Todo lo que me pasa es por culpa de Takano-san. Juré nunca enamorarme de nuevo, pero he vuelto a sentir lo mismo que sentí hace diez años por este hombre. Jamás volveré a decir frente a él que lo amo, menos mal que la lluvia del otro día hizo que mis palabras no fueran escuchadas por sus oídos. No me retracto de haber dicho eso, pero creo que es mejor que no lo haya escuchado, porque sé que si lo escucha se jactará de ello para siempre; aún recuerdo cuando dijo que me enamoraría de él nuevamente… y lo logró, volví a sentir que sin él mi vida estaría vacía.
Siempre digo que lo odio y es que no quiero que todo el mundo sepa lo que tuvimos cuando estábamos en la escuela, y si supieran lo que está ocurriendo ahora entre nosotros, sé que Yokosawa-san intentaría robarme a Takano-san aunque creo que ya me ha aceptado. ¿Robar? ¿Acaso pensé eso? Eso significa entonces que…en verdad no lo odio. Si tan solo no hubiese ocurrido ese mal entendido entre nosotros creo que estos diez años separados jamás hubieran existido de esa forma.
-Onodera, deja de soñar despierto y llama a tu mangaka, recuerda que solo quedan tres días para mandar los mangas de esta edición.- Takano-san siempre me ordena que hacer, se cuál es mi trabajo, aunque amo escuchar su voz.
-Eso es lo que iba a hacer en este momento, no te preocupes.- Ya casi esa la hora de salida, siempre intenta hacer que me quede tiempo extra en la editorial mientras no hay nadie más en la oficina.
Bueno, otra vez logró lo que quería, me tomó media hora lograr convencer a sensei para que terminara el manga mañana en la tarde. Pero bueno, el trabajo de hoy terminó.
-¿Ya me voy a casa Takano-san, vas a quedarte hasta más tarde?- Le di la espalda mientras recogía mis cosas.-
-No, en realidad termine con lo que tenía que hacer hace más de dos horas, solo quería que todo el mundo se fuera para quedarnos solos.
No pude evitar sorprenderme un poco cuando tocó mi hombro derecho para voltearme y darme un beso, mis cosas se cayeron de mis manos. Siempre que hace algo así mi corazón se acelera, pero debo controlarme, así que me separo de él, mi rostro se siente caliente, de seguro me enrojecí de nuevo. ¿-Qué crees que haces? ¿No te das cuenta que estamos en la oficina?
-No me importa, no hay nadie que nos moleste; además necesitaba hacerlo, me cuesta estar cerca de ti sin besarte. – Volvía a tomar mi mentón, atrapando mis labios nuevamente. Me abrazó, sus brazos rodearon mi cintura y apoyé mis manos en su pecho, poco a poco las fui subiendo hasta rodear su cuello para profundizar más el beso. Siempre que intento resistirme al comienzo logra que sus labios me hagan caer.
Nuestras manos recorren nuestros cuerpos y la temperatura comienza a subir, la ropa empieza a estorbar y Takano-san se da cuenta de ello. Mi chaqueta y mi camisa comienzan a ser desabotonados y poco a poco se deslizan hasta caer al suelo. Sus manos tocan mi espalda y mi pecho, quemando cada parte por la que pasan.
-Te amo, jamás deje de hacerlo. –Me dirige esas palabras directamente al oído en un susurro, su aliento tibio choca con mi cuello y su boca comienza a dejar unas marcas cerca de mi omoplato que no se borrarán en unos cuantos días. Nos movemos en dirección al sillón que se encuentra cerca de los escritorios y me recuesta sobre este, mientras que comienza a quitarse la camisa. Una vez que se la quita, los besos y las caricias continúan, no puedo hacer nada más que gemir y dejarme llevar por él.
Pasaron unos minutos más y nuestros pantalones y ropa interior también desaparecieron. Se ubicó entre mis piernas y dirigió su miembro hacia mi entrada. –Te amo más que a nadie en este mundo. -Esas palabras siempre me hacen sentir feliz, porque soy al único al que le habla así. Comienza a entrar lentamente, está tan duro que duele un poco, pero no importa, estoy acostumbrado, sé que en muy poco tiempo dejará de doler y me empezará a gustar. Comienza a embestir lentamente, para luego acelerar paulatinamente, continua besándome y tocándome como él sabe hacerlo. Cada vez que embiste y me toca siento que me derrito.
Los movimientos cada vez son más rápidos, siento que estoy por venirme y Takano-san también, me siento sobre él, toma mi miembro y comienza a masturbarlo al compás de sus embestidas. Mi vista se nubla y solo atino a abrazarme a él lo más fuerte posible y me vengo en su mano gritando su nombre, unos segundos después el termina dentro mío, llenándome con su semilla. Me recuesto nuevamente, completamente exhausto y Takano-san hace lo mismo, apoyándose sobre mí, recuesta su cabeza en mi pecho y me dice “No puedo vivir sin ti”, no puedo evitar decirle “Yo tampoco podría, te amo demasiado”
-Siempre lo supe.-Lo logró, volví a decirle que lo amo. Y luego me besa dulcemente.
Nos quedamos dormidos después de eso, pero me desperté como a las dos de la madrugada, lo desperté para poder ordenar el desastre que dejamos antes de que llegue alguien y nos vea así.
-Takano-san despierta, si alguien nos descubre estaremos en aprietos.-Abre sus ojos perezosamente y me mira.
-Ya voy, ya voy. Ordenaré esto y volveré a dormir, recuerda que tenemos una reunión a primera hora, así que si pasamos el resto de la noche acá llegaremos a tiempo.- Me dijo mientras se vestía.
-…¿Reunión?…! Olvidé la reunión por completo! ¡Dejé todo lo que iba a tratar en esa maldita reunión en casa!
-Pues yo que tú me pongo a escribir, porque no alcanzarás a ir a buscarlo, a estas horas no hay tren y van quedando cinco horas para que empiece la junta.
-¡Esto es tu culpa! ¡Si no fuera por ti tendría todo listo!- No puedo evitar gritarle.
-Pues nunca te negaste a lo que hicimos recién, así que es tu responsabilidad, empieza a escribir ahora, porque no pienso cubrirte como en la primera reunión.
-¡Takano-san, te odio!
Este tipo es un demonio en el trabajo, no puedo creer el tipo de jefe que tengo, pero al fin y al cabo es el hombre que amo.