerza, corrió de vuelta al baño a tomar un poco de agua, se vistió con otro de los vestidos que su madre le dejara, le cambió el color con su magia y salió corriendo en busca de aire fresco que le despejara.

No es nada… No es nada… Todo estará bien, Loki

Notas finales:

Espero que les haya gustado este capi, y como ya saben, cualquier comentario o crítica es bien recibida, así como tomatazos, zapatazos, escudazos, un Loki amordazado, un Capitán América o un Iron Man también son bien recibidos :D 
¡Nos leemos en el próximo capítulo!

Lacrima Eterna~

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Como lo prometido es deuda, aquí les dejo el link con el regalo que els traje a todos ustedes, muchas gracias por sus comentarios tan lindos y animosos >.< 

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Ahora sin más me despido, espero leernos pronto! Adieu!

Annie L. Campos // Alexandre Escamilla
Lacrima Eterna~ 


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