*Capitulo redactado por Shun*
Ha pasado ya muchos años desde que terminamos la guerra para salvar el mundo, mis camaradas se fueron de la mansión. Seiya volvió al santuario, Shiryu con su hermana, mi hermano Ikki... bueno solo el sabe donde esta, y Hyoga, volvió a Siberia, lleva mas de 1 año sin responderme las cartas me pregunto si esta bien.
En fin yo me quede en la mansión de Saori, ella no esta muy pendiente ahora que se diga, pero no me quejo yo ya tengo 16 años y debo aprender a vivir solo. Como no soy de esos chicos que habla mucho, conocí a una chica, su nombre es Saro, es muy pana, le cuento todo, ella trabaja y estudia, y yo me encargo de cuidar su mascota, por alguna razón la llamo Andrómeda, un día fui a pasearla mas tarde de lo normal, me quede dormido, me senté en una plaza mientras esa perrita loca corre por todas partes con otro perro.
Sentí a los minutos un cosmo muy oscuro muy cerca, como no tengo la armadura, voy directo a buscar a Andrómeda, pero en eso, un hombre me agarra por el cuello, Andrómeda corre para defenderme, pero la pobre sale con una pata en el estomago, yo al ver aquel acto, me altero, y le pateo la entrepierna, cuando me paro y veo que saco un arma, me quedo quieto, en eso escucho una vos...
-Déjalo- Dice mientras su puño atraviesa el corazón del armado-
-¡No te saldrás con la tuya!- Dice el hombre y me dispara en la cintura-
-¡Aaaaaa!- Caigo de dolor junto con Andrómeda, y no paro de llorar-
-Shun, tranquilo- Me dijo esa vos que nunca pensé volver a escuchar-
-¿H-Hyoga?- Me quedo inconsciente el los brazos de el-
Me despierto en la clínica, note que me habían operado ya, me quedo recordando lo que paso...
-¡Andrómeda!-
-Tranquilo, ella esta bien...-Dice alguien mientras entra en la habitación- La lleve con Saori-
-Que bien- Digo muy contento- Hyoga-
-¿Que pasa, Shun?- Dice con una sonrisa en su cara- ¿No me esperabas aquí, verdad? Te extrañe mucho-
-¿Me extrañaste?-
-Claro-
-Entonces... ¿Por que nunca contestaste las cartas?-
-Oh, supongo que nunca te llego esa carta-
-¿Cuál?-
-Ahora no importa mucho-
-Pensé que te habías olvidado de mi- Empiezo a llorar sin razón alguna-
-Shun, no llores, ahora estaré aquí por varios años, me quede sin trabajo ni casa en Siberia, así que...-
-¿¡Es en serio!?-
-Claro-
-¡Hay Hyoga!- Tan emocionado estoy, que lo halo hacia mi y lo abrazo-
-Shun...- Me devuelve el abrazo-
-No tienes idea de lo infeliz que soy ahora...-
-No digas eso... solo, no salió igual a tus planes...-
-Si, puede ser-
-Shun, cálmate un poco tu herida sangra otra ves, y lo que menos quiero es que te empeores-
-¿Hyoga?-
-¿Si?-
-¿Me quieres ver feliz?-
-Claro, Shun-
-Entonces... Cuando salga de aquí, ¿Podemos ir al cine?-
-¿Que si? Claro, total de verte feliz, cualquier cosa...-
-Gracias...- Me pongo rojo-
-Ahora descansa-
-Si, hasta mañana-
-Buenas noches- Me da un beso en la mejilla y me pongo rojo por completo- Jejeje- Se ríe al verme así-