I just drowned in your eyes
No es que Sasuke fuera alguien excepcionalmente romántico ni cursi, de hecho podía jurar que en su vida había regalado flores o chocolates — ni siquiera a su madre, y eso ya era de pensarse — entonces, al mirarse las blancas manos, una pregunta de proporciones inmensas se formaba con tal nitidez que prácticamente era como si alguien las hubiera escrito con aerosol en el aire y ni el viento pudiera llevársela. Entre sus largos y delgados dedos sostenía una pequeña cajita de color negro, al igual que los ojos que la contemplaban como si se tratase de la cura de una enfermedad incurable.
¿Eso podía considerarse como romántico? tampoco es que tuviera una promesa que respetar sobre su anti-romanticismo, siendo que se trataba de esa persona tan especial para él, eso significaba que era irrelevante si lucia ridículo cuando hiciera lo que planeaba. Diablos, con lo que odiaba esa clase de situaciones, y es que no lograba encontrar la manera en que todo fuera especial sin llegar a caer en las típicas escenas de las películas diabéticas… bueno, de las dulces películas que destilaban en cada segundo miel. Arrugo el entrecejo, si él pudiera lograr algo así sería lo más maravilloso que cualquier ojo mortal hubiese tenido la oportunidad de contemplar, era una lástima que su imaginación estuviera a cero, rozando con los números negativos.
Sus pies se movían solos, al grado de dejarlo anonadado al detenerse frente a un edificio pequeño algo viejo. Instintivamente retrocedió un paso, cohibido ante la estructura, su semblante era el de una persona frente a un monstruo. Sasuke volvió a bufar ¿Qué carajos le pasaba? solo faltaba que se pusiera a tartamudear o a comportarse como un reverendo idiota, sería el colmo.
El portero del edificio lo saludo con una gran sonrisa en el rostro, lleno de arrugas y manchas de sol, muestra de su avanzada edad. Cualquiera que viera al viejecito saludándolo lo tacharían de lunático, y mas al verlo contestar con un escueto asentimiento de cabeza. Con sendos pasos avanzo hasta el elevador; las puertas de meta se abrieron para él, y luego solo le resto esperar unos interminables segundos que se le antojaron de verdadero hastió.
Su vista viajo por el lugar, posándose en una puertita con un gran número doce dorado, sus labios se movieron en una mueca casi desconocida para él, aun cuando eso no lo aceptaría. —Sus nudillos chocaron contra la fría superficie, del otro lado le sonido de pasos rápidos y algo torpes se dejo escuchar, al tiempo que la sonrisa de Sasuke aumentaba.
— ¡Sasuke! ¿Por qué no avisaste que venias? — encaro con cierta molestia el dueño de la casa, cruzando sus delgado brazos sobre su pecho
— ¿Se supone que tenga que avisarte? — tercio, adentrándose en la estancia. Para su sorpresa el departamento lucia impecable.
— ¡Pues si! que seas el idiota de mi novio no te da derecho a hacer lo que te venga en gana — reclamo, cerrando la puerta y corriendo a arrojarse sobre el gran sofá negro de la sala.
Sasuke ignoro el reclamo de su rubio amor, dirigiéndose hacia la cocina, necesitaba un vaso de agua sentía la boca seca y algo pastosa. Regreso para echarse a un lado de Naruto, el sillón se encontraba apostado frente al ventanal que daba acceso a las luces cálidas, de tonalidades rojizas, anaranjadas y doradas. Bañando toda la casa en esas luces que tanto le gustaban a Naruto. Sasuke no pudo evitar quedarse mirando a su novio, sus pupilas perdidas en los lagos cristalinos que el rubio, tenía por ojos.
Así que aquí estamos
Tu cara esta brillando
Tomo tu mano
Siento como si estuviera soñando
Voy a refugiarme en tu corazón hasta que la muerte nos separe
Prometo que lo are
y al final del día solo una cosa queda
Te amo
—Hoy fue un día agotador — comento con aire distraído Naruto, acercándose al moreno, recargando su rubia cabeza en el hueco que se formaba entre el hombro y cuello del moreno — y Sai intento besarme — añadió, como quien no quiere la cosa
Sasuke se mordió la lengua, temiendo hablar de mas o montarle una escena de celos al rubio, por su orgullo que eso sería lo último que aria, ¡Eso jamás!
—Y Sakura vino a comer… creo que se robo la foto en que estamos en el festival de primavera
Sasuke nuevamente se quedo callado, pasando un brazo por los hombros del rubio, procurando no demostrar que tan tenso lo ponían esas palabras. Haciendo nota mental de a quien debía hacerle una visita para dejar ciertas cosas en claro ¿Es que acaso debía ponerle un collar a Naruto que dijera “propiedad Uchiha”? comenzaba a replanteárselo seriamente, ¿Naruto lo dejaría? bueno, Naruto era muy complaciente, no había capricho que no le cumpliera, se sentía mimado por ese hombre que resultaba, ciertamente, muy infantil. Y como amaba ese infantilismo.
Solo me ahogo en tus ojos y he encontrado una nueva vida
Tú estas en mi corazón por la eternidad
Solo me ahogo en tus ojos
Un amor más largo que la vida
Ellos simplemente no pueden apartar este camino de mí
Solo tú y yo, escucha mi corazón latiendo
—Sasuke ¿Te gustaría ir a algún lugar en especial?
Naruto comenzaba a inquietarse entre sus brazos, haciendo el intento de querer levantar el rostro y mirarlo directamente a los ojos, hecho que Sasuke impidió aumentando la fuerza y apoyando su barbilla en los cabellos dorados.
— ¿Estas molesto? ¿Es por lo de Sai y Sakura? te prometo que golpeare mas fuerte a Sai y que iré a recuperar esa foto… ¡enserio! — casi suplico, con una voz suave que logro calmar los pensamientos homicidas del moreno — pero no te enojes
Sasuke comenzó a sentir una opresión en el pecho, singo inequívoco de que la culpa empezaba hacer de las suyas. Se dijo que ya era suficiente, no le gusta poner triste a la luz de sus ojos, era justo que se dignara a contestarle de una buena vez.
—Por favor — musito Naruto. Sintiendo como su respaldo lo abandonaba, sintió deseos de llorar, Sasuke era tan extraño que a veces no podía comprenderlo. No sabía si lo hacía enojar, o si por el contrario lo hacía feliz ¿Qué clase de novio no sabe esas cosas de su pareja? se sentía un verdadero fracaso
Cerró los ojos fuertemente, impidiendo que las traicioneras lágrimas lo delataran. No obstante una suavidad tan conocida y un calorcillo que se instalo en su estomago le confirmo que Sasuke lo besaba, con una ternura inusitada en el, con tanto amor que las lagrimas bajaron, contentas por salir de su prisión y mas porque no eran de dolor.
Se separaron pasados unos segundos, con las frentes juntas y mirándose a los ojos.
—Eres un verdadero tonto, Naruto
— ¿Cómo puedes llamarme tonto? ¡Es tu culpa! — chillo el blondo
—Pues si fueras una pizca de inteligente — Sasuke hizo una medida minúscula con sus dedos — sabrías que no tendrías porque ponerte así, solo porque no te contesto… idiota
— ¡¿Idiota?! ¡Yo te enseñare quien es el…!
Naruto se vio acallado por los fríos labios del moreno. Sasuke se retiro tan pronto hicieron contacto, sacando la cajita que momentos antes hubiese contemplado. Los ojos de Naruto se abrieron de sobremanera, sorprendidos y confundidos, sus mejillas se sonrojaron furiosamente al comprender lo que su pareja estaba a punto de hacer.
—No me hagas decirlo — pidió Sasuke, ladeando el rostro para evitar que Naruto lo viera igualmente sonrojado.
—Creí que esa era una de mis funciones — tercio Naruto — debería ser yo quien te lo pidiera
—Si, bueno, el que tú seas quien manda en la cama, no significa que seas para este tipo de cosas —tampoco yo se dijo — además, si siguió esperándote seguro y envejecía
Tu volteaste la llave, has me creer en el amor
Voy a refugiarme en tu corazón hasta que la muerte nos separe
Prometo que lo are
Y al final del día solo una cosa queda
Te amo
Naruto soltó una risita nerviosa, rascándose la nuca, divertido. Sasuke era adorable cuando quería, como en esos momentos. Naruto cogió la cajita, abriéndola y dejando al descubierto un precioso anillo de compromiso, una esmeralda relucía en el centro del círculo, finamente grabado, oro blanco y piedrecillas cristalinas. Lo tomo con cuidado, levantándolo a la altura de sus ojos, era precioso, como Sasuke.
—Bueno, entonces yo haré la parte cursi; ¿Quieres casarte conmigo? — no espero una respuesta, deslizo con lentitud la sortija en el dedo anular de su pareja. Sasuke sonrió.
—Lo sabes ¿Cierto? — indago con tono apenado
—Si — Naruto lo beso superficialmente — yo también te amo