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¡Princesa por accidente! por Lacrima Eterna

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Notas del capitulo:

¡Y aquí estoy de nuevo! Con una full actualización, no quería hacerles esperar demasiado y que se pperdieran la gran pelea entre Loki y Sif, ¿quién ganará? ¿Alguien hizo sus apuestas?
Sí, hoy estoy de mejor humor que ayer, emocionada porque el final se acerca bastante intenso, además que hoy vi el último episodio de mi telenovela *O* (Boys over flowers) así que estoy pero muy llena de energías!! >w< 
Y para las que quieren lemon (creo que todas jaja) no se preocupen, prometo que muy pronto habrá material de sobra para alimentar nuestras pervertidas mentes yaoistas, sólo tienen que esperar un poquito más. ¡Vamos que el final se viene pronto y con todo! Ahora, ¡a leer se ha dicho! 

–Pues no me arrepiento de nada –murmuró una desordenada Lorreine, con las piernas cruzadas mientras dejaba que el joven rubio pusiera un poco de hielo en su ojo derecho. Su vestido estaba rasgado en varias partes y sobre sus hombros descansaba la gruesa capa de Fandral, quien la escuchaba en silencio mientras intentaba disminuir la hinchazón del ojo de la chica– Que les sirva de lección a ambos.

–Creo que te excediste un poco con Sif… aunque la verdad aún no logro entender bien lo que pasó –comentó al fin, dejando el hielo a un lado– No sabía que golpearas tan fuerte, sí que eres engañosa…

Lorreine sonrió victoriosa, orgullosa de su gran hazaña y presionando entre sus manos un pequeño bulto que no estaba dispuesta a soltar.

–Así aprenderá a no besarse con quien no debe, esa zorra hija de… –se detuvo al recordar quién era y a quién tenía adelante– Lo siento…

–Descuida, ahora sólo estate quieta un poco a ver si tu muñeca se recupera… no puedo creer que te la rompiera –ahora los dedos de Fandral examinaron la delicada muñeca izquierda de la doncella, la cual se veía en muy mal estado. Colocó el hielo sobre ésta y lo dejó allí unos momentos– Eres bastante fuerte para ser una midgardiana…

–Digamos que estoy bien entrenada, soy resistente. Y no soy fácil de vencer… ¡auch! –hizo ademán de retirar su muñeca, pero el agarre del guerrero se lo impidió.

–Lo siento –se disculpó él, soltando la mano de la chica y tomando las vendas que habían dejado a su lado– Tengo que vendarla o se pondrá peor. Dolerá un poco.

–En serio no es necesario que hagas esto, en mi cuarto tengo unas… pomadas que traje de Midgard y con eso estaré bien –insistió de nuevo la doncella, pero Fandral hizo caso omiso de su comentario y empezó a vendarle la muñeca con el máximo de cuidado.

– ¿No que eras resistente? Vamos, ya casi termino… –mientras hablaba Lorreine se mordí el labio inferior con fuerza, no estaba muy acostumbrada que digamos a tener que enfrentarse a huesos rotos sin sus hechizos– Aún me cuesta creer que le arrancaste todo el cabello… eso sí que debió doler. Recuérdame nunca hacerte enfadar. ¡Listo!

–Ella se lo buscó –murmuró Lorreine mirando su muñeca vendada. Sonrió para luego mirar al rubio– Gracias. Perdona por la molestia…

–Descuida, no es nada –el guerrero acercó su mano al rostro de la chica, tomando un mechón de cabello y acomodándolo tras su oreja– Así está mejor… Thor debería llevarte al palacio. Si tu pueblo te viera en estas condiciones… Thor es un irresponsable a veces. Me alegra que por esto no hayamos entrado en guerra, hubiera sido un desastre total.

–Thor es un imbécil, si no fuera porque es mi her… prometido, también le habría arrancado el cabello –sentenció Lorreine, con rostro enfadado– Prefiero irme al palacio sola, para eso me sé el camino de vuelta.

–Puedo llevarte si quieres. Ya sabes, no es correcto que una dama esté caminando sola, mucho menos durante la noche.

– ¿Aún me consideras una dama? –Preguntó la muchacha, mirando a Fandral a los ojos– ¿A pesar de esto? –enseñó el montón de cabello que le había cortado a Sif con su magia.

–Una dama peligrosa, pero una dama después de todo. Vamos, yo te llevaré en mi caballo. Espero que el Padre de Todo no te vea en este estado, o estaremos todos en grandes problemas…

*”*”*

45 minutos antes

– ¿De qué querías hablar, Sif? ¿Me dirás qué te pasa? –Thor fue directo al grano apenas entraron a la habitación.

Sif suspiró y se dio la vuelta, dándole la espalda al dios del trueno quien esperaba en silencio su respuesta. Quedaron sumidos en un incómodo silencio, el cual fue roto por la guerrera transcurridos algunos minutos.

– ¿La amas? –preguntó en un susurro, sorprendiendo a Thor con su pregunta. Se giró al no encontrar una inmediata respuesta.

–Sí

– ¿Y hace cuánto la conoces? ¿Sabes acaso algo de ella? ¿Si no hace esto sólo por el trono de Asgard o por alguna otra razón? Ella no me agrada, Thor, algo está escondiendo, algo malo… Me dan escalofríos cuando me mira, hay algo en sus ojos tan… escalofriante. No confíes en ella, no te cases con ella.

–Basta Sif, no digas eso –el dios del trueno intentó calmar a su amiga colocando su mano sobre su hombro y hablando con voz suave, la notaba alterada– Lorreine no es como crees, es una buena persona, y aunque no lo creas, la conozco mejor que cualquiera de ustedes… Puedes estar tranquila.

Sif se quitó la mano de Thor de encima con un manotazo.

– ¿Prefieres confiar en ella que en mí? ¡Thor! ¡Yo, que he sido tu mejor amiga por años, que he luchado a tu lado y que he compartido penas y alegrías contigo!

–Sif, por favor, las cosas no son así como tú crees… te diré la verdad, pero si prometes guardar el secreto…

– ¿La verdad? ¿Cuál es la verdad Thor? ¿Qué estás enamorado de ella? ¿Qué nunca te diste cuenta de mis sentimientos? –los ojos de Sif se llenaron de lágrimas que con todas sus fuerzas intentaba contener.

– ¿Sentimientos?

– ¡Estoy enamorada de ti! ¿Por qué nunca te das cuenta de nada? ¡Te amo desde que somos niños! –Thor quedó sin palabras ante esta confesión, estaba totalmente sorprendido.

Nunca se hubiera imaginado que Sif estuviera enamorada de él, y no sabía cómo reaccionar ahora frente a la confesión de su amiga. Ésta por su parte, aprovechando aquel momento de sorpresa del rubio, se acercó y con todo el valor que el alcohol proporciona le dio un fiero beso en los labios, beso que Thor no correspondió.

En ese preciso momento entró Lorreine a la habitación, a las espaldas de Thor. Sif, viéndola, sonrió y se aferró con mayor fuerza al rubio, quien aún no sabía qué hacer, estaba congelado de la sorpresa. Con lo que la guerrera no contaba, era con que Lorreine se acercara y la agarrara del cabello, para luego plantarle un rudo puñetazo en la cara. Había pensado que se iría corriendo y llorando como las princesitas solían hacer.

– ¡Tú, zorra arrastrada! ¡Aléjate de MI hermano! –había gritado Lorreine mientras de sus manos salía un resplandor verdoso y de sus ojos salía un brillo amenazador.

Sif se puso de pie de inmediato, reconocía aquel resplandor aunque no le cuadraban las cosas. Pero antes de que pudiera hacer o decir nada, ya tenía a la chica sobre ella tirándole el cabello, acción que respondió lanzando un puñetazo directo a su rostro, dejándole un moretón en su ojo derecho.

– ¡No vuelvas a tocarme, maldita malnacida! –exclamó Sif, poniéndose de pie y limpiándose la sangre del labio.

– ¡Tranquilícense las dos! ¡Ya basta! –Thor intentó detenerlas, pero Lorreine ya estaba sobre Sif arañando su rostro– ¡Loki, basta! –tomó a su hermano de los hombros, abrazándolo por la espalda para alejarlo de su amiga pero entonces éste se esfumó en el aire– ¿Una copia?

Un rayo de luz verde le tiró al otro lado de la habitación, dejándolo aturdido. Loki estaba hecho una furia. Sif aprovechó ese momento para tirársele encima y derribarle.

– ¡Tú! ¡Lo sabía! –exclamó, dándole una fuerte patada en las costillas.

– ¡Y tú zorra, me las vas a pagar todas ahora! –un nuevo rayo de luz derribó a la guerrera, tirándola al suelo. Loki se puso de pie y lanzó un nuevo rayo contra la chica, pero ella justo en ese momento rodó librándose del ataque, volviendo a colocarse de pie.

Parecían dos gatas o dos leonas luchando, a ver cuál de las dos más fiera. Hubo un momento en que Sif golpeó con fuerza a Loki en la cabeza, dejándole mareado en el suelo, pero el hechicero rápidamente reaccionó tirándole un rayo de luz directo a la cara. Volvieron a sujetarse ambas del cabello con fuerza, ninguna parecía querer ceder ante su agarre, pero entonces Loki sonrió con maldad y con un hechizo hizo que todo el cabello que tenía en la mano fuera cortado, dejando a la guerrera casi calva.

– ¡Mi cabello! ¡¿Cómo te atreves?! –gritó Sif llevándose las manos a la cabeza, enfureciéndose aún más de lo que estaba. Mientras Loki reía sujetando firmemente su nuevo trofeo, la guerrera sujetó con fuerza su muñeca izquierda intentando arrebatárselo– ¡Devuélvemelo! ¡Es mío!

– ¡Ahora es mío! –Loki no estaba dispuesto a soltar su trofeo y jaló con fuerza, pero no previó que Sif estuviera dispuesta a romperle la muñeca con un movimiento ninja. Dejó salir un quejido de dolor, pero antes de que la chica diera su golpe final, sintió que una nueva fuerza circulaba hacia sus miembros– ¡Te mataré, perra!

– ¡Inténtalo si puedes!

Incitado por estas palabras, el príncipe sonrió con maldad y de ambas manos salió un brillo negro, que aturdió a Sif y la hizo quedar de rodillas en el suelo, intentando contener su ataque con sus manos.

– ¡Arrodíllate! ¡De rodillas ante tu futuro rey! –exclamó Loki, ensanchando su sonrisa al ver la expresión de miedo en el rostro de su enemiga. Y antes de agregar nada más, le dio una fuerte patada en el rostro que la dejó en el suelo, inconsciente.

El hechicero también calló de rodillas, respirando agitado mientras se calmaba y el aura negra que por unos minutos le rodeó desaparecía. Su aspecto era deplorable, tenía su vestido rasgado y hecho jirones al igual que su capa, los cabellos negros totalmente desordenados y en algunas partes incluso le faltaba un poco, lo que Sif había logrado arrancar. Su muñeca estaba rota y su ojo derecho morado, pero al menos tenía la victoria. Él, que nunca antes había peleado ni luchado contra nadie, que prácticamente no poseía conocimiento alguno sobre la lucha, acababa de vencer a una de las mejores guerreras del reino… quien estaba algo borracha, pero esto era un detalle sin importancia.

–Loki… ¿qué hiciste? –la voz quejumbrosa de su hermano mayor le sacó de su muda contemplación, haciendo que ahora que se había calmado, una silenciosa lágrima se derramara por su mejilla.

–Eres un idiota… te odio –fue lo único que el pelinegro comentó antes de ponerse de pie con cierta dificultad y salir de allí con la cabeza en alto, encontrándose de frente con los demás amigos de Thor, quienes se habían acercado advertidos por los gritos de las chicas.

*”*”*

–Actué con impulsividad… eso no es propio de mí –comentó la chica, cabizbaja. No entendía por qué había actuado con tanta rabia, pero no podía arrepentirse de la paliza que le había dado a Sif. Se sentía orgullosa, pero al mismo tiempo se sentía mal de sentirse así.

–Es normal que actuaras así en esa situación… Después de todo Thor es tu prometido –comentó Fandral en voz baja, con la vista fija en el frente. Por unos segundos el único sonido fue el de los cascos del caballo resonando contra el asfalto de las calles.

–Supongo que ahora me odia por haber golpeado a su queridísima Sif… Que grandísimo imbécil –aquel último comentario no estaba segura si se refería a Thor o a él mismo por sentirse como se sentía. Siempre se había molestado cuando alguien más se acercaba demasiado al rubio, pero sabía que no eran celos. Era sólo que le hacía sentir mal por dentro, como si ardiera.

–Él te gusta, ¿cierto?

– ¡No! Es que… cuando los vi… –Lorreine bajó la mirada otra vez, sintiendo de nuevo aquella rabia que le había inundado hacía más de una hora– Ya no quiero hablar de eso.

–Vale… –el resto del camino lo hicieron en silencio. En cuestión de minutos llegaron frente al palacio, en donde Fandral ayudó a Lorreine a bajar del caballo con cuidado, tomándola de la cintura. Se miraron en silencio y luego Lorreine se separó del rubio guerrero, quien montó de nuevo en su caballo y la miró una última vez– Cuídate, espero verte pronto… Adiós.

–Gracias por todo, Fandral. Nos vemos –murmuró ella antes de entrar al palacio. Evitó todos los pasillos con guardias, no quería que nadie le viera en ese estado tan deplorable.

Suponía que Thor ya debería estar por llegar, se había quedado sanando las heridas de Sif  luego de que Loki casi le diera a él una paliza. Había estado tan furioso, se había sentido tan herido al verlos besándose… Los ojos se le aguaron otra vez, pero no iba a llorar, no por eso.

Entró a su habitación y se dejó caer sobre su cama con el rostro contra la almohada, apretando con fuerza las sábanas intentando dejar su mente en blanco. Pero no podía, porque la imagen de ese beso volvía una y otra vez a su mente. Le daba igual que Sif supiera su verdadera identidad, le daba igual todo ahora. Pronto empezó a sollozar en silencio, abrazándose a un almohadón, dejando escapar todo lo que sentía.

– ¿Por qué me siento tan mal? ¿Qué me importa a mí lo que él haga? Tonto, tonto… –se repetía en voz baja– Lo odio… lo odio tanto…

Lo amo tanto…”

Aquel fugaz pensamiento asomó en su cabeza, pero se lo negó a sí mismo. No quería darle palabras, no quería nombrar aquel sentimiento porque le dolía el sólo hecho de pensarlo. Porque desde un principio, desde que era un niño y se había dado cuenta de que el cariño que sentía por Thor iba más allá del fraternal, siempre lo había negado, había intentado enterrarlo en un rincón de su corazón. Thor era su hermano mayor, y siempre estaría condicionado por este hecho. Sabía y tenía más que claro que no iba a ser correspondido ni aceptado jamás, y creía haberse resignado a este hecho.

–Tonto… él está enamorado de Sif…tú jamás competirás con ella, aunque estés en este cuerpo… qué tonto… –se dijo a sí mismo, hecho un ovillo sobre la cama.

Un estremecimiento recorrió su cuerpo, empezaba a tener frío. Era tarde y sus ropas un desastre, y le sorprendió darse cuenta de que en el camino no había sentido el frío. Cuando se incorporó un poco sobre la cama, notó que aún llevaba sobre sus hombros la capa de Fandral. Sonrió con tristeza, envolviéndose mejor en ella.

–Estás perdiendo tu rumbo –una voz a sus espaldas le hizo dar un sobresalto, y al girarse, una sombra femenina estaba sentada sobre el marco de la ventana, mirándose las uñas– Mírate, das pena. Confundido, llorando por un amor imposible… ¿así planeas ser un rey?

– ¿Quién eres tú? ¿Y qué haces en mi cuarto? –preguntó Loki con voz amenazadora, limpiándose las lágrimas rápidamente con la muñeca y poniéndose rápidamente de pie– ¡Habla!

Una risa baja provino de la figura. Ésta se puso de pie y se acercó a Loki, quién aún no podía verle el rostro al hallarse la mujer aún entre las sombras.

– ¿Quién soy? ¿No me reconoces, príncipe? –la voz de la chica era familiar, y provocó en Loki un estremecimiento involuntario– La respuesta es muy fácil…

Tras decir esto, dio un par de pasos más hacia Loki, quedando así su rostro iluminado por la luz de las velas. El príncipe palideció al reconocer aquel rostro, y no pudo evitar dar varios pasos atrás, asustado.

– ¡No puede ser! ¡Tú eres…!

–Así es Loki… –la mujer ensanchó su sonrisa, tomando las dos manos del hechicero entre las suyas y colocando el libro sobre éstas– Yo soy tú… Soy Lorreine

Notas finales:

Espero que les haya gustado mucho, la verdad es que me divertí bastante haciendo la pelea entre Loki AKA Lorreine vs Sif, y lamento si quedó un poco pobre pero es que es la primera pelea que escribo en mi vida, tengo la esperanza de no haberlo hecho taaaan mal :3 Además, recibí toda la gran ayuda de Alex, mi amado alter ego, quien me inspiró con todas las peleas que siempre arma con todo el mundo en mi cabeza ¬¬U Así que gracias a él también. 

Como siempre, comentarios, críticas, condolencias, amenazas, tomatazos, escudazos y zapatazos son bienvenidos, así como un Loki amordazado, un Capitán América o un Iron Man también son bien recibidos. ¡Nos leemos en el próximo capítulo! 

Annie C. & Alex E.
Lacrima Eterna~ 


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