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¡Princesa por accidente! por Lacrima Eterna

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Notas del capitulo:

Lamento mucho el retraso, tuve un pequeño problema y llevo desde el viernes en la capital, y hoy recién pude aparecer en mi casa ;O; espero que no se hayan desesperado mucho y que no hayan hecho una hoguera para esta bruja, miren que soy buena y ya les traje el capi del viernes >_>

Ahora sin más molestias de mi parte, ¡a leer!

Dio un par de pasos más y se recostó sobre la hierba, mirando el cielo. Al contrario que su hermano, no necesitaba ir a arreglar sus ropas ni nada, saldría en la tarde tal cual como estaba ahora. Suspiró algo pesado, mirando el cielo con el ceño ligeramente fruncido, dándole vueltas a la pregunta que Loki le hiciera minutos atrás.

“¿Por qué te molesta tanto?”

Él mismo no sabía la respuesta a aquella pregunta, se sentía confundido. Nunca le había gustado que Loki jugara con eso, le hacía sentir extraño y nervioso. Recordaba que ya anteriormente le había hecho esa pregunta, años atrás, cuando tan sólo eran dos muchachitos de no más de 12 años.

En aquella ocasión una chica había estado persiguiéndolo y hostigándolo, decía que estaba enamorada de él pero Thor apenas le prestaba atención; sus intereses estaban en los juegos y en las batallas, no en las mujeres. Pero aquella muchacha parecía no entender cuando le decía que le dejara en paz, y fue entonces que Loki apareció hecho una furia y le dijo a la niña que se alejara. Recordaba claramente sus palabras aquella tarde lejana…

–Aléjate de él, es mío –gruñó Loki, empujando a la niña lejos del rubio.

– ¡No es cierto! ¡Él es mi enamorado! –se defendió la niña, empujando a Loki con fuerza.

– ¿A sí? ¿Y por qué ni te mira ni te habla? Eres sólo una molestia, en cambio, yo soy su hermano y además, cuando crezcamos seré su pareja y me pienso casar con él y ni tú ni ninguna niña estúpida y engreída va a cambiar eso –tras decir esto, el pequeño pelinegro se cruzó de brazos con aire de superioridad, mientras a la niña se le llenaban de lágrimas los ojos.

– ¡Loki! ¡No digas eso! –le había regañado un joven Thor, rojo como un tomate.

– ¡Pero si es verdad! ¿Acaso no me amas, Thor? Dile a esta niña tonta que yo tengo razón, y que tú te casarás conmigo y reinaremos juntos en Asgard –dijo el menor abrazándole.

–Bueno… yo… claro que te amo como hermano… –tartamudeó él, mientras la niña se daba la vuelta y estallaba en llanto.

– ¡Los odio! ¡Te odio Thor! ¡Creía que me amabas! –chilló antes de irse corriendo. Una vez estuvo fuera de la vista de ambos, Loki se apartó riendo a carcajadas por aquella broma.

– ¡Jajaja! ¡No puedo creer que se haya ido llorando! Espero que le sirva de lección, ¡qué tontas son las niñas!

– ¡Loki! Eso no fue gracioso. No juegues con eso –le dijo Thor molesto, dándole la espalda al joven príncipe.

– ¡Hey! ¿Qué hay de malo en ello? ¡Sólo fue una broma! –dijo Loki, dejando de reír y dándole alcance con rapidez, ya que el rubio había empezado a caminar.

–No fue divertido, no me gusta que hagas bromas así –murmuró él, sin dejar de caminar y sin mirar a su hermano.

–Pero no entiendo, ¿por qué te molesta tanto? –preguntó el otro, deteniéndose y mirándole confundido.

–No lo sé… me molesta y ya –fue lo único que él dijo, sin dejar de caminar y dejando atrás a su hermano.

Ni ahora ni en aquella vez había conseguido hallar respuesta para aquella pregunta. Pensaba que tal vez le molestaba porque estaba mal, los hermanos no debían jugar con eso y mucho menos entre dos hombres. No era correcto. Pero, ¿era verdaderamente éste el motivo por el cual esas bromas le hacían sentir incómodo? ¿O era por algo más?

Cerró los ojos y respiró profundamente, para luego sentarse sobre el césped con las piernas cruzadas. Inconscientemente empezó a arrancar la hierba con sus manos mientras pensaba. Cuando vio a Loki en el desayuno, se había sentido de la misma manera extraña, incómoda. También cuando le sostuvo por la cintura en la biblioteca, y no sólo eso, sino que se había descubierto pensando mal sobre su hermano. Le hubiera gustado seguir sujetando aquel frágil cuerpo, haber delineado las curvas de su cintura y haber acariciado con sus labios su piel de blanco marfil para averiguar su sabor, pero sabía que era algo malo, prohibido.

No era una chica cualquiera, ni siquiera era una mujer, sino su hermano menor. ¿Cómo pudo haber pensado en todo eso? Sentía que había algo malo en él. Empezó a rememorar cada ocasión en que se sintiera así. Descubrió sorprendido que habían sido muchas en realidad. ¿Eso quería decir entonces que había algo mal con él? ¿Con la forma en que miraba a su hermano? ¿Era anormal?

Se sentía deprimido y asqueado consigo mismo. Si Loki llegara a enterarse de los sentimientos que tenía hacia él seguramente se enfadaría y no le volvería a hablar jamás. Se avergonzaría de él o tal vez peor, se reiría. Porque Thor se daba cuenta de que sentía demasiado cariño hacia el joven príncipe, un cariño que, por lo que sabía, sólo se daba entre un hombre y una mujer. Si lo pensaba bien, podía llegar a la respuesta a aquella pregunta, al por qué le molestaba, al por qué se sentía tan incómodo y avergonzado.

Se puso de pie de golpe, aunque sin tomar ninguna decisión. No todavía. Lo único que tenía, era una confirmación, una respuesta.

Y la respuesta era que él…

*”*”*

Sus pasos le llevaron hasta la biblioteca, aunque no era ese el lugar al cual quería ir. Deseaba ir afuera, tomar aire y relajarse, olvidarse de aquel dolor. Pero sus pies parecían no querer obedecer, pareciera que ya no era dueño de su propio cuerpo. Tras cerrar la puerta tras de sí, el dolor regresó con renovada intensidad, cortándole la respiración y evitando que pudiera liberar quejido o gemido de dolor alguno. Unas pocas lágrimas escaparon de sus ojos, jamás había sentido tanto dolor y pareciera que no iba a acabar pronto. Se sentían como espinas clavándose en su pecho.

Aún así, logró sujetarse de una mesa cercana para no caer al suelo, y poco a poco sus pies le arrastraron hacia el escritorio que solía usar para estudiar. Al levantar la vista, pudo ver un objeto que brillaba con un suave resplandor verdoso sobre él, y a medida que se acercaba, pudo darse cuenta de que se trataba de un libro… de aquel libro. ¿Cómo podía ser eso posible?

Mientras más se acercaba, el dolor se volvía más agudo y profundo, pero su cuerpo sentía la necesidad de acercarse, todo él le obligaba a estirar sus manos y tomar el libro entre éstas. Cuando por fin sus blancos y finos dedos lograron tocar la portada de aquel misterioso libro, todo el dolor desapareció y con él, todas sus fuerzas. Cayó al suelo de inmediato, respirando agitadamente y sudando frío, totalmente agotado por el esfuerzo de su cuerpo al resistir aquel dolor. Tenía los ojos cerrados y respiraba como si pudieran volver a cortarle el aire, era una sensación horrenda y desesperante.

Pasados unos largos y angustiosos minutos, finalmente logró calmarse y recuperarse. Lentamente abrió sus ojos y intentó incorporarse con algo de dificultad, sintiendo cómo todo su cuerpo temblaba. Notó entonces que el libro estaba en su mano, pero apenas podía verlo, pareciera que la luz hubiera desaparecido por completo de la biblioteca.

De rodillas en el suelo, cogió el libro con ambas manos mirándolo extrañado, sin entender cómo es que había vuelto a aparecer. Ya no resplandecía como minutos atrás, por lo cual no podía ver casi nada de lo que había escrito en la portada. Con renovado esfuerzo se puso de pie, tambaleando un poco al principio, y se dirigió a la mesa, en donde sabía había un candelabro para las horas nocturnas y las tardes de invierno que oscurecían el lugar.

Sus manos palparon buscándolo, pero no pudo encontrarlo. Frunció el ceño, sentía su corazón palpitar con demasiada fuerza, como si pudiera salir de su pecho en cualquier momento. Sus manos regresaron al libro y lo abrieron, y fue en ese momento que pasó.

Éste es el libro de los antiguos jefes chitouri, un libro tan poderoso que sólo se enseñará a aquellos que sean dignos de su poder ilimitado. En él descansan los más grandes secretos del universo, así como también, la visión del futuro inmediato. Y ha sido destinado a tus manos, joven príncipe asgardiano, para enseñarte cuál es tu destino… Como rey de Asgard y como quien nos llevará a la victoria definitiva sobre el universo y los nueve mundos, empezando por Jötumheim y Midgard…

Como un rayo que atravesó su mente, aquellas palabras se esfumaron en la mente de Loki, trayéndolo de regreso a la realidad. Estaba en el suelo de la biblioteca, con los brazos extendidos y con el libro sobre su pecho, subiendo y bajando al ritmo de su agitada respiración. ¿Qué había sido eso? Con cuidado se incorporó y se quitó el libro de encima, mirándolo con miedo y recelo en sus ojos.

Aquello había sido extraño, había escuchado al libro hablar en su mente con voz cavernosa y profunda, pero aquello que había dicho… ¿los chitouri? ¿Quiénes eran ellos? ¿Y por qué aquel libro decía estar destinado a él? Tragó duro mirándolo, le daba bastante miedo pero al mismo tiempo su poder le atraía y la idea de saber su futuro inmediato le seducía por momentos. Estaba asustado, pero al mismo tiempo quería saber un poco más.

Unos pasos provenientes de afuera le alertaron, y tras colocarse rápidamente de pie, se guardó el libro entre los pliegues de su capa y su vestido. En ese momento Thor entró en la biblioteca, y su expresión cambió a una de sorpresa cuando le vio, aunque extrañamente también se le tiñeron las mejillas de un sutil tono rojizo.

– ¡Loki! ¿Estás bien? Te veo todo desordenado… –murmuró Thor, acercándose al menor y acomodándole los largos cabellos.

–Estoy bien, sólo estaba buscando algo –dijo Loki en voz baja, dejándose hacer, aún consternado por dentro aunque no lo demostrara. Su expresión era de completa calma, aunque lucía con la ropa desordenada y la frente empapada en sudor, cosa que para su hermano no pasó desapercibida.

–Te noto agitado… Venía a decirte algo…

– ¡Ah! Es cierto, ya es hora de que vayamos con tus amigos, casi olvido que quieren celebrar nuestro compromiso… –le interrumpió Loki, apartándose del rubio quien sólo bajó la mirada ahogando sus palabras, no había sido eso lo que había ido a decirle.

–Sí, mejor ve a arreglarte, pareces todo menos una doncella de Midgard… –murmuró con tono desanimado el rubio, caminando tras Loki y saliendo de la biblioteca junto a él.

–Gracias por el halago hermano, sí que sabes tratar a las mujeres… ya veo por qué sigues soltero a estas alturas –comentó el pelinegro, caminando hacia su habitación con paso rápido. Quería guardar el libro y verlo bien más tarde, en la intimidad de su cuarto.

–Tú también lo estás, Loki, así que mejor guarda silencio…

–Si lo estoy es porque quiero Thor, recuerda eso –se detuve frente a la puerta de su cuarto y se giró a ver al rubio– ¿Me permites un poco de intimidad? Debo darme un baño y cambiarme, debo estar presentable, después de todo, soy la futura reina de Asgard… –una sonrisa se formó entonces en sus labios, una que provocó un escalofrío inesperado en su hermano mayor.

–Sí, claro… te espero en el gran salón entonces… –y tras decir esto, Thor se dio media vuelta cabizbajo y continuó andando por el pasillo, golpeándose mentalmente por no haberle dicho a su hermano lo que le quería decir.

El pelinegro por su parte, tan pronto entró en su cuarto sacó el libro de los pliegues de su vestido y buscó un escondite adecuado para que nadie lo encontrara. Inmediatamente después de esto, se despojó de sus ropas y se dio un breve baño caliente que relajara sus músculos y le limpiara de todo rastro de sudor. Una vez estuvo bien limpio y se sintió un poco mejor, salió de la tina y se envolvió en una toalla, empezando a secar aquel cuerpo femenino con calma y paciencia, para luego quedarse de pie frente al espejo y contemplar su cuerpo desnudo.

Pero algo estaba mal. Sus ojos se abrieron enormemente y sus manos se dirigieron a su pecho, en donde había aparecido una extraña marca, similar a la cicatriz que deja una herida demasiado grande, justo en el lugar que antes le doliera. Al tocarse, torció el gesto ligeramente, dolía. Pareciera que una espina se clavaba en su pecho, justo en donde estaba su corazón. Intentó quitarla con cuidado, pero el sólo hecho de tocarla le dolía y hacía que la espina se clavara más dentro de su piel.

Acudió entonces a su magia, pero parecía inútil. Respiró entonces profundamente, dejó su mente en blanco y luego aguantó la respiración. Se llevó la mano derecha al pecho y con determinación, tomó la pequeña aguja con sus largas uñas y jaló de ésta con fuerza, aguantando un grito de dolor. La espina cayó al suelo para luego desaparecer en un halo de humo negro, mientras que en su pecho, una mancha similar a un moretón negro quedaba como único vestigio de la herida.

Dejó escapar el aire contenido y unas lágrimas de dolor, y tras limpiarlas con su muñeca, se revisó la herida frente al espejo. Sangraba, pero muy poco, por lo cual se colocó unas pocas vendas para luego vestirse con rapidez. ¿Qué había sido eso? Seguramente, pensó, debió clavársele cuando tomó el libro, puesto que éste había quedado sobre su pecho luego de aquella visión. Sí, debía de haber sido eso, de seguro nada grave, porque el libro aquel sólo quería ayudarle, darle su poder y enseñarle su camino… Por supuesto, eso debía ser. No pudo evitar convencerse de ello, como si sus pensamientos estuvieran siendo controlados para hacerle pensar de esta forma.

Hubo un momento, antes de salir de su habitación, en que Loki pensó que se sentía como en una pesadilla. Como si se estuviera perdiendo a sí mismo. Y eso le aterraba. Y con Odín lejos, no había nadie que pudiera ayudarle a encontrarse otra vez.

No, todo está bien. Estás imaginando cosas, Loki, sólo se trata de eso. Además, aunque estuviera Odín, ¿cómo podría ayudarte? Ni siquiera te prestaría atención, ni siquiera te escucharía. Él sólo escucha a Thor, después de todo, y tú sólo eres el hermano menor. No necesitas de su ayuda ni de la de nadie, puedes con esto tú solo. Puedes hacerlo solo, Loki”

–Sí, no necesito a nadie que me ayude –se repitió a sí mismo, antes de salir de la habitación e ir a reunirse con su hermano mayor en el gran salón.

Notas finales:

¡Al fin! Ya estamos más o menos en la mitad de la historia, espero que les haya gustado y llenado de dudas e ideas que espero compartan conmigo òwó Y lo sé, Loki lo pasa mal en este capítulo pero ya verán, el destino es el destino y pronto veremos cómo la historia va llegando a su clímax. 

Como ya saben (algunos), subí en el capítulo anterior la imágen que les había prometido, pero para quienes no pudieron verla o no se enteraron, les dejo aquí el link de la imagen por Deviantart para que la vean:

http://lacrimaeterna.deviantart.com/#/d51xh9b

Sin más me despido, y como ya todos saben, son bienvenidos los comentarios y las críticas, así como los tomatazos, zapatazos, escudazos, un Loki amordazado, un Iron Man o un Capitán América también son bienvenidos aunque esta vez no me los merezca por tamaño retraso ;_; 

¡Adieu! ¡Nos leemos en el próximo capítulo! (que créanme que lo subiré pronto, tal vez mañana o pasado, como pago por haberlos dejado con las ganas el viernes) 

Lacrima Eterna~


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