Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hasta mi final por Chris Yagami

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 2.- Vacío.

Miró la pantalla al momento de la ecografía mientras sostengo la mano de Shun que está muy callado y observa fijamente la pantalla con una expresión muy extraña, pensé que deseaba este bebé y así lo ha demostrado en el último mes, pero en estos últimos dos días se ha comportando muy distante. Yo no quiero pensar mal a pesar de que al preguntárselo no me responde. El médico también está muy callado e insiste demasiado con el movimiento del aparato sobre el abultado vientre de mi esposo pero no deja de mirar a la  pantalla.

Finalmente se detiene y suspira lo que me preocupa todavía más. Shun cierra los ojos esperando lo que tiene que decirnos. Él se acerca hasta mi esposo y acaricia su mano con delicadeza.

-Lo siento- susurra para después mirarme- no hay latidos- me quedo de piedra conteniendo la respiración. Miro a Shun sin poder creerlo pero el solo respira tranquilo sin abrir los ojos y asiente al médico- a veces pasa sin que se pueda hacer nada- Shun niega con la cabeza mordiendo sus labios- los dejaré solos, debemos tratar esto así que… los espero en mi oficina.

Cuando él sale, Shun se pone de pie y camina detrás del biombo para comenzar a vestirse. Me sorprende lo calmado que está, y yo no se como reaccionar ante la noticia. Fijo mi mirada de nuevo a la pantalla donde aun está estática la figura de mi hijo. De pronto me siento desesperado ¿Cómo fue que eso pasó? Hace unos días sentimos los primeros movimientos del bebé, hace un mes, en el primer ultrasonido no dijeron que todo iba bien, salvo una infección en Shun y su bajo peso, pero nada complicado ¿Por qué pasa ahora?

Shun sale finalmente ya vestido. Yo miro su vientre abultado, demasiado avanzado el embarazado. Yo pensaba que en el segundo trimestre no debería haber mas complicaciones que en el primero o algún temor como el tercero pero... No sé que pensar, ese vientre ya no es el refugio de nuestro hijo, es ahora su lecho mortuorio.

Sin saber que mas hacer me acerco a Shun y lo abrazo mientras mis mejillas son bañadas por mis lágrimas. Shun no me abraza y contra mi vientre siento el suyo, quieto… muerto. Desciendo para arrodillarme frente a él y acaricio su barriga, le regalo besos a mi niño nonato y Shun espera quieto sin decirme nada. Arrodillado en el suelo miro sus ojos verdes, apagados, hay bolsas bajo sus ojos pero ninguna lágrima. ¿Qué pasa por tu cabeza, Shun?

No se cuanto tiempo permanecí en esa posición, despidiéndome de mi hijo, pero es el llamado de una enfermera lo que me hace incorporarme. Le doy un beso en la frente a mi esposo y camino a su lado en silencio hasta la oficina del medico particular. Ayude a Shun a sentarse y después lo hice a su lado mirando fijamente a los ojos verdes del doctor que revisa unos papeles.

-Shun- llama a mi esposo que responde con un ademán de cabeza- necesitas dar a luz al feto y quiero saber si deseas esperar o quieres que intervengamos de inmediato.

-¿Puede esperar?- pregunto al ver que Shun no dice nada. El médico suspira y asiente.

-Algunas parejas desean esperar a que el parto llegue de manera natural lo cual ocurrirá en un máximo de dos semanas- después mira a Shun que no se ha movido siquiera- deciden tomar ese momento para despedirse de su hijo pero la mayoría de las parejas deciden inducir el parto inmediatamente después de enterarse de la muerte del bebé.

-¿Por qué pasó?

-No lo sé, cuando tengamos el feto haremos varias…

-Sácalo ya- interrumpe la monótona voz de mi esposo. Ambos lo miramos sorprendidos.

-Shun…

-No tiene caso si ya está muerto- me interrumpe cerrando los ojos- ya no quiero tenerlo dentro de mi.

Después de un breve silencio el hombre de bata blanca se levanta y sale del consultorio unos segundos en los que intento tomar la mano de Shun a lo cual no se niega, pero no aprieta la mía, no se resiste. No hace nada. Poco tiempo después regresa el médico con dos cajas en sus manos.

Sin decir nada de nuevo Shun recibe sus indicaciones, le da una píldora que ingiere de inmediato y coloca en sus brazos algún tipo de hormona cuyo nombre no recuerdo y no le presto atención. Lo único que hago es mirar las expresiones de Shun cuando Dohko le da palabras de aliento para consolarlo.

-Las contracciones iniciaran en cualquier momento- explica sentándose de nuevo detrás del escritorio- puede ser incluso dentro de horas, por lo que les recomiendo ir a casa a descansar. Tienen mi número, llámenme cuando la labor inicie.

-Gracias, Dohko- me despido con un apretón de manos y el asiente. Shun se pone de pie y camina a la salida. No quiero verlo así.

-Shun- lo llama el buen hombre. Se ha encariñado mucho con él, le recuerda a su primer hijo- No te desanimes, pueden volverlo a intentar.

Lo ignoró olímpicamente dejándolo con la palabra en la boca. Inmediatamente salgo detrás de él y lo ayudo a subir al auto. El camino a casa fue silencioso, su respiración estaba demasiado tranquila y eso no me gusta, no entiendo porque no llora, no se si le duele perder a nuestro hijo, yo me siento destrozado y el parece ausente. Suspira de pronto llevando sus manos al vientre abultado, manos que hasta ese momento permanecían  a sus costados, cierra los ojos pero no hay lágrimas en ellos. No sé que pensar de esta situación.

En casa lo llevo directamente a la habitación para que se recueste, esta vez yo prepararé la cena, aunque la verdad no tengo apetito. Al parecer él tampoco lo tenia pues no probó nada de lo que le llevé a la cama, solo permanecía recostado de lado mirando la ventana cerrada mientras el día se acababa.

Me quedé con el en la habitación. Me siento en la cama y trabajo desde mi computadora portátil o al menos lo intento. En esos tensos minutos solo escuchaba el traqueteo molesto de mis dedos sobre el teclado y su aún tranquila respiración. Llegada la noche me recosté a su lado y pase un brazo cuidadosamente sobre su cuerpo y ni siquiera se movió. No se si ya está dormido, pero aun así beso su nuca y acaricio sus hombros.

-Yo lo sabía- susurra sorprendiéndome.

-¿Qué cosa?

-Luka- contesta pronunciando el nombre elegido para nuestro hijo- Hace tres días dejé de sentirlo- finalmente comienza a sollozar.

-¿Por qué no me lo habías dicho?

Ya no me respondió, comenzó a llorar finalmente y solo atinaba a aferrarlo con fuerza mientras él se volvía un ovillo abrazando a nuestro hijo. Yo también lloré, era nuestro primer hijo. ¿Qué fue lo que pasó? ¿No merezco que me de hijos? ¿Por qué herirlo de esa manera?

Lentamente ambos nos quedamos dormidos esperando a que el momento llegara.

En sueños de nuevo fui torturado por esos recuerdos, aquellos en los que le hacia tanto mal sin importar sus súplicas. Al principio solo eran palabras hirientes, le hice saber sobre mi desacuerdo sobre su amistad con Shiryu y el rubio con quien en ocasiones se encontraba pero él me decía que no debía temer. Eso simplemente me ponía más furioso hasta que un día me atreví a darle un primer puñetazo. Me arrepentí al instante y le pedí perdón, cosa que me concedió de inmediato. Pero esos golpes se fueron repitiendo una y otra vez, cada vez con mayor frecuencia hasta una noche en la que él salió de nuevo.

Cuando entró a casa, demasiado tarde a mi parecer, interrogué su ausencia y me contestó que estaba de compras con Seiya y no le creí. Eran casi las diez de la noche y de inmediato pensé en Shiryu y una posible infidelidad. Me moleste tanto que no me medí, lo golpee incansable y sobre el sofá lo hice mio a la fuerza, tratando de borrar a aquel desgraciado de nuevo. En esa ocasión fui mas violento, si antes era rudo esa vez fui cruel. No vi sus lágrimas, no vi la sangre. Solo veía su expresión al disfrutar en la cama de aquel idiota.

No me disculpé de aquello, se lo merecía… o eso creía.

Escuchando el llanto después de lo que le hice despierto en la cama. Me doy cuenta que el llanto no proviene de mis sueños. Me incorporo buscando a Shun en la oscuridad descubriendo que sigue a mi lado, quejándose.

-¡Shun, resiste un poco!- de inmediato comprendo que está pasando y me levanto para cargarlo en mis brazos.

-Llámalo.

Sigo con el en brazos hasta el auto. Está llorando mientras se sujeta el vientre y muerde su labio inferior hasta hacerse sangrar. Tomó el celular de mi bolsillo y llamo a Dohko mientras conduzco a toda prisa, ni siquiera sé que hora es.

-¿Diga?- contesta adormilado.

-¡Dohko, Shun entró en labor, ahora vamos al hospital!- malditas luces rojas, como las odio.

-Voy para allá, llamaré al hospital para que los esperen- cuelga de inmediato y mientras la luz roja cambia me giro a Shun para tomar su mano.

-Respira- susurro tratando de sonreír, pero él solo llora en silencio.

-Me duele mucho- me dice desesperado, quisiera decirle que valdrá la pena, pero ambos sabemos que no es así- quiero ver a mi hermano- suplica antes de un nuevo quejido.

Cuando llegamos al hospital, casi veinte minutos después ya había un grupo de enfermeras esperándonos en el lobby con una camilla donde coloco a Shun de inmediato y se lo llevan tras unas puertas. No se si Dohko ya está adentro o aun no llega, estoy preocupado y no se porque. Miró el reloj sobre las puertas para poder hacerme una idea del tiempo que corre, son las seis de la mañana, afuera aun está oscuro dada la estación del año en la que nos encontramos. No se si debo llamar a los amigos de Shun, supongo que es lo mejor a pesar de no estar de acuerdo, cuando despierte necesitara de todo su apoyo.

-Seiya- llamó a quien se supone es el mejor amigo de su esposo.

-¿Hyoga? ¿Sucede algo?- noto la preocupación en su voz, ellos están al tanto de la situación de Shun- ¿Shun está bien?

-No, estamos en el hospital- soy agrio, pero ellos no me agradan- solo vengan, aquí les diré que pasó.

-Vamos para allá.

-Llama a su hermano, no tengo su número.

-Claro- cuelga de inmediato

Hace cerca de un mes que Shun los ve de nuevo con frecuencia, fui yo quien habló con ambos para pedirles que no lo dejaran solo en su estado, ellos no se negaron como esperaba, entonces los encontraba casi todos los días en casa cuando regresaba de la oficina. Sé que eso le hizo bien a Shun, poco a poco ganó peso y sus ojos ganaban brillo. De verdad me he esforzado con ese asunto, aun siento unos celos incontrolables por culpa de ese idiota, pero necesito confiar en Shun.

Camino de un lado a otro hasta que todos llegan a la sala de espera, no ha pasado mucho tiempo, apenas una hora hasta que todos llegan con prisas preguntándome por él.

-Le han provocado el parto- contesto apesadumbrado.

-¿Por qué?- Ikki me toma del cuello del pijama y me levanta un poco.

-Es muy pronto- murmura preocupado Seiya cubriéndose el rostro- tiene poco mas de cuatro meses.

-El bebé ya estaba muerto- agacho la cabeza en un suspiro, pero Ikki me golpea el rostro y caigo al suelo.

-¡Desgraciado!- grita lanzándose sobre mí, pero Shiryu lo aleja.

-Tranquilo Ikki, este es un hospital- lucha con los movimientos de Ikki que esta desesperado con la mirada descolocada.

-¡¿Qué fue lo que le hiciste?!

-¡Nada!- digo firme pero con la voz entrecortada- yo no hice nada- las lágrimas acuden a mi rostro, pero las oculto mirando el suelo, no así los espasmos de mis sollozos- yo quería a ese niño tanto como Shun. No sabemos que pasó.

Se quedan callados y yo me levanto para ir a una silla de donde no me muevo en las eternas horas que dura el parto inducido. Seiya solloza levemente en los brazos de Shiryu que lo consuela mientras me mira con rencor. Ikki se encuentra contra una pared con los ojos cerrados y bailando su pie demostrando su desesperación.

Casi dos horas después el rubio que recuerdo de los encuentros de Shun ingresa a la sala para abrazar a Seiya que no deja de sollozar. Lo miro con desconfianza, no sé que tiene que hacer aquí.

-¿Cómo está?

-Aun no lo sabemos - murmura Ikki sin abrir los ojos- gracias por venir, Milo.

Milo asiente y se sienta a un lado de Seiya para esperar junto a nosotros. Solo quiero que Shun esté bien, de mi hijo no puedo esperar lo mismo.

Notas finales:

Se que fui cruel, la verdad ni yo comprendo que tengo contra este bebé... nunca lo he dejado nacer...

Aclaro que este capítulo no me gusta.

¿Cómo lo está haciendo Hyoga?

Bueno, espero sus palabras...

Saludos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).