Al caer la noche, el cielo nocturno brilla a causa de los pequeños fragmentos de estrellas que iluminan el alma. El frío viento sopla y guía a aquellos pétalos de las blancas rosas que vuelan en aquel campo libre de sufrimientos, dolor y desilusión. La plateada luz de luna se refleja en los rocíos de esas hermosas flores que crecen de aquella gran alfombra de pastos verdes. Al estar en este hermoso paraíso, siempre apareces tú. Tu pálida piel se ilumina ante la luz lunar. Tus hermosos y dorados cabellos brillan como el sol del amanecer. Tu mirada y encanto está llena de calma y serenidad, libre de violencia e inconciencia (llena de sensatez y madurez). Tus bellos ojos de oro me hipnotizan y hacen que caiga en lo más profundo de mis sueños. Llegas a la tierra por las noches a visitarme cuando estoy abrazando mi almohada; como un ángel que observa como el alma de su mortal duerme profundamente y navega en aquel río de sueños e ilusiones que son supremas para un simple humano. En la oscuridad brilla aquella estrella de cinco puntas marcada en tu frente, y con tus suaves y delicadas manos tocas mi corazón para navegar conmigo al mundo de mis deseos profundos. Me llevaste al descanso del sueño eterno con tu calmada y seria mirada.
Al estar tú en mi mundo, me observas fijamente y besas mis labios, acaricias mi rostro y me entrego a ti ciegamente, con mi corazón inocente.
Este eterno sueño nunca se acabará, ya que entregué mi cuerpo y mi alma a ti, ahora soy feliz contigo en este maravilloso paraíso donde pequeños fragmentos de diamantes brillan en el cielo azul marino de la noche, donde llueven gotas de estrellas eternamente, donde el campo de rosas azules y moradas brillan intensamente en la oscuridad y las luciérnagas crean nuevas constelaciones llenas de historias y cuentos para niños….
Se escucha una tranquila melodía, como una canción de cuna, donde en mi barco de flores que navega por las nubes, te abrazo y acaricio tus cabellos de oro, te miro con mucha ternura y beso tu pálida mejilla. Al mirarme, me deseas y me contemplas, me llevas en tus brazos y vuelas conmigo hacia aquel campo lleno de felicidad, dejando el mundo de mis sueños. A un campo libre de sufrimiento, dolor y angustia, un campo que existió hace millones de años atrás. Al mirarme tocas mi pecho y mi alma se purifica, dejo de ser una mortal y me convierto en alguien celestial. Disfruto la dicha de este campo contigo sin penas y sin perturbación. Al final de todo, me quede a tu lado por toda la eternidad.
Esta hermosa ilusión fue envuelta por una espiral de luz azul con estrellas cayendo. Donde encuentro un final feliz al lado tuyo, en un sueño en donde nunca despertaré.
La grieta de tiempo coloreará el cristal con las serenas gotas de luz con tu paciencia que me das. Al final del sueño eterno, te quiero a ti, Hypnos, Dios del sueño.